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La
Forestal es el nombre de una empresa argentina de capitales extranjeros
que manejó buena parte de la actividad política y económica de un sector
del norte argentino a fines del siglo XIX y a principios del siglo XX.
Su nombre es tristemente recordado por haber significado la destrucción
de una parte importante de los recursos naturales, la explotación de sus
trabajadores y los oscuros contactos con el poder de turno.
La devastación natural
Esta empresa de origen inglés, pero además con capitales franceses y
alemanes, fue iniciada en 1872 a raíz de un empréstito perjudicial que
la Argentina obtiene con la empresa Murrieta de Londres. Esta firma
llevó a la desastrosa explotación de 1.500.000 hectáreas de quebrachales
en el Chaco Austral (norte de la provincia de Santa Fe, sur de la
provincia del Chaco y noreste de la provincia de Santiago del Estero).
Según algunas versiones, la explotación llegó hasta la zona de El
Impenetrable chaqueño. La empresa exportaba postes y durmientes para el
ferrocarril, rollizos y, esencialmente, tanino.
Mecanismos espurios
La firma se propagó y llevó adelante el usufructo, a saber: compra de
tierras a precios miserables, subsidios de la Nación y de las provincias
sin pagos de devoluciones y constantes sobornos a funcionarios públicos.
Un caso por antonomasia era el de Lucas González, quien era uno de los
representantes de la firma Murrieta en el país pero, a la vez, era el
funcionario nacional encargado de negociar con la misma empresa sobre
los alcances de la misma.
Estado dentro de un Estado
La Forestal resultó ser un gran negocio para sus múltiples dueños que
contaba con ferrocarriles, puertos propios y pagaban a sus vapuleados
trabajadores con vales que éstos a su vez debían de canjear en los
almacenes de la mismísima empresa. El caso alegórico fue de Aniceto
Barrientos de Villa Ana (Santa Fe) que, durante su vida de asalariado en
la empresa, fue contabilizando cuántas veces recibía el mismo vale con
el mismo número y llevando la anotación en un cuaderno registró 137
veces. La Forestal además tenía una fuerza propia de represión, la
"gendarmería volante", financiada por la propia empresa y armada y
uniformada por el gobierno provincial del gobernador Enrique Mosca quien
sería luego candidato a vicepresidente por la Unión Democrática en 1945.
Las huelgas: muerte y
represión
Las grandes luchas obreras contra la empresa comenzaron en 1919 y que
contaron con la colaboración de los anarquistas de la FORA además de
socialistas y sindicalistas libres. La primera huelga en el mes de julio
fue en reclamo de un aumento salarial, jornada de solo 8 horas de
trabajo y suspensión de masivos despidos compulsivos. La segunda huelga,
se produjo entre diciembre de 1919 y enero de 1920 en la cual el
gobierno nacional movilizó a soldados del Regimiento de Infantería Nº 12
de Rosario con asiento en Rosario. La tercera huelga en La Forestal del
año 1922 fue la más importante y culminó con una salvaje represión, lo
cual la "gendarmería volante" y otras formaciones parapoliciales
impunemente patrocinadas por el gobierno de Hipólito Yrigoyen actuaron
despóticamente con un saldo de centenares de muertos y 19 dirigentes
huelguistas condenados a la cárcel. En el cuaderno del capataz Aniceto
Barrientos registraba lo siguiente: “a los muertos los apilaban uno
sobre otro, le clavaban el cuchillo en la nuca por si estaban vivos,
desde ese día tenía miedo de volver a trabajar porque nos miraban con
odio, como si fuéramos perros sarnosos”.
El final de la empresa
La firma se retiró del país en el año 1966 debido a la brusca caída de
los aranceles internacionales de la madera y el tanino reemplazado por
nuevos productos. La Forestal dejó graves consecuencias económicas,
ecológicas, y humanas. La acentuación de la tala del quebracho para la
ganancia capitalista agotó ese recurso natural, en lo humano y económico
el 95% de sus trabajadores no pudieron jubilarse, muchos perdieron sus
hogares, las industrialización fue destruida y los pueblos se
empobrecieron y su gente alimentó los suburbios de las grandes ciudades
creando villas miserias.
