Entrevista a Alan Woods, dirigente de la Corriente Marxista Internacional
Sin el control de la banca y los sectores neurálgicos, no se puede hablar en
Venezuela de una economía planificada y, por tanto, socialista. Alan Woods
lo dice en una sola frase "no puedes planificar, lo que tú no controlas".
Aún haciendo esto y radicalizando el proceso revolucionario, resulta
insuficiente. También es necesario un cambio en el Estado, porque resulta
obvio, "que los viejos burócratas de la IV República no van a hacer el
socialismo". Democracia participativa y protagónica en el Estado y las
empresas. Rusia era una "caricatura totalitaria y burocrática que fracasó y
tenía que fracasar".
Ahora, que el presidente Chávez llama a radicalizar la revolución, quizás
resulte elocuente considerar las opiniones de Woods, un teórico del marxismo
que se confiesa "defensor incondicional" del proceso bolivariano.
En distintas oportunidades, usted ha insistido en que la revolución
bolivariana se encuentra en una etapa crucial, en una disyuntiva. ¿A qué se
refiere?
En los últimos 11 años ha habido enormes avances, eso es cierto. ¿Pero acaso
podemos afirmar que la revolución es un hecho acabado? El propio presidente
Chávez, el día en que inauguró la milicia, dio la respuesta: 'en Venezuela
todavía no hay socialismo, esto no se ha acabado' y eso, obviamente, es
verdad. Si bien ha habido nacionalizaciones que apoyamos, hay sectores clave
de la economía, entre otros la banca, que sigue en manos privadas.
Consecuentemente, no se puede hablar de una economía planificada socialista.
Eso es muy peligroso, especialmente en situaciones de crisis del capitalismo
mundial, porque eso ha afectado a la economía venezolana con efectos muy
negativos para el pueblo, concretamente la inflación y otros problemas que
usted conoce mejor que yo. Podemos caer en una situación potencialmente
peligrosa, porque la derecha aprovecha esta situación para argumentar en
contra de la revolución, desprestigiando el socialismo y preparando el
camino para una posible derrota.
Ha planteado, igualmente, que mediante la nacionalización de los medios de
producción se puede radicalizar el proceso y hablar de revolución.
No entiendo cómo se puede hablar de socialismo en Venezuela, mientras la
oligarquía sigue teniendo en sus manos la tierra, la banca y los grandes
sectores de la economía. Eso no me cuadra y por eso estoy de acuerdo con lo
que ha dicho el Presidente: 'esto no está terminado' y para citar sus
palabras, 'aún tenemos bastante trecho que recorrer'. Lo primero que hay que
entender es que no tenemos todo el tiempo del mundo. La situación, en mi
opinión, es bastante urgente. No quiero imponer mis ideas a nadie.
Simplemente, como alguien que apoya incondicionalmente la revolución
bolivariana, creo que aquí hace falta acelerar el proceso revolucionario
para erradicar el poder económico y político que aún tiene la burguesía.
En la fallida reforma constitucional, el presidente Chávez propuso cinco
formas de propiedad, incluida la propiedad privada, que además tiene rango
constitucional en Venezuela. ¿Cómo se va a acelerar el proceso
revolucionario si es derecho está garantizado?
Bueno, que vaya por delante que yo estoy completamente a favor de la
propiedad privada. No se trata de afectar la propiedad privada del 98% de
los venezolanos. Esa sí que es sagrada. No se trata de nacionalizar la
vivienda del vecino, o los bienes de un campesino o las pequeñas empresas o
los pequeños negocios. No, yo estoy hablando de la propiedad privada de una
ínfima cantidad de señores ricos, que desde hace tiempo consideran a
Venezuela como su propiedad personal.
Estoy hablando, exclusivamente, de la propiedad de la oligarquía. Eso sí que
hay que expropiarlo y cuanto antes mejor. Lo que hace falta es nacionalizar
los puntos neurálgicos de la economía, porque sin eso jamás se va a poder
planificar la economía venezolana y resolver sus problemas, que son bastante
serios. Para decirlo en una frase: tú no puedes planificar lo que tú no
controlas. Por ejemplo, las inversiones privadas. Ahora mismo, las
inversiones privadas no están en manos de los venezolanos sino de las
oligarquías que no están invirtiendo. Ahí están las cifras de la economía
privada. Sin el sector estatal, no habría producción en Venezuela.
