Rebeldes
estadounidenses
llaman a
globalizar
movimientos
sociales
|
escrito
por
David
Brooks
|
lunes,
03 de
septiembre
de 2007
|
New Market, Tennessee.- En este oasis rebelde que ha transformado el panorama nacional culminaron tres días de celebraciones por el 75 aniversario del Highlander Research and Education Center, con un festival cultural, en el que los versos de Violeta Parra y el ritmo contagioso de Nueva Orleáns y el banjo y violín de estas montañas del sureste invitaban a continuar la misión de “acción colectiva por la justicia” para crear otro Estados Unidos.
Los
ecos
de
las
luchas
sindicales
de
los
años
30 y
40,
el
movimiento
de
derechos
civiles,
la
justicia
ambiental,
la
lucha
contra
el
racismo
y la
homofobia,
el
altermundismo
y
más
emanaban
desde
las
fotos
de
reuniones
de
estrategia
de
mineros
y
textileros,
de
Martín
Luther
King
y
Rosa
Parks,
de
acciones
contra
el
Tratado
de
Libre
Comercio
y
tantas
más,
con
un
fondo
sonoro
de
himnos
y
corridos,
gospel,
blues,
bluegrass,
jazz
y
rap
retumbando
contra
los
montes,
y en
las
voces
de
veteranos
de
estas
luchas
como
las
de
nuevas
generaciones.
Resistencia
en
el
ombligo
del
imperio
Aquí,
como
desde
1932,
este
es
uno
de
los
pocos
lugares
en
Estados
Unidos
donde
afroestadunidenses,
blancos,
latinos
e
indígenas,
entre
otros,
han
encontrado
una
casa
común
desde
donde
armar
rebeliones
y
movimientos
de
resistencia
en
el
ombligo
del
imperio.
La
influencia
de
Highlander
se
puede
encontrar
por
todas
partes:
en
luchas
por
la
defensa
ambiental
en
las
montañas
de
este
y
otros
estados
de
Appalachia,
en
huelgas
mineras
en
Virginia,
en
movimientos
por
vivienda
y
salud
en
Luisiana
o
Carolina
del
Norte,
en
defensa
y
organización
de
migrantes,
en
nuevas
iniciativas
sociales
de
jóvenes
y en
la
música
y
otras
expresiones
culturales
del
sur.
“Cultura
empresarial
que
amenaza
el
planeta”
Por
ejemplo,
recientemente,
a
unos
cuantos
kilómetros
de
aquí,
hubo
un
triunfo
histórico
en
una
lucha
sindical
encabezada
por
migrantes
en
alianza
con
blancos
y
afroestadunidenses.
En
una
planta
de
procesamiento
de
pollo
en
Morristown,
en
una
región
famosa
por
su
antisindicalismo
feroz,
se
lanzó
un
esfuerzo
para
afiliar
a
los
casi
500
trabajadores,
en
su
mayoría
mexicanos
y
centroamericanos.
El
voto
de
465
a 18
a
favor
logró
instaurar
por
primera
vez
un
sindicato
en
esa
planta
y
poco
después
se
aprobó
de
manera
unánime
el
primer
contrato
colectivo.
“Eso
es
muestra
de
valentía,
de
coraje”,
declaró
Jim
Sessions,
ex
director
de
Highlander.
El
centro
aportó
todo
el
equipo
de
traducción
para
el
proceso,
y
mucha
de
su
gente
guió
la
estrategia.
Pero
aún
más
que
eso,
también
fue
muestra
de
la
clave
para
el
futuro
de
esta
región,
el
país
y el
mundo,
afirmó
Sessions.
“Las
alianzas
entre
negros,
latinos
y
blancos
son
claves
para
triunfar,
para
la
solidaridad
y la
independencia,
en
la
lucha
contra
una
cultura
empresarial
que
amenaza
el
planeta”.
Necesaria,
la
acción
colectiva
Suzanne
Pharr,
otra
ex
directora
de
Highlander,
habló
de
los
desafíos
a
futuro,
de
“como
la
gente
añora
ser
tratada
justa
y
dignamente,
de
recuperar
sus
tierras
y
recursos.