Fuente: Wikipedia
Consecuencias
del negocio forestal
Santa Fe perdió casi el 90% de sus bosques [2004]
Los bosques y montes naturales de la provincia de Santa Fe apenas
representan el 14 por ciento de los existentes en 1935. Eso es lo que se
desprende del reciente informe de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable de la Nación que comparó las cifras que pintan el paisaje de
la deforestación impune que se generó en los últimos setenta años. Una
pérdida varias veces millonaria en dólares que ningún gobierno
provincial reclamó a favor de los santafesinos. Al contrario, a lo largo
de la historia del siglo veinte, el Estado ha pagado precios muy altos
por las tierras yermas, consecuencia de la depredación que generaron,
fundamentalmente, dos grandes empresas: La Forestal, en el norte, y
Celulosa, en el sur. Ambas firmas tuvieron un poder político superior al
de los gobiernos locales que debieron controlarlas y que siempre
obedecieron sus reclamos. Ahora que varios legisladores plantearon la
necesidad de cuidar lo poco que queda de la flora autóctona también
sería bueno que alguien, aunque sea una vez, reclame por los daños
ocasionados a la población a través de la explotación irracional de la
naturaleza.
El informe
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El trabajo fue realizado
por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y el
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), en el marco del
Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación.
De 1.100.000 kilómetros cuadrados de bosques naturales que contabilizó
el censo forestal de 1935 sólo quedan poco más de 330.000. En aquel
entonces, el 39 por ciento del territorio nacional estaba cubierto de
bosques; hoy, la superficie boscosa no llega al 12 por ciento.
"Un problema grave que estamos teniendo es la expansión desordenada de
las fronteras agrícolas. Para frenar esta situación vamos a impulsar
subsidios para quienes protejan los bosques y, aunque el Estado nacional
no tiene injerencia directa sobre los recursos naturales (porque son
patrimonio de las provincias), vamos a promover una ley de ordenamiento
territorial, para asignar cantidades de hectáreas para cada uso", dijo
Atilio Savino, titular de la Secretaría de Ambiente, que depende del
Ministerio de Salud.
"Se están sacrificando superficies ricas en biodiversidad, destinándolas
a fines bendecidos circunstancialmente por vaivenes del mercado de
efímera duración. Se está extendiendo la frontera agropecuaria a fuerza
de arrasar bosques y selvas y desplazar importantes comunidades rurales.
Creo que debemos avanzar hacia una ecología social, a través de procesos
productivos más sustentables", agregó el titular de esa cartera, Ginés
González García.
El informe advierte, a su vez, que en esta pérdida de biodiversidad, en
este empobrecimiento cualitativo de nuestros bosques, se juega la suerte
del 40 por ciento de sus especies vegetales y animales. De hecho, ya hay
unas cuantas amenazadas: corren peligro de extinción, entre otros, el
pino paraná y el palo rosado, en Misiones; los lapachos, las quenoas y
el roble amburana, en la selva de Yungas; el palo santo y algunas
especies de quebracho, en el Chaco; y los alerces y algunas araucarias y
cipreses, en el Sur.
Cada año, todavía, se desmontan unas 30.000 hectáreas de bosques.
"Nosotros aseguramos que son muchas más. Estamos documentando qué está
pasando con el 30% de bosques que nos queda y recibimos a diario
denuncias sobre el tema. En Salta, hasta se están vendiendo reservas
ecológicas para sembrar este cultivo", alerta Emiliano Ezcurra, de
Greenpeace. Los lugares más castigados son las selvas de Yungas y la
misionera, el monte chaqueño y Tartagal, en Salta.
El caso santafesino
En 1935, la superficie de bosques y montes naturales en la provincia de
Santa Fe sumaba 59 mil kilómetros cuadrados.
Hoy, en 2004, apenas 8.253 kilómetros cuadrados.
Solamente el 13,98 por ciento de lo que había siete décadas atrás.
Es decir que se perdió el 86 por ciento de lo que había.
¿Quién se hace responsable por esos 50.747 kilómetros cuadrados de
bosques y montes naturales que ya no existen en la provincia?.
