"La crisis impone ajuste y austeridad en
España, algo que los latinoamericanos conocemos muy bien. El FMI vuelve a
demostrar que nada ha cambiado y sigue proponiendo las mismas medidas
recesivas de siempre." Por Eduardo Lucita, integrante del colectivo EDI-Economistas
de Izquierda
Por ANRed - Sur
El Consenso de Washington que, junto con el FMI, promovió las políticas del
ajuste estructural en América latina en los años '90, pareciera haberse
mudado a Europa. Su primer campo experimental fue Irlanda, y ahora sus
políticas, que tanto conocemos comienzan a ponerse en práctica en varios
países, sobre todo en España y Grecia.
El derrumbe bursátil de la semana pasada profundiza esta tendencia. Con una
crudeza inusual en estos tiempos, el economista Jefe del FMI, Olivier
Blanchard, acababa de recomendar a los países de la eurozona más golpeados
por la crisis tomar el sendero de los "grandes sacrificios", que significa
lisa y llanamente "bajar los salarios". A confesión de partes relevo de
pruebas. Es que comparando estos dichos con las anteriores promesas de su
director, el socialista francés Dominique Strauss-Kahn, o con las
declaraciones primeras del G-20 donde se hablaba de reformar el organismo
internacional se puede comprobar que nada de eso ha pasado. El Fondo sigue
siendo el mismo Fondo de siempre.
Crisis en la periferia
Es un lugar común en Europa decir que las dos principales economías de la
eurozona, Alemania y Francia, ya han salido de la crisis y que esta se ha
desplazado ahora a la periferia. ¿Que es aquí la periferia? Nada menos que
las economías de Grecia, España, y Portugal, que se han sumado así a la
vapuleada Irlanda y a la tambaleante Italia.
Irlanda, que era tomado como país modelo de éxito en la globalización
europea, con una fuerte alza inmobiliaria, creación de empleo y un sistema
bancario que financiaba todo, se derrumbó de la noche a la mañana, como un
castillo de naipes. El Estado salvó de la quiebra a las cinco principales
entidades bancarias; como en los EEUU nadie allí puede hacer frente a las
hipotecas; el desempleo creció y el déficit fiscal está en el 11.6%. Ha sido
el primer país en aplicar la ortodoxia fondomonetarista: brusco recorte del
gasto publico, centrado en la baja de los salarios estatales y en los
beneficios jubilatorios y a la primera infancia. Grecia, Portugal y España
seguirán el mismo camino.
Pero de Europa nos ocuparemos en una próxima nota, ahora nos interesa la
"madre patria".
El costado español de la crisis
España pareciera haber entrado tarde en la crisis. Como nuestro país, no fue
mayormente afectada por la debacle financiera mundial, sus bancos se
mostraban sólidos y sin problemas, pero ahora cuando las finanzas del mundo
muestran una relativa estabilidad, la zozobra se ha instalado en el sector
real de la economía. La actividad inmobiliaria se ha derrumbado, hay más de
un millón de propiedades sin venderse y otras tantas que sus propietarios no
pueden pagar las cuotas; las cuentas fiscales se han desbordado, resultado
de menores recaudaciones pero también porque el gobierno Zapatero dispuso
una baja en la presión fiscal, que es del 32.5 por ciento, una de las
menores de la zona. Así el déficit presupuestario trepa al 11.4 por ciento,
un punto por debajo de la increíble Grecia -increíble porque se ha
descubierto que los mandatarios anteriores tergiversaban todos los
indicadores y el nuevo gobierno socialista no tuvo otra posibilidad que
sincerarlos.
Pero lo que ha despertado las alarmas es la evolución del mercado laboral
español, caracterizado por un alto nivel de precariedad, y su impacto en la
tasa de desocupación. Más que se duplicó desde el inició de la crisis
internacional, llegando al 18.8 por ciento. La más alta de Europa,
prácticamente dobla el promedio de la eurozona y se estima trepará al 20 por
ciento en los próximos meses. Hoy son 4.3 millones los parados con el
alarmante dato de que ya llegan a 1.2 millones los hogares en los que ningún
miembro de la familia tiene empleo.
El "equilibrismo" en problemas
En los últimos dos años la estrategia del gobierno Zapatero fue defender una
salida de la crisis "…manteniendo la cohesión social". Es según el analista
G. Búster la política de la administración socialdemócrata del
"equilibrismo…entre los distintos intereses fundamentales afectados por la
crisis, que tenía un límite: la posibilidad de emitir y colocar deuda
pública en los mercados globalizados". Hasta ahora, como el mismo Búster lo
explica, el gobierno mantenía "…un margen de maniobra bastante amplio,
porque a diferencia de la media de deuda pública de la zona euro, situada en
el 90 por ciento del PIB, la deuda pública española está por debajo del 50
por ciento, a pesar de las medidas anticíclicas adoptadas en estos dos años
de crisis económica." Sin embargo ahora ha comenzado a tener problemas de
financiamiento porque el Banco Central Europeo ha cortado sus líneas de
crédito a tasas más que blandas.
Ajuste estructural
El "gurú" internacional de moda, Nouriel Rubini, acaba de afirmar en la
reciente reunión del Foro Davos "…"si cae Grecia será un desastre para el
euro; pero si cae España, es una catástrofe". "España no es Grecia respondió
Zapatero". Es claro que hay una fuerte presión para llevarla al ajuste. El
recorte del gasto público y la reforma del sistema de jubilaciones (elevar
la edad de 65 a 67 años) son el eje de este ajuste exigido para que España
vuelva a conseguir financiamiento. (En Argentina se diría para volver a los
mercados voluntarios de crédito).
El Plan de Ajuste (austeridad) aprobado hace no mas de un mes atrás
contempla reducir gasto público en un 5.7 por ciento del PBI. Algo así como
57.000 millones de euros -40.000 por el gobierno y el resto por las
Comunidades Autonómicas y los ayuntamientos- El objetivo es llevar el
déficit fiscal al 3% por cientodel PBI en el 2013 y cumplir así los acuerdos
de la UE.
El presidente Zapatero trató en Davos de rechazar las presiones, pero en
paralelo el Consejo de Ministros aprobó un «plan de acción inmediata», que
supondrá un recorte adicional del gasto de 5.000 millones de euros en el
2010. Si bien los ministros deben decidir que partidas reducirán todo indica
que el ajuste recaerá, sobre todo, en el gasto de personal, en los de
funcionamiento, en la inversión pública y en las transferencias a
comunidades autónomas, empresas públicas y organismos autónomos del
Gobierno. Los latinoamericanos tenemos experiencia. Con estas medidas la
crisis social tenderá agravarse, no se resolverá la recesión sino que lo más
probable es que se profundice aún más. Es seguro, en España la crisis tendrá
nuevos capítulos y habrá que estar atentos a la reacción de los afectados.