No pasarán muchos años antes de que Nueva York deje de ser la ciudad más
importante del sistema político-económico que la está destruyendo. Antes de
entrar en el tema que hoy nos ocupa, el calentamiento del planeta, digamos
algo breve sobre dos conflictos pendientes, Irán y Corea, que pudieran
ocasionar una grave crisis mundial.
1-. La tragedia aplazada
Aunque el conflicto entre Irán y el Imperio Yanqui-Sionista ha entrado en un
confuso proceso de posibles negociaciones, sigo creyendo que, al final, el
gobierno de Israel va a bombardear las bases del programa de energía nuclear
de Irán, que este país va a responder lanzando bombas convencionales sobre
Israel y que el gobierno imperial de Estados Unidos va a perpetrar un
bombardeo convencional sobre Irán en el que pudieran morir miles de seres
humanos.
A quienes crean que esto no va a suceder, les sugiero que repasen un poco la
historia de los tres países y verán que ese drama pudiera ser inevitable.
Si, como ha dicho el gobierno de Rusia, Irán ha fabricado o está a punto de
fabricar bombas nucleares y las lanza sobre Israel, ya que tiene cohetes que
lo alcanzan, los ataques del Imperio Yanqui-Sionista a Irán serían, entonces,
nucleares.
No creo, sin embargo, que la República Islámica tenga bombas nucleares, pero,
si las acaba de fabricar, no serían más de dos o tres y de unos 20 ó 30
kilotones, por lo que no es lógico creer que, en tales condiciones, vaya a
atacar con esas pocas bombas a Israel, que tiene de 80 a 200 bombas nucleares
(hay fuentes que calculan que pudiera tener hasta 280, casi tantas como
Francia, la tercera potencia nuclear), algunas de hasta cinco megatones, y
que, además, cuenta con el apoyo de Estados Unidos, que tiene más de 10,000
bombas nucleares, algunas de hasta 100 megatones, 7,000 veces más poderosas
que la de Hiroshima.
2-. El ataque al buque Choenan y el campeón del autoatentado
El conflicto con Corea del Norte pudiera ser peor que el de Irán.
Hillary Clinton, Canciller del Imperio y portavoz del terrorismo nuclear –no
olvidemos que hace dos años amenazó a Irán con barrerlo de la faz de la
Tierra--, acusa con toda firmeza al gobierno de Corea del Norte de hundir el
buque de guerra surcoreano Choenan, el 26 de marzo de este año, con un saldo
de 46 marinos muertos.
Hay que destacar que no es el gobierno de Seúl el que ha insistido tanto en
que el buque fue atacado por Corea del Norte, sino la cancillería de Estados
Unidos. En más de una ocasión, el gobierno de Seúl ha pedido moderación en
este asunto, actitud que pugna con la extrema agresividad de la señora Clinton,
quien ayer, en una visita que hizo a la frontera entre ambos países, volvió a
insistir en la culpabilidad del gobierno norcoreano. En esta acción
provocadora, Hillary estuvo acompañada nada menos que por Robert Gates,
Secretario del Ataque, digo de Defensa.
El hundimiento del buque surcoreano ocurrió cerca de la Isla Byeongnyeong, en
el Mar Amarillo, al oeste de la península y cerca de la línea divisoria entre
los dos países. La isla pertenece a Corea del Sur y en ella hay una base de
submarinos que es operada en conjunto por los gobiernos de Estados Unidos y
Corea del Sur. El canal marítimo entre la isla y Corea del Norte es tan
estrecho que ambas costas están a tiro de artillería. Cualquier submarino, por
muy pequeño que sea, que trate de navegar por ese estrecho sería detectado por
los radares de la base mediante su sistema de acústica.
El gobierno de Corea del Norte ha dicho que no posee ninguna nave submarina
que pueda violar el avanzado sistema de sonar que se halla alrededor de la
Isla Byeongnyeong.
El analista de Inteligencia de Corea del Norte, Kim Myong Chol, declaró:
--El hundimiento tuvo lugar no en aguas de Corea del Norte, sino muy adentro
de las aguas bien custodiadas de Corea del Sur, en las que cualquier submarino
tendría una gran dificultad para operar en secreto.