¿Cuánto dinero representa semejante superficie que tuvo, además, un
costo ecológico, sanitario y social de proporciones para los habitantes
de Santa Fe?.
Detrás de ese saqueo también existe una historia de permisos otorgados
por el propio Estado a favor de la explotación irracional de los
recursos.
Asimismo se verifica un mínimo control de las ganancias que obtuvieron
las grandes empresas dedicadas a la extracción y comercialización de los
árboles.
Se cobraron impuestos mínimos en relación a los excedentes que tenían
esas firmas y, a posteriori, se pagaron altos precios para la
reestatización de territorios convertidos en virtuales desiertos.
Hacia mediados de los años noventa, el cálculo de lo que solamente fue
explotado por La Forestal estiraba la cifra del costo ecológico a 3 mil
millones de dólares.
Nadie reclamó por esta legítima acreencia que tiene el pueblo
santafesino.
Esos 50.747 kilómetros cuadrados de bosques y montes naturales que ya no
son, forman parte de tres procesos de explotación irracional de los
recursos naturales: el quebracho colorado en el norte, el eucalipto
blanco en el sur y el talado indiscriminado que ahora sirve de base para
plantar soja en regiones que antes poseían una gran diversidad natural.
La Forestal
Treinta y siete cajas de hierro partieron del puerto de Liverpool el 10
de marzo de 1874, embarcadas en el buque "Gassendi". El destino era
Santa Fe, traían 180.187 libras esterlinas.
Era el total de un empréstito celebrado por la firma londinense Murrieta
& Compañía y el gobierno de la provincia con el objetivo de conformar el
capital inicial del Banco Provincial de Santa Fe.
El crédito se había firmado el 22 de junio de 1872 y el apoderado de la
prestamista era el doctor Lucas González, quien luego también arbitraría
de representante del Estado santafesino a la hora de saldar la deuda.
En julio de 1881, la deuda era de 110.873 libras esterlinas y 3
chelines.
La provincia, a sugerencia del polifuncional Lucas González, decidió
pagar ese compromiso con tierras fiscales.
Se le otorgaron, entonces, 668 leguas de territorio. Fue por medio de
una ley de la propia legislatura santafesina sancionada el 5 de octubre
de 1880.
"Los capitalistas de Londres cumplían a conciencia con su función, como
que eran hombres de una nación imperialista; la responsabilidad debemos
buscarla -a esta altura del estudio que realizamos- en tierra argentina,
y a ella es ajena el pueblo, gobernado por el régimen de una democracia
permanentemente escamoteada", escribió Gastón Gori en su imprescindible
"La Forestal. La tragedia del quebracho colorado", editado en 1965.
La escritura debía ser firmada por el mismísimo Juan Bautista Alberdi
que intervenía a nombre del gobierno, pero no lo pudo hacer por
problemas de salud. Lo reemplazó un inglés, Federico Woodgate. Junto a
Lucas González, firmaron "la entrega del Chaco santafesino en una
extensión de 1.804.563 hectáreas".
El gobierno cobró 1.002.594 pesos, pero devolvió en juicios
reivindicatorios la suma de 3.212.190 pesos.
Así nació la Santa Fe Land Company, después Compañía de Tierras, Maderas
y Ferrocarriles La Forestal Limitada, después La Forestal Argentina
Sociedad Anónima de Tierras y Maderas y Explotaciones Comerciales e
Industriales.
En 1915, un diputado provincial de Santa Fe, Romeo Saccone, salió en
defensa de La Forestal diciendo que "pretender gravar con un sistema
impositivo elementos primordiales del progreso, cuando precisamente el
Congreso Nacional para ayudar toda iniciativa privada, suprimió
totalmente los derechos a la importación de rieles, no sería digno de
una provincia que pretende y con razón ser uno de los exponentes más
firmes del adelanto y de la civilización en este país". Esos eran los
empleados de la empresa.
En 1965, cuando los ingleses decidieron retirarse del latifundio, el
gobierno de la provincia decidió pagarles 2,5 millones de pesos la legua
cuadrada de peor calidad y 3,75 millones de pesos por legua cuadrada de
estancia. Decía Gori que con esto "siguen haciendo los ingleses sus
negocios millonarios, mientras en esferas gubernativas se exhibe como un
triunfo, lo que es una nueva conquista de la compañía que acumula
ganancia sobre ganancia".
