La “paz social” de la Ctera no duró mucho
Docentes del PCT
El regreso de los conflictos provinciales docentes (Santa Cruz, Salta, Entre Ríos, Corrientes, Chaco, Buenos Aires, Neuquén y Catamarca demuestra la traición que significó la firma en diciembre pasado de los $1040, por el Secretario General de la Ctera y de la Cta, Hugo Yasky.
Sin consulta alguna a las organizaciones de base de la entidad nacional docente, Yasky mostró exultante el “logro” alcanzado, que sumado al apoyo a la Ley de Educación Nacional (con la única movilización a la que llamó Ctera durante el año pasado), le allanaba el camino al ministro de educación, Daniel Filmus, para su candidatura a jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires y por añadidura al gobierno K.
El mísero aumento a los docentes bonaerenses a principios del ciclo lectivo no modificó en nada la composición salarial: un salario básico (alrededor de $400), que significa media canasta de POBREZA y el resto de sumas otorgadas en negro. Tal “aumento” se evaporó en un par de meses frente a una alta inflación, alejada de los dibujos que sostiene la intervención K del Indec.
Sumado a la cuestión salarial se agudizó la problemática de infraestructura y calefacción de los colegios: aulas sin vidrios, puertas y ventanas, techos con filtraciones, baños rotos y aulas sin estufas. Ambos reclamos, junto a otros, recorren nuestro país. Frente a esta semejante situación nacional la Ctera se niega año tras año, a nacionalizar el conflicto dejando a las provincias desangrarse en luchas provinciales frente a caudillezcos gobernadores que los amenazan con despidos, cesantías, sumarios y, además, formas de represión directa. A principios de este año los docentes santacruceños mandataron a su conducción provincial por tercera vez, para que reclamara en Buenos Aires a los dirigentes de la Ctera la necesidad de la solidaridad frente a los acontecimientos de Santa Cruz; una provincia militarizada, docentes y estatales reprimidos, el reconocimiento oficial de que la provincia la maneja K por teléfono desde la Rosada y cuando los docentes patagónicos habían sido convocados por Filmus, a intentar destrabar el conflicto.
La Ctera hipócritamente adujo que ella no llama a medidas de fuerza nacionales frente a conflictos provinciales. Solo ante la muerte del docente neuquino la Cetra convocó a un paro nacional pero limitó el reclamo a una cuestión de derechos humanos: “nuestro límite es la vida”, dijo Yasky.
¿Se debió esperar a la muerte de un docente para convocar a un paro nacional?.
Los trabajadores tenemos que recuperar nuestros sindicatos de esta burocracia sindical para dar el combate real por nuestros derechos y nuestro salario. Esta burocracia sindical le permite a este y a cualquier gobierno burgués legitimar sus salarios de hambre, la flexibilización del trabajo docente y al destrucción y privatización del sistema de educación pública.
Ninguna alianza con la burocracia traidora a los intereses de los trabajadores
La pelea debe ser recuperar las organizaciones sindicales dando la discusión programática entre las auténticas organizaciones antiburocráticas y docentes combativos. De nada servirá la conformación de listas electoralistas, sin discusión alguna de un programa, tan solo unidos para el reparto de cargos. Solo así se puede entender la conformación de la lista Lila que lleva entre sus candidatos a Perillo, actual funcionario de la dirigencia del Suteba Provincial, sindicato bonaerense sostenedor principal de la política de la Ctera.
La política de esta lista ya se advierte en la fundamentación dada a su construcción: hacen una tibia mención a la política nefasta de la actual conducción de la Ctera y ni una sola palabra a la presencia del burócrata Perillo en la lista, escondida tras los nombres de dirigentes de ADOSAC y ATEN. Los docentes nos preguntamos como es posible en una lista “de recuperación sindical” la presencia de exponentes que han traicionado y traicionan la lucha.
Solo se entiende tal tipo de construcción en la falsa confianza que tiene ciertos sectores, incluso de izquierda, en poder realizar formas de unidad con la burocracia, reflejando esto una total falta de coherencia política.
Pero no todo termina aquí. La segunda lista de “oposición” (la lista Rosa Gris Roja) no modificó en nada la metodología de construcción de la Lila. De haber dado una discusión programática el ingreso de los pseudos – combativos como el secretario general de Marcos Paz – Las Heras, Astarita, no se podría haber dado. Ayer orientador y sostenedor de las políticas sindicales de Pedro Ponce (hoy aliado a la burocracia celeste), aparece en un lugar destacado de la lista como candidato junto al PO.
Esta es la gran contradicción: la conformación de listas que se presentan al conjunto de la docencia como antiburocráticas, pero como caballo de Troya, esconden en su interior una política burocrática que no modifica en nada lo existente. Pareciera, entonces, que el único objetivo de ciertos sectores, aún de izquierda, es la llegada a alcanzar algún cargo, como un fin en sí mismo o para proyectarse políticamente.
En tanto la base docente, continúe aletargada y alejada de la participación sindical todo cambio será difícil. Solo la movilización y la lucha de amplios sectores docentes garantizaran una auténtica dirección clasista y combativa. Llamamos a todos los docentes del país a participar en las asambleas, autoconvocatorias, reuniones regionales, etc, para reorientar la política de la conducción sindical hacia la real defensa de los derechos de los trabajadores de la educación y debatir un plan de lucha en común.
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