El incidente ocurrió unos días después de la conclusión del Ejercicio Foal
Eagle, de maniobras antisubmarinas conjuntas de EU y Corea del Sur, en el que
tomaron parte cinco buques lanzacohetes. Varios buques lanzacohetes de Estados
Unidos estuvieron en el área hasta más de ocho días después de terminados los
ejercicios y eso es muy sospechoso.
Si, efectivamente, el Choenan fue impactado por un cohete, lo lógico es que
haya sido de uno de los buques estadounidenses
Quien conozca la larga trayectoria, en este sentido, del Imperio no debe tener
muchas dudas de que se trata de un autoatentado para culpar al gobierno de
Corea del Norte y crear una situación de guerra con un país cuyo poderío
nuclear es de unas seis a ocho bombas. Aunque se desconoce su potencial
explosivo, se cree que ninguna de ellas sea mayor de 30 kilotones.
Un estudio realizado por la Inteligencia militar de la República Popular China
determinó que el hundimiento del buque se debió a dos causas: una, que chocó
accidentalmente con una mina; otra, que fue impactado por un cohete lanzado
por uno de los submarinos que participaron en los ejercicios antisubmarinos
que se estaban realizando cerca de la Isla Byeongnyeong.
Hoy, viernes 23 de julio, la tensión ha aumentado al máximo al declarar el
gobierno de Seúl que habrá “una respuesta física” a los ejercicios navales que
Estados Unidos va a realizar este fin de semana cerca de las aguas de ese
país.
Por su parte, hace menos de tres horas, la señora Clinton ha hecho
declaraciones que elevan el tono de sus amenazas a Corea del Norte.
¿Son el Choenan y el Maine simples coincidencias … o firmes incidencias?
Esperando la evolución y el desenlace de estos dos graves conflictos, veamos
ahora una tragedia mucho mayor.
3-. La guerra final
Las guerras que ha sufrido la humanidad desde los orígenes de la historia han
dejado cientos de millones de muertos; pero el calentamiento global, más allá
del que necesita el planeta para mantener la temperatura promedio que ha hecho
posible nuestra forma de vida, amenaza con aniquilar todas las especies
animales y vegetales que viven sobre la superficie terrestre, convirtiéndose
en la peor tragedia de todos los tiempos, en una guerra mil veces peor que
todas las guerras juntas.
Para que entendamos el alcance de este inmenso drama, debemos tener en cuenta
algunos detalles, sin los cuales no pudiéramos tener una idea cabal de lo que
está sucediendo en este planeta y, sobre todo, de lo que va a acontecer en tan
solo unas décadas o, a lo sumo, un par de siglos, que viene a ser un simple
segundo de tiempo si lo comparamos con los 3,900 millones de años que ha
transcurrido desde que surgieron las formas más primitivas de vida animal, las
que, en su lento desarrollo, vivieron en el mar unos 3,300 millones de años
antes de que la masiva conversión del bióxido de carbono en oxígeno, y la
formación de los gases de invernadero y la capa de ozono permitieran la vida
animal sobre la superficie terrestre.
4-. El astro vital
La vida en este planeta depende del sol, o sea del calor o energía que
recibimos de nuestra estrella. No es sólo la distancia a que estamos del sol
lo que determina la vida, sino, sobre todo, lo que existe alrededor de nuestro
planeta, o sea los gases de nuestra atmósfera, a los que llamamos de
invernadero porque regulan el clima y lo mantienen en un promedio de 15ºC. Si
estuviéramos a la misma distancia del sol pero no tuviésemos esta atmósfera,
el clima sería de unos 20ºC menos y, por supuesto, no habría vida.
Son los gases de invernadero que existen en nuestra atmósfera los que
controlan el clima porque regulan el calor que recibimos del sol, o sea el que
debe quedarse y el que debe salir al espacio exterior para que el planeta no
se congele ni se caliente mucho más.
El grave problema se crea cuando se aumentan los gases que regulan esa entrada
y salida del calor. El aumento desmedido de esos gases se debe no al proceso
natural que ha existido siempre, sino a la actividad humana, sobre todo en los
últimos dos siglos y medio, a partir de la Revolución Industrial, en que el
ser humano comenzó a explotar los combustibles fósiles.
