Clausuran más talleres textiles |
¡¡Que nuestra voz no deje de escucharse!! Por Delvy Betancourt |
El mes pasado recordábamos como, en 1910, en la segunda conferencia internacional de mujeres socialistas, Clara Zetkin propuso el 8 de marzo para efectuar una jornada internacional de las mujeres trabajadoras, en homenaje a las 129 obreras de la fábrica Cotton de Nueva York, quemadas vivas adentro de la fábrica textil. Ellas, que ya en esa época luchaban por una jornada de 8 horas, contra la explotación infantil, la seguridad laboral y por la igualdad de derechos sociales y políticos del país donde dejaban sus vidas y sueños, fueron inmoladas por la corrupción y los intereses de este sistema salvaje, que devora tofo en pro de máximos beneficios económicos. A casi 100 años de este terrible episodio, nos toca asistir en nuestra propia comunidad a un caso similar. Cuando todos los medios de comunicación denuncian la ineficiencia de un Estado que controle y regule la brutalidad ejercida de pobres contra pobres, nosotros como sociedad conciente y victimas de estos mismos atropellos, en diferentes aspectos de nuestras vidas, debemos denunciar permanentemente y ejercer presión sobre estos gobiernos, sordos a las necesidades de los que los elegimos como nuestros representantes. Es paradójico que los dueños de fábricas y talleres (que mantienen en condiciones de esclavitud a ciudadanos inmigrantes) son a su vez inmigrantes contratados por grandes marcas textiles, que compran la producción a valores irrisorios. Entre los múltiples atropellos que evidencian el "descontrol" del Estado esta los que vivimos cuando viajamos en transportes inhumanos, cuando pagamos servicios de comunicación monopólicos y deficientes, cuando consumimos agua contaminada, cuando incluso los lugares de recreación constituyen trampas mortales como Cromañon. Desde el Partido Comunista de los Trabajadores PCT, llamamos a todos los trabajadores a luchar para terminar con este sistema capitalista y lograr un gobierno de los trabajadores que regule, controle y evite el permanente avasallamiento de nuestros derechos; en un Estado de verdadera democracia social. |