El martes 8 de junio, escribí la Reflexión “En los umbrales de la tragedia”
en horas del mediodía, más tarde vi el programa televisivo “Mesa Redonda” de
Randy Alonso, que se divulga como norma a las 6 y 30 p.m.
Ese día, destacados y prestigiosos intelectuales cubanos que participaban en
la Mesa, ante las agudas preguntas del director, respondieron con elocuentes
palabras que respetaban grandemente mis opiniones, pero que ellos no creían
que habría razón para que Irán rechazara la posible decisión —ya conocida—
que adoptaría el Consejo de Seguridad la mañana del 9 de junio, en Nueva
York —sin duda alguna acordada entre los líderes de las cinco potencias con
derecho al veto: Estados Unidos, Inglaterra y Francia, con los de Rusia y
China.
En ese instante, expresé a personas cercanas que me suelen acompañar: “¡Cómo
lamento no haber finalizado mi Reflexión expresando que nadie deseaba más
que yo estar equivocado!”, pero era ya tarde, no podía retrasar su envío al
sitio Web CubaDebate y al diario Granma.
El día siguiente, a las 10 a.m., conociendo que esa era la hora de la
reunión, se me ocurrió sintonizar la CNN en español, que con seguridad daría
noticias del debate en el Consejo de Seguridad. Pude así escuchar las
palabras con que el Presidente del Consejo presentaba un Proyecto de
Resolución, promovido días antes por Estados Unidos, apoyado por Francia,
Gran Bretaña y Alemania.
Hablaron también varios representantes de los principales miembros
implicados en el proyecto. La representante de Estados Unidos explicó por
qué su país lo aprobaba, con el consabido pretexto de sancionar a Irán por
haber violado los principios del Tratado de No Proliferación Nuclear. A su
vez, el representante de Turquía, una de cuyas naves fue víctima del brutal
ataque de las fuerzas élites de Israel, que transportadas en helicópteros
asaltaron en la madrugada del 31 de mayo la flotilla que llevaba alimentos
para el millón y medio de palestinos sitiados en un fragmento de su propia
Patria, manifestó la intención de su gobierno de oponerse a nuevas sanciones
a Irán.
La CNN, en el espacio que disponía para noticias, presentó varias imágenes
de manos levantadas a medida que expresaban con gestos visibles su posición,
entre ellas, la del representante del Líbano, país que se abstendría durante
la votación.
La presencia serena de los miembros del Consejo de Seguridad que votaron en
contra de la Resolución se expresó con la derecha firme de una mano de
mujer, la representante de Brasil, que antes había expuesto con tono seguro
las razones por las que su Patria se oponía al acuerdo.
Faltaba todavía un mundo de noticias sobre el tema; sintonicé Telesur, que
durante horas satisfizo la incontable necesidad de información.
El Presidente Lula da Silva expresó en la ciudad de Natal, al nordeste del
país, dos frases lapidarias: que las sanciones aprobadas eran impuestas por
“quienes creen en la fuerza y no en el diálogo”, y que la reunión del
Consejo de Seguridad “podría haber servido para discutir el desarme de los
que tienen armas atómicas”.
Nada de extraño tendría que tanto Israel como Estados Unidos y sus estrechos
aliados con derecho al veto en el Consejo de Seguridad, Francia y Gran
Bretaña, quieran aprovechar el enorme interés que despierta el Mundial de
Fútbol para tranquilizar a la opinión internacional, indignada por la
criminal conducta de las tropas élites israelitas frente a la Franja de Gaza.
Es por tanto muy probable que el zarpazo se dilate algunas semanas, e
incluso, se olvide por la mayoría de las personas en los días más cálidos
del verano boreal. Habría que observar el cinismo con que los líderes
israelitas respondan las entrevistas de prensa en los próximos días, donde
serán bombardeados con preguntas. Oportunamente, ellos irán elevando el
rigor de sus exigencias antes de apretar el gatillo. Ansían repetir la
historia de Mossadegh en 1953, o llevar a Irán a la edad de piedra, una
amenaza que gusta al poderoso imperio en sus tratos con Paquistán.
