Las agresiones a Venezuela
EI
Imperio y la CIA contra América Latina
Tribunal Dignidad,
Soberanía y Paz Contra la Guerra*
El sacerdote Ernesto
Cardenal, poeta y revolucionario nicaragüense, en El
Nuevo Diario de Managua, el 23 de abril de 2004,
afirmaba que Venezuela con el Presidente Chávez a la
cabeza ha iniciado una nueva Revolución en América
Latina. Sostiene que «Chávez tiene en
contra a todos los medios de comunicación privados, y
también a los extranjeros. La oposición además recurre
al terrorismo. Sus manifestaciones políticas son
vandálicas»; pero como Bush decidió que Chávez es
enemigo del Imperio, esos terroristas no son
terroristas, sino luchadores por la democracia y la
libertad. En el doble discurso y doble moral de Bush, el
emperador y señor de la guerra y la muerte y verdadero
peligro para la humanidad y el propio pueblo
estadounidense, así mismo califica de terroristas a las
guerrillas de las FARC y ELN de Colombia. Y tampoco los
fundamentalistas chechenos que asesinaron con extrema
crueldad a los niños de una escuela en Beslán, en el
norte del Cáucaso en Rusia, son terroristas. Cabe
afirmar que quien siembra odios cosecha odios, e
indudablemente, Bush es el mayor terrorista de todos los
tiempos. |
22 de febrero de 2005
DIGNIDAD, SOBERANÍA Y REVOLUCIÓN EN VENEZUELA
Para Bush, el Presidente Chávez que lidera la
Revolución Bolivariana, es un peligro para la «democracia y la
libertad» al estilo del Imperio y, como es amigo de Fidel
Castro, se constituye en grave amenaza para los sacrosantos
intereses de Estados Unidos, las transnacionales monopólicas y
las oligarquías venezolanas. En consecuencias, hay que acabar
con Chávez y la Revolución Bolivariana, al precio que sea
necesario, sin que importen los derechos legítimos del pueblo y
con total irrespeto a la soberanía, autodeterminación e
independencia garantizados por el Derecho Internacional.
Para
liquidar al sueño revolucionario de Chávez, el Imperio
cuenta con la sanguinaria CIA y a esa agencia del terror y
espionaje universal, le ha encomendado que encabece la oposición
venezolana y así fue como tuvo activa participación en el golpe
de Estado de 2002, en la organización del sabotaje petrolero, en
los diversos y múltiples atentados terroristas, en la
conspiración armada ocurrida antes, durante y después de la
recolección de firmas en el referendo revocatorio, en la
organización de paros y huelgas, de manifestaciones violentas y
de asesinatos contra dirigentes populares y últimamente del
Fiscal que investigaba el golpe de Estado y execrables actos
criminales de la oposición patrocinada por la CIA.
La
Red Voltaire, en el mes de
noviembre de 2003, publicó un estudio documentado del periodista
e intelectual venezolano
Pacho Villamar, en el que sostiene: «Ahora
la CIA es la principal protagonista de la oposición al gobierno
de Chávez y dado su extraordinario poder, basado en Estados
Unidos, marca el paso de una oposición diversa y fraccionada por
intereses económicos, sociales y políticos internos, en muchos
casos antagónicamente opuestos. Hábilmente la CIA los manipula
para su propósito esencial:
destruir la democracia en Venezuela y someter al país a la
tutela colonial del capital estadounidense».
Villamar
afirma que en este camino la CIA ha trabajado en la satanización
del Presidente Chávez. En la izquierda pretenden desprestigiarlo
presentándolo como un populista, gorila y una amenaza a la
democracia. Ocultan que el gobierno de Carlos Andrés Pérez, para
imponer las medidas draconianas del Fondo Monetario
Internacional, ordenó la masacre de 7.000 ciudadanos en la
revuelta conocida como «Caracazo» y que la
oposición a este crimen fue el origen de la insurrección de
Chávez contra el sangriento «demócrata» preferido de Wall
Street.
