Las intervenciones norteamericanas en América Latina
por Javier Peña
El proceso de emancipación de las colonias españolas iniciado a
comienzos del siglo XIX* culminó durante la segunda década de
esa centuria, poniendo término al control ejercido por España en
el Nuevo Mundo. En 1898, sus últimos bastiones en el continente
--Cuba y Puerto Rico -- serán arrancados de sus manos por
Estados Unidos cayendo luego bajo su tutela.
Una vez que se puso fin a los lazos de los países
latinoamericanos con España, terminando el monopolio comercial
que ésta última tenía, fueron mayoritariamente compañías
inglesas y luego norteamericanas las que establecieron un neto
predominio en América Latina.
La preponderancia inglesa que reemplazó al rígido monopolio
español, se manifestó a lo largo del siglo XIX por el auge del
comercio británico en las antiguas colonias españolas. Desde
entonces fueron barcos ingleses los que atracaron en los
principales puertos americanos tales como Veracruz, Buenos
Aires, Valparaíso y El Callao.
Se trataba de una supremacía comercial que no buscaba el
predominio político directo, aún cuando Inglaterra ya había
tratado de obtener su propio espacio en el Nuevo Mundo,
utilizando para ello la agresión armada: a la toma de Buenos
Aires en 1806 le siguieron otros tantos desembarcos en
territorios caribeños, incluso, la fundación de un fantasmal
"Reino de Mosquitía" en la costa atlántica de Nicaragua y
Honduras y la ocupación en 1833 de las Islas Malvinas, pobladas
desde 1929 por colonos argentinos.
Inglaterra pudo imponerse en América Latina durante la primera
mitad del siglo XIX a pesar de las pretensiones de Francia y de
EEUU, que deseaban obtener tambièn su cuota de influencia en la
región.
Francia no pudo hacer frente con éxito a Gran Bretaña y debió
inclinarse ante el poderío de la Royal Navy, al mismo tiempo que
trataba de ganar o conservar territorios en algunos puntos del
continente, particularmente en la Antillas, Guyana o México.
Este último país, siempre había llamado la atención de los
franceses y el primer conflicto franco-mexicano tuvo lugar
durante la Monarquía de Julio con ocasión de la rocambolesca
"guerre des gâteaux" en 1838.
Más seria fue la intervención de Francia y de las potencias
europeas en 1861, intervención que terminó con la derrota y
fusilamiento de Maximiliano de Austria en Querétaro, en 1867.
E.E.U.U. por su parte, trató en vano de disputar desde mediados
del siglo XIX la hegemonía a los ingleses, contentándose --
faltos en ese tiempo de disponer de los medios para aplicar una
política más ambiciosa -- con la absorción de territorios
adyacentes a la costa Este. La hora de los "Anschluss"
y de las intervenciones militares no había aún llegado.
Esta comenzaría en 1835, cuando la ola expansiva yankee se tragó
la mitad de los territorios anteriormente pertenecientes a
México. La secesión de Texas tuvo lugar ese año y pasaría a
formar parte de la Unión desde 1848. Ese mismo año, California y
Nuevo México fueron anexados por EEUU. En 1846, la Gran Bretaña
les había cedido el Oregón en el noroeste y le comprarían Alaska
a Rusia en 1867.
Hacia el fin del siglo XIX esta política de expansión les
permitió la formación de un vasto territorio y después de la
guerra de Secesión -que desvió la atención y los esfuerzos de
los norteamericanos sobre sus problemas internos -- los EEUU
tratarán de establecer su predominio político y económico en
América Latina, reemplazando la hegemonía inglesa y lanzándose
en un proceso de desarrollo e industrialización
que los ubicará en el siglo XX a la cabeza de los países
capitalistas.
Estas líneas quisieran narrar la historia de las intervenciones
de EEUU en América Latina, intervenciones que le proporcionaron
numerosos y riquísimos territorios y que acrecentaron el poderío
del país que llegaría a ser la primera potencia del planeta y la
punta de lanza del capitalismo mundial.
Paralelamente a este proceso, se fue desarrollando un fuerte
sentimiento antinorteamericano, no sólo en los países
directamente afectados y que habían sufrido expoliaciones por
parte del "hermano mayordel Norte", sino que también en las
otras naciones hispanoamericanas.
La política intervencionista norteamericana se manifestó desde
muy temprano en América Latina. Aunque tenía un adversario de
envergadura en este campo -Gran Bretaña-, los EEUU siempre
miraron con codicia los territorios que durante tres siglos
habían estado sometidos a España y que a comienzos del siglo XIX
-- luego de su independencia -- conocieron largos períodos de
anarquía, como resultado de las luchas intestinas que se
desarrollaron en casi todas las jóvenes repúblicas.
El proceso de expansión territorial de los EEUU comenzó desde
fines del siglo XVIII. Siendo la frontera "elástica" hacia el
Oeste, adquirieron diversos territorios entre 1792 y 1821 (1).
Este proceso se prosiguió más hacia el oeste y hacia el sur,
donde la voracidad de la Unión se tragó grandes regiones del
"middlewest", obtenidas por
vía de la cesión o la compra de éstas a las potencias europeas.
Compra o cesión que por cierto se hicieron a espaldas de la
población autóctona -- "los pieles rojas" -- que fueron
expulsados de sus tierras o exterminados. De esta manera los
EEUU acrecentaron de manera significativa su territorio inicial.
A pesar de la posición de no intervencionismo oficial anunciada
por George Washington en su "Mensaje de adiós" de 1796, los EEUU
soñaron desde el primer momento con apoderarse de los
territorios contiguos a aquellos de la Unión. Así ocurrió con La
Florida.
Un vasallo del rey de España, Pedro Menéndez de Avilés, había
fundado la ciudad de San Agustín en septiembre de 1565. La
península fue ocupada a su vez por los ingleses entre 1763 y
1783. Los EEUU afirmaban por su parte que la frontera sur iba
hasta el paralelo 31, pero España ocupaba efectivamente hasta el
paralelo 33 y había una seria disputa en el Mississipi, cuya
navegación estaba bajo control hispano debido al monopolio que
ejercía la corona española sobre esta vía fluvial.
En 1811, aprovechándose de la presencia de las tropas de
Napoleón en España, el Congreso norteamericano votó una
resolución en la cual declaraba tener la intención de ocupar La
Florida.
El texto es bastante explícito acerca de la naciente vocación
intervencionista norteamericana: "Estados Unidos, en las
circunstancias especiales de la crisis actual no pueden ver sin
graves inquietudes que una parte cualquiera de estos territorios
pase a manos de cualquiera potencia extranjera...
Su propia seguridad le obliga a proveer en ciertas contingencias
a la ocupación temporal de dichos territorios...que
continuarán en sus manos, sujetos a futuras negociaciones."(2)
En 1818 el general Andrés Jackson ocupó definitivamente La
Florida y al año siguiente España aceptaba vender a la voraz
Unión , un territorio casi tan grande como Inglaterra, por la
bagatela de 5 millones de dólares...
Pero la codicia de los EEUU no se limitaba solamente a La
Florida. El embajador español de la época, Luis de Onís,
alertaba a su gobierno sobre las ambiciones del gobierno
norteamericano:
"Este gobierno se ha propuesto nada menos que fijar sus límites
en la embocadura del Río Norte o Bravo...tirando una línea recta
hasta el Pacífico, tomando por consiguiente las provincias de
Texas, Nuevo Santander, Coahuila, Nuevo México y parte de las
provincias de Nueva Viscaya y Sonora. Parecerá este proyecto un
delirio a toda persona sensata, pero no es menos seguro que el
proyecto existe, que se ha levantado expresamente un plano de
dichas provincias... incluyendo
también en dichos límites la isla de Cuba como parte natural de
la República."(3)
Ya aparecía Cuba en la mira de los EEUU.
España de Fernando VII -- este último reinstalado en su trono
luego del lamentable episodio napoleónico -- apoyada por
Francia, Rusia, Prusia y Austria, había pensado y tratado de
reconquistar sus antiguas posesiones americanas. Pero los
intereses de las potencias europeas divergían. Inglaterra, que
había sido la primera beneficiada con la pérdida de las colonias
americanas de España, no estaba dispuesta a que ésta retomase
bajo su control sus antiguas posesiones.
Es así como hacia la segunda década del siglo XIX, cuando la
monarquía española quiso recomenzar la guerra para reconquistar
sus ex posesiones de ultramar, se encontró con la oposición
decidida de Su Graciosa majestad, que trató entonces de arribar
a un acuerdo con los EEUU.
El ministro británico George Canning, invitó a los
norteamericanos a hacer causa común y a oponerse a las
pretensiones españolas.
Y el ex-presidente Jefferson le respondía en estos términos al
presidente Monroe, quien le había consultado acerca de la
actitud a adoptar frente a las potencias europeas:
"Debe ser nuestra máxima fundamental el evitar de enredarnos en
las disensiones europeas... (y) no consentir jamás que Europa se
mezcle en los asuntos cisatlánticos...
La Gran Bretaña entre todas, es la nación que puede hacernos más
daño; teniéndola pues de nuestra parte, no debemos temer al orbe
entero..."
Más adelante, el ex-presidente yanqui precisaba su pensamiento:
"Debemos dirigirnos la siguiente pregunta: ¿deseamos adquirir
para nuestra confederación alguna de las provincias
hispano-americanas?... Confieso
francamente que he sido siempre de opinión que Cuba sería la
adición más interesante que podría hacerse a nuestro sistema de
Estados...El dominio que esta isla, con el promontorio de La
Florida, nos daría sobre el golfo de México y sobre los Estados
y el istmo que lo ciñen, así como sobre los territorios cuyos
ríos desaguan en él, colmaría nuestro bienestar político." (4)
La Florida caería en las manos de los yanquis en 1819. Cuba, la
obsesión de la diplomacia norteamericana, será reducida en 1898
a la condición de protectorado.
Algunas semanas más tarde, el presidente Monroe en su mensaje
anual a la nación iba a fijar las normas que debía adoptar la
diplomacia norteamericana, frente a la codicia manifestada por
las naciones europeas por los territorios de las nuevas
repúblicas hispanoamericanas. Se trata de lo que después se
llamó, "la doctrina Monroe".
Retomando algunas ideas ya enunciadas por Washington y Hamilton,
Monroe anunció que los EEUU no se inmiscuirían de ninguna manera
en los asuntos europeos adoptando una actitud de estricta
neutralidad.
Por otra parte, la Unión garantizaba la independencia de los
países hispanoamericanos, oponiéndose a las intenciones de
reconquista de éstos por España y a todo intento en ese sentido
por parte de cualquier potencia europea.
En su séptimo mensaje anual del 2 de diciembre de 1823, el
presidente Monroe informaba de las conversaciones habidas con
los representantes de Rusia y Gran Bretaña, "En las discusiones
a que dió lugar, podemos asegurar, como un principio en el cual
los derechos y los intereses de los Estados Unidos están
involucrados, que los continentes americanos, por la condición
libre e independiente que ellos han asumido y mantienen, no
deben, por ende, ser considerados como sujetos de futura
colonización por ninguna potencia de Europa... Consideraríamos
cualquier tentativa de su parte por extender su sistema a
cualquier porción de este hemisferio como peligrosa para nuestra
propia paz y seguridad". (5)
Por otra parte Monroe reafirmaba la neutralidad norteamericana
en los asuntos europeos, refugiándose en una política
aislacionista que caracterizaría
sus relaciones con Europa:
"En las guerras entre las potencias europeas y en los asuntos
que les competen, nunca hemos tomado partido... Nuestra política
con respecto a Europa, que fue adoptada en una temprana etapa de
las guerras que han agitado esa parte del globo, permanece
inalterada: no interferir en los asuntos internos de cualquiera
de sus potencias; considerar al gobierno
de facto como legítimo..."(6)
Aún cuando la "doctrina Monroe" haya efectivamente disuadido a
las naciones europeas en sus sueños de reconquista, no impidió
con eso la injerencia e intervención de éstas en numerosas
oportunidades. Inglaterra siguió jugando un papel importante en
la región del río de La Plata, logrando crear un Estado tampón
en 1828, entre Brasil y Argentina, al separar de las Provincias
Unidas a la Banda Oriental, el Uruguay.
Las amenazas contenidas en la "doctrina" fueron letra muerta;
cuando ocurrió la invasion inglesa en las islas Malvinas en
1833, e igual cosa durante la intervención francesa en San Juan
de Ulúa, en México en 1838 ("la guerre des gäteaux"). Igual cosa
cuando tuvo lugar la agresión francesa contra la Argentina de
Rosas y contra el Uruguay bajo la presidencia de Oribe, ni
cuando en 1837 el puerto de Buenos Aires fue bloqueado por la
marina francesa. Tampoco cuando franceses y británicos
organizaron en 1845 una expedición militar en el río Paraná,
cerrado a la navegación extranjera por los sucesivos gobiernos
militares argentinos.
Silencio también por parte de EEUU cuando la flota española
bombardeó Valparaíso y los puertos peruanos en 1866 y ante la
cesión por parte de Suecia a Francia de la isla San Barthelemy
en 1876.
La "doctrina" no impidió la invasión de México, llevada a cabo
por las tropas franco-anglo-españolas
y el intento de establecer un "imperio latino" con Maximiliano
de Austria a su cabeza.
Es en esa época, la década del 40, cuando aparecen textos donde
se comienza a manifestar la idea justificadora del expansionismo
yanqui, cuyos apologistas -- escritores y parlamentarios --
llamarán Manifest Destinity.
El destino habría acordado -idea cercana de la noción de
predestinación existente en el
protestantismo presbiteriano -- a la nación norteamericana una
misión civilizadora, haciendo además de ésta, el ángel guardián
de la libertad y de la democracia, dándole a su vez vastos
territorios para conquistar y una vocación dominadora sobre todo
el Nuevo mundo.
Los apologistas del Destino Manifiesto no decían por cierto una
sola palabra sobre la suerte reservada a los miles de negros que
vivían en el territorio de la Unión, para quienes el destino
manifiesto, se manifestaba precisamente bajo la forma de una
esclavitud inhumana.
Desde inicios de la independencia de los países
hispanoamericanos, Estados Unidos e Inglaterra vieron con malos
ojos los intentos americanistas de Bolívar. Las dos naciones
anglosajonas preferían colindar con un continente dividido,
separado por numerosos conflictos fronterizos, en lugar de un
solo y poderoso país que podría llegar a ser en un temible
adversario.
En 1826, Bolívar convocó al Primer Congreso Panamericano en la
provincia colombiana de Panamá , inscribiendo a la orden del día
el asunto de la liberación de Cuba y de Puerto Rico, por
entonces aún en manos de España.
Pero los esfuerzos combinados de británicos y norteamericanos
lograron boicotearlo y el Congreso fue un fracaso.
Inglaterra obtuvo que los delegados argentinos y brasileños no
estuvieran presentes. Y de los delegados de EEUU, unomurió
durante el viaje y el otro, teniendo en su poder instrucciones
redactadas por el secretario de Estado Henry Clay y por el
presidente John Quincy Adams, debía oponerse a la guerra
propugnada por Bolívar, destinada a liberar a las últimas
colonias españolas existentes en América.
