Botnia intoxica, Gualeguaychú se organiza
(AW). “Si a nosotros nos va a matar el gobierno uruguayo con
Botnia, el argentino tiene la culpa de estar matando gente en la
precordillera” dice el coordinador de la Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú,
José Gómez, mientras los vecinos preparan un corte que el lunes se
trasladará a la ruta 14, para presionar al propio gobierno al cual le
adjudican doble discurso. La chimenea de Botnia humea desde hace diez días
y, confirmando los peores pronósticos, nueve de sus operarios se intoxicaron
con sulfato de sodio y debieron ser internados. Una nota de lavaca.org
Buenos Aires, 15 de agosto de 2007 (Agencia Walsh). “Si a nosotros nos va a
matar el gobierno uruguayo con Botnia, el argentino tiene la culpa de estar
matando gente en la precordillera” dice a lavaca el coordinador de la
Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú, José Gómez, mientras los vecinos
preparan un corte que el lunes se trasladará a la ruta 14, para presionar al
propio gobierno al cual le adjudican doble discurso. La chimenea de Botnia
humea desde hace diez días y, confirmando los peores pronósticos, nueve de
sus operarios se intoxicaron con sulfato de sodio y debieron ser internados.
La escena más temida ya es un hecho: desde hace diez días, la chimenea de
Botnia echa humo. La planta de Fray Bentos, Uruguay, está en la etapa de
pruebas y la columna de vapores que sube desde la fábrica, de dos a cuatro
horas cada día, es observada desde Gualeguaychú, Argentina, con un malhumor
creciente. La asamblea decidió cortar el próximo lunes -feriado- la ruta 14,
principal vía del Mercosur, y se prepara para realizar, durante el fin de
semana, el segundo encuentro con los uruguayos que se oponen a la
instalación de Isusa (la planta que abastecerá a Botnia de ácido sulfúrico)
y también a Ence en su nueva localización.
José Gómez, el nuevo coordinador de la asamblea, cuenta de este modo a
lavaca el difícil clima que se vive a pocas semanas de que la planta
comience a producir. "Hubo un día a principios de mes en que la ciudad
apareció tapada con humo con un fuerte olor. Es claro que ellos ya están
probando las máquinas y eso nos tiene bastante revolucionados".
¿Recuerdan las promesas?
El recambio por el que Gómez asumió como nuevo coordinador en lugar del
anterior, José Pepo Pouler, (Gómez fue elegido para cumplir ese rol junto a
otras dos asambleístas) coincide con el crecimiento dentro de la asamblea de
posturas más críticas al gobierno.
El corte de la ruta 14 -de dos horas, entre las dos y las cuatro de la
tarde- está en esa línea, ya que es una medida que buscará ponerle presión
no a los uruguayos, como sucede con los bloqueos a los puentes, sino
directamente a las autoridades argentinas. El piquete se hará "para ver si
en el gobierno se dignan a ponerse las pilas", señala Gómez, "porque vemos
que no quieren asumir un compromiso real de defender las políticas
medioambientales".
-¿Por ejemplo?
-Dicen que está en la lucha con nosotros, pero están dándoles permiso a las
mineras en la precordillera para que destruyan el medio ambiente. Tienen un
doble discurso que usan para dejar pasar el tiempo. Si a nosotros nos va a
matar el gobierno uruguayo con Botnia, el argentino tiene la culpa de estar
matando gente en la precordillera. En San Juan están tomando agua envasada
porque el agua de deshielo ya se contaminó con cianuro y mercurio.
La frase de Gómez muestra la claridad de los asambleístas sobre un problema
que no es “nacional”, sino que exhibe formas de hacer las cosas por parte de
los gobiernos que en estos casos ignoran y perjudican a las comunidades.
Otra muestra del doble discurso del que habla Gómez: el ministro de Salud
Ginés González García anunció que se haría un estudio sobre la salud de los
pobladores de Gualeguaychú, para tener un registro oficial con el cual poder
comparar en el caso de que Botnia provoque enfermedades. Pero no hizo un
solo chequeo. "Con eso de Ginés habíamos quedado bastante esperanzados, pero
fue nada más que una promesa. Son cosas que no quieren hacer para no
comprometerse".
Con el corte de ruta también se va a reclamar que la Casa Rosada "se dirija
directamente a Finlandia" por el conflicto. Como se recordará, el gobierno
finés firmó con el uruguayo un Tratado de protección de inversiones por el
cual el Estado uruguayo quedó obligado a indemnizar a la planta de celulosa
si se modifican las condiciones iniciales de su instalación (por ejemplo, si
tiene que mudarse, e incluso si llegara a sufrir pérdidas económicas por
manifestaciones frente a su puerta). El Tratado fue la condición que Botnia
puso para desembarcar en el país.