En la
derecha, presentan al Coronel, como la extensión de Fidel
Castro. Pero no pueden vencer la realidad, Chávez es el
Presidente que goza de la más activa simpatía popular en su país
y en el continente, incluido el pueblo de Estados Unidos. Y sin
duda, una de las causas de su popularidad internacional, es la
constatación de que la CIA se opone a él.
Aspecto al
que se suma el que no pudo vencerlo en el golpe del 11 de abril
de 2002, diseñado como una versión actualizada del
pinochetazo del 11 de septiembre de 1973, en
el curso del cual ni siquiera los 2.000 allanamientos ejecutados
en un día, pudieron detener la insurrección popular que lo
restituyó en el poder. Y que tampoco pudo vencerlo en el
sabotaje petrolero más agresivo de la historia.
En la Revista
Temas (del 19 al 25 de marzo de 2004) se
refiere que el congresista José Serrano, Representante demócrata
del Estado de Nueva York afirmó que Estados Unidos financia a
grupos de oposición con el fin de debilitar la democracia en
Venezuela.
Lamentó que
el gobierno estadounidense no respete a Presidentes electos
democráticamente. «Se trata (Chávez) de una
persona que ha sido electa dos veces. No podemos continuar
diciendo que la democracia es buena y después no apoyarla». El
congresista denunció que Otto Reich quiere tumbar a Chávez por
su amistad con el Presidente Fidel Castro. Serrano enfatizó que
«si alguien tiene de cualquier forma o cualquier manera una
relación amigable con Castro,
(Otto) Reich lo botará».
Usando los
medios de comunicación que se prestan en muchos casos por
dinero, prensa escrita, radiodifusión y televisión de propiedad
privada de los grupos de poder económico y político de
Venezuela, tal como ha ocurrido en América Latina, la CIA, con
el propósito de desprestigiar la actividad gubernamental de
Chávez, por primera vez desnuda los rostros de la miseria, como
si esta fuera el producto del último gobierno y no el resultado
del despiadado saqueo de la riqueza petrolera venezolana por el
capital transnacional.
Denuncia
también la violencia de la delincuencia en el mismo sentido,
como si no hubiera sido producida por el mismo capital
transnacional y las oligarquías locales. Así también calla con
desvergüenza, que el pueblo venezolano fue condenado a la
miseria por los gobiernos de la burguesía que contaron con el
apoyo de Estados Unidos en sus corruptelas sembradoras de
pobreza.
Nada dicen,
por ejemplo, que en 1999, el 85 % de la población era pobre La
CIA ignora lo que el gobierno bolivariano está haciendo: la
entrega de tierra a los campesinos, la alfabetización masiva de
quienes el viejo régimen mantuvo en la ignorancia, sus programas
de salud, la recuperación para el beneficio de su país de la
industria petrolera y lo que la gente siente y las estadísticas
revelan, una disminución de la delincuencia.
Ahora
preparan un nuevo asalto contra la democracia en Venezuela, que
es un nuevo atentado contra la autodeterminación y la soberanía
de América Latina, dice Villamar.
En la
Venezuela de la Revolución Bolivariana, la CIA y el Imperio han
actuado con extraordinario dinamismo para enviar centenares de
espías, entrenar en el manejo de armamento sofisticado a
policías de gobernaciones y municipios que orquestan la
oposición, como si se prepararan para una guerra civil.
Es más, la
CIA ha introducido aviones y fomenta la «desobediencia civil»,
manifestaciones en contra del Comandante bolivariano y la más
grande oposición mediática que no se detiene ante nada, ni
siquiera ante los límites de la ética periodística. Nunca antes
se ha insultado tanto a un Presidente por medio de la
televisión, de la radio y la prensa escrita y, sin embargo no
hay ningún medio de comunicación clausurado, periodista detenido
o presos políticos.
La abogada
estadounidense, especialista en derechos humanos. Eva Golinger
denunció que el gobierno de Estados Unidos «para
el financiamiento de actividades conspirativas en Venezuela,
aproximadamente la «inversión» en dólares pasaría de los USA $
1.136.000».
Golinger en su análisis refleja «la entrega
de un millón 136 mil dólares a Cedice y a la CD para el
financiamiento de foros y actividades en contra del proceso
bolivariano», según reportaje especial de la periodista
Wendy La Rosa, publicado por el Diario caraqueño VEA en la
edición de 17 de abril de 2004.