Las instrucciones de Adams y de Quincy tendían a mantener el
statu quo. En lo que a Cuba respecta, éstas decían:
"Ninguna potencia, ni aún la misma España... tiene un interés
como los Estados Unidos en la suerte futura de esta isla... No
deseamos ningún cambio en la posesión ni condición política de
la isla de Cuba, y no veríamos con indiferencia que el poder de
España pasase a otra potencia europea. Tampoco quisiéramos que
se transfiriese o agregase a ninguno de los nuevos Estados de
América".(7)
Los Estados Unidos aplicaban muy escrupulosamente la idea
contenida en el séptimo mensaje de Monroe: "América para los
americanos". Simplemente lo interpretaron en realidad como si
hubiesen escuchado:"América
para los norteamericanos". La
historia del despojo de México es al respecto, dramáticamente
instructiva.
El descuartizamiento de México.
Texas -- con un territorio más grande que Francia -- siempre
había pertenecido, desde la llegada de los conquistadores, a la
corona española, luego a México independiente.
Las autoridades coloniales mantenían un control relativo gracias
a la acción combinada de guarniciones militares y de misioneros
católicos, localidades llamadas Presidios.
Desde el siglo XVIII, familias españolas se habían instalado en
Texas. Pero hacia 1817, un proceso de infiltración -"inmigración
clandestina" se diría hoy en día -- comenzó a desarrollarse.
Así, norteamericanos, alemanes, polacos, incluso oficiales y
soldados del ejército de Napoleón fueron expulsados por las
autoridades después de incidentes habidos con la población
española católica.
Las verdaderas dificultades comenzaron, cuando 300 familias
anglosajonas fueron autorizadas por el Congreso mexicano, a
establecerse en 30 000 hectáreas de tierras asignadas
gratuitamente e introdujeron la esclavitud -- que había sido
abolida en México --, pero el gobierno aceptó hacer una
excepción, autorizando la instalación de los nuevos colonos.
En diciembre de 1826, el aventurero Hayden Edwards proclamó la
"República Libre de Fredonia", que fue rápidamente aniquilida
por el ejército mexicano.
Otro intento independentista también fracasó al año siguiente.
Sugestivamente comenzaron a aparecer en varios estados de la
Unión , algunas publicaciones que denunciaban a México como
culpable por haberse "apoderado" de Texas.
En 1835, cuando fue proclamada una nueva constitución -que será
el origen de un conflicto entre federalistas y centralistas --
el colono yanqui Stephan Austin proclamó la independencia de
Texas. Los Estados Unidos aprovecharon entonces la ocasión, la
cual favorecía sus anhelos expansionistas, enviando barcos
cargados de armas desde Nueva Orleans.
México quiso por su parte hacer respetar su soberanía y envió al
célebre general Santa Anna. Luego de algunas batallas
victoriosas ganadas por el ejército mexicano en San Patricio,
Encinal del Perdido y El Alamo -que los periódicos presentaron a
la opinión pública de Estados Unidos como la derrota de una
causa sublime -- Santa Anna fue vencido el 21 de abril en San
Jacinto.
Prisionero, fue obligado a firmar un tratado leonino ("Convenio
Público") en Puesto Velasco el 14 de mayo de 1836, en el cual
quedaba convenido que los mexicanos se retirarían de Texas sobre
la otra riba del Río Bravo. El acuerdo preveía que "todas las
propiedades particulares, incluyendo los caballos y los esclavos
negros en manos del ejército mexicano o pasados a su bando,
serían entregados al comandante de las fuerzas texanas".(8)
Las tropas texanas estaban mejor equipadas e impusieron un
acuerdo que doce años más tarde iba a jugar un papel mayor en el
proceso de descuartizamiento de México. El apoyo norteamericano
a los aventureros texanos fue confirmado en los años cuarenta
por el propio presidente John Tyler, quien declaró en relación a
la secesión de Texas:
"La sola probabilidad de que pueda abolirse la esclavitud
sobre tierras vecinas, ha de ser motivo suficiente para que
procedamos a anexarlas".(9)
En 1835 Texas ingresó a la Unión como estado esclavista. La
consigna durante la campaña electoral llevada a cabo por James
Polk, (presidente de EEUU entre 1846 y 1850) y sucesor de Tyler
había sido: "Anexión de Texas. 54*/40' o la muerte", alusión al
nuevo límite de la frontera sur de los territorios arrebatados a
los mexicanos.
El "Anschluss" de Nuevo México y
de California.
Una vez consumada la anexión de Texas, el Anschluss siguiente
consistió en apoderarse de dos otras grandes provincias
mexicanas: Nuevo México y California.
Texas, la ex provincia mexicana, apoyada por el gobierno de los
EEUU, empezó a reclamar ciertos territorios que siempre habían
pertenecido a México. Luego, una vez que Texas fue anexado por
la Unión (1845), fue el propio gobierno norteamericano el que
provocó y emprendió la guerra de conquista.
California --en cuyo suelo pronto se descubrirían ricas
extensiones de minerales auríferos --, disponía de una población
poco numerosa (sólo 1000 norteamericanos) sufrió varios
ultrajes.
Primero, una expedición "científica" armada enviada por el
presidente Polk y en enero de 1843, el desembarco de tropas al
mando de un oficial de la marina yanqui, quien ocupó "por error"
el puerto mexicano de Monterrey en California, debiendo
reembarcar ante la determinación de las autoridades mexicanas.
El pretexto esgrimido por EEUU que desencadenó la guerra, fue el
enfrentamiento ocurrido en la aldea mexicana de "Carricitos",
entre tropas yanquis con una patrulla del ejército mexicano.
Polk anunció días más tarde en el Congreso que México había
invadido el territorio de los EEUU, derramando sangre
norteamericana.
La guerra fue entonces declarada y sólo algunas voces eminentes
se levantaron para condenar el Anschluss provocado. Entre ellas,
aquella de Abraham Lincoln, representante de Illinois:
"Sospecho que el presidente está profundamente convencido de
hallarse en un lado incorrecto, que siente que la sangre de
esta guerra, como la de Abel, clama desde la tierra contra
él".(10)
El 4 de julio, cuando ya las hostilidades habían comenzado un
grupo de aventureros yanquis proclamaron oportunamente la
República del Oso de California, que tuvo sin embargo una vida
efímera.
Las tropas invasoras desembarcaron en Veracruz y luego de duros
combates ocuparon Ciudad de México en septiembre de 1847. Una
larga lista de batallas jalona esta guerra de conquista: Palo
Alto, Monterrey, Angostura, Veracruz, Cerro Gordo, Padierna y
Chapultepec.
El pueblo de Ciudad de México realizó manifestaciones contra el
ocupante y las revueltas populares obligaron a las tropas
norteamericanas a evacuar la ciudad. Al mismo tiempo, decenas de
soldados irlandeses del batallón San Patrick desertaban
rehusando continuar combatiendo contra un pueblo católico. Eran
pobres y miserables que habían huído del hambre que azotaba a su
país y habían sido enrolados para ir a combatir a los "bárbaros
mexicanos". Treinta y dos fueron colgados por deserción en
lacapital azteca.
Las hostilidades duraron hasta 1848, fecha en la que México
debió firmar el Tratado de Guadalupe Hidalgo.
En diez años México había sido amputado de la mitad de su
territorio.
En los años siguientes, el oro de California, seguido de la
explotación del petróleo y del gaz en Texas comenzarían,
contribuyendo en gran medida al desarrollo de los Estados
Unidos.
Pero una de las consecuencias más importantes será el secular
resentimiento y rencor de los mexicanos ante esta expoliación
que marcará de manera ideleble las relaciones entre los dos
países.
El sentimiento antiyanqui, latente en todo latinoamericano,
nació en estas tierras mexicanas usurpadas.
A un presidente mexicano le gustaba repetir un antiguo refrán
impregnado de fatalismo, que traduce la particular situación
geográfica de su país, fuente de desgracia para su pueblo: "Tan
lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos".
Las preocupaciones de EEUU durante gran parte del siglo XIX
estuvieron focalizadas en la resolución de sus problemas
internos: la ocupación y colonización del Oeste, la controversia
en torno a la esclavitud, la destrucción de enclaves
precapitalistas por la guerra de Secesión y el desarrollo de la
agricultura, absteniéndose de participar en conflictos directos
con las grandes potencias.
Esto es cierto en relación a sus eventuales conflictos con
Europa, pero en lo que a América Latina respecta, los EEUU
pusieron en práctica desde el inicio una política
intervencionista. Estas intervenciones e injerencias no se
limitaron sólo a los países vecinos, sino que también varias
expediciones militares fueron enviadas contra la lejana América
del Sur.
Un ejemplo de ellas es la expedición naval contra Paraguay en
los años 1858-1859.
La agresión contra Paraguay.
En 1851 el gobierno de EEUU designó como Cónsul en Asunción a
Edwards A. Hopkins, uno de los propietarios de la empresa
marítima United States and Paraguay Navigation Company,
domiciliada en Rhode Islands.
Hopkins, ex marino y aventurero conocía Paraguay por haber
vivido desde 1845. Provisto de cartas oficiales que lo
acreditaban como agente del gobierno de los EEUU, logró
introducirse en los círculos gubernamentales, conociendo de esta
manera al presidente paraguayo Carlos Antonio López. (11)
Una serie de intrigas donde se entremezclaban los ofrecimientos
de mediación norteamericana ante países vecinos, destinada a
defender a Paraguay en un litigio fronterizo, con asuntos
privados e intereses de EEUU que querían utilizar el Paraná como
vía fluvial, tuvo como resultado en 1854 la negativa del
Paraguay de ratificar el Tratado de Comercio y Navegación.
La Paraguay Navigation Company fue sancionada ese año por haber
infringido la legislación paraguaya, prohibiéndosele en el
futuro toda operación en el país. Hopkins fue expulsado más
tarde, por desacato luego de una confusa riña con soldados
paraguayos.
De amigo del Paraguay y del presidente López se transformó en su
acérrimo enemigo, desarrollando en los círculos oficiales y
entre de los íntimos del presidente Pierce y luego Buchanan, una
propaganda que alentaba una intervención militar norteamericana
en dicho país , "país de berberiscos asiáticos, excrecencia del
cuerpo internacional... menos
civilizado que el sultanato de Moscato", afirmando en sus
diatribas que los sudamericanos eran bárbaros que tenían en
consecuencia "que recibirun trato adecuado. Hablar con ellos es
una pérdida de tiempo; hay que hablarles con nuestros
cañones".(12)
Es entonces cuando entró oportunamente en escena el Water Witch,
navío de la marina norteamericana, que sobrepasando la
autorización que se le había acordado, atravesó la frontera
paraguaya llegando hasta el puerto brasileño de Corumba. Las
autorizaciones de pasaje por el río fueron suspendidas y un
decreto presidencial prohibió la navegación a los navíos de
guerra extranjeros.
El 1* de febrero de 1855 el Water Witch, haciendo caso omiso del
decreto paraguayo, trató de forzar el paso de un puesto fluvial
militar en el Paraná.
El oficial de la guarnición paraguaya del fuerte de Itapirú que
controlaba el acceso fluvial, le ordenó dar marcha atrás,
tirando al aire dos salvas de advertencia. Ante la testarudez de
los marinos norteamericanos, un cañonazo destruyó el timón
causando lamuerte del timonel del barco yanqui. El Water Witch
fue arrastrado por las aguas del río, debiendo retirarse.
Comenzó entonces una gran campaña de prensa e intimidación para
obligar a Paraguay a presentar sus excusas a EEUU. Finalmente en
mayo de 1857, el Congreso de EEUU aprobó el envío de una
"pequeña expedición" compuesta por veinte barcos que zarpó en
octubre de ese año. Durante el brindis realizado por el éxito de
la expedición, un oficial levantó su copa y en un rapto de
desbordante exuberancia geopolítica expresó:
"Levanto mi copa..por que se terminen nuestras dificultades con
Paraguay y que finalmente terminemos por anexar toda la cuenca
del Río de la Plata...(13)
Este deseo felizmente no se cumplirá.
Pero la "pequeña expedición" llegó a Paraguay a comienzos de
1859 y el presidente Carlos López debió ceder.
Paraguay presentó entonces sus excusas -culpable de haber hecho
respetar su soberanía sobre su propio territorio-, indemnizando
a la familia del marinero yanqui muerto durante la escaramuza
frente al Fuerte de Itapirú y tuvo que aceptar, bajo la amenaza
de la fuerza, el Tratado propuesto por EEUU. La United States
Paraguay Navigation Company entabló por su parte un largo
proceso contra el gobierno paraguayo, pero sus demandas fueron
finalmente denegadas.
Los filibusteros.
Hacia la mitad del siglo XIX, los conflictos entre Gran Bretaña
y EEUU por el control del Caribe se agravaron. Los dos países
debieron firmar el Tratado Clayton-Bulwer, mediante el cual las
dos partes signatarias declaraban tener la intención de obrar
por la construcción de un canal interoceánico en territorio
nicaragüense, sin antes haber informado de ello a Nicaragua. Se
reconocían mutuamente prerrogativas para su futura utilización,
afirmando asimismo que no tenían el propósito de construir
fortificaciones ni "ocupar Nicaragua, ni ejercer su dominación
sobre ningún territorio de América Central..."(14)
Nicaragua vivía a mediados del siglo pasado como muchos estados
de la región, en medio de contínuas e interminables guerras
civiles. En 1854 una disputa entre liberales y conservadores
degeneró en un conflicto internacional.
Los liberales llamaron entonces en su ayuda a mercenarios
yanquis. La hora de los filibusteros había llegado.
Entre éstos, William Walker, acérrimo partidario de la
esclavitud y de su extensión a América Central, quien trató de
apoderarse de Nicaragua, autoproclamándose presidente en 1856.
A pesar de la neutralidad oficial proclamada por EEUU, un
emisario de Walker fue recibido por el presidente Franklin
Pierce, pero poco después los países de América Central pusieron
fin a esta aventura.(15)
Por su parte, Inglaterra trataba de resistir al poderío yanqui
en la región, aferrándose a un "Estado" creado en las oficinas
londinenses del Foreign Office: el fantasmal "Reino de
Mosquitía". De contornos imprecisos, poblado por los indios
Miskitos, en un lugar desconocido, el "reino" se encontraba
supuestamente en algún punto de la costa oriental entre
Nicaragua y Honduras. Se trataba por cierto nada más que de una
impostura y ficción, sabiendo todos que era una farsa.
Inglaterra mediante este reino imaginario, no quería perder ante
EEUU sus derechos sobre el futuro canal interoceánico.
A fines del siglo pasado los EEUU habían alcanzado un gran
poderío en elmundo.
Enredados en la guerra de Secesión (1861-1865), una vez que ésta
terminó exigieron con firmeza la partida de las tropas francesas
de México. Se consideraban como los únicos dueños de América
Central y querían llegar a hacer del Caribe un nuevo
Mare Nostrum.
