Las autoridades mexicanas liberaron hoy a los
cuatro catalanes detenidos hace ocho días en el estado de Oaxaca, en
el sur del país y que permanecían arrestados en Ciudad de México,
según fuentes oficiales.
El Instituto Nacional de Migración (INM) informó en un comunicado
de la puesta en libertad de los españoles que salieron de la
estación migratoria de Iztapalapa, en el oriente de la capital
mexicana, donde estaban bajo custodia.
Los catalanes fueron detenidos el pasado día 5 de agosto por la
policía de Oaxaca acusados de haber cometido supuestamente una falta
administrativa de escandalizar con gritos en la vía pública y de
insultar a los agentes uniformados.
En su nota informativa, el INM dijo que había "actuado en todo
momento con estricto apego a derecho, de acuerdo a las atribuciones
que le confiere la Ley General de Población y con pleno respeto a
los derechos humanos de los españoles". Agrega que los arrestados,
identificados como Laia Serna Perelló, de 30 años; Ramón Sesén
Marquina (31), Núria Morelló Calafell (26) y Ariadna Nieto Espinet
(26), "recibieron un buen trato durante su estancia en la Estación
Migratoria de Iztapalapa".
Al justificar la liberación de los cuatro españoles, el INM
explicó que "pudo comprobar su ingreso legal a territorio nacional,
a través del Sistema Integral de Operación Migratoria (SIOM), de los
expedientes migratorios que obran con motivo de la emisión de las
FM3 y de la verificación de las FMT que les fueron proporcionadas".
La FM3 es una visa de trabajo y la FMT es una fórmula migratoria
de turista, lo que significa que su situación en el país es
totalmente legal y descarta su posible expulsión.
La detención de Serna, Sesén, Morelló y Nieto estuvo rodeada de
polémica porque los catalanes sostienen que la policía oaxaqueña los
detuvo sin motivo y que en el momento del arresto les quitaron sus
pasaportes, los incomunicaron y los golpearon y vejaron físicamente.
La senadora mexicana, Rosario Ibarra, una de las personas que
denunció el supuesto abuso de autoridad, señaló hoy que la detención
pudo ser "una especie de venganza" de las autoridades por el
análisis crítico del conflicto en Oaxaca que en 2006 hizo una ONG a
la que pertenece una de ellos. Serra es abogada de la Comisión Civil
Internacional de Observación por los Derechos Humanos (CCIODH), ONG
que en diciembre criticó en México la actuación de las autoridades
estatales y federales durante la crisis político-social desatada en
Oaxaca.
Entonces, una heterogénea plataforma civil conocida como la
Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), exigió con
manifestaciones callejeras la renuncia del gobernador Ulises Ruiz.
El conflicto, que en sus meses más duros exigió la participación del
Ejército y de la policía federal, dejó al menos una veintena de
muertos y la detención de destacados miembros de la APPO.
Los cuatro españoles denunciaron abusos físicos y psicológicos
por parte de los policías que los detuvieron en un primer momento y
que les infirieron "manoseos, improperios y procacidades" durante su
cautiverio.
El pasado viernes, personal del consulado de España constató que
los cuatro retenidos estaban en perfectas condiciones de salud e
informó de que se les había repuesto la documentación.
COMUNICADO
Laia Serra Perelló, Ramón Sesén Marquina, Nuria Morelló
Calafell y Ariadna Nieto Espiné, somos cuatro personas de
nacionalidad española que el pasado 5 de agosto del 2007 nos
encontrábamos pasando por el centro de la ciudad de Oaxaca, en la
calle Independencia, pasadas las 21:30, de repente nos vimos rodeado
por elementos parapoliciales algunos de ellos con armas de largo
calibre con uniforme azul oscuro y elementos de protección
antibalística, dos de ellos quiénes daban las órdenes iban vestidos
de civil, estos iban acompañados de unas pick-up blancas marca
Nissan.
En ese instante, nos obligaron a ponernos de cara a
la pared y con las manos en la cabeza a nosotros cuatro y a un chico
mexicano, a pesar de la presencia de personas que se encontraban en
la calle en ese momento. Sin pedirnos identificaciones y explicación
alguna nos obligaron a subirnos violentamente a una de las
pick-up's.
Durante el trayecto les pedimos el por que de este hecho a lo que
contestaban con golpes e insultos. Fue entonces cuando uno de
nosotros les mostró su credencial de prensa. Seguidamente, nos
obligaron a estirarnos y nos taparon con una lona impidiendo todo
contacto visual entre nosotros y estos y entre los transeúntes.
Después del trayecto de unos diez minutos aproximadamente, llegamos
a un espacio que parecía ser un cuartel en donde habían personas
uniformadas de verde y azul. Al bajarnos de las camionetas nos
encapucharon y nos llevaron a rastras a una pared en donde nos
obligaron a arrodillarnos y nos despojaron de nuestras mochilas,
cangureras, documentación y dinero.
Progresivamente se nos llevaron de uno en uno a un cuarto oscuro y
vacío. Una vez dentro nos empezaron a tomar fotos de frente y de
perfil. A las tres chicas nos obligaron a permanecer de pie de cara
a la pared y con las manos en la cabeza. Y a los chicos de rodillas
y también de cara a la pared.