Antonio José
Herrada Ávila, en la Revista Temas de Venezuela del 18 de
diciembre de 2004, expresa que el imperialismo ha movido sus
fichas en contra de Venezuela y que por ejemplo ha
«comprado el seso del
embajador de Venezuela ante la ONU para que diga que el gobierno
de Venezuela está cometiendo asesinatos.
Asesinatos
que han sido previamente planificados por la oposición al ver
que su Plan Guarimba no logró el objetivo deseado». Denunció que
los medios de comunicación sirven a los planes geopolíticos de
Bush en contra del proceso bolivariano. Las pruebas están en
Venevisión, Televen, RCTV y Globovisión que «presentan mensajes
cada 15 minutos, con imágenes violentas, colocando la bandera de
Venezuela llena de sangre y acusando al Presidente Chávez de
asesino».
La CD
(Coordinadora Democrática de oposición financiada por Estados
Unidos) dice Herrada, «está tratando de buscar
más muertos con la intención de crear un conflicto armado entre
hermanos de un mismo país, tal como un guión de película escrito
por la CIA».
Un coro de
dueños de periódicos, revistas, radiodifusoras y canales de
televisión de América Latina y de Venezuela se ha levantado para
protestar contra la nueva Ley de Comunicación y Prensa aprobada
constitucionalmente, pero nada dicen sobre que esa Ley ha sido
diseñada y establecida para proteger al pueblo y, en especial a
los niños venezolanos de tanta infamia difundida en aras de la
libertad de prensa y que se refieren a la violencia social, al
crimen, al terror, violencia intrafamiliar y violaciones
sexuales.
En el diario
VEA de 11/febrero/2004, se denuncia que millones de dólares
recibe la oposición para financiar el derrocamiento de Chávez.
Afirma que
Fundaciones (ONGs) encubiertas de la CIA y el Departamento
de Estado han suministrado millones de dólares para pagar la
campaña mediática y las operaciones contra Chávez. Las
revelaciones han sido posibles gracias a documentos obtenidos
por el periodista norteamericano Jeremy Bigwood, provenientes de
los propios archivos de la CIA.
Bigwood dijo
al periódico británico The Independent, en
artículo reproducido por VEA que el financiamiento a la
oposición a Chávez por parte de Estados Unidos [«repite el
patrón que se desarrolló en Nicaragua en la elección de 1990
cuando Estados Unidos invirtió 20 dólares por elector en ese
país centroamericano para conseguir la derrota del Presidente
sandinista Daniel Ortega. Hacer tal cosa en nombre de la
democracia es muy hipócrita»].
Estados
Unidos y la CIA utiliza diversas organizaciones
tipo ONG, para desarrollar operaciones encubiertas. Una de
ellas es la
National Endowment for Democracy que juega un papel
protagónico en contra de Chávez, ya que a través de ella se
reparten millones de dólares entre los opositores.
Esa
organización no gubernamental distribuye unos 40 millones de
dólares, anualmente, entre grupos y entidades no
gubernamentales, que en América Latina y en otras partes del
mundo, tratan de imponer sistemas con «valores impulsados por
Estados Unidos». La NED expresa Bigwood, es una de las
principales organizaciones encubiertas de la CIA, dedicadas a
desprestigiar a Chávez para lograr su derrocamiento.
Ante pruebas
contundentes, según sostiene la periodista Rosanna Rodríguez
desde Washington, el vocero del Departamento de Estado, Richard
Boucher, reconoció que el gobierno de Estados Unidos a través
del Instituto Nacional Demócrata (NDI) ayuda financieramente a
grupos supuestos a fortalecer la democracia en Venezuela. De
acuerdo con los documentos de la CIA, Estados Unidos ha enviado
millones de dólares a líderes de la oposición en Venezuela, a
fin de financiar operaciones de desestabilización contra el
gobierno legítimo del coronel Chávez. [«Los documentos
reflejaron que NED pagó más de un millón de dólares a los
llamados grupos antichavistas con el fin de que estos
contribuyeran a imponer en Venezuela una democracia al estilo
norteamericano»].