Generalmente se sitúa hacia fines del siglo XIX la aparición de
la vocación expansionista de EEUU, vocación que se habría
manifestado por una política exterior activa. Pero como lo hemos
visto, esta vocación expansionista existía desde hacía tiempo a
expensas de las naciones latinoamericanas.
Lo que sí es cierto, es que a fines del siglo XIX, los EEUU
aparecieron en la escena internacional mundial substituyendo en
América Latina a Inglaterra, en el papel hegemónico que antes
habían tenido los británicos.
EEUU eran ya una gran potencia industrial y entraban en la fase
imperialista disputando desde ahora a las otras potencias, una
parte en los asuntos mundiales.
Algunos autores señalan el papel jugado en la nueva política
exterior de los sucesivos gobiernos norteamericanos de la época
por Alfredo Mahan, autor de La
influencia del poderío marítimo en la historia. Mahan
recuerda en este libro la superioridad de los imperios marítimos
sobre las potencias terrestres en la historia.
En esta perspectiva, la constitución de una poderosa marina de
guerra, ligada a la posesión de bases y de vías marítimas y
fluviales se revelaba indispensable.
Anticipándose a esta teoría, que estaría de moda a comienzos de
siglo, el presidente Ulises Grant presentaba en mayo de 1870 un
proyecto al Senado relativo a la compra de Santo Domingo,
territorio considerado como estratégico en el
Mare Nostrum yanqui. El
proyecto deja entrever el interés que remonta muy lejos y que
será la obsesión permanente de los gobiernos norteamericanos:
apoderarse de Cuba.
En su proyecto, Grant afirmaba que Santo Domingo era una nación
débil, pero que sus territorios eran inmensamente ricos, "los
más ricos que existan bajo el sol, capaz de albergar diez
millones de seres humanos en el lujo...La adquisición de Santo
Domingo es una medida de seguridad nacional..puede asegurar el
control del tráfico comercial de Darién y resolver la
desgraciada situación en que se encuentra Cuba..."(16)
Desde las "entrañas del monstruo", ante los proyectos
anexionistas de Santo Domingo y de Cuba, la pluma del apóstol de
la independencia cubana José Martí se levantaba en Nueva York el
21 de marzo de 1889. Martí dirigía una aclaración a
The Manufacturer donde
estigmatizaba a los cubanos sin dignidad que pedían lisa y
llanamente a EEUU que anexionara la isla:
"Ningún cubano que tenga en algo su decoro puede ver su país
unido a otro... Los que han peleado en la guerra, y han
aprendido en los destierros...
Los que han levantado con el trabajo de sus manos un hogar
virtuoso... los científicos y comerciantes, los ingenieros, los
maestros y abogados, los periodistas y poetas no desean la
anexión de Cuba por los EEUU, pero desconfían de los elementos
funestos que, como gusanos en la sangre, han comenzado su obra
de destrucción..."(17).
Estados Unidos, imbuídos con un fuerte sentimiento nacionalista
-- era la época del "jingoísmo"(18) --, incluso consideraron una
intervención armada contra el lejano Chile.
En 1891 había ocurrido en Valparaíso el incidente del Baltimore.
(19)
El Baltimore era un barco de guerra de 4 600 toneladas que
acababa de ser construido por los astilleros ingleses. Tenía la
reputación de ser "el navío más rápido del mundo" y se
encontraba frente a las costas chilenas desde 1891 -- durante la
guerra civil que había estallado contra el presidente Balmaceda,
siendo su misión la de proteger a los residentes
norteamericanos.
El 16 de octubre de ese año, una disputa de borrachos estalló en
el barrio bravo de Valparaíso entre marineros yanquis y
trabajadores del puerto. Como consecuencia de la riña
generalizada, varios marineros resultaron heridos a cuchillazos
y dos norteamericanos murieron.
Pero el gobierno de EEUU transformó una banal reyerta en un
conflicto internacional, culpando al nuevo gobierno chileno --
que apoyado por Londres acababa de ganar la guerra civil contra
el presidente Balmaceda -- y adoptó una actitud arrogante que
las autoridades chilenas consideraron inaceptable.
Los preparativos bélicos del gobierno norteamericano de Benjamin
Harrison comenzaron. El padre del "poder naval" en persona
--Alfredo Mahan -- habría sido convocado a Washington para
consultas.(20)
EL gobierno chileno cedió ante la amenaza de la utilización de
la fuerza y aceptó presentar sus excusas a los EEUU,
indemnizando a las familias de los marineros muertos y retiró
las expresiones pronunciadas por su ministro de relaciones
exteriores, consideradas injuriosas por Washington.
En realidad un conflicto de intereses entre EEUU e Inglaterra,
se zanjaba mediante países interpuestos.
Años después, en 1895, se producía un incidente fronterizo entre
Venezuela y el gobierno colonial de Georgetown en la Guyana
Británica. Ante los preparativos bélicos ingleses, Estados
Unidos advirtó a Gran Bretaña que no toleraría una intervención
de su parte. Y el secretario de Estado del presidente Cleveland
instruía en ese sentido a su embajador en Londres afirmando que
los derechos de EEUU arrancaban de sus "infinitos recursos".
A fines de siglo las intervenciones yanquis se multiplicaron:
Hawai, Puerto Rico, Filipinas, Cuba, Guam, Samoa, los puertos de
China y Panamá. Consternado Mark Twain escribió entonces: "Que
se pinte de negro las franjas blancas y que se agreguen las
tibias y la calavera en lugar de las estrellas a la bandera de
Estados Unidos".
Cuba bajo la bota yanqui.
Desde 1868 los patriotas cubanos habían tomado las armas contra
el colonialismo español. Vencidos luego de diez años de
combates, recomenzaron la guerra en 1895 obteniendo algunos
sonados triunfos. La victoria y la independencia parecían a su
alcance.
Entonces Estados Unidos intervino a toda prisa.
Las inversiones yanquis en las plantaciones de azúcar y en las
minas de la isla eran considerables y los dirigentes de EEUU no
se molestaban en decir públicamente que para ellos, el azúcar
cubano era de una importancia vital, como el trigo y el algodón
de la India y del Egipto para Inglaterra.
El pretexto que encontraron fue esta vez la explosión ocurrida
en el acorazado Maine en La Habana, que provocó la muerte de más
de 250 miembros de la tripulación. No había ninguna prueba de la
implicación española -- y tiempo después se supo que el
estallido había sido accidental -- pero el presidente Mac Kinley
azuzado por la histeria "jingoísta", declaró la guerra a España
el 21 de mayo de 1898.
La guerra fue de corta duración. La flota española fue
aniquilada en Santiago de Cuba y las tropas yanquis
desembarcaron en la isla. Entre los "Rough Riders"que ocuparon
Cuba se encontraba Teodoro Roosevelt, futuro presidente de EEUU
quien iba a llegar a ser el campeón de la política de
intervención y del "Big Stick"(Gran Garrote).
Mediante el Tratado de París (10 de diciembre de 1898) España
cedió Puerto Rico y las Filipinas a los EEUU.
La guerra contra España marcó la entrada en fuerza de EEUU como
uno de los principales actores sobre la escena internacional.
Para España en cambio, significó el último acto de su progresiva
declinación internacional, que la llevaría al repliegue sobre sí
misma.
Cuba, teóricamente independiente, fue puesta bajo la autoridad
del gobernador militar yanqui Leonardo Wood, jefe de las tropas
de ocupación. Estas permanecerán en el país durante tres años.
Fue el propio Wood quien convocó a una asamblea constituyente
introduciendo una enmienda redactada por el senador de
Connecticut Orville Platt, a pesar de la oposición de numerosos
constituyentes quienes consideraban que se trataba de una
intromisión inaceptable que violaba la soberanía y la
independencia de Cuba.
En La Habana estallaron manifestaciones contra ese
diktat y el gobierno Wood
lanzó un ultimátum: "Los Estados Unidos continuarán a ocupar la
isla hasta que sea organizado un gobierno cubano, cuya
constitución lleve como parte importante todos y cada uno de los
preceptos de la Enmienda Platt".(21)
La Enmienda Platt constituía una demostración flagrante del
estado de vasallaje al que Cuba había sido sometida. El 23 de
mayo de 1903 fue incorporada a la constitución. Sólo en 1934
serían modificadas ciertas cláusulas. He aquí algunas perlas:
artículo 1*: "El gobierno de Cuba no firmará ningún acuerdo que
permita a una potencia extranjera obtener para propósitos
navales o militares, una parte de la isla...".
El artículo 3* era particularmente humillante: "El gobierno de
Cuba consiente a que los Estados Unidos puedan ejercer el
derecho de intervenir para preservar la independencia cubana
(sic!) y la mantención de un gobierno adecuado para la
protección de la vida, la propiedad...".
El artículo 7* les daba a los EEUU el derecho de instalar bases
militares en territorio cubano. Guantánamo es en la actualidad
una prueba viva de un tiempo que podría creerse como
sobrepasado.
El gobernador Wood no se equivocaba cuando en 1903 escribía en
una carta a Roosevelt:
"Poca o ninguna independencia efectiva le ha dejado a Cuba la
Enmienda Platt. Los cubanos más sensibles comprenden esto y
sienten que lo único positivo que pueden hacer es buscar la
anexión".(22)
Invocando la Enmienda las tropas yanquis desembarcarán en
numerosas oportunidades: en 1906, 1912 y 1917. Franklin D.
Roosevelt aceptará abrogar ciertas cláusulas sólo en 1934.
La doctrina Drago y los
"corolarios Roosevelt de la doctrina Monroe.
En diciembre de 1902, barcos de guerra británicos, alemanes e
italianos se presentaron frente a las costas venezolanas
hundiendo algunas naves surtas en las bahías y bloqueando los
puertos. Exigían el pago de indemnizaciones impagadas a súbditos
europeos.
"Teddy" Roosevelt, presidente de EEUU, aprobó la acción punitiva
de las potencias europeas, pero los países latinoamericanos se
indignaron ante esta agresión.
El ministro de relaciones exteriores de Argentina Luis María
Drago, dirigió una nota al Departamento de estado -- que luego
sentó jurisprudencia y fue adoptada por la Conferencia de La
Haya en 1907 -- en la cual exigía prohibir la utilización de la
fuerza como medio para cobrar deudas contraídas por un estado.
La "doctrina Drago" había nacido.
Roosevelt no estaba dispuesto a aceptar que las potencias
europeas ejercieran un papel de gendarme en su zona de
influencia. Ese derecho se lo reservaba sólo a los Estados
Unidos.
El 6 de diciembre de 1904 en su discurso anual , el presidente
norteamericano precisaba: "Si una nación demuestra que sabe
proceder con eficiencia razonable y de modo decente en los
asuntos sociales y políticos, si mantiene el orden interior y
paga sus obligaciones, no necesita la interferencia de Estados
Unidos. Las equivocaciones crónicas o la impotencia pueden
requerir la intervención en América ...puede forzarnos al
ejercicio de policía internacional".(23)
Un año más tarde, Roosevelt -- que había sido jefe de la policía
de Nueva York -- anunciaba a las naciones latinoamericanas en su
mensaje anual, que no aplicaría la "doctrina Monroe", es decir,
que no se opondría a las acciones punitivas de las potencias
europeas: "Si una república al sur de nosotros comete un
desatino contra una nación extranjera...
la doctrina Monroe no nos ha de forzar a intervenir para impedir
el castigo de tal desatino, salvo para impedir que el castigo no
asuma, de ninguna manera, la forma de una ocupación territorial...".(24)
Los dos discursos de Roosevelt servirán de justificación a la
política imperialista yanqui que se traducirá por intervenciones
en Panamá, Cuba, Nicaragua, Haití y Santo Domingo. La política
del "Gran Garrote" -- "hablar suave teniendo on garrote en la
mano" -- iba a constituir la política oficial del gobierno
norteamericano durante las primeras décadas de este siglo.
La secesión de Panamá
Desde la época de la conquista española numerosas personas
habían imaginado un pasaje interoceánico en América Central.
Varios proyectos y localizaciones sobre el lugar más adecuado
para este efecto habían sido realizados. El territorio de
Nicaragua y Panamá fueron propuestos y será en el suelo de este
último -- como resultado de la secesión organizada y fomentada
por la potencia imperial -- donde se construirá el codiciado
canal.
Panamá se había declarado independiente en 1821 aceptando
voluntariamente formar parte de Colombia. Diez años después, un
movimiento secesionista proclamaba su autonomía, pero afirmaba
pertenecer a la "Confederación
Colombiana". En agosto de 1831, el ejército colombiano reponía
nuevamente al Istmo en la Confederación.
Entre 1840 y 1855 hubo varios intentos separatistas. El primero
fue organizado por el general Tomás Herrera, quien fundó el
"Estado libre del Istmo". Vuelto al buen camino por el ejército
colombiano, Panamá conocerá una nueva tentativa secesionista en
1855 que también declaraba formar parte de la "Nueva Granada"
(Colombia). En 1858 fue dictada la nueva constitución de la
"Confederación Granadina" y
Panamá formaba parte de la Confederación.
Después de la anexión de California, la provincia colombiana de
Panamá se convirtió en un punto vital para las comunicaciones
entre el este y el oeste de los EEUU.
Desde 1851, una sociedad yanqui, la "Panama Rail Road Company"
había logrado hacer correr al primer tren y en 1854, una
locomotora atravesó el istmo. La línea férrea fue trazada en una
zona particularmente malsana y propicia para el desarrollo de
enfermedades tropicales. Más de 6000 trabajadores dejaron sus
vidas a causa del paludismo y otras enfermedades, entre ellos
coolies chinos, antillanos y
un buen número de irlandeses, alemanes y austriacos.
La carrera por del oro californiano, obligó a miles de hombres a
atravesar el istmo -- paso obligado viniendo del este -- y los
Estados Unidos tomaron la enojosa costumbre de desplazar sus
tropas por Panamá sin pedirle autorización a Colombia.
Varios proyectos de tratados fueron propuestoss por las
compañías yanquis a los colombianos, pero no fueron aprobados
por el Congreso de Bogotá. El embajador norteamericano Sullivan
escribió entonces a su gobierno:
"Si ustedes quieren obtener los derechos sobre el canal por una
vía que no sea un tratado, las cosas pueden ser más fáciles en
el Congreso colombiano con algunos fondos de los servcios
secretos".(25)
Pero a pesar de los esfuerzos de EEUU, fue Lucien Bonaparte Wyse
-- nieto de Lucien Bonaparte -- quien, entre 1878 y 1880 obtuvo
para los franceses de la Sociedad Civil Internacional, "el
privilegio exclusivo para la ejecución y la explotación a través
de su territorio de un canal marítimo entre el Atlántico y el
Pacífico".(26)
El presidente de EEUU Rutherford Hayes, amenazó declarando su
intención de proceder a la apertura de un canal en Nicaragua.
Amenazaba a la comunidad internacional, reclamando el "derecho
de ejercer un protectorado exclusivo sobre el canal que los
franceses proyectan abrir en territorio colombiano".(27)
Wyse convenció a Fernando de Lesseps -- el constructor del canal
de Suez en 1869 -- de tomar a su cargo los trabajos, que fueron
financiados por un empréstito lanzado por la "Compañía Universal
del Canal Interoceánico".
