A un mes de iniciado el conflicto en la ex - Bosch
No es fácil hacer un balance de algo que está en constante movimiento. Los
nuevos hechos van agregando variables en el análisis de la situación, y se
hace necesario estar siempre al día. Sin embargo, el balance es la herramienta
que permite repasar los hechos, rescatar lo acumulado, entender los errores y
los aciertos. Frente a esta tarea, nos reunimos con trabajadores de la ex -
Bosch.
Por ANRed - Sur
Pasaron poco más de dos semanas desde que la toma en la ex - Bosch se levantó
por decisión de la asamblea de trabajadores. Y a partir de esto fue que las
negociaciones entre el Ministerio, el Sindicato y la nueva patronal dieron
"resultados": la reincorporación de todos los trabajadores en la nueva planta.
Sin embargo, las condiciones ganadas a través de los años no se mantienen, y
se produce ni más ni menos que una baja en el salario. Si sumamos a esto la
incorporación del día sábado como laboral, vemos que la lucha probablemente no
termine buscando sólo la reincorporación de todos los trabajadores, sino que
se sostendrá en base a la reconquista de las condiciones que se lograron con
años de lucha.
A partir del lunes 11 entró la primer tanda de obreros que la nueva patronal
reincorporó (de la comisión interna no se llamó a nadie). En la espera de que
finalice la primer jornada de trabajo de los reincorporados ANRed charló con
dos de los delegados, Cristian Rodríguez y Roberto Odesser, con la idea de
hacer un balance desde el inicio hasta el fin de la toma. Luego, Rubén del
Valle de ASIMRA nos contó cómo fue volver.
Balance de la lucha
ANRED: ¿Cuál fue la forma de organización que se dieron?
Cristian Rodríguez.: La toma de la fábrica se dio desde una asamblea, se pedía
recuperar la fuente de trabajo y las condiciones que habíamos logrado antes de
los despidos. El tema de la toma es que no se pudo sostener una toma fuerte
porque costó mucho hacer participar a la mayor parte de los compañeros. El
tema de las fiestas, es una fecha particular. Y nos costó fortalecer la toma
en ese aspecto: hacer participar a un mayor número de compañeros. Al principio
fue bueno, tomamos una decisión contundente.
ANRED: ¿Qué factores influyeron positivamente en la lucha?
Roberto Odesser: La gente está acostumbrada a que siempre nos manejamos por
asamblea, siempre las discusiones las mantenemos entre todos y se respeta lo
acordado por la mayoría. En una situación tan crítica ya veníamos con un
trabajo interno de organización en la fábrica.
C.R.: La organización de la toma y del conflicto en general también se
fortaleció alrededor de la solidaridad que recibimos de otras organizaciones,
de cuerpos de delegados, comisiones internas de la zona y otras partes de
Buenos Aires. Eso le dio una visibilidad más importante. Eso fue fundamental,
al menos desde mi punto de vista.
ANRED: ¿Y cuáles negativamente?
C.R.: La discusión final de la toma estuvo precedida por una larguísima
anterior que era, ante los rumores de cierre y venta de la fábrica, cuál era
el reclamo que teníamos que hacer los trabajadores: una doble indemnización o
preservar las fuentes de trabajo. No pudimos saldar esa discusión, como para
ir con un planteo concreto y fuerte de parte de todos los compañeros. La
discusión fue muy dura. Había compañeros que entendían el problema, enmarcado
en la crisis económica mundial, como reflejo de otros conflictos, como el de
Terrabusi. Había una posición más individualista, la de recibir más plata, y
otra más de clase, la de sostener el trabajo y las condiciones.
R.O.: Hay algo de no confiar en la fuerza de los trabajadores y mucha
expectativa en el Ministerio de Trabajo, incluso en la propia empresa hasta
que sucedió esto. Y el sindicato, lo único que hizo fue estar en las
negociaciones. Después no tuvo un rol activo ni se puso a la cabeza. Eso los
compañeros lo ven.
ANRED: ¿Qué aprendieron a través de esta lucha?
C.R.: Pude ver el despertar de muchos compañeros con esta lucha. Es la mejor
manera de formar experiencia. Vieron de dónde viene la solidaridad que
hablábamos antes, de la misma clase, de trabajadores de otras fábricas, otros
gremios. Tanto el gobierno a través del Ministerio de Trabajo, la policía, la
propia patronal y el sindicato jugaron más bien en contra nuestra que a favor.
En la experiencia muchos compañeros pudieron ver esto.
ANRED: Y por último, ¿cuál es la perspectiva que tienen?
R.O.: Nosotros tenemos 3 puntos: el ingreso de todos, mantener las condiciones
de trabajo y sostener la organización sindical. Estamos discutiendo cómo
garantizamos eso.
C.R.: La perspectiva está en etapa de discusión, pero fundamentalmente es
hacer valer el acta que firmamos, con la cual el conflicto se levantó
momentáneamente, y la reincorporación de todos los compañeros con los
delegados adentro.
Rubén del Valle es supervisor. Ni bien salió del trabajo ese lunes se fue a la
mutual a reencontrarse con sus compañeros, aquellos que no habían reingresado
y esperaban ansiosos las novedades que la nueva patronal traía.
"Hoy mi primer día no me gustó. Si hubiese sido mi primer día en un lugar
nuevo tal vez no estaba tan mal, pero entrar otra vez a la misma fábrica y ver
un ambiente completamente distinto al que estaba acostumbrado fue muy duro. No
sentí maltrato, pero por lo que me cuentan, hay gente que hacía un trabajo y
ahora está haciendo tareas que antes no hacía. Por ejemplo, un preparador
antes no trabajaba en máquina, ahora si. Pasa que por la poca cantidad de
trabajadores no tienen los puestos cubiertos. A nivel comodidad, hoy por
ejemplo comentábamos que vivíamos en una fantasía. No se en qué otra fábrica
se trabajaba como en Bosch. Comentábamos que no tenemos la gaseosa en la
comida. Otro nos hubiese dicho "¿y estos?", pero bueno, estábamos
acostumbrados a eso. Ahora tenemos agua. Y fueron todos logros, en algún
momento se peleó por eso. Todas las luchas que dimos se perdieron ahora. Me
gustaría ver qué pasa esta semana, a ver qué tipo de gente entra. Siempre es
la calidad de las personas, ahí está la clave."