Nuestro
trabajo
no
es
sólo
reconstruir
nuestras
regiones,
sino
reconstruirnos
a
nosotros
mismos,
buscar
cómo
curarnos
y
asumir
una
responsabilidad,
y
para
eso
necesitamos,
como
siempre,
de
la
acción
colectiva
con
esperanza
y
alegría”.
Aquí,
ex
directores
y la
actual
directora
Pam
McMichael
hicieron
referencias
a
las
experiencias
de
Cuba,
Venezuela,
Argentina,
Nicaragua
(en
los
años
80),
y
Sudáfrica,
y
expresaron,
en
esencia,
que
la
tarea
más
importante
es
construir
un
fuerte
movimiento
social
en
Estados
Unidos
con
perspectiva
global.
De
manera
reiterada
se
subrayó
la
importancia
de
generar
movimientos
a
nivel
local
con
la
mira
a
tejer
un
movimiento
nacional
que
se
vincule
de
manera
trasnacional.
Cómo
hacerlo,
con
quién,
dónde
están
los
puntos
de
reunión
y
más
fueron
puntos
abordados
en
talleres,
foros
y
reuniones
todo
este
fin
de
semana.
La
historia
casi
oculta
de
los
movimientos
sociales
estadunidenses
enmarcó
estos
diálogos,
revelando
por
medio
de
palabra,
canto,
teatro
y
cine
las
rebeliones
que
sucedieron
y
están
brotando,
a
veces
a
nivel
microscópico,
por
toda
esta
región
y
este
país.
Un
veterano
de
luchas
de
Mississippi,
de
81
años,
contó
su
vida
como
granjero
negro,
de
su
encarcelación
en
la
fila
de
la
muerte
por
un
delito
que
no
cometió,
y
sus
luchas
por
la
igualdad
racial.
“Cuando
llegué
por
primera
ocasión
a
Highlander,
en
1961,
me
dije:
‘¿a
poco
hay
blancos
que
hablan
así?’
Pensé
que
era
otra
trampa
más
para
acusarme
de
algo,
pero
descubrí
que
era
real.”
“No
los
llamamos
ilegales,
los
llamamos
hermanos”
Stewart
Acuff,
director
de
organización
nacional
de
la
central
obrera
AFL-CIO,
declaró
aquí
que
este
lugar
fue
epicentro
de
los
esfuerzos
sindicales
en
los
años
30 y
40
que
lograron
agremiar
a
400
mil
trabajadores
por
todo
el
sur,
con
10
mil
organizadores,
cientos
de
los
cuales
operaban
o
fueron
capacitados
en
Highlander.
Declaró
que
hoy
día,
esa
lucha
sindical
gira
en
torno
de
recuperar
el
propio
derecho
de
organizar
y
enfrentar
“más
de
30
años
de
guerra
de
clase
contra
los
trabajadores.
Esa
lucha
es
la
misma
que
antes,
por
más
libertad
y
más
justicia,
y
para
defender
la
dignidad
humana”.
Al
referirse
a
los
cambios
demográficos
del
sur
y
otras
partes
del
país,
Acuff
aseveró
que
“una
de
las
luchas
más
importantes
para
nosotros”
son
las
hechas
en
favor
de
“los
trabajadores
que
han
tenido
que
abandonar
su
país
para
sostener
a
sus
familias.
A
ellos
que
cruzan
estas
fronteras
nosotros
no
los
llamamos
ilegales,
los
llamamos
hermanos,
los
llamamos
hermanas”.
Pancho
Arguelles,
del
Centro
Flatlander
en
Texas,
una
institución
de
educación
popular,
comentó
que
ahora
se
está
provocando
una
nueva
dinámica
aquí:
“¿Qué
va a
pasar
cuando
el
sur
se
encuentre
con
el
sur
global?
Las
sabidurías
del
sur
estadunidense
se
encontrarán
con
la
sabiduría
que
surge
de
la
lucha
en
el
sur
global”.
Agregó
que
los
inmigrantes
están
hartos
de
los
analistas
y
especialistas
que
desean
aconsejarlos
sobre
los
pasos
pragmáticos
que
su
movimiento
debería
tomar.