Pero durante los años siguientes, un gran escándalo financiero
estalló, que unido a ciertos errores técnicos cometidos en las
obras de excavación del canal, provocaron la quiebra de la
compañía en febrero de 1889.
Es entonces cuando intervino un aventurero francés, liquidador
de la compañía, Philippe Bunau Varilla, quien trató de vender a
EEUU los derechos relativos a la concesión del canal. Al mismo
tiempo, Gran Bretaña liberaba oportunamente a estos últimos de
los compromisos contraídos por el tratado Clayton-Bulwer y así
pudieron redactar un nuevo proyecto con Colombia (el Tratado
Herrán-Clay), que debía ser ratificado por el Congreso de
Bogotá.
La mayoría de los senadores colombianos consideraron el proyecto
como un atentado contra la soberanía de Colombia y el 12 de
agosto de 1903, rehusaron su ratificación.
Ante esta negativa los EEUU provocaron entonces la secesión y el
alzamiento de la provincia colombiana de Panamá.
Un día antes de la "declaración de independencia",
el 3 de noviembre de 1903, el departamento de Estado enviaba un
cable al cónsul yanqui en Panamá: "Avise del levantamiento en el
istmo. Tenga al Departamento al corriente y con todo detalle...
Todavía no; ha de ser por la noche..."(28)
La secesión fue proclamada y una Junta militar se constituyó en
Puerto Colón y tropas yanquis desembarcaron de los barcos que se
encontraban en el lugar, impidiendo a las fuerzas colombianas
sofocar la rebelión.
El 6 de noviembre Estados Unidos reconocía la "independencia" de
Panamá.
Philippe Bunau Varilla, ciudadano francés -- que había tomado
parte en la rebelión sin moverse de la
suite 1162 del hotel Waldorf
Astoria de Nueva York -- reconocerá más tarde que la idea de
secesión había sido discutida previamente con el presidente
Roosevelt.(29)
Este aventurero fue nombrado con premura ministro
plenipotenciario por la Junta y firmó en Washington el 18 de
noviembre -- un día antes de la llegada de los representantes de
la recién creada república -- un tratado leonino que hipotecaba
para siempre la soberanía panameña sobre el istmo.
Tres años después, Teodoro Roosevelt recibía el premio Nóbel de
la paz. Tres décadas más tarde, su hijo Franklin introduciría
algunas modificaciones en el tratado.
En 1955, el jefe de la Guardia Nacional panameña José Antonio
Remón, logró obtener que Eisenhower aceptara algunos cambios.
Luego Kennedy dió su acuerdo para que la bandera panameña fuera
izada junto a la bandera yanqui. Lo que no impidió las grandes
manifestaciones de 1964, seguidas de enfrentamientos entre
tropas norteamericanas y estudiantes panameños, que ocasionaron
más de 20 muertos y centenares de heridos.
El coronel Omar Torrijos negoció con Carter en 1977 la partida
definitiva de las tropas yanquis del canal y la recuperación de
la soberanía panameña sobre éste, prevista según el Tratado
Torrijos-Carter, para el año 2000 Remón y Torrijos murieron en
dos misteriosos y nunca dilucidados accidentes de aviación.
Pax americana en el Caribe.
El Caribe fue la región donde se concentraron las intervenciones
armadas norteamericanas. En 1901 tuvo lugar la primera agresión
del siglo contra Nicaragua y en 1903 como lo hemos visto, en
Panamá. El canal abriría una nueva vía al
Manifest Destinity.
En 1905, "respondiendo al llamado" de diversos personajes de la
oligarquía dominicana, el futuro premio Nóbel Teddy Roosevelt
instaló con la ayuda de sus
marines, a recaudadores de impuestos yanquis en las aduanas
de Santo Domingo. La presencia de tan diligentes expertos duró
cuatro años.
Por su parte, el secretario de estado Elihu Root había señalado
en esos años que las intervenciones tendrían lugar "cada vez que
estuvieran en peligro los capitales norteamericanos".(30)
Un nuevo desembarco de marines
en 1916 mantendría a la República Dominicana bajo la bota
yanqui hasta 1924.
En Nicaragua, José Santos Zelaya del partido liberal, era
presidente desde 1893. Había logrado desembarazarse de los
ingleses en la costa atlántica y trató de interesar a los
japoneses para que construyeran un canal interoceánico. Los EEUU
consideraron esta actitud como una afrenta y armaron a los
conservadores que se sublevaron contra Zelaya desembarcando en
Bluefields. Este renunció al igual que su sucesor, José Madriz.
La presidencia recayó entonces en Adolfo Díaz, un ex empleado de
la compañía minera yanqui Fletcher.
Sin embargo, una revuelta dirigida por los liberales estalló en
1912 y el presidente Taft envió con toda presteza a 1 700
marines para proteger al
presidente Díaz. Las tropas yanquis permanecerán en Nicaragua
hasta 1925.
Al mismo tiempo EEUU le imponía a este país el Tratado
Bryan-Chamorro (5 de agosto de 1914), mediante el cual adquirían
el derecho a establecer una base naval en el golfo de Fonseca y
la cesión de diversas islas e islotes durante 99 años.
El Salvador fue invadido en 1921 y Honduras en 1924. La
injerencia yanqui llegó a tal punto, que la designación de un
presidente hondureño se llevó a cabo en esos años a bordo del
acorazado norteamericano "Tacoma". (En 1989, cuando Panamá fue
invadido por las tropas de Bush, el "presidente" Endara,
prestará juramento en la base yanqui de Fort Gulick, en la zona
del canal.)
En Guatemala, la compañía frutera yanqui United Fruit -- uno de
cuyos propietarios era Foster Dulles, secretario de estado y
hermano de Allen, el jefe de la C.I.A. -- reinaba en la región
desde comienzos de siglo. Teniendo la influencia y los medios
casi como un estado, la compañía había firmado con el dictador
guatemalteco Estrada Cabrera un primer contrato en 1901. El
tirano Estrada será inmortalizado años después por Miguel Angel
Asturias en su famosa novela "El señor Presidente".
Al final de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos había
comenzado a desplazar totalmente a las potencias europeas de
América Latina, principalmente a Gran Bretaña, pero también a
Alemania y Francia. Dos autores brasileños (Cardoso y Faletto)
señalan que durante este
período: "La presencia norteamericana se extendió rápidamente...
Los países de la costa del Pacífico fueron incorporados a la
economía de EEUU y aquellos de la costa atlántica, como Brasil,
Uruguay y Argentina, también cayeron bajo su influencia".(31)
Desde fines de los años veinte los capitales norteamericanos
ejercieron en la región una indiscutible predominancia.
La presencia de los capitales yanquis tenía su corolario en una
política imperialista que se manifestó muchas veces a lo largo
de esos años. Las intervenciones de la segunda década de este
siglo en México constituyen un ejemplo.
"Tan lejos de Dios y tan cerca de
Estados Unidos"
Después del derrocamiento y asesinato del presidente Francisco
Madero en 1913 -- en el que tuvo participación el embajador
norteamericano Henry Lane Wilson -- (31a), el general Huerta se
apoderó del poder.
Venustiano Carranza, ex gobernador en la época del dictador
Porfirio Díaz, se sublevó contra aquel a quien consideraba como
un usurpador.
Por su parte Taft, el presidente norteamericano, rehusaba
reconocer a Huerta como jefe del gobierno mexicano y concentraba
tropas en la frontera.
En medio del torbellino de la revolución mexicana, el general
Victoriano Huerta buscó y obtuvo el apoyo de inversionistas
ingleses, al mismo tiempo que iniciaba un acercamiento con
Alemania y Japón.
Entre tanto, Wilson había sucedido a Taft y apostó la flota
frente a las costas mexicanas. Es así como el 16 de abril de
1914, un incidente se produjo entre soldados mexicanos y
marineros yanquis, quienes habían descendido ilegalmente en
territorio mexicano.
El gobierno de EEUU exigió reparaciones por lo que consideraba
una afrenta por parte del ejército mexicano, pero las
autoridades aztecas estimaron inaceptables sus demandas.
Entonces, al expirar el ultimátum dado por Wilson, 50 navíos con
23 000 hombres se desplegaron frente al puerto mexicano de
Tampico.
El 20 de abril tuvo lugar el desembarco y a pesar de una
resistencia encarnizada, las tropas yanquis lograron apoderarse
de la ciudad llevándose consigo los 8 millones de dólares que se
encontraban en los cofres de la aduana.
El mismo día el presidente Wilson se dirigió al Congreso para
pedir su aprobación, "para que pueda emplear a las fuerzas
armadas de Estados Unidos... para conseguir del general Huerta
el más amplio reconocimiento de nuestros derechos..."(32)
Cinco años más tarde, en 1919, Woodrow Wilson recibiría -- él
también -- el premio Nóbel de la paz.
En marzo de 1916 tuvo lugar la famosa "invasión" mexicana de
EEUU, encabezada por el célebre general Francisco Villa, quien
se apoderó de la ciudad de Columbus, al parecer, a causa del
apoyo dado por losnorteamericanos a su enemigo jurado, el
general Obregón. Por primera vez un país de América Latina
"invadía" los Estados Unidos... Washington respondió enviando
una "expedición punitiva", compuesta por 10 000 hombres, al
mando del general Pershing, el mismo que un año después
comandaría a las tropas norteamericanas en Europa. Entre sus
oficiales se encontraban los futuros y victoriosos generales
Eisenhower y Patton, que en México morderían el polvo de la
derrota.
En efecto, la "expedición punitiva" fue un fracaso. A medida que
las tropas yanquis se internaban en territorio mexicano,
encontraban la creciente resistencia de la población. Incluso el
propio gobierno mexicano -- en guerra contra Villa y que
finalmente había sido reconocido por EEUU -- exigía el retiro de
las tropas estadounidenses de su suelo: "El gobierno mexicano
concentró sus fuerzas alrededor de los invasores...Estaba
obligado a causa del creciente sentimiento antiyanqui existente
en todo el país...Villa aparecía como el símbolo de la
resistencia popular contra el invasor...".(32a)
En junio de 1916 el ejército mexicano inflingió una derrota a
las tropas yanquis en una escaramuza y Wilson decidió retirar
sus tropas en enero de 1917. Tres meses después los EEUU
declaraban la guerra a Alemania. México por su parte, resistiría
frente a todas las presiones manteniendo su neutralidad.
En los años 20, cuando el general Obregón designó como su
sucesor a Elías Calles, un sector del ejército rehusó
reconocerlo como presidente y se sublevó. Calles ejerció una
durísima represión, contando con el apoyo de tropas
norteamericanas para sofocar esta rebelión así como la revuelta
de los "cristeros", que se habían alzado debido a las medidas
tomadas por el gobierno contra la Iglesia y que durante más de
tres años hicieron frente a las tropas gubernamentales.
Haití bajo la bota yanqui.
A inicios de siglo las inversiones norteamericanas en Haití
alcanzaban a cerca de 15 millones de dólares. Aparte de
intereses en el azúcar, transportes y actividades portuarias,
las inversionistas yanquis disponían del 50 % de las acciones
del Banco Nacional de Haití.
Uno de los hombres de negocios más importantes era Roger
Farharm. Vicepresidente del Banco Nacional y de la Railroad de
Haití, también era funcionario del National City Bank.
Farharm jugó un papel de primer plano en el conflicto que oponía
al gobierno de Davilmar Théodore -- y luego al de Vilbrun
Guillaume Sam -- con los banqueros yanquis, fue Farharms quien
dirigió la campaña que desató la intervención militar
norteamericana.
A su demanda, el 17 de diciembre de 1914, los
marines del crucero Machias
desembarcaron y se llevaron 500 000 dólares pertenecientes a
Haití provenientes de los cofres del Banco Nacional.
Ante las protestas del gobierno haitiano, el secretario de
estado Bryan señaló que los EEUU debían "proteger los intereses
norteamericanos que se encontraban amenazados", agregando con
todo desparpajo que se trataba "de una simple transferencia de
fondos".(33)
Las presiones ejercidas por los hombres de negocios yanquis
sobre el Departamento de estado, buscaban forzarlo a apoderarse
del control de las aduanas haitianas.
El pretexto fue el caos y la guerra civil existente desde abril
de 1915, que provocó numerosas atrocidades culminando con la
espantosa muerte del presidente Sam.
El 28 de julio los marines
desembarcaron nuevamente en Haití. Esta vez permanecerán durante
19 años.
El presidente del Senado, diputados, ministros y otras
personalidades -- protegidos por la bayonetas de los soldados
norteamericanos -- se apresuraron a manifestar al almirante
Capperton, comandante de las fuerzas de ocupación, su acuerdo
para que las aduanas haitianas quedaran bajo control yanqui.
Y fue Capperton en persona quien dió luz verde para que Sudre
Dartiguenave fuera designado como presidente por un período de
siete años.
Días más tarde el proyecto de acuerdo con EEUU fue sometido a la
ratificación de diputados y senadores. Las condiciones
establecidas eran tan humillantes para Haití que hasta en el
seno de esa dócil asamblea, surgieron voces de protesta: "Según
las declaraciones de sus agentes, el gobierno de Estados Unidos,
ha efectuado en nuestro país en nombre de la humanidad, una
intervención humanitaria y con sus bayonetas, sus cañones y sus
cruceros nos ha presentado un proyecto Qué significa este
proyecto? Un protectorado impuesto a Haití por
mister Wilson..."(34)
El proyecto fue aprobado el 16 de noviembre y en 1918 fue
promulgada una nueva constitución, cuyo inspirador y uno de sus
redactores fue el subsecretario de la marina yanqui Franklin D.
Roosevelt, teórico de la doctrina de la "Buena Vecindad".
Con el tiempo el propio presidente Dartiguenave manifestará
cierta resistencia frente a sus protectores. Será reemplazado
entonces por el dócil Luis Borno.
Así fue entregada la patria de Toussaint Louverture a la
voracidad imperialista.
El artículo V de la constitución, que desde hacía un siglo
prohibía a los blancos el acceso a la propiedad de la tierra fue
abolido, siendo los campesinos haitianos las primeras víctimas
de la llegada de nuevos propietarios, quienes compraron y
explotaron nuevas plantaciones. A esto debe agregarse la
represión sistemática en el campo llevada a cabo por las tropas
de ocupación, que provocó un éxodo masivo de campesinos hacia
Cuba. De 23 490 en 1915, su número pasó a más de 30 000 en 1920.
Otro flujo migratorio se dirigió a Santo Domingo.
A la vergonzosa colaboración de las elites burguesas con el
ocupante, se opuso la epopeya de los "Cacos" de Charlemagne
Peralte, quien durante cuatro años (1915-1919) resistió
levantando guerrillas frente a las tropas de ocupación antes de
ser ultimado a traición.
Los marines abandonarán el
territorio haitiano sólo en 1934.
La tercera intervención yanqui en
Nicaragua.