¿Por qué ese problema no se soluciona a través de alianzas con los sectores
empresariales y productivos?
Ja, ja, ja ja… bueno, se intentó ¿no? Una y otra vez. Yo estuve presente en
una reunión donde el presidente Chávez le pidió, le rogó, le exigió a los
empresarios que invirtieran. Me dije: 'esto no va a conducir a nada' y
efectivamente fue así. No invierten por varios motivos y el primero es que
hay una crisis del capitalismo. No invierten en ningún país, en Inglaterra
tampoco. En segundo lugar, que duda cabe, por motivos políticos. Aquí,
simplemente, hay una huelga de capitales.
¿Con qué propósito?
No invierten para causar una desestabilización del Gobierno y para crear un
clima, como lo dijo el Presidente, que provoque otro 11 de abril. Eso es
perfectamente posible.
Los resultados de la gestión del Gobierno también son magros. La
participación de las nuevas formas de propiedad en la formación del PIB no
llega al 10%. La realidad es una y la intencionalidad política es otra.
No estoy totalmente de acuerdo con esa apreciación. Si miras las cifras
económicas, lo único que mantiene la economía venezolana es el sector
estatal. El sector privado no hace nada, al revés, todo lo contrario y las
cifras cantan. Ha habido problemas y muy graves, que podrían resumirse en
una sola palabra: la burocracia. Aquí, efectivamente hay un grave problema
de burocracia, es un cáncer que corroe las entrañas de la revolución y la
destruye desde dentro.
Permítame una digresión. La manufactura en Venezuela está en manos privadas
y de cada cuatro empleos, tres corresponden al sector privado.
Ahí está el problema. ¿Qué pasa con las inversiones privadas? ¿Hay un alza
de las inversiones privadas? No lo creo. Todo lo contrario. Hay un descenso.
Por los motivos ya mencionados. La idea de una economía mixta es equivocada,
porque puedes terminar con lo peor de ambos mundos. Puedes tener lo peor del
capitalismo, donde la gente que tiene el dinero no invierte y puedes tener
los efectos más negativos de lo que vimos en la extinta Unión Soviética.
Hace falta una nacionalización que ponga el poder en manos de los
trabajadores. Eso no se ha hecho porque la burocracia, lamento decirlo, está
incrustada en el Estado, en el Gobierno y en el Psuv. Y ese problema hay que
solucionarlo.
¿Radicalizando el proceso?
Lo dijo Chávez citando a Lenin. En Estado y Revolución, Lenin explicó que lo
que hay que hacer es destruir al viejo Estado burgués y crear un nuevo
Estado democrático de los trabajadores. Y es obvio, ¿quién puede creer en su
sano juicio, en un solo minuto, que lo que se quiere hacer se puede lograr
utilizando el viejo aparato estatal heredado de la IV República? ¿Esos
viejos funcionarios y burócratas van a hacer el socialismo? No. Es un
absurdo. Aquí hace falta un cambio radical, también en lo que se refiere al
Estado.
Así, entre líneas, uno podría decir que lo que propone Alan Woods es el
modelo cubano.
El modelo cubano tiene mucho de positivo. Fidel Castro, cuando enfrentó el
boicot de la oligarquía cubana y del imperialismo, hizo lo correcto:
nacionalizó las empresas cubanas. No obstante, yo creo que aquí no hace
falta imitar a Cuba ni a Rusia ni a ningún otro país. Estamos hablando de un
modelo de democracia participativa y protagónica. El socialismo auténtico
tiene que estar basado, siempre, en el control democrático de la clase
trabajadora. Yo propongo eso, que los puntos neurálgicos de la economía: la
tierra, la banca, las grandes empresas estuviesen en manos del Estado. El
Estado tiene que estar en manos de la clase trabajadora y las empresas
también. Eso si que sería la condición sine qua non para la construcción del
socialismo en Venezuela.