“No
queremos
pronósticos
del
clima,
queremos
ser
el
clima,
una
tormenta”.
Señaló
que
se
debería
considerar
el
principio
de
los
zapatistas
de
“mandar
obedeciendo”.
Highlander,
por
primera
vez
en
su
historia,
se
convirtió
en
un
centro
bilingüe
hace
pocos
años,
justo
para
nutrir
las
potenciales
y
necesarias
alianzas
entre
los
inmigrantes
latinoamericanos
y
los
sureños
(negros,
blancos
e
indígenas),
al
considerar
que
el
futuro
de
las
luchas
por
la
justicia
en
esta
región
y
este
país
dependerán
cada
vez
más
de
las
alianzas
entre
éstos.
Esto
también
se
manifestó
en
expresiones
culturales
en
este
festejo,
donde
los
versos
de
resistencia
se
intercalaban
constantemente
con
la
prosa
de
las
historias
de
estas
luchas
y lo
que
significa
para
el
futuro.
Concierto
para
festejar
Anoche,
en
un
concierto
de
celebración,
la
gran
cantautora
contemporánea
Ani
DiFranco
compartió
el
escenario
con
el
famoso
líder
de
la
lucha
de
jornaleros
agrarios
Baldemar
Velásquez
y su
banda
Águila
Negra,
que
cantaron
en
español
sobre
las
vidas
y
los
actos
heroicos
de
los
inmigrantes
en
los
campos
y al
cruzar
la
frontera.
Bernice
Reagon,
famosa
cantante
y
música
del
movimiento
de
derechos
civiles,
y su
hija
Toshi,
así
como
el
coro
del
Student
Nonviolent
Coordinating
Comité,
una
de
las
organizaciones
fundamentales
de
ese
movimiento
en
el
sur,
ofrecieron
canciones
de
entonces
y de
ahora.
Pete
Seeger,
legendario
músico
de
folk,
envió
un
mensaje
videograbado
a
Highlander
trasmitido
durante
el
concierto.
Con
su
banjo,
tocando
un
poco
de
This
Land
is
Your
Land,
comentó
que
estas
miles
de
luchas
en
todas
partes,
de
las
cuales
Highlander
ha
jugado
un
papel
tan
central,
“son
las
que
van
a
salvar
a
este
mundo,
con
los
pueblos
haciendo
lo
que
se
tiene
que
hacer”.
DiFranco
ofreció
un
poema
al
concluir
sus
canciones,
con
un
verso
que
dice:
“Estoy
tratando
de
pensar
¿Qué
es
lo
que
necesita
ocurrir
para
que
mi
país
se
levante?
Primero
reconocer
nuestros
errores,
y
después
organizar”.
Así,
este
oasis
rebelde
continúa
haciendo
realidad
la
herencia
de
sus
fundadores,
en
particular
el
pedagogo
popular
Myles
Horton,
quien
insistió
que
el
pueblo
es
el
líder.
Afirmó:
“tienes
que
creer
que
las
personas
tienen
la
capacidad
dentro
de
sí
mismas
de
desarrollar
la
capacidad
de
gobernarse
a sí
mismas”,
escribió
en
su
autobiografía
The
Long
Haul.
|
|
En
este dia impuesto, por
los patrones y por los
gobiernos de los
patrones,de las
multinacionales,del
Wall Stree y las mafias
de la rapiña y la
guerra.
La
mafia patronal en este
dia,beneficia y resalta
el activismo de las
mafias sindicales,de los
burocratas a sueldo del
sindicalismo
amarillo,vendido a la
politiqueria de los
partidos del
sistema,democratas y
republicanos,responsables
de la desgracia del
sindicalismo en los
EE.UU.,asi como
responsables de todos
los males
sociales,economicos y
politicos de este pais.
Paralelamente a la
institucionalidad
burocratica y
opresora,antihistorica
de los gobernantes,desde
hace muchos años se
construye una nueva
institucionalidad
social,sindical y
popular en este pais,que
los dueños del Poder y
las Riquezas tratan de
ignorar.