En agosto de 1925 los marines
abandonaron el país después de trece años de ocupación. Dos
meses más tarde Emiliano Chamorro derrocaba al presidente Carlos
Solorzano, pero debió entregar el poder al ex presidente Adolfo
Díaz -- empleado de una compañía minera yanqui y hombre de
confianza de Washington -- quien pudo así volver a ocupar la
presidencia.
En diciembre de 1926, el vicepresidente Juan Bautista Sacasa
encabezó una fuerza destinada a restablecer la legalidad. Pero
el almirante yanqui Latimer desembarcó con 2 000 soldados
desarmando a los beligerantes y obligándolos a firmar la paz.
Uno de los jefes liberales, Augusto César Sandino rehusó
someterse, refugiándose con sus tropas en las montañas del norte
del país.
Un año después, en diciembre de 1927, el presidente de EEUU
Calvin Coolidge en su mensaje anual, explicaba que la
intervención norteamericana se justificaba porque, "Hoy en día
hay grandes inversiones en los aserraderos, la minería, las
plantaciones de café y bananas, el cabotaje y diversos negocios
mercantiles y colaterales... No
hay duda que de continuar esta revolución, las inversiones
norteamericanas y sus intereses financieros se hubieran visto
seriamente afectados...".(35)
Sandino y su "pequeño ejército loco" resistirá victoriosamente
frente a las tropas de ocupación durante seis años, las que
bombardeaban y saqueaban pueblos y aldeas.
El "general de los hombres libres" transformó el combate por el
restablecimiento de la legalidad pisoteada, en una guerra de
liberación nacional contra el ocupante extranjero: "Lucho para
expulsar de mi patria al invasor...La única manera de poner fin
a esta guerra es que las fuerzas que han invadido el suelo
nacional se retiren inmediatamente..."(36)
Ante la imposiblidad de una victoria militar, EEUU buscó un
acuerdo político. Sacasa fue designado presidente como pedía
Sandino y los marines se
retiraron de Nicaragua en enero de 1933.
Pero el verdadero hombre fuerte del país era el jefe de la
Guardia Nacional Anastasio Somoza, jugador de póker,
falsificador de billetes y fiel guardián de los intereses
yanquis.
Fue Somoza quien organizó el 21 de febrero de 1934 el secuestro
y asesinato de Sandino. Ese crimen le abrió las puertas para
asumir en 1936 la totalidad del poder.
Devoto gendarme de los norteamericanos, su gobierno fue una
sucesión de abyecciones, crímenes y corrupción. En 1956 fue
acribillado a balazos por el poeta Rigoberto Pérez.
Franklin D. Roosevelt había dicho de Somoza, el hombre de
Estados Unidos: "Somoza may be a
son of bitch, but he's our son a bitch".
La guerra del Chaco.
Entre 1932 y 1935 tuvo lugar la sangrienta guerra del Chaco. Un
antiguo litigio fronterizo entre Paraguay y Bolivia se agravó
cuando la compañía norteamericana Standard Oil creyó haber
descubierto un rico yacimiento de petróleo en territorio
boliviano.. Por su parte, la compañía anglo-holandesa Royal
Dutch hizo un descubrimiento parecido en el Chaco paraguayo.
Se desarrolló entonces en los dos países una intensa campaña
chovinista, alentada por las compañías petroleras. La guerra
estalló en junio de 1932 y fue particularmente cruel. Se firmó
un armisticio sólo en junio de 1935 y Bolivia debió ceder al
Paraguay más de 300 kilómetros. Sin embargo la presencia de
petróleo en la región era una ilusión.
Más de 130 000 paraguayos y bolivianos murieron empujados por la
histeria chovinista y el voraz apetito de las compañías
petroleras.
El sentimiento antinorteamericano creció en América Latina en la
década de los años treinta. La VI* Conferencia de los Estados
Americanos que se realizó en La Habana en 1928 había condenado
el intervencionismo yanqui, la ocupación de Haití, de Panamá y
la existencia de la Enmienda Platt, todavía en vigor en Cuba.
En 1933, en la VII* conferencia de Montevideo, Franklin D.
Roosevelt enunció la Good
Neighbour Policy -- Política de Buena Vecindad -- y se
aprobó un documento relativo a los "Derechos y Deberes" de las
naciones americanas.
Su artículo 8 fue votado "con reservas" por el secretario de
estado de Estados Unidos Cordell Hull, quien evitó así una
condena debida al proteccionismo aduanero de su país: "Ningún
Estado tiene el derecho de intervenir en los asuntos internos ni
externos de otro".(37)
Luego, la VIII* Conferencia en Lima (1938), autorizó las
reuniones de consultas de los ministros de relaciones exteriores
americanos y fue durante la Segunda Guerra Mundial que éstas se
llevaron a cabo. Los EEUU impusieron a los países
latinoamericanos la ruptura de relaciones diplómaticas con el
Eje y sólo Chile y Argentina rehusaron. Habrá que esperar hasta
1945 para que el gobierno argentino rompa con Alemania y Japón,
lo que tuvo como consecuencia indirecta un golpe de estado
militar.
En 1945 se aprobó el "Acta de Chapultepéc", con ocasión de la
"Conferencia Interamericana sobre los problemas de la guerra y
de la paz" celebrada en México, donde fue notoria la ausencia
argentina. El Acta comprometía a todos los países del Nuevo
Mundo para hacer frente a un eventual agresor externo. Su
artículo 3* especificaba: "Todo atentado contra la integridad o
la inviolabilidad del territorio, o contra la soberanía o la
independencia política de un Estado americano, será considerado
como acto de agresión contra los demás Estados firmantes de esta
declaración".(38)
Esta disposición, que debiera haber sido aplicada en 1982
durante la guerra de las Malvinas, no fue utilizada.
El 2 de septiembre de 1947 fue firmado en Rio de Janeiro el
"Tratado de Asistencia recíproca" (TIAR) que definía el alcance
de la conferencia de México. Argentina lo firmaría sólo en 1950.
En realidad a lo largo del siglo XIX y hasta la primera mitad
del siglo XX, hubo en América Latina una fuerte resistencia
frente a EEUU. La conciencia de la originalidad hispánica y
católica se acentuó durante esas décadas.
El sentimiento antiyanqui, en reacción contra un imperialismo
más agresivo que aquel de Inglaterra, se expresó también en el
campo cultural. Poetas de gran renombre como Rubén Darío o José
Enrique Rodó, invocaron la superioridad de la fe religiosa
católica sobre el materialismo anglosajón. En algunos casos esto
llevará a una revalorización de
España, la antigua metrópolis:"El prestigio creciente de las
tradiciones coloniales quitó a EEUU la posibilidad de tener
sobre la vida y la cultura latinoamericana una influencia
comparable a aquella que Europa ejerció antes de 1914. Los
revolucionarios y conservadores resistieron frente a la cultura
norteamericana, estos últimos defendiendo los lazos establecidos
con otras metrópolis en el curso del siglo XIX y valorizando la
herencia cultural antaño criticada".(38a)
Después de 1945, la guerra fría y sus tajantes opciones, forzará
a los conservadores a dejar el antinorteamericanismo
ferviente por el apoyo intransigente a los EEUU.
Perón y Estados Unidos.
La discordia entre Argentina y EEUU databa de la época de la
Segunda Guerra Mundial, aún si desde hacía mucho tiempo que los
gobiernos de Buenos Aires desconfiaban del discurso
"panamericanista" de Washington.
Perón llegó legalmente al poder en 1946. Había estado como
agregado militar en Italia durante la época de Mussolini entre
1939 y 1941. Acusado de tendencias facistas (38b) había
participado en el movimiento militar de 1943, llegando a ser
ministro del Trabajo y en 1944, de Defensa.
Propugnaba una política nacionalista que hería los intereses
norteamericanos y éstos decidieron hacerle la vida imposible.
Sprulle Braden, embajador yanqui en Buenos Aires ligado a la
empresa petrolera ESSO, inició una virulenta camapaña
antiperonista. Apoyado por el PC, intervino en la campaña
presidencial en curso publicando un "Libro Blanco", donde
acusaba a Perón de nazi.
Perón respondó publicando un "Libro Azul y Blanco", en el cual
decía que EEUUU quería "instalar en nuestro país un gobierno
propio, un gobierno títere, y para ello ha comenzado por
asegurarse el concurso de todos los "Quislings" disponibles..."(39)
Por su parte, el embajador Braden no se quedaba en chicas al
afirmar que "el pueblo argentino siempre ha sido democrátic y
contrario a las dictaduras totalitarias...
Sin embargo el gobierno sigue el modelo alemán de 1933..."(40).
El resultado arrojó una mayoría neta en favor de Perón y el
diario Evening Saturday Post,
comentando la política intervencionista en los asuntos internos
argentinos impulsada por el Departamento de estado escribió: "La
diplomacia norteamericana brinda una prueba de la esquizofrenia
diplomática que está disminuyendo el prestigio y la influencia
estadounidense en el mundo. El pueblo de la Argentina ha
respondido como respondería cualquier pueblo cuando los
extranjeros se sienten inclinados a decirle qué política debe
seguir."(41)
El "guatemalazo".
Jacobo Arbenz y su esposa
La guerra fría acrecentó la paranoia de Estados Unidos, quienes
veían detrás de cada huelga o manifestación la mano de Moscú.
La política del "containment" había sido enunciada por Truman y
la Casa Blanca se desvelaba en hacer frente a la expansión
comunista en el mundo.
En 1944, una revuelta popular atizada por estudiantes,
campesinos y oficiales del ejército, derrocó en Guatemala a los
fieles servidores de Washington, ligados estrechamente a la
compañía frutera United Fruit ("Mamita Yunai", como la llamaban
los guatemaltecos).
Los sucesivos gobierno de Arévalo y Arbenz realizaron algunas
reformas. El primero comenzó una tímida redistribución
de la tierra, que el coronel Arbenz -- electo en 1951 -- trató
de profundizar promulgando una reforma agraria que respondía a
las aspiraciones del campesinado, sector mayoritario de la
población. 85 000 hectáareas de la United Fruit fueron así
expropiadas.
Pero eso era no contar con la reacción de la poderosa "Mamita
Yunai", del secretario de estado Foster Dulles y de su hermano
Allen, jefe de la C.I.A.
En plena guerra fría, levantaron el espantapájaros del comunismo
y en la conferencia panamericana de Caracas (marzo de 1954),
Foster Dulles trató de asimilar la presencia de comunistas en
cualquier gobierno del hemisferio a una "agresión
extracontinental".
Entre tanto, su hermano Allen constituía un ejército de
"liberación" con la complicidad del gobierno hondureño, bajo el
mando del coronel Castillo Armas, ligado a la International
Railways of Center America, filial de la United Fruit.
En la conferencia de Caracas, Foster Dulles había declarado que
"el dominio y control de las instituciones políticas de
cualquier estado americano por el movimiento comunista
internacional constituiría una intervención por una potencia
extranjera y sería una amenaza para la paz en América".(42)
El gobierno de Arbenz había expropiado las tierras, establecido
la seguridad social, construido caminos -- la United Fruit
disponía del monopolio del transporte -- y comenzado los
trabajos para la construcción de un nuevo puerto. Al mismo
tiempo, se inició una reforma de la educación observándose
escrupulosamente los derechos y las libertades políticas antaño
inexistentes.
Pero Estados Unidos no veía nada más que la mano del comunismo
detrás del gobierno de Arbenz y la conferencia de Caracas aprobó
una declaración que iba en el sentido deseado por Dulles.
Desde el mes de mayo de 1954, se iniciaron los vuelos de aviones
yanquis sobre Guatemala y fueron bombardeadas las ciudades de
Puerto Barrio y Puerto San José.
Luego se produjo el desembarco de los mercenarios de Castillo
Armas se y poco después Ciudad de Guatemala caía en manos de sus
"liberadores" mientras que un joven médico argentino de
veintiséis años -- Ernesto Guevara -- trataba desesperadamente
de organizar la defensa del gobierno legal de Arbenz.
La experiencia guatemalteca había sucumbido.
Desde su llegada al poder Castillo Armas abrogó la ley de
reforma agraria y las otras medidas tomadas por Jacobo Arbenz.
En los años sesenta y setenta, el ejército guatemalteco,
asesorado por oficiales norteamericanos, emprendería una feroz
"guerra antisubversiva", en
realidad de exterminación contra las comunidades indígenas que
ocasionó la muerte a cerca de 200 000 personas.
Bahía Cochinos.
Fidel Castro y el Che
Guevara
Victoriosa en 1959, la Revolución cubana provocó un terremoto en
todo el continente. A sólo algunos kilómetros de las costas
estadounidenses se instalaba un gobierno revolucionario que iba
a ser la pesadilla de nueve presidentes norteamericanos.
Rápidamente, luego que el gobierno cubano decretó la reforma
agraria y que EEUU como medida de retorsión se negó a refinar el
petróleo soviético, suspendiendo a su vez las compras de azúcar
cubano, ocurrieron las primeras provocaciones y agresiones.
El conflicto alcanzó su punto de no retorno el 17 de abril de
1961, cuando la C.I.A., debidamente autorizada por el presidente
Kennedy, organizó la invasión de la isla tratando de establecer
una cabeza de playa en Bahía Cochinos.
Utilizando a los anticastristas cubanos y centroamericanos, la
C.I.A. pensaba que la noticia del desembarco iba a provocar una
insurreción en laisla. Pero esta vez el hermano menor de Foster
Dulles, Allen, se equivocaba.
El intento de invasión fue repelido en pocos días por los
milicianos cubanos y más de 1000 "gusanos" fueron tomados
prisioneros.
Kennedy desmintió la participación yanqui, pero cuando las
pruebas de ésta llegaron a ser irrefutables -- pilotos yanquis
abatidos por la DCA cubana -- y aún cuando el proyecto de
invasión le había sido legado por su predecesor Dwight
Eisenhower, asumió en estos términos la responsabilidad del
fracaso:
"Si alguna vez la doctrina interamericana de no intervención
oculta o excusa una política de pasividad, si las naciones de
este hemiferio fracasan en cumplir con su cometido contra la
penetración comunista, entonces quiero que quede completamente
claro que este gobierno no dudará en hacer frente a sus
obligaciones ...si alguna vez llega ese momento, no está en
nuestra intención recibir lecciones sobre no intervención"(43)
Desde entonces la historia de Cuba es la historia de una
resistencia permanente por oponerse a los planes de intervención
e injerencia tramadas por los EEUU.
Aparte de la ayuda aportada a los grupos de opositores cubanos,
los EEUU idearon varios intentos de asesinato contra los
dirigentes cubanos.
Obligada a resistir a la potencia más grande de la historia,
Cuba no tuvo otra alternativa que defenderse con uñas y dientes.
De esta manera, al azúcar y al ron se agregó otro producto "no
tradicional de exportación": la revolución.