5-. Los gases de invernadero
Hace más de mil millones de años, la atmósfera terrestre estaba compuesta,
sobre todo, de bióxido –o dióxido-- de carbono, CO2, formado por moléculas que
tienen dos átomos de oxígeno y uno de carbono. Enormes cantidades de este gas
fueron absorbidas, lentamente, en un proceso que duró cientos de millones de
años, por las plantas fotosintéticas y los animales marinos microscópicos que
existían entonces, en una época en que grandes mares y pantanos cubrían lo que
hoy es tierra firme.
Al morir esta flora y fauna original, ese bióxido de carbono acumulado en
ellos sufrió ciertas alteraciones químicas y fue transformado en carbón,
petróleo y gas natural, es por eso que les llamamos combustibles fósiles, los
que, al ser quemados hoy, le devuelven a la atmósfera el bióxido de carbono
que predominaba en ella cuando no era posible la vida animal sobre la
superficie terrestre.
La vida en la tierra sólo fue posible cuando, hace unos seiscientos millones
de años, las plantas terminaron de consumir casi todo aquel bióxido de carbono
y lo convirtieron en oxígeno. Más del 90% de la energía que hoy se consume
proviene de los combustibles fósiles.
Los gases de invernadero sólo representan el 1% de todos los que forman
nuestra atmósfera y es esa mínima proporción la que crea el clima, no el otro
99%, que está formado, en un 78% de nitrógeno y en un 21% de oxígeno, aunque
la proporción de oxígeno en la corteza terrestre, que es adonde se produce la
vida animal y vegetal, es de un poco más del doble, de un 46%.
La energía solar que llega a nuestro planeta es, como promedio, de unos 343
vatios, o unidades de calor, por metro cuadrado. Unos 168 vatios por metro
cuadrado son consumidos por el planeta y unos 103 vatios por metro cuadrado
regresan al espacio exterior. Los gases de invernadero atrapan, pues, en la
actualidad, unos 72 vatios por metro cuadrado, que son relanzados a la
superficie del planeta. Esto, por supuesto, aumenta el calor y cada año que
pasa será peor, porque, entonces, ya no serán 72 vatios por metro cuadrado,
sino muchos más.
6-. El escudo
El oxígeno libre que existe en la superficie terrestre es efecto de la
fotosíntesis, en que la flora convierte el bióxido de carbono y el agua, en
presencia de la luz solar, en oxígeno y carbohidratos, o sea azúcares, es
decir alimento. Las moléculas de este gas tienen dos átomos de oxígeno, pero
las moléculas del oxígeno de la alta atmósfera, al que llamamos ozono,
consiste de tres átomos. El ozono es el gas que protege al planeta de los
rayos ultravioletas del sol.
La capa de este oxígeno distinto al que respiramos, a la que llamamos capa
deozono, existe a una altura de entre 15 y 35 kilómetros sobre la superficie
terrestre. Esta capa absorbe del 97 al 99% de los rayos ultravioletas del sol
que son nocivos a la salud porque pueden producir cáncer y dañar ciertas
funciones del código genético en plantas y animales, poniendo en peligro
nuestras fuentes de alimento. Los agentes químicos que provocan la
desaparición de la capa de ozono, son el cloro y el bromo, creados por
halógenos orgánicos como los clorofluorocarbonos, o CFC, y los
bromofluorocarbonos; y, además, el óxido nítrico y el carboxyl. Hay enormes
huecos en la capa de ozono que abarcan decenas de millones de kilómetros
cuadrados, en especial sobre la Antártida y varios países del hemisferio sur.
A pesar de esto, se siguen produciendo artículos que dañan la capa de ozono,
como los aerosoles, el freón y otros productos nocivos.
7-. El destino de las especies
Las especies están desapareciendo a un ritmo cinco mil veces más rápido que el
normal. Un informe de Naciones Unidas plantea que para mediados del Siglo 21
sólo quedará el 5% de los bosques tropicales y, cuarenta años después, habrá
desaparecido el 66% de los mamíferos, las aves y las plantas del mundo.