Desde
el 1 de mayo de 1886,el
dia de los ahorcamientos
de trabajadores,luchas
y huelgas de los
verdaderos
sindicalistas,que
luchaban por las 8
horas,desde este
dia,hasta hoy los
obreros y trabajadores
han venido tratando de
conquistar el verdadero
dia de los trabajadores
y que es el 1 de mayo y
no este dia puramente
farandulero y circo
macabro del capitalismo.Esta
es una reflexion un
recuerdo que no seria
bueno dejar pasar.Y
estaremos presente en
este aniversario de la
brocracia,pero con
nuestra historia y
actuales proclamas.
Inglaterra
fue, en la primera mitad
del siglo XIX, el
terreno típico de la
revolución industrial.
Federico Engels
vivió y escribió un
extraordinario libro, en
el cual documenta (a
partir de las máquina a
vapor y de las máquinas
para la elaboración de!
algodón) ese período de
« una revolución que
avanzó tanto más potente
cuanto más silenciosa»
desintegrando la antigua
estructura familiar de
tejedores-agricultores
que vivían con lo
necesario, tenían
descanso para un trabajo
sano en su campo o
jardín, consignaban el
hilado o tejido a los
agentes viajantes contra
pago de la mercadería
que necesitaban, vivían
generalmente en el campo
y podían, con su
salario, arreglárselas
bien.
Engels
analiza los efectos de
la irrupción de las
máquinas (desde la
jenny o torno para
hilar) hasta los cambios
que rompieron la antigua
organización patriarcal,
y un incesante
movimiento de la
industria. Surgieron así
establecimientos cada
vez más grandes en los
que hombres, mujeres y
niños debían vender su
fuerza de trabajo. El
fruto más importante del
desarrollo de la
industria (que exigía
cada vez mayor número de
brazos) fue el
proletariado. El
surgimiento desordenado,
en las peores
condiciones, de
concentraciones de
viviendas y el trabajo
de sol a sol llegaron a
condiciones extremas.
Engels
documenta las
inimaginables
condiciones de vida de
quienes forjaban, en el
trabajo diario, la
abundancia ajena. “A
menudo, más de una
familia habitaba en un
sótano húmedo, en cuya
atmósfera pestilente
estaban encerradas doce
o dieciséis individuos”.
La explotación hasta del
trabajo de los niños
llegó a límites
increíbles. A algunos se
los obligaba a trabajar
atados a las máquinas.
Sucedía también que,
después de extensas
jornadas, los muchachos
“se echan en la calle
y en lo más avanzado de
la noche son buscados y
hallados durmiendo, por
sus padres».
Engels demuestra que
la acumulación
capitalista fue, en
realidad, un asesinato
premeditado. («Si la
sociedad sabe, y lo sabe
muy bien, que millares
de individuos deben caer
víctimas de esas
condiciones, ello
constituye un asesinato
premeditado, sólo que
más pérfido”); un
asesinato que no es
tanto un pecado de
acción como de omisión.
Con pocas variantes ese
fue, en diversas
latitudes, el desarrollo
de la revolución
industrial en el siglo
XIX. En 1886, antes de
la condena a muerte de
los que en cada 1° de
Mayo la clase
trabajadora del mundo
recuerda como los
mártires de Chicago,
ese lugar era ya ciudad
de mártires.
Maurice Dommanget,
en su "Historia del 1°
de Mayo", explica que
muchos obreros partían
hacia el trabajo a las
cuatro de la mañana y
regresaban a las siete u
ocho de la noche, o aun
más tarde, de modo que
jamás veían a sus hijos
y mujeres a la luz del
día. El producto del
trabajo se acumulaba en
ganancia para los
patronos mientras miles
de obreros carecían de
lo imprescindible para
una vida decorosa. Esa
realidad se agrava en
1873 con la crisis
financiera. Poco a poco,
las angustias de los
trabajadores confirman
la necesidad de
organizarse en forma
solidaria. El dolor
necesita esperanzas y la
esperanza concertaciones
para la acción. Se van
formando así diversos
grupos para luchar por
las ocho horas. Y uno de
ellos, los Caballeros
del Trabajo, declara, en
1874, que se esforzará
en obtener sus demandas
con una medida radical:
la negativa a trabajar
más de ocho horas. Una
vez más la lucha por las
ocho horas aparece
ligada a la huelga
general.