Las últimas intervenciones e injerencias tendientes a hacer
todavía más difícil la situación en la que se encuentra Cuba
(leyes Torricelli, Helms-Burton),
prevén sanciones económicas en contra de los países que le
prestaren asistencia, así como la prohibición de comerciar con
Cuba a las filiales de las empresas norteamericanas en terceros
países y la interdicción de atracar en puertos de EEUU a los
barcos que hubiesen fondeado descargando mercaderías en puertos
cubanos en los últimos seis meses.
Estas leyes fueron condenadas ampliamente por la comunidad
internacional. Su carácter de extraterritorialidad
viola el derecho internacional y trata de desalentar a las demás
naciones en sus relaciones comerciales con Cuba, que soporta
desde hace treinta años un despiadado embargo.
Los Estados Unidos se habían encargado desde 1945 de la tarea de
formar a los oficiales de los ejércitos de América Latina. Estos
fueron formados en la lucha contra el comunismo, al que creían
ver en cada protesta social o en las numerosas luchas por
mejores condiciones de vida que tuvieron lugar en el continente
durante los años sesenta.
Ante el prestigio creciente de la revolución cubana, Kennedy
lanzó en 1961 la idea de un vasto programa de ayuda económica y
social, la "Alianza para el Progreso".
Este pequeño "plan Marshall" fue abandonado por Johnson algunos
años después, cuando el esfuerzo en la lucha contra el comunismo
se tradujo en la colusión abierta entre Washington y los
militares latinoamericanos.
El golpe de estado en Brasil.
El golpe de estado en Brasil contra el presidente Joao Goulart
inauguró una serie de golpes en los cuales los Estados Unidos
aparecieron directamente implicados.
El gobierno de Goulart había manifestado su voluntad por
erradicar las miserables condiciones en las que se encontraban
miles de sus compatriotas. Anunció el voto para los analfabetos
y su intención de promulgar una ley de reforma agraria.
El 31 de marzo de 1964 las fuerzas armadas derrocaban a Goulart
asumiendo el control total del país. El presidente Johnson se
apresuró dos días más tarde, el 2 de abril, a enviar a los
militares "sus más calurosos deseos", agregando que el pueblo
norteamericano "había observado con ansiedad las dificultades
políticas y económicas atravesadas por vuestra gran nación...
Admiramos la voluntad decidida de la comunidad brasileña por
resolver estas dificultades en el marco de la democracia
constitucional...(¡sic!)".
Las convicciones democráticas de los militares brasileños se
expresaron en el curso de los años siguientes, desencadenando
una brutal represión contra los movimientos y partidos
antidictatoriales.
Sólo en 1979 se darían los primeros pasos de retorno a un
régimen civil.
A comienzos de los años sesenta, el miedo al contagio y al
ejemplo cubano habían llevado a los EEUU a apoyar todos los
golpes militares a lo largo y ancho del continente. Era el
retorno del Big Stick.
En El Salvador una junta militar se apoderó del poder en 1961.
En Guatemala el presidente Idígoras Fuentes fue tumbado por los
militares en marzo de 1963 y en Honduras el presidente Villeda,
acusado de poca firmeza frente a la subversión comunista, fue
derrocado en octubre de ese mismo año.
En América del Sur los militares se apoderaban del poder en Perú
en julio de 1962 y el presidente ecuatoriano Otto Arosemena era
derrocado a su vez en julio de 1963, por "complacencia ante el
castrismo". El ejército boliviano se tomó el poder en noviembre
de 1964 y en Argentina, el general Onganía en junio de 1966.
La intervención en la República
Dominicana.
Estados Unidos había ocupado la República Dominicana de 1916 a
1924.
Rafael Leonidas Trujillo, hombre de confianza de Washington se
había apoderado del poder en 1930. Así comenzó la "era Trujillo"
con su secuela de torturas y crímenes.
"El Benefactor", dictador megalómano sólo comparable en su
truculencia a Somoza, otro protegido de EEUU, permaneció en el
poder más de treinta años con el beneplácito norteamericano. En
1961 murió asesinado y uno de sus acólitos, Joaquín Balaguer,
transformado rápidamente en ardiente demócrata accedió a la
presidencia.
Una serie de golpes y contragolpes finalizó por la convocación a
las primeras elecciones realmente democráticas para diciembre de
1962.
Juan Bosch, un demócrata que había estado exiliado más de
veinticinco años obtuvo la mayoría. Aún cuando se trataba de un
liberal, su elección no entraba en los planes de EEUU que
desconfiaban de él. En septiembre de 1963 fue derrocado por un
grupo de militares quienes nombraron como nuevo ejecutivo a un
triunvirato presidido por un civil, Donald Reid Cabral, hombre
de confianza del Departamento de estado. Sin embargo, algunos
oficiales constitucionalistas encabezados por el coronel
Francisco Caamaño, derrocaron a su vez al triunvirato en abril
de 1965, proclamando apoyados por gran parte de la población, su
voluntad de restablecer en sus funciones al presidente
legalmente elegido, Juan Bosch.
Las fuerzas armadas se dividieron, estallando numerosos
enfrentamientos. Los constitucionalistas de Caamaño parecían
alcanzar la victoria cuando Lyndon Johnson decidió el envío de
los marines, una vez que el
embajador Tapley Bennet anunció que EEUU protegería a los
ciudadanos estadounidenses residentes.
El mundo asistió boquiabierto entonces a una opereta en la cual
Johnson se esforzaba en negar la violación flagrante de la
propia Carta de la O.E.A., debiendo disfrazar después de
tergiversaciones y mentiras -- y ante la ola de indignación
particularmente fuerte en América Latina, donde varias embajadas
y empresas yanquis fueron saqueadas -- la intervención de EEUU
con el aporte de tropas de cuatro dictaduras militares, las
únicas naciones que aceptaron de colaborar con Washington en la
invasión a un país soberano: los golpistas brasileños, el
dictador Somoza (hijo) de Nicaragua, el Paraguay de Stroessner y
Honduras.
Para los norteamericanos se trataba de impedir lo que a sus ojos
sería un nuevo foco de contagio revolucionario, otra Cuba en el
continente. Lo que justificaba por cierto todas las excepciones
a las reglas prescritas en la Carta de la O.E.A.: "Comprendí que
no había tiempo para hablar, consultar o demorarse...La
naciones americanas no pueden ni deben y no permitirán el
establecimiento de otro gobierno comunista en el hemisferio
occidental..."(44)
En septiembre del mismo año, una resolución de la Cámara de
representantes (resolución Selden) declaraba que ante la sola
amenaza de peligro comunista, las naciones americanas podían y
debían prestarse mutua asistencia.
Balaguer, el hombre de Washington, antiguo y fiel amigo del
dictador Trujillo, fue reinstalado poco después por sus amos en
la presidencia de la república. El coronel Caamaño aureolado de
un inmenso prestigio morirá años más tarde en un postrer intento
por desencadenar la lucha armada en la República Dominicana.
Los mil días de la Unidad
Popular.
Presidente Salvador Allende
El fantasma del comunismo, obsesión de Washington, pareció
transformarse en realidad cuando el médico socialista chileno
Salvador Allende, apoyado por una coalición de partidos de
izquierda, la Unidad Popular, venció en la elección presidencial
de septiembre de 1970.
Chile estaba de fiesta y desde el balcón del historico edificio
de la Federación de Estudiantes de Chile, en el centro de
Santiago, Salvador Allende,visiblemente
emocionado se comprometió
a llevar a término el programa prometido a los electores. Luego,
pidió a sus partidarios que se retirasen a sus casas en calma y
tranquilidad sin responder a las provocaciones.
Ni desórdenes ni actos de violencia se produjeron esa noche y el
pueblo chileno festejó sobriamente su victoria.
Pero en los barrios burgueses, en las grandes mansiones y detrás
de los espesos muros de la embajada de EEUU, aquellos que
siempre habían acusado a la izquierda de ser la portadora de la
barbarie, afilaban sus cuchillos.
La intervención yanqui en Chile es ampliamente conocida gracias
a los documentos secretos de la ITT, al informe Covert Action
presentado al Senado estadounidense por la Comisión Church
(1975) y diversos documentos recientemente desclasificados.
La injerencia de Estados Unidos en Chile data de mucho tiempo
atrás. En 1965 la CIA implementó una operación a gran escala
destinada a detectar "las potencialidades revolucionarias" en el
país. Se trataba de la "Operación Camelot". La clase política
chilena casi unánime condenó lainjerencia y los EEUU
prudentemente optaron por bajar su perfil.
Después del 4 de septiembre de 1970, el gobierno yanqui movilizó
a todos sus agentes, colaboradores e influencias conspirando
contra el futuro presidente chileno, quien acababa de ganar en
las urnas.
El propietario del principal órgano de prensa chileno
El Mercurio y vicepresidente
también de la Pepsi Cola, se reunió el 15 de septiembre de 1970
en Washington con el director de la CIA Richard Helms. Por la
noche, Henry Kissinger, Helms y Nixon coordinaron un plan de
acción, Track I y un segundo plan, Track II, destinados a
impedir que el Congreso chileno proclamara Presidente de la
República a Salvador Allende.
Según la Comisón Church, las instrucciones de Nixon al jefe de
la CIA fueron precisas, escritas con su propia mano: "Salve a
Chile... no hay que preocuparse por los riesgos, no comprometer
a la embajada, 10 millones si es necesario... trabajo a tiempo
completo... plan de acción en 48 horas..."(46)
El plan Track II tenía varias fases, desde el soborno de
diputados, generales y almirantes, hasta el asesinato del
comandante en jefe del ejército, que rehusó colaborar con los
golpistas, cayendo en una emboscada en octubre de ese año.
Las instrucciones de Nixon indicaban que todo debía ser
intentado para atajar a Allende, salvo una acción como la
realizada en Santo Domingo. Nathaniel Davis, embajador de EEUU
en Chile, se plantea algunas dudas acerca del proyecto de
asesinato de Salvador Allende por la CIA.
Sin embargo, a pesar de todos los complots y conspiraciones
Allende fue designado por el Congreso, gobernando durante tres
años y aplicando el programa prometido: reforma agraria,
nacionalización del cobre, de
la banca, del nitrato, teléfonos, seguros,etc.
Pero Chile hacía frente a un complot invisible, "un Vietnam
silencioso" dijo el poeta Pablo Neruda, quien tomando su arma,
la pluma, escribió: "Incitación al Nixonicidio..."
Un plan apoyado del extranjero desestabilizó al país y
desencadenó el golpe de estado el 11 de septiembre de 1973.
Navíos de la marina yanqui, el Ricardo Turner, el Tattersall, el
Vesol y el submarino Clamagor, se encontraban oportunamente
frente a las costas chilenas ese día, supuestamente para
participar en las maniobras navales "Unitas".
Palacio de la Moneda
En pocas horas, los militares derribaron la delgada pared que
separa la civilización de la barbarie, mientras Allende se
inmolaba en su palacio en llamas.
La contrarrevolución fascista
victoriosa pudo entonces restaurar el capitalismo sobre nuevas
bases, hundiendo a Chile durante diecisiete años en una
sangrienta dictadura militar que se propuso "extirpar para
siempre el cáncer marxista". Miles de opositores fueron
detenidos, torturados, asesinados o hechos desaparecer.
Un proceso de transición democrática se inició en 1989 cuando el
dictador Pinochet fue obligado a llamar a un plebiscito. Fue
vencido y debió entregar el mando en 1990 a un gobierno elegido
democráticamente, manteniendo el cargo de comandante en jefe del
ejército hasta 1998, cuando aceptó retirarse... al Senado, el
mismo Senado que había clausurado en 1973.
En octubre de 1998, Pinochet de visita en Gran Bretaña fue
detenido en virtud de una orden emitida por el juez español
Baltazar Garzón.
La actitud de los jueces ingleses y españoles desconcertó en un
primer momento a todo el mundo. Algunos minutos luego de haber
conocido la noticia, Fidel Castro presente en la Cumbre de los
países hispanoamericanos que se efectuaba en Portugal declaró:
"Pinochet no actuó solo. Los documentos norteamericanos
desclasificados demuestran la participación del gobierno de
Estados Unidos para derrocar a Allende. Ellos conocían el plan
del golpe hasta en el menor detalle. Tienen por lo tanto una
responsabilidad tan grande como Pinochet. Creo que sería
legítimo que todos aquellos que elaboraron este plan, los que
ayudaron a su realización y que lo apoyaron deben ser
juzgados... Los padrinos de Pinochet (EEUU) han sido los
responsables de 30 000 desaparecidos en Argentina; 3000 en
Chile; 150 000 en Guatemala desde la invasión "liberadora"
organizada por la CIA en 1954 contra Arbenz... Llevaron a cabo
la "guerra sucia" contra Nicaragua que causó miles de víctimas;
la sangrienta guerra contra El Salvador, país hacia el cual los
EEUU enviaron un río continuado de armas, recursos, instructores
militares, dinero... Estaría muy feliz si se pudiera juzgar
actualmente a los responsables yanquis, que además, son más
jóvenes que Pinochet".
La intervención en Nicaragua.
El 19 de julio de 1979 las tropas del F.S.L.N. entraban en
Managua liberada. Dos días antes, Anastasio Somoza Debayle,
heredero de una dinastía fundada por su padre en 1936, se había
fugado.
El gobierno sandinista se encontró ante la enorme tarea de tener
que reconstruir un país devastado. Aplicó la reforma agraria,
distribuyó la tierra, desarrolló una gran campaña de
alfabetización, combatiendo
desde el primer día contra los ex guardias somocistas que se
concentraban en la frontera hondureña.
Reagan, quien durante la carrera a la presidencia había
denunciado a los sandinistas como agentes de Moscú, desató una
gigantesca campaña internacional acusando al gobierno de Managua
de querer apoderarse de toda América Central.
La invasión silenciosa de Nicaragua comenzó a inicios de los
años ochenta. Reagan prohibió los créditos, alentó a los
partidos de oposición a la vez que los financiaba, mientras
armaba a los "contras" en Honduras.
En la campaña de prensa desatada, la administración
Reagan ponía énfasis en el "sobre armamento" sandinista, que
desestabilizaba decía Reagan, a los gobiernos "libres" de la
región.
El "Irangate" demostró la intervención yanqui en Nicaragua como
proveedor de fondos y de armas de los "contras", quienes
utilizaban el territorio de Honduras como base principal de
operaciones.
Nicaragua se desangró con la guerra decidida por Reagan, guerra
llevada a cabo por "contras" interpuestos. Y el gobierno de EEUU
fue condenado por la Corte Internacional de Justicia por su
participación en actos terroristas tales como el minaje del
puerto nicaragüense de Corinto, pero los ardientes defensores de
la libertad en todas partes del mundo, es decir la mayoría de la
prensa "libre" de los países occidentales no se sintó
concernida.
En esta "cintura de América" como la llamó Pablo Neruda, se jugó
en los años ochenta la dignidad de América Latina. Carlos
Fuentes, el famoso escritor mexicano lo decía a su manera en una
manifestación de apoyo a Nicaragua en México: "La guerra del
tiempo, la guerra que nos concierne a todos, es llevada a cabo
en estos momentos por los nicaragüenses en nombre de todos. La
guerra contra Nicaragua se viste de pretextos ideológicos. Los
que quieren restaurar o crear la democracia son aquellos que
durante un siglo y medio no se han preocupado nada más que de
sus privilegios. Se exige de Nicaragua que sea lo que ninguna
nación de América Latina puede ser: una democracia como Estados
Unidos, cosa que jamás se le pidió a Somoza y que no se le
pedirá a los contras en el poder".