La empresa tuvo su propia bandera, su policía brava, sus ciudades,
puertos y ferrocarriles, moneda propia y más de 20 mil trabajadores,
entre los que no se contabilizaron los diputados, comisarios, jueces de
paz y otros influyentes funcionarios que recibían distintos favores de
la empresa, como queda dicho.
Hubo poblaciones que recibieron los nombres de algunos presidentes del
directorio de la empresa, como sucedió con Patrick Ogilvie Campbell, que
le prestó su apellido al lugar en donde suele vivir el ahora senador
nacional Carlos Reutemann, Llambí Campbell.
La Forestal explotaba también campos en los departamentos del centro y
sur provincial, como San Martín, Belgrano y General López. Un dominio
sobre la mayoría del territorio santafesino.
Mientras tanto le pagaba a la provincia 300 mil pesos en moneda nacional
pero tributaba casi 9 millones de pesos a la corona británica, según el
balance del año 1916.
Entre 1947 y 1957, las ganancias de la empresa se calculaban en 50
millones de dólares y hacia 1963, sus excedentes eran del orden de los
750 millones de pesos nacionales.
En forma paralela, desaparecía el quebracho, se cerraban las fábricas y
crecía la desocupación y las poblaciones iniciaban el exilio interno.
También estuvieron las huelgas heroicas de los obreros y hacheros de
1919 y 1921, salvajemente reprimidas y algunas denuncias contra la
explotación en la legislatura provincial durante los años cuarenta.
Gastón Gori se lamentaba en 1965 que "en más de 2 millones de hectáreas
no existe ni una sola biblioteca y un censo de lectores daría un índice
cultural prácticamente nulo".
Contaba que en 1963, "La Gallareta se conmovía por el cierre de su
fábrica de tanino; pero la Compañía ni remotamente se cerraba como
consecuencia de un descalabro económico; por el contrario, sus ingresos
brutos en ese año fueron del orden de los 547 millones de pesos, así
como en 1962, después de la clausura en Villa Ana, fueron de 463
millones de pesos. Centenares de millones por un lado, desocupación y
miseria por el otro", sostenía el notable escritor santafesino.
A cuarenta años del cierre de las últimas fábricas de tanino de La
Forestal, los números oficiales de los censos forestales hablan del
desierto que siguió a la empresa.
Solamente si la provincia oficiara de representante del pueblo
santafesino tendría la posibilidad de demandar a los herederos de la
firma en millones de dólares por exclusivamente el costo ecológico.
Lo social, lo humano, lo cultural, lo perdido por los impuestos mal
cobrados, sumaría otra cifra sideral que por ahora ni siquiera puede ser
mensurada.
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Celulosa
La leyenda cuenta que los rosarinos Joaquín Lagos y Enrique Fidanza
disfrutaban en Roma del premio que les dejara un billete de lotería
cuando el 15 de enero de 1927 leyeron las páginas de "Il Popolo di
Roma". Ese papel estaba hecho con paja de trigo. La mencionada historia
rosa sigue con el regreso de ambos a Rosario y su prédica a otros
cerealistas y al italiano Umberto Pomilio, creador del sistema de
transformación de la planta en papel. El 2 de febrero de 1929, con
créditos del entonces Banco Provincial de Santa Fe, nació Celulosa
Argentina en la ciudad de Capitán Bermúdez. Su primer directorio estuvo
integrado por Eugenio Vogt, como presidente, Pomilio, Juan Tamburini,
Silvio Gagliardi, Ciro Tonazzi, Santos Manfredi, Eduardo Grimaldi, Pedro
Beristain y Antonio Morella.
Aquella fábrica de Capitán Bermúdez fue la primera planta del país
dedicada a producir pasta celulósica. En febrero de 1931 la máquina
importada de Alemania produjo las primeras 37 toneladas de papel. Un año
después Celulosa realizó su primera exportación hacia el Paraguay.
