AMENAZAS Y APRIETES EN MAR DEL PLATA
 

El conflicto de los trabajadores portuarios en Mar del Plata, lejos de resolverse, acumula día a día nuevos episodios represivos. No sólo son baleados y gaseados los obreros de la industria del pescado en cada nueva movilización, y perseguidos con causas penales que ya acumulan más de diez compañeros acusados de diversos delitos por defender su fuente de trabajo. La represión se ha extendido a las organizaciones y compañeros que vienen apoyando el reclamo de los trabajadores, mientras la ciudad sigue militarizada, con la presencia de más de 600 efectivos del grupo de elite de la prefectura, los Albatros.

En la movilización del viernes 19 de octubre varios compañeros reconocieron entre los manifestantes a nueve policías de civil, entre ellos una mujer. Al verse descubiertos, comenzaron a maltratar y amenazar a los compañeros, que lograron ingresar al local del SOIP (Sindicato de los Obreros de la Industria del Pescado, que abandonado por la burocracia está ocupado por los trabajadores). Una compañera que colabora con los trabajadores, sacó fotos del episodio. Cuando poco después se retiraba del lugar en su auto, fue interceptada por dos camionetas de la policía con uniformados adentro que probablemente querían sacarle la máquina de fotos. Con muy buenos reflejos la compañera frenó, giró de contramano y logró volver al sindicato, desde donde se comunicó con los compañeros del Frente Antirrepresivo. Recién entonces se fueron del frente del edificio los nueve policías.

El día anterior, en otra movilización, trabajadores, compañeros universitarios y del Frente Antirrepresivo habían sido agredidos físicamente por personal de infantería. Otro trabajador fue interceptado en la calle por el oficial de calle de la comisaría 3ª, de apellido Gancedo, que le mostró una foto de su familia diciéndole “por esta boludez vas a perder algo tan importante...”

También el viernes 19, por la tarde, se recibió en la secretaría de extensión de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, que es solidaria con el reclamo de los fileteros, un llamado telefónico diciendo “hay una bomba, déjense de joder con el puerto”. Finalmente, el sábado 20, alguien llamó dos veces por teléfono a la madre de una compañera abogada del Frente Antirrepresivo, diciéndole que ella estaba secuestrada. La señora llamó a la casa de su hija, pero fue atendida por otra persona que le dijo que la estaba esperando. A esa misma hora, la compañera estaba en su casa, donde el teléfono no sonó. Días previos, otro compañero de la misma organización se encontró con 4 policías en un Fiat Uno gris y un patrullero de la bonaerense apostados a metros de su casa.

Los compañeros del Frente Antirrepresivo marplatense han encarado todas las acciones de denuncia y legales que corresponden, que por descontado no han tenido resultados concretos, y por supuesto, seguirán asistiendo a los compañeros represaliados en la defensa política y técnica. Desde CORREPI convocamos a todas las organizaciones a solidarizarse y difundir lo que está ocurriendo en Mar del Plata, bajo la dirección del segundo candidato a diputado nacional en la lista oficialista de la provincia.

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