La guerra de "baja intensidad", los atentados, la violencia
generalizada, la muerte de jóvenes reclutas asesinados en
emboscadas tendidas por los contras, terminaron por cansar a una
parte de la población. En 1990, el gobierno sandinista --
descrito como un régimen totalitario -- perdió las elecciones.
La candidata de la oposición unida Violeta Chamorro, obtuvo la
victoria en un país devastado por años de guerra.
La invasión de Granada.
La invasión de la minúscula isla de Granada se inscribe en el
marco de la nueva guerra fría que tuvo lugar en la primera mitad
de los años ochenta.
Estados Unidos, que habían sido maltratados en el plano
internacional -- en Vietnam, Irán, Nicaragua, Africa, Afganistán
y el Líbano -- quisieron hacer saber al mundo y particularmente
a la URSS y sus aliados que "América había vuelto por sus
fueros".
Reagan trataba de repeler los movimientos revolucionarios en
América Central y en su cruzada contra el "imperio del mal",
apoyó la escalada militar de los "contras" en Nicaragua,
alentando al gobierno hondureño y salvadoreño en su lucha contra
la guerrilla.
Es en este contexto que EEUU invadió el 25 de octubre de 1983 la
pequeña isla de Granada de Grenada (110 000 habitantes).
Un conflicto entre dos campos que se disputaban elpoder y que
habría puesto "en peligro la vida de ciudadanos norteamericanos",
fue el pretexto esgrimido por Reagan. Enseguida agregó para
efectos de propaganda, que los cubanos construían una pista de
aterrizaje en el aeropuerto de Puerto Salinas, con el objetivo
de poder hacer aterrizar aviones soviéticos... Y la histeria
intervencionista se apoderó de millones de ciudadanos
estadounidenses.
Sin temor al ridículo, Reagan fue hasta a decir lo más serio del
mundo, que la intervención había sido decidida "después de una
demanda urgente" de cinco países del Caribe, cuyo peso es
realmente inexistente en la escena internacional: Antigua,
Barbade, Dominique, Santa Lucía y San Vicente...
La "victoria" de Granada -- más de 6 000
marines armados hasta los
dientes contra obreros de la construcción cubanos -- iba a ser
utilizada por Reagan durante la campaña para su reelección al
año siguiente.
Por otra parte, para la administración
Reagan se trataba de hacer olvidar el fiasco en el Líbano, donde
algunas semanas antes, más de cincuenta soldados yanquis habían
perecido en un atentado.
La operación que "liberó" a Granada de una dictadura marxista",
tenía un objetivo electoral, pero al mismo tiempo, quería
mostrar al mundo la determinación de Reagan en su lucha contra
el comunismo.
La pequeña isla de Granada -- paraíso hoy en día de la nuez
moscada y de los norteamericanos de la tercera edad -- pagó los
platos rotos puesto que Reagan había decidido recomenzar una
nueva guerra fría.
La operación "Causa Justa".
El 2 de octubre de 1977 un referéndum ratificó en Panamá el
nuevo tratado Torrijos-Carter. El pueblo panameño abrogaba así
el leonino tratado Hay-Bunau Varilla, "jamás firmado por un
panameño", como acostumbraba a decir el general Omar Torrijos.
Mediante este nuevo tratado, Panamá obtendría en el año 2000 la
soberanía plena sobre el canal y sus instalaciones.
Canal de Panamá
Torrijos debió vencer numerosos obstáculos y trabas que los
senadores yanquis encabezados por nuestro conocido Jesse Helms
habían opuesto a la firma de éste.
Una enmienda del senador De Concini agregaba una cláusula que
garantizaba a EEUU el derecho a intervenir militarmente en el
canal: "Si el canal fuera cerrado o sus operaciones no se
pudieren efectuar... los EEUU tendrán el derecho de tomar las
medidas necesaria... incluyendo el uso de la fuerza militar..."(47)
Torrijos escribió entonces a Carter quien se comprometió a "no
utilizar esta enmienda como justificación legal para una
eventual intervención en Panamá".
Catorce bases militares y más de diez mil soldados se
encontraban en la zona del canal. Esta presencia tenía la misión
-- aparte aquella de la seguridad del canal -- de proyectar el
poder de fuego de EEUU sobre el continente: "Durante décadas,
bajo el pretexto de proteger esta vía fluvial, esas
instalaciones sirvieron como centros de entrenamiento para
realizar pruebas de armamento y de tecnología militar; como
bases de apoyo logístico a golpes de estado y operaciones de
contrainsurreción o, para
efectuar intervenciones secretas o no en Colombia, Bolivia,
Granada y América Central..."(47a)
Torrijos murió en 1981 en un misterioso accidente de aviación.
Los panameños le reconocen el mérito de haber, en condiciones
extremadamente difíciles, logrado hacer firmar a los EEUU un
nuevo acuerdo sobre el canal.
El general Noriega sucedió a Torrijos como jefe de la Guardia
Nacional. Era considerado como un hombre al servicio de EEUU,
trabajando después de muchos años para la CIA.
Como se sabe, Bush padre, que había sido jefe de la central
yanqui, no se embarazó en 1989 con sutilezas jurídicas ni
supuestos derechos de antiguedad en el trabajo. Ese año se había
llevado a cabo la elección presidencial en Panamá. La oposición
se agrupó en torno a Guillermo Endara, quien afirmó al término
del escrutinio ser el vencedor. Pero bajo presión de la Guardia
Nacional, Francisco Rodríguez fue designado como presidente de
la república.
Una prueba de fuerza comenzó entre la oposición apoyada por EEUU
y la Guardia Nacional. Noriega, que al parecer había trabajado
algunos años antes para la CIA y por ello era un ex empleado de
Bush, fue acusado por éste de participar en el tráfico de
estupefacientes y un juez norteamericano emitió una orden de
detención en su contra. Al mismo tiempo, las tropas yanquis
estacionadas en el canal realizaron provocaciones tratando de
intimidar a la población panameña, que en parte, apoyaba a
Noriega.
El 20 de diciembre de 1989, Bush -después de haber copiosamente
brindado en Malta con Gorbachev celebrando el fin de la guerra
fría -- lanzó la "operación Causa Justa".
Y las tropas yanquis, sin preocuparse de justificaciones de tipo
legal, invadieron una vez más Panamá, utilizando miles de
soldados, la aviación y helicópteros artillados.
Pero la Guardia resistió e igual cosa ocurrió en los barrios
populares donde algunas armas habían sido distribuidas. Entonces
las tropas invasoras de la "Causa Justa" los bombardearon como
única manera de poner fin a la resistencia. Más de 3000 muertos
quedaron entre los escombros de los barrios populares
calcinados, en especial el de chorrillos.
En cuanto al líder de la oposición Guillermo Endara, éste
prefirió el confortable aire acondicionado de una base militar
yanqui -- prueba de la tranquilidad que reinaba en el país y de
la adhesión popular con que contaba la invasión norteamericana
-- para jurar como presidente de la república...
Georges Bush imponía un presidente que en los años setenta había
creado una empresa domiciliada en Panamá, cuyo socio no era otro
que el general Manuel Contreras, jefe de la policía secreta del
general Pinochet...
Noriega fue detenido por sus ex patrones el 3 de enero de 1990 y
llevado a EEUU, donde fue condenado a 40 años de cárcel.
En mayo de 1994, Ernesto Pérez Valladares del PRD (Partido
Revolucionario Democrático), el partido de Noriega, triunfó en
las elecciones.
Los panameños esperaron expectantes el año 2000, fecha según el
tratado en la que adquirirán la soberanía total sobre esta
codiciada vía fluvial. Pero el Pentágono quisiera conservar
algunas instalaciones en la zona. Ello podría facilitar las
operaciones de control e intervención en el Caribe y América del
Sur. Más hoy en día, cuando dos otros focos de tensión
considerados como peligrosos existen en la región: Colombia,
gangrenada por una violencia endémica desde hace más de cuarenta
años y que los norteamericanos vigilan de muy cerca debido --
dicen -- al tráfico de drogas, y Venezuela, donde el presidente
Chávez, nacionalista e independiente, quiere aplicar una
política que se aparta de la línea deseada por EEUU.
En todo caso, desde 1995, en abierta violación del reciente
tratado Torrijos-Carter, EEUU trató de obtener del gobierno
panameño su acuerdo para que algunas de sus bases militares --
Howard, Sherman, Rodman y una en la isla de Galeta --
permanecieran indefinidamente en la zona del canal.
El pretexto esgrimido por Washington fue que se crearía un
Centro Multilateral Antidrogas (CMA) . Un centro supuestamente
civil compuesto por 2000 militares... Los panameños fieles a la
memoria del general Torrijos, se negaron a aceptar, al igual que
los países contactados para formar parte del CMA, como México,
Brasil y Colombia. Las negociaciones entabladas con la máxima
discreción, fueron interrumpidas en septiembre de 1998.
En mayo de 1999, la derechista Mireya Moscoso una fiel aliada de
EEUU, fue elegida como presidente de la república. Curiosamente,
faltando 1 día para entregar su mando presidencial al nuevo
presidente Torrijos, liberó al terrorista Posada Carriles, quien
fue capturado en Panamá a punto de cometer un atentado
terrorista junto a otros mercenarios que lo acompañaban por la
modica suma de 4 millones de dolares, cantidad cancelada por los
terroristas cubanos que viven protegidos por el gobierno de
EE.UU en miami.
Meses después, el general Charles Wilheilm del Southern Command,
explicaba ante la comisión de relaciones exteriores del Senado
norteamericano, que el ejército panameño no estaba en
condiciones de enfrentar una eventual incursión de guerrilleros
colombianos. Pero fueron los propios EEUU los que disolvieron y
desarmaron al ejército panameño durante la invasión de 1989.
Al Tratado Torrijos-Carter se le agregó un "Tratado de
Neutralidad", según el cual,
los EEUU quedan autorizados para intervenir unilateralmente
desde el año 2000 si estimaran que la neutralidad del canal
estuviera en peligro...
Una nueva intervención
humanitaria en Haití.
Contrariamente a una idea muy expandida, la intervención
norteamericana en los años noventa en Haití, no data de
septiembre de 1994 ("operación humanitaria")
sino de septiembre 1991, cuando el presidente Aristide fue
derrocado por un golpe organizado por militares haitianos
quienes contaron con la colaboración de la CIA y de la embajada
norteamericana.
En 1971, Jean Claude Duvalier -- Baby Doc -- sucedió a su padre
-- François Duvalier, papa Doc -- quien controlaba el poder
desde 1957. Baby Doc fue derrocado en 1986, instalándose en
Francia, una vez que el gobierno del primer ministro Laurent
Fabius le acordó una autorización de residencia, encontrando
luego un cómodo y agradable refugio en la Costa Azul donde vive
en un retiro dorado.
El general Raúl Cedras, jefe de la Junta qu derrocó al padre
Aristide en septiembre de 1991, había perpetrado el 172* golpe
de estado desde que Haití accediera a la independencia en 1804,
hace casi dos siglos.
Christophe Wargny escribió con Pierre Mouterde en 1996 un libro
que lleva como sugestivo título:
Apre bal tambou lou: cinq ans de duplicité américaine en Haïti,
1991-1996 (49), donde muestra la acción combinada contra
Aristide -no exenta de contradicciones -- entre EEUU, los
militares y la oligarquía haitiana y el Vaticano. Este último se
habría popuesto a Aristide debido a su compromiso personal con
la teología de la liberación.
El padre Aristide, "Titid" como lo llaman los pobres de las
ciudades, había obtenido un gran triunfo en la elección
presidencial de febrero de 1991. Siete meses después será
derrocado.
"Titid" concentró contra sí desde el primer momento la
hostilidad de cuatro grandes instituciones y centros de poder:
el ejército, la oligarquía, EEUU y la jerarquía eclesiástica,
siendo el Vaticano uno de los primeros en reconocer al gobierno
del general golpista Raúl Cedras.
La represión desencadenada por la junta y la miseria
escalofriante de la mayoría de los habitantes, empujaron a una
parte de la población a buscar su salvación, atravesando las
peligrosas aguas caribeñas en pequeñas embarcaciones que
trataban de atracar en las costas norteamericanas. Los
boat people haitianos habían
hecho su aparición
Ante las dificultades para poner coto a tal éxodo, Clinton
decidió -- luego de la autorización del Consejo de Seguridad de
las NU -- lanzar una operación militar "humanitaria".
Las tropas yanquis entraron luego a Puerto Príncipe y "Titid"
pudo así volver a su país, en los barcos de la misma potencia
que anteriormente había contribuido a su caída. Los
marines pronto fueron
reemplazados por 7 000 soldados de la Minuha (Misión de las
Naciones Unidas para Haití).
Pero el padre Aristide había tenido que aceptar previamente una
serie de acuerdos que le fueron impuestos por EEUU: los acuerdos
de París (financieros) y de Washington (políticos y militares),
firmados en agosto y septiembre de 1994.
Aristide, en el corto período constitucional que le quedaba,
trató de canalizar y de responder favorablemente a las
reivindicaciones populares. Al mismo tiempo que exigía que la
oligarquía y la elite financiera y militar aceptara las reglas
del juego de un estado de derecho.
Debió ceder en numerosos puntos. Pero Aristide era el
"presidente de los pobres" y se opuso a las medidas preconizadas
por el FMI y a la amnistía e impunidad que EEUU quería otorgarle
a los militares culpables de crímenes.
Obtuvo luego (junio de 1995) una resonante victoria en las
elecciones legislativas, pero las relaciones con Washington, que
ejercía una estrecha vigilancia sobre la política llevada a cabo
por Aristide, siguieron degradándose. EEUU comenzó a intervenir
cada vez más abiertamente a nivel del ejército y de la policía,
tratando de obligar al gobierno haitiano a que aceptara que la
formación de los oficiales de estas dos instituciones armadas se
realizara en Fort Leonard, en Missouri.
Luego, pusieron trabas sistemáticamente a la prosecución de
procesos contra los responsables de torturas y otros crímenes,
confiscando los archivos del Fraph (Frente Revolucionarios por
el Avance y el Progreso de Haití). Se trataba de 160 000 páginas
relatando crímenes y otras sevicias cometidas por los militares,
documentos que por otra parte, implicaban directamente a la CIA
y a otros servicios yanquis, tales como el DIA.
EEUU intentó imponer a Aristide la aplicación de una política
neoliberal, pero "Titid" era más que reticente al respecto. Un
general yanqui de la Minhua, Hugues Shelton, escribió entonces
en un informe confidencial: "Las políticas populistas podrían
asustar a los inversionistas potenciales y dañar la economía,
alienándose de paso a la elite económica".(50)
"Titid", no pudiendo postular nuevamente a otro mandato
presidencial, fue reemplazado por su amigo René Preval. Desde
entonces Haití se debate entre la amenaza, el miedo y el hambre,
que golpean a un gran número de sus habitantes.
