"Seamos realistas y hagamos lo imposible”.
Ernesto Che Guevara
Ya pasó un año de la última Feria del Libro de La Habana del 2009, la que se
dedicó a Chile, la primera sin la Mariposa de la Cultura cubana: su ausencia
inmensa me hizo escribir: “Para mí, este año, caminar por las calles de la
Fortaleza de la Cabaña y trabajar voluntariamente en el Comité Internacional
por la libertad de los Cinco cubanos es algo triste; se abre otra vez la
herida que no podrá cerrarse nunca: Celia Hart no está a mi lado para exigir
la libertad de Ramón, Antonio, Gerardo, René y Fernando”.
Y al revés este año mi felicidad es grande pensando que Celia volverá más
decidida que nunca a exigir justicia al monstruoso imperio por nuestros
Cinco hermanos prisioneros, y será una forma dulce, decidida e íntima.
Efectivamente, el Centro de Estudios Martianos y la Sociedad Cultural José
Martí presentarán el 14 de febrero de 2010, en la sala Nicolás Guillén, de
la Fortaleza de la Cabaña , en el marco de la Feria del Libro, el manuscrito
póstumo “Les debo verlos libres”, que custodia la correspondencia de Celia
con los Cinco antiterroristas y algunos artículos suyos que reclaman la
libertad de Ramón, Antonio, Gerardo, René y Fernando.
Y yo estoy feliz no solo porque una vez más podremos sentirla a nuestro
lado, como muchos 1° de mayo, cuando gritaba excitándose “basta ya de
injusticia cotra los Cinco cubanos”, sino porque será un momento para
recordar a esta gran revolucionaria que nos ha dejado demasiado pronto,
justo cuando su obra se empezó a conocer también en Cuba y ésta es más que
necesaria para seguir luchando al lado de nuestro Presidente de la República
cubana y nuestro Comandante en Jefe.
Sabemos que son momentos difíciles, quizás los más difíciles para América
Latina después de los años 70 y el golpe de Pinochet, mientras en el corazón
más profundo de Nuestra América, otro golpe de estado sanguinario está
matando y privando de la libertad al glorioso y bravo pueblo de Francisco
Morazán.
Honduras reclama el apoyo de todos los hombres de buena voluntad para
continuar resistiendo y caminando; también este pueblo fue privado de los
análisis tan exactos que habría podido hacer Celia sobre la enésima mala
jugada de los yanquis.
El imperio quiere dividir y destruir, intentar construir muros de violencia
entre pueblos hermanos, mientras que estoy segura de que Celia habría
recurrido a la unión y a la construcción de puentes de amor, aquel amor tan
necesario para un revolucionario que quiera llamarse así, como Ernesto Che
Guevara nos recuerda.
Entonces tenemos que construir puentes, como sólo hacen los verdaderos
hombres, como nos sugiere Celia, en su artículo “Puentes contra
muros”:“Puente es el vínculo ideal entre los que somos diferentes por
circunstancias externas. En lugar de fronteras discriminatorias, deberíamos
tejer la Tierra con puentes largos y pequeños. Todavía no sé por qué somos
“diferentes” si tenemos la comunión en el polvo de estrellas que nos colocó
tan juntos. Y en verdad todos vivimos con los mismos litros de sangre, con
el mismo espectro visual, con la misma vocación por la bondad. Y también
porque son iguales nuestros sueños, porque en casi todos los idiomas la
palabra amor no tiene sinónimos, porque en todos los lugares del planeta el
Sol regala su calor y la primavera empuja las flores al viento.”
Y ahora invito, a todos los que puedan, a la presentación del libro,
provocando vuestro corazón con las bonitas palabras del prólogo escritas por
Mirta Rodríguez, la madre de Antonio Guerrero, uno de los Cinco luchadores
cubanos:
PRÓLOGO
Agradezco a quienes me pidieron escribir unas notas para este libro dedicado
a la memoria de Celia Hart Santamaría, es un honor y un privilegio para mí.
Entre Celia, mi hijo Tony, y yo existió una linda relación de amistad que
poco a poco nos fue uniendo más, producto de la lucha por la justicia y la
liberación de Tony, Ramón, Gerardo, René y Fernando, nuestros cinco hijos
encarcelados injustamente en Estados Unidos desde septiembre de 1998.
Inmediatamente que comenzó la batalla y denuncia contra esta injusticia,
Cella se sumó a la lucha mostrando sus cualidades humanas, su amor ala
Patria y a la Revolución , escribió importantes artículos de denuncia sobre
el caso de los Cinco, pronunció discursos en diversas tribunas
internacionales convocando a la solidaridad
mundial. Su casa en La Habana fue escenario para reuniones del Comité de
Solidaridad «Justicia y Libertad» dirigido por la amiga Graciela Ramírez.
Ella comenzó a escribirle a Tony con un seudónimo: «Ofelia». No quería ser
identificada en un inicio, pero pronto Tony descubrió quién era la verdadera
Ofelia, y se abrió la amistad con un hondo sentimiento de afecto
revolucionario y de admiración mutua, y de ahí surgió el que ella lo llamara
«Tony del alma» y él la llamara “Celia del alma”.
Algunas de esas cartas se publican en este libro.
Esa amistad y ese intercambio de correspondencia entre mi hijo y Celia -en
el que yo soy partícipe—, me llenó de curiosidad por conocerla
personalmente.
Me gustaba mucho la forma en que se comunicaban, brindándose consejos,
regaños, críticas y autocríticas, halagos y cariño con total franqueza y
desinterés, unidos quizás por un mismo amor: “la defensa de la Patria ».
Y así un día se me dio esa oportunidad cuando Celia me anunció su visita a
mi casa.
Aquí nos encontramos y comprendí entonces la sensibilidad de aquella joven
revolucionaria, de carácter jovial, temperamento fuerte y nervioso, que lo
que más quería era brindamos su amor y su solidaridad por esta causa justa.
Cuando Celia se demoraba en escribirle a Tony yo la llamaba por teléfono y,
entre disculpas y risas, sosteníamos una conversación siempre agradable y
alentadora para mí. Cuando nos encontrábamos en las actividades se
emocionaba y sonrojaba al vernos. Ella era así de sensible. Sus cartas se
convirtieron en algo necesario para Tony y para mí también. Por todo eso
llegué a tenerle un profundo cariño.
El día fatal de su desaparición física no tuve fuerzas para acompañarla a
ella y a su familia en ese último adiós.
Se me hacía difícil creer esa dura verdad. Pensaba: ¿cómo darle la noticia a
Tony?
Fue tan inesperado y brutal, yo no podía comprender.
Tony supo la noticia por la radio y la prensa.
En esos días la prisión estaba en lock dowrn (encierro), por lo que no
teníamos comunicación directa.
Cuando logramos hablar con él unos días después, me explicó que le pidió al
compañero de celda le leyera la noticia.
Le fue difícil creer lo que informaba la prensa. Los dos sabíamos que
habíamos perdido una gran amiga, a nuestra «Celia del alma».
Mirta Rodríguez.
Ida Garberi,responsable de la pagina web en italiano del sito de Prensa
Latina