A muchas personas de izquierda les cuesta describir lo que es el socialismo
del siglo XXI. ¿Se animaría a esbozar de qué se trata?
¿Sabes cuál es el documento más contemporáneo que existe? El Manifiesto
Comunista de Carlos Marx y Federico Engels. Ese documento describe, con gran
detalle, el mundo, pero no el mundo de 1948, sino el mundo contemporáneo.
Por ejemplo, la globalización. El proceso de concentración del capital es un
hecho constatable. Y así un largo etcétera. Lo cierto es lo siguiente:
muchas veces he oído esas afirmaciones de Hans Dietrich y todos los demás,
esperando escuchar ideas nuevas. Al contrario, lo que he visto es una
repetición, bastante pobre por cierto, de las viejas ideas de Proudhon y de
otros premarxistas que estaban bastante desprestigiados hace tiempo. No, no.
Yo afirmo que las posturas marxistas siguen vigentes hoy. Claro, con cambios
y modificaciones evidentes, como las nuevas tecnologías, por ejemplo. Hoy
por hoy cualquier obrero cualificado, con una computadora de mano, puede
gestionar una empresa. El uso de Internet es algo que hay que explorar.
Usted es un estudioso del marxismo, conoce el modelo soviético y cubano.
Honestamente, ¿le podría decir a los lectores de este periódico, que en su
mayoría viven en los sectores populares, que el modelo cubano es una
alternativa.
El modelo cubano tiene aspectos positivos que hay que evaluar y otros que
no. Me parece que fue correcto nacionalizar los medios de producción. Pero
eso no es suficiente. Hay que desarrollar la democracia obrera. Un modelo de
democracia participativa y protagónica, como en Venezuela. Lamentablemente,
los cubanos copiaron, años atrás, el modelo ruso y fue un gran problema.
¿Un gran error?
Creo que sí, lo que colapsó en Rusia, hace 20 años, no fue el socialismo, en
ningún sentido entendido por Marx, Lenin o Trotsky, sino más bien una
caricatura burocrática y totalitaria. Eso si fracasó y tenía que fracasar.
No tenemos que imitar eso. Ese modelo no sirve, pasó a la historia. En mi
opinión, hay que volver al modelo original.
"creo que aquí hace falta acelerar el proceso revolucionario...".
Perfil
Alan Woods. Swansea, Gales del Sur. 1944.
Estudio filología rusa en la Universidad de Sussex, Inglaterra; al igual que
en la Universidad de Moscú (Rusia) y en la Universidad de Sofía (Bulgaria).
Realizó un doctorado en esa materia. Ha dedicado su vida a la causa
revolucionaria del marxismo.
Actualmente, es editor del sitio marxis.com, dirigente de la Corriente
Marxista Internacional, con seguidores en 30 país y de la organización Manos
Fuera de Venezuela, con seguidores en 50 países.
Una de las tareas pendientes del proceso bolivariano, planteada además por
el presidente Chávez, es la convocatoria a la V Internacional. "Ha habido
problemas", reconoce el teórico marxista, Alan Woods. "Una de las razones
que se me dio, en forma indirecta, es que se avecinaban las elecciones
legislativas de septiembre de este año. Estoy totalmente de acuerdo en que
hay que luchar por esas elecciones. Pero también hay que ir, sin prisa, pero
sin pausa, en la construcción de la V Internacional".
¿Pareciera que el retraso a la convocatoria obedece a un problema interno?
"No lo sé, exactamente", confiesa Woods. "No ha habido explicaciones y eso
es absurdo". ¿Un paréntesis inquietante? "No, francamente a mí eso no me
preocupa mucho. Creo que pudo haberse hecho algo mejor. Aquí ha habido
errores de bulto en los últimos días. Pero somos gente paciente. Hablé de
este tema con el presidente Chávez en la cumbre (climática) de Copenhagen y
él dijo que esto había que trabajarlo a fondo, estoy de acuerdo. Nos toca
empujar y construir".
Hugo Prieto
Últimas Noticias