Destruir la Revolución cubana: obsesión del presidente Bush
La Habana, 24 oct (PL) El intento de destruir la Revolución cubana por medio del bloqueo económico, financiero y comercial y otras medidas coercitivas se ha convertido en una obsesión para el actual presidente estadounidense, George W. Bush.
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Establecido oficialmente en 1962 y mantenido por 10 administraciones norteamericanas, el cerco económico contra la isla persigue rendir por hambre y enfermedades al pueblo cubano para someterlo a los designios de la Casa Blanca.
Ante el fracaso de esas medidas punitivas, Bush decide en mayo de 2004 aprobar un Plan, cuyo objetivo consiste en acelerar la destrucción del orden constitucional decidido por el pueblo cubano.
Sólo dos meses después, el mandatario norteamericano revisa ese Plan y le adiciona nuevas medidas dirigidas al recrudecimiento del bloqueo, algo que se ha repetido con bastante frecuencia en los últimos tres años.
Hoy, y cuando la Asamblea General de Naciones Unidas se apresta a votar, por decimosexta ocasión consecutiva en igual cantidad de años, una resolución cubana para poner fin a ese cerco de Washington, Bush revelará nuevas medidas contra Cuba.
Las 15 votaciones anteriores han constituido un triunfo para la causa cubana, toda vez que la comunidad internacional ha respaldado esa petición de la isla caribeña.
Si en 1992, cuando se presentó por primera vez recibió el apoyo de 59 naciones, el año anterior, 183 países -de los 192 miembros de Naciones Unidas- reclamaron a Washington poner fin a su bloqueo contra La Habana.
En recientes declaraciones a Prensa Latina, el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, señaló que el presidente Bush expresa una obsesión hacia Cuba, El, apuntó Pérez Roque, "ve que su mandato se acaba y no ha podido rendir a Cuba, no ha podido presentar los resultados que estaba esperando de él la mafia y la ultraderecha cubana de Miami".
Apuntó el canciller cubano que con el bloqueo y con más presiones, Washington ha intentado negarnos el derecho a ejercer nuestra democracia socialista, nuestro derecho como pueblo independiente.
Pero, aseguró Pérez Roque, los planes y las maquinaciones de rendir por hambre y enfermedades a Cuba se estrellarán una vez más contra la voluntad del pueblo de ser libre y soberano.
El próximo 30 de octubre se verá en la Asamblea General de Naciones Unidas si la comunidad internacional apoya el bloqueo que ellos (Estados Unidos) refuerzan cada día o apoya nuestro derecho a ser un pueblo libre y soberano, sostuvo.
Tras recordar que el gobierno norteamericano trató el año pasado por primera vez de intentar contaminar la resolución cubana contra el bloqueo, el canciller destacó que la Isla está preparada para cualquier maquinación.
"Nosotros estamos optimistas y seguros de nuestra capacidad de derrotar esos planes", aseveró.
acl ale PL-89
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