En Pittsburg los
trabajadores
ferroviarios libran una
prolongada huelga por
las ocho horas, pero los
patronos vencen, con el
apoyo de las armas del
Estado. No obstante, la
demanda de justicia
retorna. Y sobre el
recuerdo de la derrota
crecerá la "Federación
de Trade Unions" que se
convertirá luego en la
"Federación Americana
del Trabajo" (AFL).
Esta, a fines de 1882,
en su segundo congreso,
declara que la jornada
de ocho horas dará
trabajo a desocupados,
disminuirá el poder del
rico sobre el pobre,
creará condiciones
favorables a la
educación y al
mejoramiento intelectual
de las masas y aumentará
el consumo de bienes
estimulando la
producción.
Los sindicalistas
solicitan a los partidos
Republicano y Demócrata
que definan posiciones.
En 1884 el Congreso de
la AFL reconoce
el fracaso de esas
gestiones y muchos
militantes obreros
consideran que se
obtendrá más por presión
directa sobre los
patronos. La convicción
se generaliza,
abriéndose camino la
idea de una acción
sindical unánime.
Finalmente, la
Federación de
Trabajadores de
Estados Unidos y la
de Canadá
resuelven que a
partir del 1° de mayo de
1886 la jornada de
trabajo será de ocho
horas. Se
recomienda, además,
hacer gestiones para que
se aprueben leyes
acordes con esa
resolución y se invita a
participar en el
movimiento a los
Caballeros del Trabajo.
La fecha elegida fue el
1° de mayo -explica
Dommanget citando a
Gabriel Deville-
porque esa fecha
correspondía al comienzo
del año de trabajo y a
partir de la misma se
efectuaban, masivamente,
contrataciones de
servicios. La
reivindicación gana
voluntades. Las huelgas
se extienden. El propio
presidente Cleveland,
ante el agravamiento de
la cuestión social
reconoce, ante el
Congreso, que las
relaciones entre capital
y trabajo son muy poco
satisfactorias y eso, en
gran medida, debido a
las ávidas y
desconsideradas
exacciones de los
empleadores. Al fin,
amanece. El 1° de mayo
de 1886 las
manifestaciones
plantean: ¡Ocho horas de
trabajo! ¡Ocho horas de
reposo! ¡Ocho horas para
la educación! A partir
de hoy ningún obrero
debe trabajar más de
ocho horas por día.
Cinco mil huelgas.
Trescientos mil
huelguistas. En los
mítines de Nueva York se
escuchan discursos en
inglés y en alemán.
José Martí,
corresponsal para "La
Nación" de Buenos Aires,
explicará: “/os
inmigrantes europeos
denunciaban con renovada
ira los males que creían
haber dejado tras sí”.
Las huelgas
anuncian un tiempo
nuevo. Crece la
conciencia del
proletariado frente al
capitalismo más opresivo
e imperioso. En
Milwaukee la jornada fue
sangrienta. Intervino la
policía. Hubo choques.
Una descarga de
fusilería contra los
manifestantes mata a
nueve personas. Estos
hechos y los del 3 de
mayo en Chicago, que
serán aun más trágicos,
quedarán grabados en el
recuerdo conmovido del
mundo.
En 1886 los trabajadores
padecían pésimas
condiciones, pero los
patronos no aceptaban
cambios. En el Chicago
Times se planteaba: “/a
prisión y los
trabajos forzados son la
única solución posible a
la cuestión social. Hay
que esperar que su uso
se generalizará”.
Los trabajadores se
movilizaron tras las
banderas rojas y negras
de los anarquistas, que
en Chicago contaban con
prestigiosos militantes.
Los patrones recurren a
los despidos o al
cierre. En la fábrica
McCormick, de maquinaria
agrícola, son cesados
1.200 trabajadores y
sustituidos por
rompehuelgas. La empresa
organizó, además, una
policía privada que
-informa Dommanget-
actuaba con la
complicidad policial y
la impunidad judicial.
