20 de junio de
2007
Ballottage en
Buenos Aires
NI
AZULES NI COLORADOS
(ni macristas ni kirchneristas)
Como en
septiembre de 1963 cuando se llevó adelante el enfrentamiento burgués entre
azules y colorados dentro del ejército, con Onganía, Lanusse y Grondona y
Rojas, Viola, Videla y Menéndez como representantes de ambos bandos, para
definir quién se quedaba con el manejo del estado; hoy, en la Ciudad de
Buenos Aires, kirchneristas y macristas, ambos peronistas, se disputan la
gobernación de la ciudad para definir quién se queda con los negocios y los
fondos de la capital.
Salvando las
diferencias históricas y el tendal de combates y muertos, la situación se
vuelve a repetir. No hay elección posible para los trabajadores. Como ayer
los azules y los colorados; hoy, los macristas y los kirchneristas compiten
para gobernar contra la clase trabajadora.
La
democracia argentina ofrece el ballottage entre Daniel Filmus y Mauricio
Macri, presentándolo como una elección entre dos opciones, entre dos
alternativas. Sin embargo, para el pueblo trabajador, no existen tales
opciones ni tales alternativas. Para los trabajadores, nada cambia.
¿Qué
cambia en la vida de un trabajador y su familia, si ambos candidatos están
de acuerdo en sostener la misma política de bajos salarios, de trabajo en
negro y precariedad laboral? ¿Qué cambia para los vendedores ambulantes, los
cartoneros, y todo el pueblo acosado por la policía, si ambos candidatos
proponen saturar la ciudad de fuerzas de seguridad? ¿Qué cambia si ambos
mantienen una política de destrucción de la escuela pública y los
hospitales?
Sus
propuestas de arreglar los baches y mayor seguridad entre tantas otras,
satisfacen los reclamos de los comerciantes, los propietarios y los
patrones, son las demandas de la pequeña burguesía porteña. Los reclamos de
una clase que vive de la superexplotación, que necesita más policías para
cuidar sus bienes y su seguridad personal, que considera la educación y la
salud pública como un gasto y envían a sus hijos a escuelas privadas y se
atienden en clínicas y sanatorios. Sus peleas mediáticas, esconden la
disputa central entre ellos: quién manejará durante los próximos años los
negocios y los fondos de la ciudad.
Tanto Macri como Filmus, en sintonía con la responsabilidad fiscal reclamada
desde EEUU y garantizada por Kirchner, se proponen hacer de Buenos Aires una
ciudad superavitaria y para conseguirlo tienen una sola receta: más ajuste
para el pueblo.
Los
demócratas argentinos, siguen presentando cada elección como una “fiesta
cívica”, como la “fiesta de la democracia”. Pero que el último 3 de junio,
más del 30% del padrón no haya concurrido a las urnas y que la cantidad de
abstenciones, más los votos en blanco y nulos haya superado el caudal
electoral de Macri, muestra la poca legitimidad real que tienen los
candidatos y el desinterés de una buena parte del pueblo hacia las
elecciones. Por supuesto que todos los candidatos de la democracia, de la
mano de los medios de la burguesía, se han encargado de ocultar estas
cifras.
Está
claro, al igual que en la primera vuelta, nos invitan ir a votar para dar
legitimidad y agigantar a estos candidatos que sólo se proponen gobernar
para la pequeña burguesía porteña y, por supuesto, contra los trabajadores.
EL 24 DE JUNIO,
NO VOTE
O. T. R.
Organización de Trabajadores Revolucionarios
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