Celulosa se convirtió en todo un símbolo de poder económico, político y
social. Absorbió tres fábricas más antiguas, como Andino y Cía.;
Papelera Argentina, con sede en Zárate, en la provincia de Buenos Aires,
y la Compañía General Fabril Financiera, un desprendimiento de la
Compañía General de Fósforos, con planta en Bernal, también en el primer
estado argentino.
A partir de 1939 se asoció a la empresa inglesa Duperial a través de
Electroclor, cuya planta era vecina de la original de Celulosa, en
Capitán Bermúdez. El objetivo era elaborar productos derivados del cloro
sobrante de la fabricación de la celulosa. En la primera mitad de los
años cuarenta sustituyó la paja de trigo, como materia prima para la
pasta, por la madera. Fue entonces, dice la historia oficial de la
empresa, que se dedicó a plantar coníferas en el delta del Paraná y en
Puerto Piray, en Misiones.
Pero la historia de Celulosa es también parte de la historia nacional.
Hacia 1996 formaba parte del principal acreedor externo de la Argentina:
el Citibank.
En aquel año su primer trimestre exhibió una pérdida de 53 millones de
pesos. La empresa decidió presentar un recurso de crisis ante el
Ministerio de Trabajo de la Nación.
Cien trabajadores quedaron en la calle.
Uno de los representantes legales de la empresa era uno de los
principales referentes del poder económico nacional: Daniel Funes de
Rioja, el abogado que formó parte del selecto grupo de expertos que
impuso la flexibilización laboral durante los años noventa.
En 1991 trabajaban 618 obreros y otros 250 fuera de convenio. Pero había
otros 150 trabajadores invisibles, los hacheros.
Sumergidos en los montes de eucaliptos blancos en los llamados centros
forestales de la empresa, las familias de hacheros sobrevivían sin agua
corriente, ni luz eléctrica y con pocas posibilidades de higiene y
salud.
El titular del centro forestal de aquellos años, ingeniero Guillermo
García, contestó: "No he tenido posibilidad de ir a los bosques por
falta de tiempo. No los conozco a los hacheros. Pero iría para
satisfacer una curiosidad de tipo turística. Pero no desde el punto de
vista operativo porque no me corresponde. Ya trasladé mi preocupación
para que los responsables tomaran acción inmediata", le dijo a este
cronista.
En aquellos tiempos de principios de los años noventa, se conoció la
existencia de la
escuela
1231 que funcionaba en los propios territorios de la empresa.
En su momento, la ex secretaria general de la Asociación del Magisterio
de Santa Fe, delegación San Lorenzo, Analía Semorile, explicó: "A mi me
hicieron saber que no me acerque más a la tranquera que da entrada a los
campos de Celulosa y donde funciona la escuela 1231. No puede ser que
maestras tengan que estar saltando las tranqueras porque un capataz de
Celulosa se le ocurra cerrar la tranquera para que los hijos de los
hacheros no tengan clases", sostuvo.
La escuela en cuestión tenía siete cursos, una directora, Irma
Benvenutti de Giacone y dos maestras. Aunque contaban con partidas para
el comedor, no había dinero para cocineras, de allí que las propias
docentes se encargan de preparar la comida para los cuarenta alumnos, en
su mayoría hijos de los hacheros del monte de eucaliptos, propiedad de
Celulosa.
"La escuela que dirijo pertenece al estado provincial, y, sin embargo,
tanto la estructura edilicia como la casi totalidad de los bienes
muebles que la misma posee, fueron suministrados por la empresa citada.
Yo me pregunto, ¿no debe ser el estado quien garantice la educación e
instrucción del pueblo?. ¿Por qué entonces, una escuela pública para
funcionar decentemente tiene que depender de los dineros que Celulosa
Argentina no tiene la obligación de dar?...", sostuvo la directora en
una carta en que la defendía a la empresa.
Catorce años después los hacheros continúan en las mismas condiciones de
existencia aunque la propietaria de la empresa sea la uruguaya Fanapel
en un 85 por ciento del capital y haya vendido por un monto de 242
millones de pesos durante 2003 con una ganancia de 61 millones de pesos.
