¿Cómo se distribuyen las
cargas al momento de analizar la situación crítica que afecta a la
población en materia de luz, gas y combustibles? Esta pregunta, que
no deberíamos hacerla, o más bien, cuya respuesta debería ser “no
los afecta”, es el centro de nuestro trabajo.
En materia de gas natural, debe
recordarse, hay más de 2.900.000 hogares(1)
que no gozan de este servicio. Ello implica que deben recurrir al
sistema de provisión de garrafas o “cilindros” que, paradójicamente,
resultan más caros(2). Más de 16.000.000
de personas consumen habitualmente garrafas(3).
Téngase en cuenta que desde 2002 hasta la fecha, la provisión de gas
natural domiciliario no aumentó, mientras que el precio de la garrafa de
diez kilos se incrementó en más de un 270%. Los pobres subsidian el
calor de los ricos.
Algunas jurisdicciones han
establecido la denominada “garrafa social”, un acuerdo destinado a
subsidiar el precio del envase de gas de diez kilos. En la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, el sistema se puso en marcha a partir de la
sanción de la Ley Nº 1.353, sancionada en 2004, que otorga un bono de
diez pesos a los beneficiarios, a fin de obtener un descuento en el
precio. Pero, el problema en la aplicación de esta norma, es la falta de
bocas de expendio de la “garrafa social”: un informe de la Asociación
Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), realizado este año, denunció
que “las bocas de expendio de la llamada “garrafa social” (gas a precio
diferencial) no alcanzan para abastecer a las familias que no cuentan
con el servicio de red. Además, resalta que no se cumplen con los
controles de calidad y seguridad. Y asegura que no se difunden los
programas sociales que tienen como objetivo satisfacer de este servicio
a los sectores más pobres”(4).
En la Ciudad de Buenos Aires, los sectores que consumen mayormente
garrafas son los residentes de las villas de emergencia, cuya población
se triplicó en los últimos años, superando los 150.000 habitantes(5).
En suma, la “garrafa social” no se consigue y resulta cara en
comparación con el gas natural domiciliario.
Otro tema es la provisión de
kerosene, que en estos días está en falta(6).
Dicha situación afecta a los de los sectores más pobres de nuestra
Ciudad (estufas, braseros). Es decir, que la maniobra especulativa de
las empresas petroleras afecta la provisión de energía a los hogares
carenciados. Un tercer factor que afecta el derecho al acceso a la
energía de los sectores más pobres es el incremento del precio del
carbón desde 2002 hasta la fecha. Este recurso resulta vital tanto para
calefaccionamiento como para la elaboración de comidas.
Por último, debe señalarse la
existencia de otro grupo de riesgo afectado por la crisis energética: ya
no solamente se trata de personas que residan en villas de emergencia o
que carezcan de gas natural domiciliario. Pensamos en todos los
habitantes de la Ciudad, cuyos ingresos se encuentren por debajo de la
línea de pobreza (la que a junio de 2007 es de $923 para una familia
tipo). Se trata de personas, con o sin acceso a la red de gas natural,
con o sin acceso a planes sociales pero que, en definitiva, no pueden
costear el gasto que significa el calefaccionamiento de sus hogares.
Ante este panorama, planteamos:
* Ampliación de las bocas de expendio de la “garrafa social” en la
Ciudad de Buenos Aires, conurbano e interior.
* Control de calidad.
* Provisión de kerosene y carbón subsidiado a los sectores de menores
recursos.
* Fijación de una “tarifa social” (única y fija, más allá del consumo)
para aquellas personas conectadas a la red de gas natural, cuyos
ingresos se encuentren por debajo de la línea de pobreza.
(1) Conforme informe de Consultora EQUIS, 2004:
99.7% Región NEA (Corrientes, Chaco, Formosa y Misiones), es decir:
810.786 hogares. 41.2% Región NOA (Catamarca, Jujuy, Salta, Santiago del
Estero y Tucumán), es decir: 387.919 hogares. 28.7% Región Pampeana
(Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe), es decir: 1.060.123
hogares. 19.4% Región Cuyo (La Rioja, Mendoza, San Juan y San Luis), es
decir: 128.200 hogares. 16.4% Región Metropolitana (Capital Federal y
primer Cordón del Conurbano Bonaerense), es decir: 559.062 hogares. 2.2%
Región Patagonia (Chubut, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz y
Tierra del Fuego), es decir: 10.539 hogares.
(2) En base a datos del IDICSO-USAL para fines de 2004, el gasto
familiar de las garrafas de 10 Kg. en hogares de bajos ingresos
representa entre el 50% y 60% sobre el gasto total de los servicios
públicos elementales, según la región geográfica del país. Esto denota
una seria preocupación, cuando se considera que el 40,2% de los
ciudadanos argentinos vive por debajo de la línea de pobreza y un 15%
son indigentes (en números absolutos: 15.619.280 y 5.828.090,
respectivamente), según la CTA en base a datos del INDEC para el segundo
semestre de 2004. En este sentido, el abaratamiento de la garrafa con
"tarifa social" (considerando un consumo mensual de 3 garrafas en este
tipo de hogares) no ha tenido lugar, si se tiene en cuenta que alrededor
del 60% de los ciudadanos argentinos que consumen garrafas de 10 Kg.
vive por debajo de la línea de pobreza, según estimaciones del
IDICSO-USAL en base a datos del INDEC para el segundo semestre de 2004.
En suma, el GLP envasado en garrafas de 10 Kg. tiene una notable
incidencia en la canasta básica de alimentos y servicios públicos
elementales de dichos sectores.
(3) Ver:
http://eltribunosalta.com.ar/edicion-salta/salta/20070518_211521.php
(4) Ver: www.acij.org.ar
(5) Ver: buenosaires.gov.ar
(6) “La Federación de Empresarios de Combustibles (FECRA) denunció
que en muchas estaciones de servicio “es peor el desabastecimiento de
kerosene que el del gasoil“. La entidad manifestó su
“preocupación" por la escasez de combustibles y aseguró que “viene
la gente de escasos recursos de distintos territorios bonaerenses
pidiendo el kerosene para poder enfrentar el frío pero no le podemos
vender porque no tenemos“. La advertencia fue realizada luego de
una reunión con empresarios pymes que expenden combustibles líquidos y
que comercializan combustibles para las empresas Petrobras y Shell.
Rosario Sica, titular de FECRA, reclamó la urgente intervención del
Gobierno para superar la situación y para “reclamarle a las
petroleras que expliquen las causas" del desabastecimiento.
“Tenemos derecho a exigirle al gobierno que actúe“, concluyó.
**Asociación Derecho a la Energía
S.O.S. al Futuro-Argentina |