La batalla es por la vida.....¡Celia Hart nos llama a construir el Hombre Nuevo!


Hoy, el 4 de enero, habría sido un cumpleaño más de mi querida Celia Maria Hart Santamaría……pero la vida cruel no nos permitió celebrarlo juntas, fisicamente.
Por supuesto, este domingo fuimos muchos a recordarla, a percibir su vuelo de mariposa de la cultura cubana, mientras estábamos plantando una planta de rosa, su flor preferida, en el parque situado en Calle 25 y O, frente al Museo dedicado a su tío, Abel Santamaría y a los otros combatientes del Moncada,.
Esta idea maravillosa, así como dulce y femenina fue de Adys Cupull, la esposa de Froilán González: una pareja excepcional, amigos inseparables de nuestra Celia, famosos investigadores e historiógrafos cubanos, que se ocupan principalmente de la vida de Julio Antonio Mella, Tina Modotti y el Che Guevara.
El hecho verdadero es que se pensaba hacer una muestra de fotos y un documental de la famosa hija de la Revolución, pero desafotunatamente algunos impedimentos, ajenos a nuestra voluntad, pospusieron este proyecto.
No podiamos dejar en el olvido este fecha tan importante, que fue una ocasión de fiesta y regalos hasta el año pasado, como por ejemplo el libro del poeta y escritor ecuatoriano Luis Zuñiga, “Manuela”, que yo compré por ella, que fue una amante de la vida de la generala Manuelita Saenz, la libertadora del Libertador, Simón Bolívar.
Ambas fuimos felices aquel 24 de mayo de 2007, en el 185° aniversario de la batalla de Pichincha, cuando el presidente ecuatoriano Rafael Correa nombró a Manuela Saenz "Generala de honor de la República del Ecuador", devolviéndole todos aquéllos honores que desde demasiados años le fueron negados por sus mismos compatriotas.
Dichosamente este nuevo y joven presidente supo vencer todas las reticencias machistas que confinaron a la Libertadora en un rincón oscuro.
Celia tenía muchos libros bibliográficos sobre la famosa quiteña, y le faltaba justamente el que yo le regalé. No olvidaré nunca su sonrisa y su alegría casi infantil en verlo: a Celia le gustaba mucho leer, y aún más se entusiasmaba cuando le regalaban libros.
Este año en cambio preferimos una mata de rosa, algo que crecerá en el parque y nos regalará aquella flor muy querida de la princesa de la Revolución cubana y nos permitirá estimularnos a mantener viva su memoria y sobre todo su obra literaria.
Este día de un sol tan lindo no fué marcado por la tristeza, al contrario, todos pensamos en ella con alegría y con fuerza, como indudablemente ella misma hubiera querido ser recordada.
En estos meses tristes, que siguieron el trágico 7 de septiembre de 2008, Celia me hizo el regalo de conocer, gracias al correo electrónico, algunos de sus amigos extranjeros, seguidores de su obra, que se acercaron a mí, y cuando llegaron a La Habana, seguimos hablando de ella y aplicamos sus ideas revolucionarias.
Y esto me permitió encontrar a auténticos revolucionarios, personas con el corazón puro y sincero como Celia, que me hicieron percibir que es verdad, que la Revolución tiene que ser permanente, que existen muchos seres humanos como Celia para defenderla.
Entre estas personas quiero recordar a Luis Gustavo Giménez, argentino y su compañera colombiana Delvy Betancourt, representantes del Partido Comunista de los Trabajadores, de Argentina: entre las paredes de su casa Celia encontró hospitalidad en algunos viajes hechos a Buenos Aires.
Desafortunatamente Luis y Delvy no pudieron estar presentes en el acto en La Habana, pero enviaron su cariño en una carta muy sincera y conmovedora, donde decían: “Estamos seguros que hubiese querido que la recordaramos sin tristeza y fundamentalmente, continuando la lucha por el socialismo y contra este sistema capitalista que nos condena a la barbarie y a la infelicidad. Creemos que le caben las palabras del gran revolucionario checo Julius Fucik pronunciadas poco antes de ser asesinado por los nazis:
Por la alegría he vivido, por la alegría he ido al combate, por la alegría muero. Que la tristeza no sea nunca unida a mi nombre.
Nunca olvidaremos a esta gran hija de la Revolución Cubana que se supo ganar el cariño y el respeto de todos los que la conocimos”.
Durante la fiesta condenamos firmemente el ataque israelí a la Franja de Gaza y las atrocidades que se están cometiendo, matando sobre todo a los civiles, mujeres y niños, porque nuestra querida amiga apoyó las palabras del gran poeta de la resistencia palestina, Mahmoud Darwish, desaparecido también recientemente, que afirmaron: “Tu silencio me duele.. Tanto como la vida. Tanto como el tiempo”.
Tuvimos que hacerlo, Celia siempre recordó su lucha junto al pueblo palestino, sin conceder nada al enemigo.
Aquí quiero recordar lo que ella afirma en el artículo “Una notica a Israel Shamir”, del 2004 (y que yo apoyo completamente): “Odio con todas las fuerzas del mundo al Estado de Israel que considero ilegal y lo que él significa. Odio la resolución de la ONU de 1947 donde sin contar con los palestinos dividió su país. Pertenezco a la brigada de solidaridad con Palestina donde trabajo con muchos compañeros del mundo por mitigar el dolor de ese pueblo y el de la humanidad por la peste del sionismo. Daría mi vida por estar allá con mis hermanos palestinos destruyendo el abominable muro de Sharon, y participando de su resistencia”.
Y para seguir con un espíritu alegre pero decidido, le preguntamos al cantautor chileno Galo Espinoza, del grupo Cristal Andino, presente en el homenaje, que cantara una de sus canciones de lucha, una canción con mucha fuerza y energía, que le habría gustado indudablemente a Celia, porque no es de un lugar definido, es dedicada a los revolucionarios del mundo, para que por fin se unan y puedan crear al Hombre Nuevo.
El texto afirma: “Mercamonstruo guerrerista, demagogia neoliberal, tu violencia criminal, trasnacionaliza muestros.
Hay que elevarse insurectos, ya no hay tiempo que perder, Y el que no supo saber, será pan de cementerios.

Levántate, levántate, no me dígas que estas solo o tienes miedo.

Levántate, levántate, ven conmigo a construir el Hombre Nuevo.

Es la marcha de los pueblos, la que vuelve a levantar,

los valores más humanos; Amor y Solidaridad!

La semilla está en ti mismo, si es que dudas mira al Che!

La batalla es por la vida, levántate de una vez!”.

El hecho de haber podido conocer a Galo y a su amigo José Nazar, ambos chilenos refugiados políticos en Suecia, fue otro regalo que Celia me hizo, mientras, ella continúa destruiendo aquellos odiosos muros creados por el capitalismo y por el oportunismo y creando puentes de solidaridad verdadera e internacionalista, con su vuelo invisible, entre nosotros para que al final se haga realidad la gran frase con que concluía la mayoría de sus artículos:

¡Proletarios de todo el mundo uníos!


Ida Garberi, responsable del sitio web Prensa Latina en italiano

volver