Introducir el pensamiento del Ché en un estudio específico, como lo es el de la distribución, constituye una de las contribuciones de este marxista a la Construcción del Socialismo. Este proceso él lo pensaba como tridimensional, donde se complementaban: lo económico, la conciencia y lo social. El valor de la comprensión de esta característica de su pensamiento radica en evitar el peligro de la absolutización de un elemento en detrimento de otro.
En materia de distribución, se destaca en la conformación de un sistema salarial, la conjugación de los estímulos materiales junto a los morales. Su pasión por el acceso a la equidad en cuanto al empleo; la electrificación y la industrialización; el alcance de niveles culturales a tono con la creación de la base técnico- material del socialismo; y el papel que ejercen la combinación acertada de los estímulos materiales y morales para que el trabajo constituya un deber social, son elementos que caracterizan su obra en beneficio de este sistema.
El Ché como continuador de las ideas marxistas leninistas, parte de sus postulados para estudiar la distribución en las condiciones de la Construcción del Socialismo en Cuba, lo que conduce a este marxista a realizar su análisis a partir de una economía subdesarrollada, que lo distingue de los teóricos que le anteceden en la historia de la humanidad, por lo que su pensamiento, constituye un punto de continuidad y ruptura en la forma de asumir y organizar las relaciones de producción socialistas.
Al realizar un análisis crítico acerca de la teoría de la distribución en la construcción del socialismo, expone la necesidad de la creación de una conciencia social en el tránsito de la humanidad del capitalismo al socialismo y su papel como arma ideológica, en la formación de los valores que la nueva sociedad que se gesta, necesita.
También esbozó diferentes ideas relacionadas con el principio de distribución socialista; “De cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo” y destaca como uno de sus aportes en esta teoría el papel que juegan las normas, la organización y planificación de la producción y el trabajo voluntario en el fomento de la creación de una nueva actitud ante el mismo.
El hombre nuevo en Ché, es concebido no como una individualidad, sino como una fuerza social capaz de impulsar el desarrollo humano. Su pensamiento humanista sobrepasa los límites del egoísmo burgués, es exponente de una mejor redistribución del producto social y la necesidad de producir más como una de las tareas necesarias de la revolución.
La preocupación por el acceso al estudio, a la educación, a los servicios de la salud y a la protección de la población, formó parte de la estrategia que puso en práctica en un país, que como el suyo y América Latina toda, sigue su ejemplo para enarbolar las ideas del socialismo.
Los imperativos de la justicia social, la equidad y la solidaridad, en materia de distribución, constituyen premisas en el ideario del Ché, que dejaron para siempre un legado histórico en la revolución cubana y en el mundo. Sus ideas, principios y valores, no mueren sino que renacen en defensa de la construcción del socialismo.
Lic. Olga Lourdes Vila Pérez. Profesora de la Escuela Provincial del Partido. Cienfuegos
Aspirante a Doctor en Ciencias Económicas.
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