Celulosa ha sido la principal impulsora de la deforestación en la zona
sur de la provincia pero su propia historia evidencia sus influencias
políticas, judiciales y económicas, no solamente en la región sino
también a nivel nacional.
Algunas ideas
La Forestal y Celulosa no son las únicas responsables de la desaparición
del 86 por ciento de los bosques y montes naturales santafesinos, pero
si tienen un alto grado de compromiso.
Ellas son las caras visibles de un negocio que no reparó en el mínimo
sentido de futuro, no solamente en relación al medio ambiente, sino con
respecto a las poblaciones vinculadas al negocio forestal.
Las historias de ambas empresas revela la subordinación de la clase
política municipal y provincial a sus mandatos de cuidar y agrandar sus
ganancias.
Y hasta se pone de manifiesto como en lugar de devolver algo de lo mucho
que obtuvieron gracias al suelo y la gente de la provincia, cobraron
indemnizaciones ilógicas impulsadas desde la legislatura.
Pero el tercer factor económico de depredación, desocupación, pobreza y
migración interna que hoy sufre la provincia es lo que se oculta detrás
del llamado boom sojero.
La pérdida de los bosques y montes santafesinos debe también mensurarse
en dinero para que el estado intente una reparación para los habitantes
de las regiones que más sufrieron y sufren estos procesos de devastación
natural.
Un costo que puede calcularse a través del precio de cada hectárea o
kilómetro cuadrado hoy convertido en tierra yerma.
Es hora, alguna vez, de convertirse en acreedores de aquellos que usaron
todos los recursos a favor de sus propias ganancias sin reparar en
ningún tipo de costo.
Fuente: www.edicionuno.com.ar
Murió
Gastón Gori (17/11/04)
'TENEMOS QUE SER MENOS IGNORANTES'
Por Carlos del Frade
Gastón Gori escribió y publicó y le reeditaron un total de 87 libros,
uno por cada año que vivió. Con intensidad, pasión, amor y rigurosidad.
Un cuarto de siglo le llevó su investigación en torno a La Forestal y
murió con una jubilación que apenas superaba los 600 pesos. El escritor
y periodista que nació en Esperanza murió el 17 de noviembre de 2004, el
mismo día que se inauguraba el Tercer Congreso Internacional de la
Lengua que, seguramente, hubiera ninguneado su compromiso y fulgurante
existencia subordinada a la palabra como herramienta de transformación
social y denuncia permanente. Quienes lo conocimos sabemos de su
humildad, su sentido del humor y su renovada rebeldía cada vez que se
enteraba de una nueva etapa del saqueo. Dos años atrás lo vimos bajar de
una combi con un gran costo físico para sumarse a la creación de una
biblioteca popular surgida de una asamblea barrial que apostó al futuro
y que bautizó al lugar con su nombre. Hoy Gastón ya no está. Pero es una
definición absurda. Por eso elegimos volver a contar aquella postal de
alegría, militancia, honestidad y extraordinaria capacidad que nos
regaló cuando se inauguró la biblioteca en la zona oeste rosarina.
Gastón es un imprescindible. Lo queremos mucho. Lo seguimos necesitando.
El lugar más luminoso del mundo
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En la lluviosa mañana del
sábado 30 de noviembre de 2002, las asambleas barriales de Fisherton
hicieron salir el sol.
Medio millar de pibes, que concurren a cinco escuelas del lugar,
participaron del concurso de dibujos que sumaría el isotipo de la
biblioteca popular inventada por los protagonistas de las asambleas.
Fisherton tiene 130 años y nunca antes, ningún funcionario, nacional,
provincial o municipal, tuvo la idea se fundar una biblioteca.
Lo hizo la gente del pueblo.
Esa mañana de nubes, pintada de gris, los chicos que fueron con sus
padres, hermanos y abuelos, supieron el significado de la palabra
futuro.
Conocieron las cortinas hechas a mano por las vecinas, los estantes
robados a la mugre de galpones abandonados, encontraron los marcos de
las puertas pintados a nuevo, y comieron un bizcochuelo gigante cocinado
en una panadería del barrio.
Vieron emocionarse a sus maestras, disfrutaron de títeres y bailes y
descubrieron otra palabra nueva: dignidad.