El 3 y 4 de mayo una
multitud de trabajadores
asistió a un mitin en el
que habló Spies,
líder anarquista,
director del "Diario de
los Trabajadores de
Chicago". Un grupo se
apartó del mitin y chocó
con rompehuelgas de la
fábrica McCormick pero
los policías privados de
la empresa atacaron a
los huelguistas con
revólveres y fusiles. El
mitin se dispersó, pues
muchos corrieron en
ayuda de sus compañeros.
Los agentes dispararon
sobre los que huían y el
resultado fue seis
muertos y cincuenta
heridos. Desde su
diario, Spies
denunció a los
gobernantes a los que
acusó de tigres ávidos
de sangre de obreros y
convocó a movilizarse
contra el fusilamiento
de trabajadores. Se
convocó entonces, por
los anarquistas, a un
mitin de rechazo al
crimen en Haymarket, la
plaza del mercado de
heno. El acto fue
autorizado y tomó un
carácter pacífico
recomendándose a los
manifestantes que
concurrieran sin armas.
Allí hablaron Spies,
Parsons y
Fielden. Cuando la
multitud se dispersaba,
alrededor de la hora 22,
la policía irrumpió con
violencia. Una bomba
(los historiadores han
planteado la posibilidad
de un agente provocador)
cayó entre los policías
provocando varias bajas.
La represión fue
trágica, con numerosos
muertos y centenares de
heridos.
Diversos medios de
comunicación arrecian
entonces sus campañas
contra las
reivindicaciones
obreras. El "New York
Times" planteó que “las
huelgas para obligar al
cumplimiento de la
jornada de ocho horas
pueden hacer mucho para
paralizar la industria,
disminuir el comercio y
frenar la renaciente
prosperidad del país”.
El "Illinois State
Register" calificó a la
lucha por las ocho horas
como « una de las más
consumadas sandeces que
se hayan sugerido
nunca acerca de la
cuestión laboral». Y
sostuvo que “.hacer
huelga en procura de
ocho horas es tan cuerdo
como hacer huelga para
conseguir paga sin
cumplir las horas “.
A la matanza siguió una
larga etapa de
represión, allanamientos
masivos, estado de sitio
y ocupación de barrios
enteros por la tropa. Se
detuvo, apaleó y torturó
a centenares de obreros
y dirigentes sindicales.
El diario de Spies
fue allanado, sus
redactores detenidos y
la nómina de
suscriptores utilizada
para multiplicar el
número de presos. El
odio ("asesinos",
"'agitadores",
"monstruos sanguinarios",
"pestíferos sediciosos",
"gentuza", "hez de
Europa") se
concentró contra los
dirigentes anarquistas.
Fueron detenidos
Samuel Fielden,
August Spies,
Michael Schwab,
George Engel,
Adolph Fischer,
Louis Lingg y
Osear Neebe.
Albert Parsons, que
permaneció en la
clandestinidad, el día
del proceso se presentó
para compartir el
proceso con sus
compañeros. Todo el
juicio -como se probó
después- fue una farsa
destinada a condenar a
los anarquistas. Un
miembro del tribunal
admitió la mascarada,
pero afirmó: «los
colgaremos lo mismo. Son
hombres demasiado
sacrificados, demasiado
inteligentes para
nuestros privilegios».
El fiscal reclamó la
muerte: «Declarad
culpables a estos
hombres; haced un
escarmiento con ellos;
ahorcadlos y salvaréis a
nuestras instituciones y
a nuestra sociedad».
Los
condenados, conscientes
de su lucha, mantuvieron
hasta el último instante
sus ideas. Cuatro fueron
condenados a la horca.
Fischer dijo que
no pediría perdón por
sus principios: “Jamás
pediría perdón por lo
que creo justo y bello”.
Engel sostuvo que
las leyes del régimen
capitalista son
contrarias a la
naturaleza y que el
crimen de que se le
acusaba era haber
trabajado por el
establecimiento de un
sistema social donde sea
imposible que mientras
unos amontonan millones
otros caigan en la
degradación y la
miseria. Parsons
reclamó: “Dejadme
hablar, juez Matson.
Dejad que se escuche la
voz del pueblo”.
