El Grupo Clarín fue sancionado por la Cámara Nacional de Trabajo Nº 80 porque
en lugar de acatar la orden de reinstalar a los delegados sindicales
despedidos solicitó que se revoque la medida. Esta chicana fue juzgada como
una “maniobra dilatoria” y castigada por “temeridad y malicia”. Pagará costas
y una multa de $3000.
La cámara laboral Nº 80, acusa a la empresa de realizar “maniobras dilatorias”
para impedir el cumplimiento de la medida cautelar ordenada, esto es, la
reincorporación de Ricardo Junghanns y Marcelo Moreira a sus puestos de
trabajo en Canal 13 y Todo Noticias, ambas empresas pertenecientes al Grupo
Clarín.
Esta sanción contra la empresa Arte Radiotelevisivo Argentino S.A. (ARTEAR)
les da la razón a los trabajadores que advirtieron el ardid y solicitaron sea
sentenciada por “temeridad” y “malicia”. Precisamente, la cámara en su
resolución delimita los alcances de ambos términos.
“Cuando el demandado-el Grupo Clarín- sabe a ciencia cierta que no tiene razón
valedera y no obstante abusando de su jurisdicción, impone un proceso del que
se ha de generar un daño a la otra parte”, se habla de temeridad. Y respecto a
malicia sostiene que se trata de un “ocultamiento doloso y la articulación de
defensas que manifiestamente tienden a dilatar la tramitación del proceso”.
Pudimos dialogar con uno de los afectados: Ricardo Junghanns. El otro es
Marcelo Moreira. Ambos fueron despedidos hace un año cuando el conjunto de
trabajadores decidió organizarse y crear una comisión interna gremial. Forman
parte de la lista que triunfó en las elecciones supervisadas por la autoridad
laboral. Pero, pese a que la justicia ordenó su inmediata incorporación, la
empresa no acata la orden.
Junghanns evalúa que el grupo actúa con total impunidad y se para frente a los
poderes del Estado como un Estado paralelo. En el medio, los periodistas deben
optar entre cumplir con el mandato de la sociedad o mantener la estabilidad
laboral. Un debate profundo comienza a germinar en el seno de las redacciones.
La actitud del oligopolio no es ajena a su postura respecto a la ley de
Servicios de Comunicación Audiovisuales sancionada este año en nuestro país.
“Es paradojal – manifiesta el delegado-que encare una escandalosa maniobra en
torno a la problemática jurídica y a la aplicación de la ley, lo cual pone de
manifiesto la capacidad del grupo de interactuar con una parte de la
Justicia”.
En este sentido, recuerda que existen jueces de la dictadura devenidos en
magistrados de la democracia que “desde la perspectiva de operatoria de los
lobbys, están creando fallos en primera instancia que el grupo trata de
imponer como última verdad”, explica.
Desde esa visión analiza que “el Grupo Clarín se ha manifestado al menos en
estos años con absoluta claridad y desparpajo casi como un Estado paralelo.
Decimos eso, porque que puertas adentro de Canal 13 y TN en el caso nuestro,
pero también en el conjunto de las empresas del grupo: no hay estado de
derecho”. “Hay compañeros que hace 10 años no tienen un fin de semana libre.
Yo nunca pude tomarme un feriado o un fin de semana largo. El primero fue
después que me echaron”.
Así, denuncia que el grado de ilegalidad es por lo menos “escandaloso” ya que
todos los trabajadores están fuera de convenio, no se aplica el Estatuto del
Periodista y no hay posibilidades de libre sindicalización.
Sobre este último punto afirma que “lo hacen desde una perspectiva
discriminatoria” porque va dirigido a quienes realizan tareas vinculadas a la
generación de contenidos y de información. “Hay otros gremios que conviven con
el grupo sin ningún tipo de dificultades. Por lo tanto, decimos que este limbo
legal está en intima relación con la problemática del control editorial”.
Junghanns considera que se trata de la aplicación de una política de
desarrollo empresarial que “de la mano de las Nuevas Tecnologías de la
Información y de la Comunicación (NTIC) le permite montar un concepto donde el
autoritarismo y el control directo sobre todos y cada uno de sus contenidos es
increíble”.
El trabajador, delegado electo, despedido, y que pese a la medida cautelar de
la justicia de reponerlo en sus funciones permanece afuera, asegura que estos
temas están en debate en el seno de los trabajadores.
En este sentido, opina que si bien las NTIC “abren caminos a un nuevo marco de
participación democrática en el pueblo, en la comunicación, en el conocimiento
o la apropiación de los saberes, en realidad son herramientas de mayor
control, cada vez más autoritarias. Todos sabemos que uno de los problemas
centrales en nuestras sociedades es la guerra por la apropiación del
conocimiento”, acota.