Más aún,
Ariel Floril en la Revista Temas de Venezuela de 25/marzo/2004,
sostenía refiriéndose a Bigwood que había afirmado que la NED
utiliza «ramas operacionales» como el Instituto Internacional
Republicano, el Instituto Nacional Democrático para Asuntos
Internacionales, el sector de Relaciones Extranjeras de la
organización
sindical AFL-CIO y el Centro Americano para la Solidaridad
Laboral Internacional, para enviar fondos a la oposición
venezolana. AFL-CIO, desde hace décadas es utilizada por la CIA
para penetrar en el movimiento sindical de América Latina.
Omar Gómez,
en el Diario VEA de 14/marzo/2004, afirmaba que la embajadora
estadounidense en Brasil y anterior embajadora en Venezuela en
los días previos al golpe de Estado, Donna Hrinak solicitó al
gobierno de Brasil que endureciera su posición con Venezuela. El
parlamentario venezolano Saúl Ortega denunciaba que
«Hrinak, siendo embajadora en Venezuela se fue
un mes antes del golpe de Estado, después de hacer todos los
preparativos para esa acción».
Gómez
señalaba que es
«interesante recordar a Steve Kangas en su artículo Memorial de
atrocidades de la CIA, publicado en Rebelión en diciembre de
2003, en el que escribía que la Asociación para el Disenso
Responsable estimaba que para 1987, seis millones de personas
habían muerto como resultado de las operaciones encubiertas de
la CIA.
El ex
funcionario del Departamento de Estado William Blum llamó a esto
correctamente un «Holocausto estadounidense» (Coleman McCarthy,
The Consequences of Cover Tactics Washington Post, December 13,
1987). Este «Holocausto Estadounidense» debe llevarnos a
reflexionar sobre la titánica tarea que le espera a Venezuela y
enfrentar una amenaza gigantesca como la que representa la CIA,
hasta el terrorismo mediático llevado a cabo, principalmente,
por las televisoras comerciales de Venezuela».
El escritor y
profesor universitario de la Universidad de los Andes de
Venezuela, José Sant Roz en su último libro: La
CIA en Venezuela (Kariña Editores. Mérida Venezuela) pone al
descubierto a los personeros de la política venezolana,
empresarios, sindicalistas y religiosos relacionados directa o
indirectamente con la Agencia Central de Inteligencia -CIA- y
demuestra que existen venezolanos que hasta sin tener conciencia
de lo que hacen o dicen, prestan servicios de variada naturaleza
a la CIA y sus planes desestabilizadores ya sea en calidad de
acuciosos informantes, mediante paga en dólares, venta de
trabajos intelectuales en degenerada actitud o entrenamiento
pagado para realizar sabotajes, preparar asonadas, planificar
asesinatos y otras barbaridades propias de la CIA.
Sant Roz
llama «agentes o sirvientes» a los personajes venezolanos que
intervienen activamente en la oposición a Chávez y que siempre
van de la mano de la CIA y menciona a los «líderes» Gabriel
Puerta Aponte, Ángela Zago, Carlos Andrés Pérez, Pompeyo
Márquez, Oswaldo Álvarez Paz, general Raúl Salazar Rodríguez,
Douglas Bravo, Américo Martín, y muchos otros, entre ellos,
algunos personajillos que en un tiempo fueron comunistas o
dirigentes de la izquierda venezolana y hasta guerrilleros
víctimas de la misma CIA.
El profesor
Sant Roz, también denuncia el financiamiento del National
Endowment for Democracy -NED- a distintos medios de comunicación
opositores al gobierno del Presidente Chávez y expresa que
«las acciones de la
CIA muy pocos la conocen. La CIA, dice, puede estar derrumbando
las bases de un Estado a través de una inocente competencia de
fútbol, por ejemplo.
Sus
laboratorios cuentan en Venezuela con fotógrafos, maquilladores,
barrenderos, profesores universitarios, limpiabotas, heladeros,
mensajeros, etc.» Es seguro que en
la mayor parte de las veces, esta gente ni siquiera se entera de
que está siendo usada por la CIA.
