La crisis económica global genera millones

 


Exactamente, la crisis económica global genera millones, en la mayoría de las naciones de este planeta, pero de desempleados, y con ellos, igual número de pobres y hambrientos.
Se trata de algo muy serio que no solo afecta a la persona que pierde el empleo, o no encuentra dónde trabajar, sino a toda la familia, dependa o no económicamente del de-sempleado.
En gran medida se debe a la actual crisis económica que gravita sobre todas las sociedades del mundo, y sus consecuencias inmediatas recaen sobre los menos favorecidos, estén o no en los umbrales del nivel de pobreza.
Antes solo se hablaba de los millonarios que poseían grandes riquezas, incluso los multimillonarios. De eso se encargan algunas revistas, que detallan cómo viven y otros chismes de alta sociedad.
Pero el término millonario, para cuantificar a los sin trabajo a nivel global, era solo "privilegio" de algunos países, como Alemania, que hace tiempo sufre el problema, agravado ahora, a pesar de las supuestas señales de recuperación.
Pues no, ahora compiten con ella naciones como España, aunque por encima de todos está el causante de esta crisis, Estados Unidos.
En reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se precisa que la cifra de parados podría aumentar, solo este año, entre 18 millones y 30 millones, y en hasta más de 50 millones si la situación económica mundial sigue deteriorándose.
¿De cuántas personas sin trabajo estamos hablando? Volvamos al susodicho informe. De ser cierto el escenario planteado por ese organismo, unos 200 millones de trabajadores, especialmente los de las economías subdesarrolladas, podrían pasar a la filas de la pobreza extrema.
Es decir, no es solo sin trabajo, sino también otra cifra millonaria aumentaría: la de los hambrientos y con ello la de los enfermos.
El director general de la OIT, Juan Somavía, fue conciso al responder una interrogante periodís-tica. "El mensaje es realista, no alarmista. Nos enfrentamos a una crisis del empleo de alcance mundial".
Las tasas más altas de desempleo en el 2008 correspondían al norte de África y Oriente Medio, con 10,3% y el 9,4%, respectivamente. América Latina, con un 8,8%, y África subsahariana le seguían con un 7,9%.
El aumento del desempleo más significativo, sin embargo, corresponde a las economías desarrolladas, y dentro de ella, a la Unión Europea.
El paro entre las 27 naciones que integran la Unión Europea (UE) afecta a unos 20 millones de personas, de las cuales poco más de 14 millones se ubican en los países del euro.
Veamos algunos ejemplos. La General Motors lo es, al notificar la eliminación de 21 000 puestos de trabajo en Estados Unidos y el cierre de 13 de sus 47 fábricas en ese país. Este año, tiene previsto desaparecer 47 000 plazas en todo el mundo.
En Europa, la distribuidora alemana Metro AG, presente en 21 naciones, perdió en enero 15 000 puestos de trabajo. La empresa de aviación SAS, 8 600, mientras que en Asia-Pacífico, la producción de coches de Nissan se hará con 20 000 puestos menos.
Resulta comprensible la masiva y generalizada defensa de quienes aún tienen sus puestos de trabajo, pero se ven amenazados por la continuación de una crisis generalizada por las mismas políticas que han provocado la actual situación.
Mientras se espera la tan ansiada recuperación de la economía y los ricos ayudan a los ricos para evitar la bancarrota, los pobres se hacen más pobres y ni siquiera tienen ya la posibilidad de ofrecer su fuerza de trabajo para poder subsistir junto con sus familiares.

ARSENIO RODRÍGUEZ

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