Al aumentar el calor, muchas zonas que hoy son húmedas se secarán, aunque no
del todo, o sea aún tendrán vegetación. Habrá grandes incendios forestales en
esas zonas, y, sobre todo, en las que nunca fueron húmedas, como California,
por ejemplo, que es el Estado más rico y poblado de Estados Unidos,y de hecho
en todo el centro de este país, de las Appalachias a las Rocallosas, en que
están las tierras más fértiles. Se quemarán cientos de miles de kilómetros
cuadrados, habrá que evacuar pueblos y ciudades, las pérdidas humanas y
materiales serán gigantescas.
En el norte de la Florida, que no es una zona tan húmeda como el sur del
Estado, pero mucho menos seca que California, ha habido ya grandes incendios
forestales debido al calor. El humo creado por estos macroincendios lanzan a
la atmósfera cantidades enormes de bióxido de carbono, contribuyendo a un
mayor aumento del calor.
A esto hay que añadir que, en muchos países, los incendios forestales son
provocados por el ser humano con fines económicos, o sea extracción de madera,
creación de campos agrícolas, fundación de pueblos y ciudades, etc. Todo esto,
por supuesto, hará disminuir el oxígeno en la corteza terrestre, o sea se pone
en peligro el primer elemento de la vida, que no es el agua, sino el oxígeno,
porque los seres humanos podemos vivir varios días sin agua, pero menos de
tres minutos sin oxígeno.
Por otra parte, el calor excesivo irá destruyendo la agricultura, matando la
ganadería y aumentando los desiertos. Al mismo tiempo en otras zonas del
planeta la lluvia será mucho mayor. Se cree, además, que el excesivo calor
influye en las precondiciones que generan los terremotos. Surgirán tormentas,
huracanes catastróficos e inmensos tsunamis. Grandes zonas se inundarán, ríos
y lagos crecerán como nunca antes, muchas personas morirán ahogadas ... eso no
es mañana ni pasado, lo estamos viendo ya. Cientos de personas han muerto, en
este mes de julio del 2,010, por inundaciones en China, Estados Unidos,
Colombia, México y otros países.
8-. La catástrofe
Al derretirse los polos y los glaciales por el aumento del calor, subirá el
nivel del mar y de las aguas en general, y anegará islas, costas y ciudades.
Las primeras víctimas serán los países tropicales, de los que sólo las zonas
de lomas y montañas se salvarán ... de las inundaciones, no de algo que vendrá
después, el fin de la agricultura y la ganadería, el hambre total.
Varios países de las altas latitudes de ambos hemisferios, como el norte de
Estados Unidos, Canadá, los Países Escandinavos, Rusia, y el sur de Australia,
de Chile y de Argentina, etc., se beneficiarán por el aumento del calor. Los
rusos podrán plantar mangos y los canadienses mamoncillos, y ahorrar el
combustible de la calefacción; pero será sólo por un breve tiempo, medio siglo
tal vez, porque después estos países sufrirán, también, el exceso de calor y
sus consecuencias. Lo peor de todo no serán los incendios ni los deshielos ni
los huracanes ni los desiertos ... sino el hambre que causará la ausencia casi
total de agricultura y ganadería, y las epidemias que ocasionarán las
inundaciones.
Sin llegar aun a eso, hoy mismo, casi dos mil millones de seres humanos
carecen de agua potable, ya que el 97.5% del agua del planeta es salada. Casi
tres millones de personas mueren todos los años por tomar agua contaminada,
casi todas en los países pobres, víctimas del dengue, la malaria, los
parásitos intestinales y demás, o sea … una cada doce segundos.
A medida que se calienta la superficie del mar aumentan las probabilidades de
que haya mucho más huracanes. Esos que se forman en el Atlántico tropical
cercano a Africa y vienen hacia acá, como Mitch, Andrew, Katrina, Ike, Gustavo
y tantos otros que han causado enorme destrucción y muerte, irán también al
Atlántico sur, hacia Brazil, Uruguay y Argentina, adonde hoy no existe ese
fenómeno. La temporada de huracanes abarcará el año entero. Tendrá que crearse
otra escala distinta a la de Saffir-Simpson porque los habrá mucho más
destructivos que los de Categoría 5, la máxima de hoy.