A pesar de ello, el senador republicano yanqui Jess Helms --
celoso guardián de la libertad y de la libre empresa -- tuvo la
impudicia de encabezar a un grupo de legisladores
norteamericanos, quienes decidieron congelar los créditos
estadounidenses destinados a Haití, con el pretexto de que la
búsqueda e investigaciones relativas al asesinato en 1995 de
tres personalidades cercanas a los golpistas no daban los
resultados esperados.
"La inmensa esperanza provocada por el presidente Aristide
aparece hoy en día bastante lejana. El FMI excluyó de sus
prioridades a la enseñaza, al sistema sanitario, al desarrollo
rural y la reforma agraria...la delincuencia se desarrolla
peligrosamente. Como si se quisiera sembrar la duda en los
haitianos sobre el valor de la democracia, llevando hasta el
paroxismo las frustraciones acumuladas y probar, que la lucha
contra el fatalismo inspirada por la teología de la liberación
desde los años setenta, conduce a una callejón sin salida."(51)
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El intervencionismo norteamericano en América Latina
contribuyó a forjar en esta región del mundo un vigoroso
sentimiento antiyanqui. Durante casi dos siglos, el poderío
de la potencia hoy en día dominante, actuó a su antojo en su
"patio trasero". Estas intervenciones se acentuaron desde
1945, favorecidas por la existencia de un mundo bipolar y
por la guerra fría.
El imperio no habría podido actuar impunemente, si no
hubiese contado con la preciosa ayuda de los "Quislings"
nativos: Castelo Branco y Costa e Silva en Brasil;
Stroessner en Paraguay; Somoza, Trujillo, Castillo Armas y
d'Aubuisson en América Central; Pinochet en Chile; Onganía y
Videla en Argentina; Balaguer, Wessin y Duvalier en el
Caribe; Fujimori en Perú, etc.
Todos, cabezas visibles de una estructura de poder en el
continente que perpetúa su existencia gracias al "hermano
mayor" del Norte.
Es el "hermano mayor" quien creó para sus creaturas,
diversas instituciones en defensa de sus intereses comunes.
Es el "hermano mayor" el que impuso la doctrina de seguridad
nacional con su corolario de muerte y terror. Es el imperio
dirigido por este generoso "hermano" el que decretó que la
libertad no era otra cosa que la libertad de empresa,
estableciendo una identidad entre la libertad y el
american way of life.
La alianza entre las oligarquías latinoamericanas y
Washington estaba destinada a luchar contra el enemigo
interno común: la subversión comunista -- que los EEUU
siempre consideraron como el largo brazo de Moscú -- y los
sectores populares, que disputaban a estas mismas
oligarquías un espacio político, planteando a su vez
reivindicaciones de carácter social y económico.
Este statu quo
imperial-oligárquico pudo
ser garantizado sólo por fuerzas armadas sumisas y fieles al
"hermano mayor".! Cuántos crímenes y atrocidades se
cometieron para preservar el orden que el amo deseaba! Todas
las causas infames, fueron apoyadas por los EEUU en el
continente, aún si años después Clinton hiciera un tardío
mea culpa : "Es
importante que yo declare que el apoyo a los militares
implicados en actos de violencia y de represión extensiva,
es un error que no debemos repetir". (52)
Fueron los EEUU quienes crearon las escuelas militares --
laflor y nata de ellas era "The School of the Americas" --
donde fueron formados más de 58 000 militares
latinoamericanos. Si el Pentágono organizara una reunión con
sus antiguos alumnos, se darían cita seguramente los
facinerosos más repugnantes de todo el hemisferio...
A partir de los años sesenta -después del triunfo de la
revolución cubana -- el Pentágono asignó una tarea bien
específica a los ejércitos latinoamericanos: debían cesar
desde ahora de participar en la defensa continental debiendo
encargarse de su "seguridad interna".
En esta trabajo sucio, EEUU utilizó los métodos de los
escuadrones de exterminación de Himmler. Como se sabe,
numerosos especialistas nazis se instalaron en EEUU después
de la última guerra. Son ellos quienes ayudaron a la
elaboración y aplicación de las técnicas de la lucha
antisubversiva adoptada por los militares latinoamericanos.
Pero esta pléyade de criminales, surgida de lo más profundo
del bestiario del continente, tuvo que hacer siempre frente
a la encarnizada y heroica resistencia de los pobres y
excluidos. No ha habido un sólo día en que esta resistencia
no se manifestara.
Desde los patriotas mexicanos que combatían contra el
invasor yanqui, pasando por los "mambises" cubanos, los
"cacos" de Charlemagne Peralte en las montañas haitianas y
los exhaustos soldados del "pequeño ejército loco" de
Sandino; los combatientes guatemaltecos y los miles de
indios y campesinos víctimas de la guerra antisubversiva que
durante treinta años llevó a cabo el ejército de Guatemala
con la bendición de EEUU, hasta los dominicanos y panameños
que defendieron la soberanía de sus patrias en 1965 y 1989
contra las tropas yanquis.
Esta resistencia se manifestó también bajo otra forma en
diciembre de 1998, cuando la mayoría de los puertorriqueños
rechazó por segunda vez en cinco años la asimilación pura y
simple a los EEUU (53). Al mismo tiempo, un poderoso
movimiento por la preservación de la lengua española y de la
cultura puertorriqueña
sentó sus reales en la isla caribeña, sometida desde un
siglo al predominio norteamericano: "Hace cien años que
Puerto Rico es una colonia yanqui. Pero no han podido
destruir ni su lengua ni su cultura, ¡es admirable! El
imperialismo dispone de medios poderosos para destruir
culturas e imponer la suya. Puerto Rico es un ejemplo.
Demuestra la capacidad de los pueblos para resistir y el
alto valor de la cultura. Los privaron de la soberanía y a
pesar de todo resisten..."(54)
Durante los últimos años los militares han perdido
aparentemente mucho poder en América Latina, pero en casi
todos los países han continuado a controlar la vida
política, presentándose -- como en Chile -- como los
garantes de la constitucionalidad de los actos del gobierno.
Es la nueva función que el imperio les ha asignado. En el
curso de la década de los años ochenta, Washington propagó
la idea según la cual habrían en el continente instituciones
"permanentes" y "transitorias".
Estas últimas estarían compuestas por los gobiernos y
parlamentos, es decir, instituciones electas mediante el
sufragio universal. Junto a éstas, las instituciones
"permanentes",
garantizarían la reproducción del modelo de dominación
imperial.
Curiosamente, estas instituciones "permanentes" no son
elegidas mediante el sufragio universal: el ejército, el
poder judicial, los bancos centrales... todos, acérrimos
defensores del modelo neoliberal en vigor.
Aún cuando Cuba sigue siendo en la actualidad el blanco
predilecto de EEUU en el Nuevo Mundo, otros países, que han
cometido el delito de "lesa independencia",
están también en su mira: la ingobernable Colombia -- donde
la guerrilla controla una buena parte del territorio y
contra la cual Washington quisiera emplear métodos
expeditivos con el pretexto de luchar contra el narcotráfico
-- y Venezuela, cuyo presidente Hugo Chávez no goza con la
simpatía del amo del mundo.
Sugestivamente, después de la victoria de Hugo Chávez en la
elección presidencial última, comenzaron a aparecer
artículos en la prensa "libre", alertando sobre el peligro
que representaría un ex militar, que además, cometió el
indecoro de ganar la elección con casi el 60 % de los votos.
La "prensa libre" retuvo como circunstancia agravante contra
Chávez su convocatoria a una Asamblea Constituyente en abril
1999, encargada de redactar una nueva constitución, proyecto
que los venezolanos tuvieron la impudicia de aprobar con
cerca del 88 % de sus sufragios. Esto era más de lo que los
vigilantes celotes del orden imperial podían tolerar.
Entonces han comenzado a hablar de "jacobinismo autoritario"
y de "deriva autocrática", acusando al presidente venezolano
de haber puesto en práctica una "forma moderna de golpe de
estado"".(55)
Después de haber inaugurado -- con la guerra del Golfo y la
reciente agresión contra Yugoslavia -- una nueva era en las
relaciones internacionales, los EEUU, se proponen continuar
ejerciendo su predominio en América Latina y en el resto del
mundo. La resistencia contra el imperio es entonces, no sólo
un imperativo moral , sino que debe ir acompañada del
necesario odio contra la potencia hegemónica:
"Que me sea permitido rememorar el `odio a los tiranos` que
animaba antaño a los revolucionarios de 1789 y `el odio de
clase` que no desdeñaban expresar antiguamente los
trabajadores. Deber de odio. Sí, no tengamos vergüenza. Hoy
en día la aversión prioritaria absoluta al imperialismo
norteamericano ...representa para las víctimas de toda
dominación, la propedéutica de una determinación lúcida y de
un compromiso solidaridario activo".(56)
Javier Peña.
Notas.
1. Vermont en 1791; Kentucky en 1792; Tennessee en 1796.
Estos dos últimos territorios así como Mississippi, Alabama,
Illinois, Indiana y Ohio, fueron adquiridos por la Unión
gracias al Tratado de París de 1783. Otros territorios
situados más al oeste, fueron comprados a Bonaparte en 1803.
2. Carlos Machado, Documentos, Estados Unidos y América
Latina, Editorial Patria Grande, Montevideo, 1968, página
11.
3. Machado Carlos, op.cit., página 13.
4. Idem, página 15.
5. Machado C., página 18.
6. Idem, página 19.
7. Ibidem, página 23.
8. Leopoldo Martínez Caroza, La intervención norteamericana
en México, 1846-1848, Panorama Editorial, México, 1985,
página 19.
9. Idem, página 27.
10. Carlos Machado, op.cit., p'agina 32.
11. Carlos Antonio López, 1790-1862, presidente de Paraguay
entre 1840 y 1862.
12. Ynsfran Pablo Max, La expedición norteamericana contra
el Paraguay, 1858-1859, Editorial Guaranía, México-Buenos
Aires, 1954, 2 vol., página 208.
13. Idem, vol. II, página 42.
14. Lemaitre Eduardo, Panamá y su separación de Colombia,
Ediciones Corralito de Piedra, Bogotá, 1972, página 42.
15. Existe una historia de este episodio, La guerra de
Nicaragua, obra traducida del inglés por Ricardo Fernández
Guardia, Ediciones Universidad Centroamericana, San José,
Costa Rica, 1970.
16. Carlos Machado, op.cit., página 41.
17. Idem, página 43.
18. Jingoísmo: "Término inglés sinónimo de chovinismo
patriótico". Universalis.
19. Vial Gonzalo, Historia de Chile, vol. II (1891-1920),
ediciones Santillana, Santiago de Chile, 1983.
20. Gonzalo Vial, op.cit., página 165.
21. Carlos Machado, op.cit., página 53.
22. Idem, página 55.
23. Idem, página 64.
24. Ibidem, página 66.
25. Eduardo Lemaitre, op.cit., página 75.
26. Idem, página 95.
27. Ibidem, página 128.
28. Machado C., op.cit., página 57.
29. Buneau Varilla Philippe, De Panama à Verdun, página 162
y siguientes.
30. Castor Sucy, La ocupación norteamericana de Haití y sus
consecuencias, Casa de las Américas, La Habana, 1974, página
22.
31. Cardoso F.H. y E. Faletto, Dependencia y desarrollo en
América Latina, PUF, 1983, página 83.
31a. Jesús Silva Herzog en "La revolución mexicana",
Maspero, página 164, transcribe la requisitoria de un
diputado mexicano contra el embajador Wilson:"Acuso a mister
Henry Lane Wilson...de ser responsable de la muerte del
presidente Francisco Madero...Acuso al embajador Wilson de
haber puesto en la balanza del destino de México, todo el
peso de su influencia como representante del gobierno de
Washington...Lo acuso de
haber amenazado con una intervención armada inminente por
parte de EEUU, lo acuso de haber estado informado del golpe
de estado y de haber sido parcial en favor de la
reacción..".
32.Carlos Machado, op.cit., página 75.
32a Adolfo Gilly, La revolución interrumpida, ediciones El
caballito, 1977, página 218.
33. Sucy Castor, op.cit., página 85.
34. Idem, página 35.
35.Carlos Machado, op.cit., página 85.
36.Du rêve à la Révolution, Solidarité Nicaragua N*3, París
1982, página 218.
37. Carlos Machado, op.cit., página 87.
38. Idem, página 89.
38a. Tulio Halpering, Historia contemporaine de l'Amérique
Latine, Payot 1972, página 186.
38b A propósito del "fascismo" de Perón, es interesante la
anécdota contada en sus memorias por Pablo Neruda. Vittorio
Codovila, secretario general del Partido Comunista
Argentino, le encargó al poeta la tarea de convencer al
legendario jefe comunista brasileño Luis Carlos Prestes, que
Perón era un fascista de tomo y lomo:"Pensaba que Perón y su
movimiento eran una prolongación del fascismo
europeo...Después de una
manifestación en el estadio de Pacaembú, conversé largo con
Prestes quien me dijo:'No hay fascismo en Argentina; Perón
es un caudillo, pero no un jefe fascista...?dónde
están las camisas pardas?...Codovila se equivoca..". Pablo
Neruda, "Confieso que he vivido", memorias, capítulo
consagrado a Vittorio Codovila.
39. Machado C., op.cit., página 90.
40. Ibidem, página 91.
41. Idem.
42. Idem, página 96.
43. Idem, página 101.
44. Ibidem, página 109.
45. Nathaniel Davis, Los dos últimos años de Salvador
Allende, Plaza y Janes editores, Barcelona, 1986, página 18.
46. Idem, página 19.
47. Conte Porras Jorge, Del Tratado Hay-Buneau Varilla al
Tratado Torrijos-Carter, Impresora Panamá, 1982, página 144.
47a Lemoine Maurice, Panama recupère son canal, Le Monde
Diplomatique, agosto de 1999.
48. Wargny Christophe, Manière de voir N*33, febrero de
1997, Le Monde Diplomatique, página 68-c.
49. Editions Austral, 1996.
50. Christophe Wargny, Manière de voir N*31, Le Monde
Diplomatique, página 30.
51. Idem.
52. Henri Madelin, Guatemala après l'enfer, Le Monde
Diplomatique, mayo de 1999, página 21.
53. Con ocasión del referéndum del 31 de diciembre de 1998,
la mayoría de los puertorriqueños
(53 %) se pronunció contra la asimilación a EEUU. En el
referéndum de 1993, el porcentaje de opositores a la
asimilación había sido de 52,9 %.
54. Discurso de Fidel Castro en La Habana, el 11 de junio de
1999, con ocasión del I Congreso Internacional de la Cultura
y el Desarrollo.
55. Ignacio Ramonet, Le Monde Diplomatique, octubre de 1999.
56. Georges Labica, Le devoir de haine, en "Maîtres du
monde?", ediciones Le Temps des Cerises, página 233.
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A contranoche 5-6.