El odio del Estado de Israel contra los palestinos es tal, que no vacilarían
en enviar al millón y medio de hombres, mujeres y niños de ese país a los
crematorios en los que fueron exterminados por los nazis millones de judíos
de todas las edades.
La cruz gamada del Führer, pareciera ser la bandera hoy de Israel. No nace
del odio esta opinión, sino del sentimiento de un país que se solidarizó y
prestó albergue a los judíos cuando en los días duros de la Segunda Guerra
Mundial, el gobierno proyanki de Batista trató de enviar de regreso desde
Cuba un buque cargado de ellos, que escapaban de Francia, Bélgica y Holanda,
a causa de la persecución nazi.
Conocí muchos miembros de la numerosa comunidad judía radicada en Cuba,
cuando triunfó la Revolución; los visité y hablé con ellos en varias
ocasiones. Nunca los expulsamos de nuestro país. Las diferencias con muchos
de ellos surgieron con motivo de las leyes revolucionarias que afectaron
intereses económicos y, por otro lado, la sociedad de consumo atraía a
muchos, frente a los sacrificios que implicaba la Revolución. Otros
permanecieron en nuestra Patria, y prestaron valiosos servicios a Cuba.
Una etapa nueva y tenebrosa se abre para el mundo.
Ayer, a las 12 y 44 p.m. habló Obama sobre el acuerdo del Consejo de
Seguridad.
He aquí algunas notas de lo que expresó el Presidente, tomadas de CNN en
español.
“Hoy, el Consejo de Seguridad de la ONU votó por mayoría a favor de una
sanción contra Irán por sus repetidos incumplimientos…”
“Esta resolución es la sanción más fuerte que enfrenta el gobierno iraní y
envía un mensaje inequívoco sobre el compromiso de la comunidad
internacional por frenar la expansión de armas nucleares.”
“Por años, el gobierno iraní ha incumplido sus obligaciones recogidas bajo
el Tratado de No Proliferación Nuclear.”
“Mientras los líderes iraníes se esconden detrás de retórica, sus acciones
los han comprometido.”
“De hecho, cuando asumí hace 16 meses, la intransigencia iraní era fuerte.”
“Le ofrecimos perspectivas de un mejor futuro si cumplía sus obligaciones
internacionales.”
“Aquí no hay doble standard.”
“Irán violó sus obligaciones bajo las resoluciones del Consejo de Seguridad
para suspender el enriquecimiento de uranio.”
“Por eso, estas medidas tan severas.”
“Son las más rigurosas que haya enfrentado Irán.”
“Esto demuestra visión compartida de que en Oriente Medio no conviene a
nadie desarrollar estas armas.”
Estas frases que he seleccionado de su breve discurso son más que
suficientes para demostrar cuán endeble, débil e injustificable es la
política del poderoso imperio.
El propio Obama admitió en su discurso de la Universidad Islámica de Al-Azhar
en El Cairo que “En medio de la Guerra Fría, Estados Unidos desempeñó un
papel en el derrocamiento de un gobierno iraní elegido democráticamente”,
aunque no dijo cuándo ni con qué propósitos. Es posible que ni siquiera se
recordara cómo lo llevó a cabo contra Mossadegh en 1953, para instalar en el
gobierno la dinastía de Reza Pahlevi, el Sha de Irán, al que armó hasta los
dientes, como su principal gendarme en esa región del Medio Oriente, donde
el sátrapa acumuló una inmensa fortuna, derivada de las riquezas petroleras
de ese país.
En aquel entonces el Estado de Israel no poseía una sola arma nuclear. El
imperio tenía un enorme e incontrastable poder nuclear. Fue entonces que a
Estados Unidos se le ocurrió la aventurera idea de crear en Israel un
gendarme en el Medio Oriente, que hoy amenaza a una parte considerable de la
población mundial y es capaz de actuar con la independencia y el fanatismo
que lo caracterizan.
Fidel Castro Ruz
Junio 10 de 2010
11 y 59 a.m.