Revela la
existencia de un «consorcio» que intenta desde Washington
dominar al mundo. En él están: George Bush, James Wolfenshon
(Banco Mundial), el Rey Juan Carlos de España, Henry Kissinger y
sus títeres Jimmy Carter y César Gaviria, quienes tienen la
encomienda de «arreglar a Chávez».
Las ONGs de
derechos humanos y varias de la «sociedad civil» son otra punta
de lanza de la CIA en la activa oposición a la Revolución
Bolivariana y, para servir a la CIA y a los intereses del
Imperio, no podía faltar la Iglesia Católica y sus sacerdotes
como fue el caso de Baltasar Porras, Presidente de la
Conferencia Episcopal de Venezuela.
El Presidente
Chávez denunció ante organismos latinoamericanos y mundiales, la
injerencia de Estados Unidos y de la CIA en Venezuela. En el mes
de septiembre de 2003, mientras más dura era la actitud golpista
de la opositora empresarial y política, sostuvo que tenía en su
poder un video que sus fuerzas de seguridad grabaron
secretamente en el que, agentes de la CIA daban instrucciones a
venezolanos. Burlándose de la CIA expresó: «La
técnica no debe haber sido muy buena, puesto que logramos
filmarlo».
El propio
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, el
Vicepresidente y varios de los Ministros de Estado, ante
diversos foros internacionales, han denunciado en forma
reiterada a la CIA implicada en actividades clandestinas en
Venezuela, antes, durante y después del golpe de Estado, en el
proceso de recolección de firmas para el referendo revocatorio
del mandato, durante las elecciones, en el uso de los medios de
comunicación social, en el financiamiento de las actividades
opositoras, en los atentados criminales y en los diversos
estratos poblacionales; pero la CIA hasta ahora ha fracasado en
sus intentos provocadores que aspiran a derrocar al Presidente
Chávez, o asesinarlo como lo ha hecho con otros líderes
mundiales que resultaron molestos a los planes expansionistas y
de dominación imperial.
La CIA, el
brazo clandestino de los gobiernos de Estados de Estados Unidos,
viola todos los principios del Derecho Internacional en la
República Bolivariana de Venezuela; pero no sólo la CIA conspira
contra la democracia venezolana y el Estado de Derecho, sino
otras agencias como la National Endowment for Democracy (NED),
la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional (USAID)
y otras que suministran logística y millones de dólares a la
oposición empresarial y burgués-oligárquica. Un claro ejemplo
está en el uso y abuso de los medios de comunicación social
privados que, al servicio de la Agencia, calumnian, engañan y
mienten tratando de desprestigiar al Presidente Chávez.
A fines de
marzo de 2004, el embajador de Venezuela ante el Consejo
Permanente de la OEA, Jorge Valero, denunció la conspiración de
Estados Unidos y de la CIA para derrocar al Jefe de Estado
venezolano: Con pruebas contundentes demostró la
injerencia imperial en financiamiento de actividades de
desestabilización, reconocimiento automático del gobierno
dictatorial surgido del golpe de Estado de abril de 2002,
promoción del referendo revocatorio del mandato, etc.
Naturalmente
que el representante de Estados Unidos ante la OEA, el ex
embajador en Venezuela, John Maisto negó todos los contundentes
hechos expuestos por Valero y con el cinismo imperial de siempre
dijo que las acusaciones son: «irresponsables y falsas»; pero la
realidad existente y la historia de las actividades clandestinas
de la CIA que violan todos los derechos y libertades de los
pueblos son innegables e irrefutables.
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Tribunal Dignidad, Soberanía y Paz
Contra la Guerra
Agrupa a intelectuales y representantes de
organizaciones sociales del Ecuador y se formó en el
teatro Universitario de Quito al inicio de la última
invasión estadounidense e inglesa a Iraq.
IMPORTANTE: Para el Tribunal Dignidad,
Soberanía y Paz contra la Guerra, serán muy valiosos sus
comentarios y opiniones sobre este documento. Mail:
tribunalpazecuador@yahoo.com
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