Ejércitos yanquis para profundizar el saqueo y la explotación
Obediente Barak Obama a las tareas gerenciales que le ha conferido el
imperialismo yanqui, se exhibe mundialmente con su demagogia "pacifista" y
su "Premio Nobel". Desvergüenza atronadora y codicia mafiosa del presidente
norteamericano, gerente sumiso del imperio y de sus guerras. Su demagogia es
peligrosa para todos nuestros países: mientras, por una parte, anunció
ahorros presupuestarios por más de 250 mil millones de dólares, en los tres
años próximos (ahorros, obviamente, porque recortará en los servicios y
organismos públicos), por otra parte anunció que pedirá 2.100 mil millones
de dólares para el mismo trienio de los recortes.
Es decir, lo que deja de invertir en gasto público lo gastará en aventuras
bélicas. Por si no tuviésemos suficiente ya, como si el hartazgo mundial
contra las no importara. Nos queda claro. Solamente en 2011 gastará 708 mil
millones de dólares y eso es ¡¡¡ el gasto militar, anual, más grande de la
historia!!!!. Todos sus antecesores se quedan chiquitos comparados con la
monstruosidad del gasto planeado por el "pacifico" y demócrata Obama.
Gerente de la guerra.
Las burguesías nacionales compuestas por la oligarquía terrateniente, la
burguesía financiera y la burguesía industrial, están atadas al capital
monopólico de los imperios y se ofrecen como servidumbre para cumplir las
tareas de saqueo y explotación a cambio de algunas migajas en festín
imperial. A pesar de las contradicciones y rivalidades de intereses que
pudieran existir entre el imperialismo y las burguesías nacionales, esas
burguesías celebran la presencia de bases militares como quien celebra la
llegada de los dioses. Por su parte los militares invasores descienden de
los "cielos imperiales" como mensajeros morales de la depredación y
-depredadores ellos mismos- se ofrecen para asegurar la "limpieza" del
saqueo y la puntualidad de la explotación de los trabajadores. Su papel es
garantizar la salida de materias primas y bienes semielaborados a los países
imperialistas. Dar seguridad a los negocios imperialistas en cada país.
Aunque tal "seguridad" signifique la muerte de muchos, el genocidio, el
aniquilamiento de los ecosistemas y la barbarie instalada como fatalidad
moral para los pobres.
Semejante monstruosidad es obra de un muy razonado y frío trabajo para
sostener y expandir la presencia del imperio, sus armas de destrucción
selectiva, ahora barnizadas con campañas pseudo propagandísticas,
espionajes, sabotaje, terrorismo, invasiones y guerra. Como en Honduras,
como en Haití, como en Colombia... por citar sólo algunas acciones
recientes. Detrás de esta etapa Obama, de invasión imperialista en todo el
mundo (decenas de miles de soldados agregados a la invasión de Afganistán,
soldados en Yemen y patrullas en Grecia) aumentan las cifras
multimillonarias en dólares para reposicionarse en Latinoamérica. ¿Se
entiende el mensaje? Está ocupando territorio de América Latina con
políticas de permanencia a través de asentamientos militares que son
verdaderas colonias. Así se explica, por ejemplo, la ofensiva contra
Venezuela que desde Colombia está preparándose contra un país que a nadie ha
atacado, que a nadie invadió, que a nadie bombardeó, pero que comete el gran
pecado de querer decidir su vida y su destino soberanamente.
El "gerente de la guerra", con su "Premio Nobel de la Paz", avanza las
invasiones, los crímenes, el terrorismo, las torturas, como en Guantánamo.
Aliado con Uribe de Colombia y de su socio panameño, incrementa las bases
militares y mantiene a la "Cuarta Flota" navegando las costas suramericanas.
El mensaje está claro, el mensaje es descarrilar a Venezuela, Cuba, Ecuador,
Nicaragua, Bolivia... y a todo aquel que sueñe con la libertad, la
solidaridad... el socialismo. El mensaje del "gerente de la guerra" va
también contra la unificación de América del Sur, Unasur, y el Alba. Por
ejemplo.