La culpa es del viento
Confirmando los peores pronósticos, este martes 14 a las nueve de la mañana,
nueve obreros de la empresa Botnia se intoxicaron mientras trabajaban en
Botnia, por inhalación de sulfato de sodio, según la confirmación del
episodio por parte del doctor Henry Jaures. Los obreros sufrieron irritación
de la piel y las vías respiratorias y deberán permanecer 48 horas internados
en observación. Los informes plantean que lo ocurrido fue un accidente en el
área de calderas y evaporización, donde se produjo una nube tóxica que
afectó a los trabajadores Daniel Rodríguez (Montevideo) Luis Quintana y
mauricio Lapaz (de Mercedes), Carlos Carballo, Víctor Da Costa, Daniel
Rodríguez, Guillermo Chefle, Francisco Boggi y Juan Florenciano, todos
ciudadanos de Fray Bentos.
Sin embargo el dirigente de la construcción Marcelo Castillo sostuvo que los
intoxicados son 15 y responsabilizó a la empresa por obligar a realizar la
manipulación de dichos elementos durante un día ventoso y no de noche (el
lector puede ir sacando sus propias nociones sobre el asunto). Botnia
minimizó el hecho, pero frenó las tareas en la planta. El gobierno uruguayo,
a su modo también contaminado, anunció a través de su Canciller que pondrá
en marcha medidas de seguridad, pero no para defender a los obreros ni a los
vecinos, sino a Botnia, de supuestos atentados desde Gualeguaychú.
Uruguayos contra las pasteras
El sábado próximo los vecinos uruguayos llegarán a Gualeguaychú. El grupo
más importante arribará desde Nueva Palmira y Colonia Agraciada, quienes se
organizaron en rechazo a la planta de Isusa, que producirá ácido sulfúrico
para Botnia.
"Están muy bien asesorados y saben moverse", indica Gustavo Rivollier a
lavaca: "Hicieron la denuncia contra Isusa en la cancillería uruguaya,
intentaron ingresarla a la CARU (la Comisión que administra el Río Uruguay),
y cuando la Cancillería uruguaya no la cursó lo hicieron en la embajada
argentina en el Uruguay".
La idea del encuentro entre vecinos de los dos lados del río es hacer
confluir los reclamos. "Desde hace rato tenemos el panorama de que esto no
responde aisladamente a Botnia, Isusa, o Ence, sino que lo que se nos viene
encima es un todo. Los uruguayos trabajan mucho con la idea de la
independencia alimentaria, y desde ese lugar cuestionan también los
monocultivos", agrega Rivollier.
Conviene recordar al menos dos cosas:
El antecedente a la instalación de las pasteras es el monocultivo
descontrolado de eucaliptos, con financiación del Banco Mundial, que brindan
la materia prima para la fabricación de pasta de celulosa. Cada árbol
consume alrededor de 100 litros de agua por día, y elimina la posibilidad de
toda otra producción alrededor, lo que está motivando incluso la mudanza de
agricultores y productores uruguayos.
Los propios países desarrollados que sostienen que las pasteras no
contaminan, dejan de comprar toda producción surgida en 100 kilómetros a la
redonda de fábricas como Botnia, en lo que resulta una especie de confesión
de parte.
Volviendo al encuentro del sábado, la asamblea reunirá también a gente de
Conchillas, donde se va a instalar Ence, y de Mercedes, donde funciona la
coordinadora contra el monocultivo.
Reorientar la pelea
La reunión del próximo sábado es también parte de la necesidad de producir
otro tipo de cambio, el de reorientar la pelea. En Gualeguaychú saben que
oponerse a una planta cuando es sólo un proyecto, es muy distinto a la etapa
que comenzará con la pastera ya funcionando. (Y generando ingresos: el
ministro de Medioambiente uruguayo, Jaime Igorra, anticipó que Botnia
representará "700 millones de dólares al año de exportaciones", aunque cabe
señalar que los números prometidos siempre terminan siendo un tanto
gaseosos).
"Tenemos que cambiar todo", dice Rivollier, "y tenemos que hacerlo en una
situación complicada, porque estamos en medio del proceso, con rabia, con
bronca". Como un reflejo de ese malestar, Rivollier cuenta un episodio
recurrente en estos días, que tal vez simboliza lo que está ocurriendo:
-Cada vez que una lancha con gente de Gualeguaychú se para frente al predio
de Botnia, para mirar las obras o sacarle fotos a la chimenea, la prefectura
uruguaya la persigue. La corre incluso una vez que está dentro de la zona de
aguas argentinas. La Prefectura argentina ve que la están corriendo.
-¿Y qué hace?
-Mira todo de lejos, sin hacer nada.
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