Durante este período de encierro algunos de nosotros recibimos
golpes, humillaciones, insultos y amenazas, una de las chicas
recibió agresiones sexuales y el chico mexicano fue obligado a
realizar flexiones mientras un grupo de agentes se reían de él y le
amenazaban con "aplicarle el puñal". Así mismo, se acentúo el climax
de terror psicológico al oír la carga de y descarga de armas,
tenernos a oscuras en todo momento, tomándonos fotografías
aleatoríamente enfocándonos con unas linternas a la cara, dándonos
empujones, etc.
Posteriormente, (al cabo de una hora aproximadamente) nos hicieron
salir con las cabezas agachadas y nos separaron chicos y chicas. Nos
subieron de nuevo a las pick-up obligándonos a agachar nuevamente
las cabezas.
En ningún momento nos dijeron donde estábamos y a donde nos
llevaban. De ahí nos condujeron a otro lugar que parecía una
comisaría, nos metieron a uno por uno a una dependencia donde nos
tomaron nuestros datos personales y nos preguntaron por nuestro
estado de salud.
Paralelamente dos señores de civil con una libreta nos hicieron
muchas preguntas sobre nuestra estancia en el país.
Después se nos condujo a una sala con la juez calificadora, durante
este tiempo oímos que se nos acusaba de escándalo publico, pero en
ningún momento se nos comunico el motivo de nuestra detención, de
que se nos acusaba, y no se nos permitió llamar, ni comunicarnos con
el consulado español.
La juez nos dijo que estábamos indocumentadamente y que se nos
trasladaría a unas estancias de migración, nosotros replicamos que
la policía nos había robado nuestra documentación, dinero y
pertenencias, ante lo que se desentendió.
Posteriormente, a la una treinta, nos trasladaron de la comisaría a
la estación migratoria del INM (Instituto Nacional de Migración de
Oaxaca).
Ahí les informamos de nuestro robo y les exigimos de comunicarnos
con el Consulado Español. El lunes 6 de agosto prestamos declaración
de los hechos, el martes 7 de agosto se nos traslado
obligatoriamente con un vehículo oficial custodiado por la PFP
(Policía Federal Preventiva), a la estación Migratoria del INM de la
Ciudad de México, donde nos encontramos actualmente.
El miércoles 8 de agosto nos dirigimos custodiados al Consulado
Español donde nos expidieron un nuevo pasaporte que no se nos ha
entregado. Así es que desde el miércoles 8 de agosto a las cuatro de
la tarde somos extranjeros documentados ilegales. Aún así,
permanecemos privados de nuestra libertad y al día de hoy la
autoridad competente no nos ha informado de nuestra situación.
Desde el centro de Internamiento INM de Ciudad e México (Iztapalapa)
Afirmamos la absoluta ilegalidad de nuestra privacidad de Libertad,
denunciamos la vulneración de nuestros derechos fundamentales por
parte de las autoridades mexicanas, exigimos nuestra inmediata
puesta en libertad y la devolución de nuestras pertenencias, así
como que se depuren las pertinentes responsabilidades.
Firman:
Laia S. (abogada)
Ramón S. (profesor)
Ariadna N. (periodista)
Nuria M. (antropóloga)
Denuncia:
Violencia Física:
A todos: empujones, agarrones del brazo clavando los dedos,
lanzados a la pick-up impactando con el metal de la misma. A varios
de nosotros: golpes en la nuca y en la cabeza, tirones de cabello,
presión para agachar la cabeza provocando dolor en el cuello.
Violencia Sexual:
A dos de las compañeras les levantaron la camiseta, una de
ellas quedando con los senos al aire, a otra misma en varias
ocasiones le tocaron por encima de la ropa en el culo, el pubis, y
el seno derecho.
Violencia Psíquica:
A la chica que le tocaron en las zonas sexuales un agente
le dijo que si cooperaba todo iba a ir bien. No respondían cuando
les preguntábamos a donde íbamos en la pick-up. Nos taparon la boca
y nos pusieron capuchas para no ver donde estábamos. Estaban todos
armados, y nos iluminaban el rostro en el cuarto oscuro en donde
estábamos para no ver el rostro del agente. Hacían ruido como
cortando cartucho de armas. Nos impedían el contacto visual entre
nosotros, para tenernos atemorizados con dañar a nuestros compañeros
sobre todo en los traslados, nos hacían incesantes fotos y flashes.
Al chico mexicano lo obligaron a hacer flexiones con aviso de ser
pinchado con una navaja, y nos susurraban insultos y amenazas al
oído. Habían risas y burlas constantes por parte de los agentes.
Estuvimos largo tiempo a oscuros los chicos estaban arrodillados y
las chicas de pie con las manos en la cabeza.
En la estación de Migración.
Desinformación absoluta del proceso, no obtención de copia
de nada del expediente, prolongación innecesaria de horas de
detención, insinuación de nuestra ilegalidad. Falta de asesoramiento
legal. |