Según el Pentágono el imperio de EU tiene ya 865 instalaciones militares y
más de 190 mil soldados en más de 46 países y territorios plagados con
abusos de todo tipo. Las siete bases militares "nuevas", ahora en Colombia
elevarán el número total planetario a 872. Cifra récord. Los yanquis tienen
invadido al mundo. El proyecto es dar "fortaleza" bravucona a todo aquel que
sirva al saqueo y a la explotación. Des-legitimar a los gobernantes
democráticos y a todas las tradiciones de verdad democráticas, y avalar las
fiebres de los golpistas. Esta militarización es ya una parte concreta de
nuestra historia y permite entender por dónde avanza la "recolonización" y
el disciplinamiento contra todo un continente lleno de riquezas y
posibilidades de desarrollo que las oligarquías quieren sólo para ellas,
aunque tales riquezas sean propiedad histórica de los pueblos.
El "gerente de la guerra" entusiasma a las oligarquías locales como en
Quito, Caracas y La Paz... con el objetivo, por ejemplo, de adueñarse de la
faja petrolera del Orinoco, que posee yacimientos, acaso equiparables con
Arabia Saudí. Además se trata de controlar el agua dulce del continente y la
biodiversidad del planeta como la de Brasil. Y sobre todo se trata de
adueñarse de la mano de obra de todo un continente a cambio de centavos... o
menos. Esa riqueza explica el mapa del posicionamiento estratégico de las
bases militares yanquis, y al que puede accederse en: http://www.ciepac.org/mapas/economicos.php
[1]
En América Latina el gasto militar yanqui, durante el año 2009, fue de mil
millones de dólares. Es preciso comprender que se trata de una
profundización o actualización de las tareas imperialistas y que tal
situación no puede omitirse ni minimizarse en cualquier diagnóstico ni en
cualquier pronóstico. Si se los permitimos los poderes económicos y
políticos de Estados Unidos descargarán su peor furia recaudadora contra
América Latina. El capitalismo estadounidense está sediento de "nuestras
riquezas" y con la etapa actual de militarización vive un reacomodo interno
con las mismas metas. Eso planean y eso harán ahí donde los gobiernos mansos
ya se acomodan para vender patrias en remate. Están listos sus bancos y sus
créditos con recursos minerales, energéticos y agrícolas nuestros. Esos
serán sus cambios y nosotros pagaremos la fiesta de ellos. Hasta que nos
decidamos a cambiar las reglas. No olvidemos a quiénes han financiado las
campañas presidenciales yanquis y cómo se han cobrado los favores.
América Latina depende de nosotros en la medida en que seamos capaces de
superar nuestras crisis de dirección revolucionaria, de fortalecer la
organización de los trabajadores desde abajo y de avanzar en la toma
democrática del poder, nivel por nivel hasta lograr terminar con esta
monstruosidad explotadora. Tal como ya se ha iniciado en las nuevas
políticas de independencia en Latinoamérica, como lo que sucede en Cuba,
Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Paraguay, donde el ambiente de las
masas ha cambiado, existe un fermento revolucionario que crece y se
extenderá a otros continentes. Sepamos cuidarnos del reformismo que en
ningún sentido ha ayudado al los cambios que verdaderamente requiere América
Latina. Estamos obligados a intervenir en los movimientos de masas con las
tácticas y las ideas más correctas para contribuir de le mejor manera
posible, al lado de los representantes más avanzadas de la clase obrera, y,
así, avanzar de manera unida en la lucha por la transformación socialista de
la sociedad.
Esta avanzada guerrera tiene dueños con nombres y apellidos. El "gerente de
la guerra" lo sabe perfectamente. Sus jefes están dispuestos a que la
seriedad y consecuencias graves de esta avanzada invasora se conviertan en
ganancias. Los jefes del "gerente de la guerra" Obama, aguardan noticias y
resultados a diario. Invierten mucho dinero en las estrategias y los
recursos bélicos más eficaces y novedosos. Ellos quieren su dinero rápido,
limpio y moralizante. Es ese el secreto e íntimo que les da energía. Sus
ejércitos y sus bases militares son todo un símbolo de estatus. Son, junto
con el flujo de capitales en la red bancaria imperial, el arma ofensiva más
poderosa en esta escalada. Por su conducto avanzan o retroceden, profundizan
objetivos, evaden las Leyes, encuentran flancos nuevos, mueven su
artillería. Redactan discursos y decretos para explicar que andan en campaña
contra el "terrorismo", contra el "populismo", contra el retorno del
"comunismo"... todo entre "flashes" de guerra y noticieros serviles. La
guerra imperial no sólo quiere ser territorial, no es sólo quiere los
mercados... también se libra en las conciencias.
Fernando Buen Abad Domínguez