9-. La guerra social
Al ser los países tropicales los más afectados por el calor, habrá grandes
emigraciones, que no serán, por supuesto, tan pacíficas como las de ahora.
Miles de millones de hindúes, indochinos, indonesios, africanos,
latinoamericanos y otros pueblos, se verán ante el cercano espectro del hambre
y la muerte, y tendrán que buscar comida, o sea emigrar. Los gobiernos de los
países que aún tengan agricultura y otras fuentes de comida, como el norte de
Europa, Canadá, Siberia, etc., protegerán sus fronteras.
Vendrá, por ello, la guerra de las fronteras, en la que habrá millones de
víctimas. En los propios países en los que aún no haya tanto calor y en los
que todavía existan grandes desniveles económicos si persiste el capitalismo,
vendrá la guerra social, mucho más terrible que la de Roma en tiempos de
Espartaco, a la que se dio ese nombre.
Habrá, también, grandes conflictos internacionales. Para ese entonces, a fines
del Siglo 21 y principios del 22, más países tendrán bombas nucleares y, para
defenderse, las usarán. Tal vez las guerras nucleares puedan evitarse mediante
acuerdos de paz y desarme, porque nadie querrá que los efectos de la
radioactividad y del invierno nuclear acaben con la vida en la Tierra; pero no
se podrá evitar la guerra total que la naturaleza le hará al ser humano en
justa respuesta a la que el ser humano le ha hecho a la naturaleza.
10-. La esperanza de Kioto
En diciembre de 1997, los países del mundo, con excepción de Estados Unidos y
unos pocos más, firmaron el Protocolo de Kioto. Se trata del mayor acuerdo
ecológista que se ha hecho hasta ahora, porque compromete a los países a
disminuir la emisión de los seis gases de invernadero que, siendo efecto en
parte o en todo de la actividad humana, recalientan al planeta, o sea bióxido
de carbono, metano, óxido nitroso, hidrofluorocarbono, perfluorocarbono y
hexafluoruro de azufre.
No sólo el gobierno de Estados Unidos se negó a firmar el Protocolo sino que,
desde el primer día, le declaró la guerra a ese gran esfuerzo por salvar la
vida en este planeta, convirtiéndose en el peor enemigo que haya tenido la
humanidad en toda su historia.
Al negarse el gobierno del país que emite más del 30% de todo el exceso de
bióxido de carbono que llega a la atmósfera y el 25% de los otros gases de
invernadero, se levantaron voces poderosas en Japón, Alemania, China, Francia,
Inglaterra, Rusia, Italia Brasil y Canadá, o sea las grandes potencias
económicas, que le reclamaron a sus gobiernos el incumplimiento del Protocolo.
El problema es que si Estados Unidos no cumple el acuerdo porque frena su
desarrollo económico, las otras potencias no van a querer que su producción, o
sea su economía, decrezca. La culpa principal la tiene el gobierno imperial de
Estados Unidos, y son las potencias industriales las que lanzan a la atmósfera
las tres cuartas partes de los gases de invernadero, a pesar de que en ellas
sólo vive una cuarta parte de la población, o sea que el 25% de la humanidad
está asesinando al 75% y, en ese inmenso crimen, perece ella también.
El problema más grave que confrontamos hoy es la mentalidad consumista que
existe en los países capitalistas. Es ese carpe diem, como decían los antiguos
griegos, o sea el disfrute presente de la vida sin que importe para nada el
futuro, el que está destruyendo al planeta. Esa salvaje irresponsabilidad es
típica de un sistema que lo explota todo hoy como si el futuro no existiera,
condenando a muerte a nuestros descendientes, o sea cometiendo el mayor crimen
de la historia.
11-. La traición de Copenhague
En diciembre del año pasado, se celebró en Copenhague, Dinamarca, la que se
esperaba que fuese la mayor conferencia ecologista mundial después de Kioto …
pero resultó ser, más que un fracaso, un crimen.