Spies profetizó:”Salud,
tiempo en que nuestro
silencio será más
poderoso que nuestras
voces, que estrangula la
muerte”.
Schwab
y Fielden fueron
condenados a prisión
perpetua. Neebe a
quince años. Y la
antevíspera de la
ejecución se informó el
suicidio de Louis
Lingg. Luego se
probó que ese fue el
primer asesinato.
Todo el proceso a los
mártires y la
descripción del entorno
social quedó para
siempre en emocionados
relatos, como las
crónicas de José
Martí. Años después,
John Altgeld,
gobernador de Illinois,
luego de una
investigación proclamó
las irregularidades e
infamias del proceso y
la inocencia de los
condenados
El recuerdo de los
mártires permaneció
siempre ligado al 1º de
Mayo y a las luchas
obreras hasta que
finalmente, el Congreso
de la Internacional
Socialista decidió
organizar “una gran
manifestación
internacional en fecha
fija, de manera que en
todos los países y
ciudades a la vez los
trabajadores intimen a
los poderes públicos a
reducir legalmente a
ocho horas la jornada de
trabajo”. En cada 1º de
mayo, la paralización
del trabajo demuestra
quiénes forjan la
riqueza de cada país,
cuestiona por lo general
– en los planteos de la
clase obrera- la
propiedad privada de los
medios de producción y
anuncia, desde la
esperanza colectiva, el
fin de la sociedad de
clases. Régimen que es
-como denunciara Jean
Jaurés- un atentado
contra la humanidad. Esta
es la verdad que la
burocracia sindical
moderna no dira
nada,solo como un
recuerdo para que no nos
vendan gatos por liebres
esta pasaje.
El 1
de mayo del 2006,los
pobres y marginados,los
trabajadores y
sindicalistas como hace
mas de cien años,se han
vuelto a tomar las
plazas y calles,para
hacer del dia verdero de
los trabajadores y que
se
realiza en todo el mundo
su dia,millones de
inmigrantes
trabajadores,pueblos
pobres marginados y
discriminados han puesto
el grito en el cielo y
demandado sus
reivindicaciones.
.derechos sindicales y
iguales salarios
.reconquista de los
derechos civiles
.no a
la deportaciones y
separcion de las
familias
.proclamar el 1 de mayo
como el dia oficial de
los trabajadores de los
EE.UU.,y el mundo
.derogacion de todas las
leyes que conculcan los
derechos ciudadanos
aprovodos en las heras
del Buchismo.
.Construir un
sindicalismo
democratico,de base
y de la clase
obrera,desalojar a las
mafias y burocratismo
comprado y pagado por
los patrones.
El
pueblo trabajador de los
EE.UU.,ya reconquisto el
1 de mayo como el dia
internacional de los
trabajadores y en varios
estado y ciudades se
celebra y han proclamado
leyes que asi lo
establecen,el Acuerdo en
este año de la Alcaldia
de San Francisco,CA,que
con todas sus
autoridades y por ley
proclaman al dia 1 de
mayo,como el dia de los
trabajadores y ademas
que se a acordado
legalmente ciudad
Santuario para todos los
trabajadores y sus
familias,son solo una
muestra de una de
nuestras conquistas.
Esta
es una conquista o una
reconquista historica de
estos tiempos de la cual
nos debemos sentir
orgullosos los obreros y
obreras de este
pais,somos la
alternativa con raices
historica en lucha en
nuestros tiempos
moderno,contra la
explotacion capitalista
y esclavista de los
patrones y chupa sangre
que son los mismos de
antaño.
Adelante con las luchas
de todo el pueblo,los
trabajadores y
inmigrates de los
EE.UU.,que construyen
por todo el territorio
nacional un Poder
Popular Comunitario y un
sindicalismo democratico
de base,independiente
del Estado,de combate
contra los
patrones,alternativo
a los democratas y
republicanos,responsables
de todas las
injusticias,discriminaciones,divisiones
y violencia que sufren
los trabajadores y el
pueblo de este pais.
Saludamos a los
trabajadores en dia,con
esta critica y
reflexion.
Victor Toro
Ramirez,luchador
social,sindicalista y
comunitario.