“Para mí ser comunista no es militar en un partido: para mí ser comunista es
tener una actitud ante la vida”
Haydée Santamaría Cuadrado
Querida compañera,
hoy quiero contarte que el viernes 24 de julio de 2009 en Encrucijada,
tierra de origen de tu estirpe rebelde, en Cuba, vio la luz, un libro tuyo,
por primera vez en absoluto, y no será la última, te lo juro sobre lo más
sagrado que tengo (yo haré lo imposible para ayudar en los esfuerzos casi
milagrosos de Chela Rodríguez, de tu prima Norma Ruiz Santamaría y de los
mas estrechos colaboradores), para que tu pueblo por fin pueda conocerte
como mereces, aprender a estimarte y darse cuenta de que su maravillosa
revolución perdió a una luchadora fundamental, incansable y sumamente
honesta, por una malvada broma de la suerte.
Tú sabes, que cuando Norma me llamó por teléfono para invitarme al acto de
presentación de tu libro “Haydée del Moncada a Casa”, de la editorial Capiro,
de Villa Clara, el corazón me brincó en el pecho, por el gesto de cariño que
me regaló, y sentí una mezcla de alegría y tristeza, porque supe que se
estaba realizando un gran sueño tuyo, exactamente como tú lo deseaste, con
amor y dedicación...pero, tú, Celia, no podrias estar.
Me equivoqué, absolutamente: porque desde que bajé del autobús, que nos
llevó al pequeño pueblo de la provincia de Villa Clara sentí perfectamente
alrededor de mí tu vuelo de mariposa de la cultura cubana, como buena dueña
de casa, condujiste nuestros pasos a la casa museo que fue de tu familia.
Me tomaste por la mano, me describiste en mi oído aquellos lugares donde tú
disfrustaste tus vacaciones en varies oportunidades y donde asististe a los
encuentros de tu familia, a veces animados por las discusiones entre tu
madre y tu abuela Joaquina Cuadrado, que, como tú misma dijiste, fue una
mujer dura y decidida.
En el documental que vimos, como principio de la presentación del libro, que
fué grabado en el octubre del 2007, mientras se celebraba el 80°aniversario
del nacimiento de tu tío Abel Santamaría, recordaste la figura de tu abuela
como una luchadora intransigente y fuerte, dispuesta a todo para defender a
los trabajadores del Central Constancia, lugar donde se ha desarrolló toda
su vida y donde ella misma ha aprendió a ser comunista.
Esta española, cuando emigró de su península no creo que imaginó que pariría
una estirpe de iluminados de la historia y que también ella misma moriría
militante del glorioso Partido Comunista de Cuba.
Y así tú continuas enseñandome pasos importantes de la historia de Cuba,
también en el documental recuerdas el soviet de Nazábal, fundado en esta
provincia en el 1933, donde los trabajadores del central expropiaron la
estructura, para convertirse en los únicos propietarios y aplicar la lucha
de clase.
Otros 35 centrales los seguirian y, a la provincia de Villa Clara tenemos
que reconocer, una vez más la medalla de rebelde honoris causa.
Me quedé hechizada en verte tratar el tema del soviet, siendo crítica, tan
viva, buscando la verdad y me ilusioné de que tú todavía pudieras llegar;
que estaba retrasada solo porque tu automóvil te dejó……pero cuando Marta
Rojas, la periodista del Moncada, empiezó a hablar de tu libro, me di cuenta
de que no entrarías jamás en la casa museo.
Marta es, de veras, muy perspicaz definiendo el libro como “un texto del
alma, valiente y hermoso”, y luego hizo notar a los presentes que los casos,
como el tuyo, son más únicos que raros, es decir, no es facil encontrar a
una hija escritora, con un enorme talento natural, que se ocupa de mantener
vivo el legado de su madre, que presta su musa para escribir un homenaje por
la que fue la gran revolucionaria del Moncada y de la Sierra, pero también
una ejecutiva encomiable de la Casa de Américas, sin perder de vista el
mando de su misma casa.
La periodista del Moncada nos contó muchas anécdotas de Haydée, a veces
simpática y singulares, ayudándonos a pintar una imagen humana de esta gran
revolucionaria, para no verla sólo en el aspecto oficial de su trabajo
incansable por la Revolución cubana.
Marta, luego, explicó la estructura del libro, donde aparte de tus artículos
sobre Haydée, se encuentran una conferencia sobre el Moncada que Yeye
impartió en el 1967, en la Escuela de Ciencias Políticas de la universidad
de La Habana y muchas cartas fundamentales para descubrir a tu mamá en la
profundidad de su corazón, como una carta desde la prisión de Guanajay a tus
abuelos, donde da ánimo a sus padres, después del ataque al Moncada, por la
muerte de Abel, una dedicatoria a su marido Armando Hart, dos cartas de
Ernesto Che Guevara a Haydee y una carta de Yeye al Guerrillero Heroico,
después de su desaparición física.
Acabada la presentación, querida compañera, fuimos a llevar flores a tu tío
Abel, en su estatua, en la plaza del pueblo, para no olvidar que estábamos
celebrando el 56° aniversario del Día de la Rebelión Nacional y reconociendo
la gloria de los mártires del ataque al Moncada.
Claramente hemos llevado girasoles, la flor querida de Haydee, como tú misma
nos recuerdas: “porque para ser tan hermosa como es, no renuncia a ser
inteligente, fácil de plantar y útil: de ella se saca buen aceite. El
girasol se siembra en campos abiertos al sol y al agua. Esa flor menea la
corola en busca del Sol, formando lindos rejuegos con el tallo [...] y
además le gusta convivir con sus compañeras [...] Es, en definitiva, una
flor revolucionaria».
Antes de volver a La Habana, tú sabes que fuimonos hasta el Central
Constancia, hoy el Complejo Agroindustrial Abel Santamaría Cuadrado: también
aquí tu voz me contó la disposición de la casa de tus abuelos y las proezas
del General de las Cañas, Jesús Menéndez, como tú las escuchaste de tu
madre, que no perdió ninguna conferencia del gran sindicalista, para
absorber aquellos principios marxistas que no pudo leer antes de la
Revolución cubana, ni tampoco a su llegada a La Habana, por falta de fondos
para comprar los libros, puesto que como la misma Haydee afirmó, para
comprar los fusiles y las balas, a veces tuvieron que olvidarse de comer.
“Y para quienes sólo cuentan los hechos “medibles”, ahí está la Casa del
amor que fundó Haydée, ahí está esa América, de la cual fue devota, pues
sintió su palpitar trémulo y confuso al hacerse novia de sus heraldos.
Respetad, pues, estos hechos contables, todos aquellos para quienes el
corazón, no piensa y, por no saber sentir, no entienden y llaman locos a los
que les superan en cordura del alma”: éstas son tus palabras, los vocablos
de una iluminada de la historia que cuenta sobre otra iluminada, que
accidentalmente, te dio a luz.
Ida Garberi *
*la autora es la responsable de la página en italiano del sitio web de
Prensa Latina