La Declaración Final de Copenhague sepultó el Protocolo de Kioto porque el
límite de tiempo para comenzar a reducir la acción de los gases de invernadero
ya está próximo a expirar y no hay interés para cumplir esa meta por parte de
las potencias mundiales, que son las que producen mas del 75% de esos gases
tan dañinos. Han sido inútiles, además, la Convención Marco sobre Cambio
Climático de Naciones Unidas y las 15 convenciones que siguieron a la Cumbre
de Río. Copenhague nos ha situado en el minuto cero de la lucha contra el
calentamiento global.
Tal declaración, basada en el supuesto pacto de cinco naciones, satisfizo los
intereses de la gran industria capitalista porque es un documento de
intención, no un acuerdo real, ya que no obliga a ningún país a reducir los
gases de invernadero.
El acuerdo que se logró con la participación de China, India, Brasil,
Sudáfrica y Estados Unidos, y el consenso de otros 25 países, acepta que la
temperatura del planeta no debe subir más de 2 grados centígrados, pero no
llega a ningún acuerdo práctico para que el efecto de los gases de invernadero
no la haga subir más allá de ese límite.
Copenhague no hizo mención a lo que se había planteado en acuerdos anteriores,
limitar el ascenso de la temperatura por debajo de 1.5 grados centígrados y no
mencionó la reducción de los gases de invernadero en un 80% para el año 2050,
o sea que para ese acuerdo traidor los planteamientos de las pasadas cumbres
quedaron sin efecto.
La infamia de Copenhague es una prueba definitiva de que a las potencias
capitalistas, y medio capitalistas, que son los causantes del 75% de los gases
de invernadero que provocan el excesivo calentamiento global, no les preocupa
el futuro de la humanidad.
12-. El ciclo eterno
Al desaparecer los países del trópico por el hambre y muchas otras desgracias,
los que se hallan cercanos a los dos polos serán tropicales. Zunzunes alegres,
casi invisibles, volarán sobre los huesos de enormes osos pálidos, pero no lo
harán por mucho tiempo porque las aguas ligeras de lo que hoy es compacto
hielo cubrirán todas las flores que ayer no lo eran.
Al final, y después del estruendo de huracanes gigantescos y diabólicos
tornados, vendrá la quietud sobre la faz de la Tierra y lo que hoy es todo,
será entonces nada. Un armagedón al revés porque en la batalla final ganarán
las fuerzas del mal, no del bien. Un holocausto, no un apocalipsis, porque
detrás del ruidoso fin no vendrá el reino de los cielos, sino el del silencio.
Mas no será el fin de todo en nuestro planeta porque la vida proseguirá en las
aguas, como hace más de 600 millones de años, y la inquieta geología seguirá
su agitado curso. Las tierras sumergidas emergirán y las emergidas se
sumergirán. Las grandes masas de tierra, en las que la humanidad se suicidaba,
asesinando a las demás especies, se juntaran o se separarán. Vendrán grandes
cambios de clima. Las plantas volverán a la superficie terrestre y, con ellas,
el oxígeno, el mismo que había dado vida a la humanidad antes de morir por
causa de la humanidad. Los gases de invernadero harán que la superficie
terrestre sea habitable y una capa de ozono nos protegerá de los rayos dañinos
del sol.
Un buen día, porque el planeta seguirá dando vueltas alrededor de sí mismo,
uno de los peces que habitarán los mares de poco fondo afincará sus agallas y
se arrastrará un breve trecho sobre la tierra lodosa, aunque firme. Enardecido
por su insólito paso, lo repetirá sin descanso hasta morir de cansancio. Otros
lo imitarán y sus descendientes harán lo mismo por millones de años: las
agallas se volverán patas y las branquias, bronquios. Después vendrán la
salamandra, el diplosaurio, el terápsida, el lemur, el simio, el homínido … la
bípeda Lucía diminuta, el Tales preciso, el Leonardo genial, el Newton
calculador, el Marx analítico, el Einstein notable y el tullido Hawking
saltando sobre las estrellas y balbuceando sus hallazgos.
Todo lo que habrá de desaparecer reaparecerá y, tal vez, la especie de la
razón vuelva a ser tan irracional como la de hoy, por lo que habrá otro raudo
fin de la vida y otra lenta evolución ☼
Carlos Rivero Collado
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