Sobre esta cuestión el editor televisivo alerta sobre la complejidad del
problema de la desmonopolización. “No tiene que ver sólo con los negocios, si
decimos que el grupo se para como un Estado paralelo, la opinión nuestra es
que comienzan a transformarse en los “nuevos” partidos a la vieja usanza de la
Iglesia y del sector militar. Hoy, agiornados en un marco de alianzas
sumamente complejas, distintas, diversas, que van desde los agronegocios a
intereses que no solamente tienen una respuesta en el marco de lo nacional
sino de lo regional y juegan abiertamente en la perspectiva de poder”, deduce.
Agrega que cuando se produjo la fusión de las empresas Cablevisión y
Multicanal públicamente declararon que tenían bajo su control a 250 canales en
el país, y que además eran dueños de emisoras de radio en otros países de la
región. “Tienen una estrategia de poder y utilizan los medios en función de
eso. Esto es preocupante para la sociedad”, apunta.
Los periodistas y el discurso homogéneo
El gerente de noticias del canal, en una reunión con los trabajadores, subrayó
que “había que hacer crecer y homogeneizar los contenidos a lo largo y lo
ancho del país por medio de sus transmisoras, y llevar adelante el concepto de
sociedad que se proponían”. Operativamente, el discurso se tradujo en la
creación de una Gerencia de homogeneización de contenidos. Cero eufemismos.
“En el medio estamos los periodistas y los que hemos decidido serlo pensamos
que tenemos un compromiso con la sociedad que no es solo hacer circular
información, sino conocimiento. Los compañeros, al interior de estas empresas,
se ven en la necesidad de decir: hago o no hago y esto los pone a las puertas
del despido”, reflexiona.
Ante una consulta relacionada con la legislación existente en otros países
sobre cláusulas de conciencia que protegen al trabajador de prensa responde
que “sabemos que si no están escritas no hay posibilidad alguna de echar
mano”.
Por otro lado, comenta que los medios vienen formando a través de diplomaturas
y posgrados nuevas generaciones de periodistas con un perfil individualista y
de operador político. Entonces, así las cosas: “O decís que no, o te
transformás en un empleado de cualquier empresa que en vez de manzanas produce
información”. Sin embargo advierte que esta decisión implica un costo alto en
términos de pérdida de salud. Frustración, baja estima y el consabido chaleco
químico.
“La única manera que tenemos los periodistas de lograr capacidad de opinar, de
tener ciertas libertades, es absolutamente imposible sino peleamos la
legalidad”, sostiene. Pero a pesar de los 22 despidos y la falta de
reconocimiento a la comisión interna lograron mejoras salariales importantes y
frenaron la ola de despidos.
David y Goliat
Ahora, pelear derechos frente aun grupo tan poderoso que lisa y llanamente no
respeta las leyes no es tarea fácil. “Cuesta. Con Marcelo (Moreira) escribimos
una carta a los compañeros y amigos. Estamos muy agradecidos porque son cosas
que no las hacés solo. Las hacés acompañado de tu familia, de tu mujer, de tus
hijos. Para nosotros fue un triunfo haber roto el marco de individualismo, y
no hablo del cien por ciento de la masa de trabajadores, pero hemos generado
un ámbito que nos ha acompañado en todo este proceso y eso fortalece”,
destaca.
Recibieron muestras de solidaridad activa como aportes económicos e
intelectuales para la continuidad de la lucha. Para el trabajador la
recuperación del puesto de trabajo en fundamental para el colectivo de prensa
porque implica ganar en libertades sindicales. “Tenemos el derecho de
representar a los compañeros que nos han elegido en elecciones limpias con
veedores del Ministerio de Trabajo”, asegura.
Ricardo y Marcelo le ponen el cuerpo a una lucha monumental. Hay dos fallos en
primera y segunda instancia que ordenan su reincorporación. La empresa
desobedece.
Y uno se pregunta, ¿qué sería lo peor que podría ocurrirles? “Lo peor que nos
puede pasar, es que nos sentemos a hablar con la empresa una salida económica.
Sería lamentable si este es el final. Porque hemos puesto mucha cabeza, mucho
esfuerzo y convicción. En el caso nuestro: O negociás o continuás. Son escasos
los fallos en contra de estas empresas. Son pocos los compañeros que han
llegado a una sentencia. El conjunto de los trabajadores necesita generar
jurisprudencia y tener armas para combatir estos problemas”.
Sin embargo, aclara que no juzgan a quienes hayan negociado una salida
económica porque está claro que depende de las circunstancias. “Vivir no es
fácil, cuando está la familia es un problema. Lo que hemos logrado, en todo
caso, es que frente a los casos que se han negociado, lo hemos hecho
colectivamente. No es una cuestión de principismo sino de responsabilidad”,
precisa.
“Tengo el derecho de representar a los compañeros que nos han elegido en
elecciones realizadas con veedores del Ministerio de Trabajo. No nos hemos
despegado de la situación interna y nos consideramos trabajadores”, concluye
Junghanns.
Katy Garcia (ACTA)