Avellaneda, 19 de Octubre de 2005

Contestación a la nota enviada para informar el castigo a la Federación Juvenil Comunista de Avellaneda (toda, no un sector)


Rechazo absolutamente el contenido de la nota por tendencioso, por tergiversar la realidad y por, fundamentalmente, expresar claramente el caracter verticalista y ombligista de quienes la firmaron y avalaron.
Resulta llamativo que entre las razones expuestas para tomar tan grave medida contra chicos que recién comienzan su militancia se cite “Los procedimientos ajenos a los debates partidarios”, viniendo de individuos que, por ejemplo, no tuvieron vergüenza de encerrar a los delegados congresales de la Provincia de Buenos Aires al 23° Congreso para intimarlos a votar en contra de lo resuelto en la conferencia provincial; pregunto ¿esos son “los procedimientos de debate partidario”?
Con referencia a “la negativa a militar lo resuelto por el 23° Congreso”, me gustaría que relean las resoluciones (cosa que parece no hacen habitualmente), porque allí en ninguna parte dice “militar el Encuentro Amplio”.
Respecto de la aludida “resolución del Comité Provincial”, del que soy parte –orgullosamente propuesto por mis compañeros de base y no por una lista sábana- no hubo tal resolución, o mejor dicho, la habrán tomado entre cuatro o cinco en todo caso, encerrados en una oficina, porque nunca se votó nada al respecto, ni en el último ni en ninguno de los comités que se llevaron a cabo durante el año.
Dejo para lo último la cuestión de la “inorganicidad manifiesta”: si no fuese tan patética la situación, hasta resultaría gracioso que aquellos que cometieron todos los actos mencionados más arriba puedan juzgar a alguien. Y más teniendo en cuenta que la “inorganicidad manifiesta” que existe en nuestro querido Partido está fomentada desde arriba. Ejemplos sobran, y los hemos sufrido en Avellaneda: por ejemplo, podemos decir que nunca nos dieron una mano para encarrilar “en la organicidad partidaria” a los “compañeros” del movimiento cooperativo, los que se desenvuelven autónomamente y en contradicción con la dirección local (y hasta nos han generado una deuda de prensa de $700, y de $1000 si contamos a los –pocos- que giran alrededor de ellos); eso sí: de sancionarlos a ellos ni se habla. Tampoco se vio el apego a la “organicidad” cuando apoyaron y asistieron política y hasta financieramente a “La Toma de Dock Sud”, a cuya inauguración asistieron cuando ya sabían que eso era un antro de corrupción (por denuncias de los compañeros de los municipios del Regional Sur y por la decisión del Regional Sur del MTL de separarlos de la organización), donde se les cobraba “comisiones” a los que recibían planes, se vendía mercadería que estaba destinada para los más desposeídos de nuestra sociedad y hasta se le exigían favores sexuales a las compañeras a cambio de no bajarles el plan de $150. Allí hubo y hay implicados “compañeros” que son recibidos como tales en nuestra casa Central, y para ellos, otra vez, ni se menciona la palabra castigo.
Todo esto, pasando por encima de todas las denuncias de la Dirección de Avellaneda, y por supuesto, de la “organicidad” del municipio. Vuelvo a preguntar: ¿esa es la “organicidad manifiesta” que fomentan dentro del Partido los que firmaron el castigo?

No, los “iluminados” expulsan a chicos de entre 19 y 15 años.

Compañeros, para exigir hay que dar el ejemplo. Y sobre todo para tener la osadía de castigar a toda una organización juvenil (cuyo integrante más antiguo milita hace apenas un par de años) que es un ejemplo de militancia (por algo siempre acuden a ella cada vez que necesitan realizar alguna tarea, aunque eso evidentemente les importa poco a los que “firmaron y avalaron” la “separación”), de compañerismo y de ética revolucionaria. Y de eso que es tan necesario para poder aspirar al mote de “revolucionarios”: la rebeldía. Esa que hace que no se callen la boca ante los explotadores, ...ni ante los tremendos dislates de nuestros dirigentes.
Desde ya, los chicos de la Fede de Avellaneda cuentan con todo mi apoyo y solidaridad, los cuales seguirán militando –a pesar de todas las trabas que les pongan- para cambiar esta sociedad injusta de raíz.
No se le pueden poner cadenas al viento

Hasta la Victoria Siempre




Gustavo Robles
Secretario Político del
Partido Comunista de Avellaneda