La reconocieron en un viejito que para caminar se apoyaba en un bastón
marrón, que vestía de traje y cuyos lentes hacía imaginar que no miraba
lejos.
Era el hombre que llevaba el nombre de la biblioteca.
Gastón Gori, tejedor de la dignidad santafesina.
-Tengo ochenta y siete años y ochenta y siete libros publicados. Y como
tengo pensado llegar a los noventa, necesito publicar tres libros más.
Porque forzando las estadísticas quiere decir que tengo un libro por
cada año de vida -dijo Gastón.
El hombre que durante un cuarto de siglo investigó La Forestal y
descubrió las palabras como vínculos de historias individuales y
colectivas, es apenas tenido en cuenta por los grandes medios de
comunicación de la provincia.
Y hoy, cuando tanto se habla de los productos comerciales que
semanalmente emite Telenoche Investiga, viene bien hacer un pequeño
ejercicio intelectual.
¿De cuántas investigaciones que realizó Canal 13 usted se acuerda?.
Difícilmente pueda decir con exactitud el contenido de más de tres
trabajos a pesar de la enorme difusión que le dio el multimedios Clarín.
Sin embargo, cuando hoy los pibes de diecisiete años son explotados en
los grandes supermercados de la ciudad, ellos, los mismos adolescentes,
dicen que los tratan como en La Forestal.
Y ese concepto se hizo carne en la memoria del pueblo gracias al trabajo
de Gastón Gori. Casi con seguridad ninguno de los chicos leyó el trabajo
del esperancino, pero su obra se ha metido en la conciencia colectiva y
ese es el mejor premio que puede tener un periodista de investigación.
Que su obra lo trascienda y forme parte de los que son más.
-Yo repetí segundo grado porque no me daba la cabeza...Quería ser
carpintero y todavía tengo el alma del carpintero...Si queremos ser una
gran nación tenemos que leer más, tenemos que ser menos ignorante. Por
eso es hermoso inaugurar esta biblioteca, porque es como un lazo que
ahorca la ignorancia - sostuvo Gastón con su implacable lucidez de
ochenta y siete años atravesados de coherencia, ética y búsqueda de la
belleza y la verdad.
Por eso los chicos sintieron la alegría de sus padres, cuando este
viejito los hizo reir; por eso los pibes se emocionaron cuando sus
padres vibraron con las palabras de Gastón; por eso, ellos, los chicos
de Fisherton, entenderán con el tiempo, cuando vayan una y otra vez a la
Biblioteca, que ese sábado 30 de noviembre, fue el lugar más luminoso de
la provincia, aunque lloviera y no estuviera el sol.
La luz viene del protagonismo de las asambleas barriales de Fisherton y
de la vida de Gastón Gori, del futuro concreto y material que
construyeron en Juan José Paso y Tarragona, a contrapelo de tanto
cinismo e indiferencia que campean en estos crepusculares comienzos del
tercer milenio.
Déjese tocar por esa luz, métase en esa biblioteca.
Ahí está el futuro, chiquito, sencillo y poderoso, tanto como la
dignidad de Gastón Gori.
Fuente: argenpress.info
Gastón
Gori, esperancino
17 de noviembre de 1915 - 17 de noviembre de 2004
Ese día tenía previsto presenciar en Santa fe una charla que brindaría
el escritor mexicano Carlos Fuentes, quien estaba participando del
congreso de la Lengua en Rosario, y en una breve escapada nos daría el
gusto de poder verlo en la ciudad capital. Pero sucedió lo de Gastón
Gori, así que concurrí a su sepelio en su tierra natal, Esperanza.
Quizás tenga otra oportunidad de verlo a Carlos Fuentes. Pero lo de
Gastón Gori, era más fuerte, sentí que aunque anónimamente, debía estar
en el adiós a ese maestro y muchas veces fuente de trabajos
historiográficos que había escrito.
Mientras me dirigía desde Santo Tomé, donde vivo hasta Esperanza, la
mañana se presentaba luminosa y ya algo calurosa, un día de sol y cielo
azul, muy típico de la provincia de Santa Fe. En el campo, los
trabajadores agrícolas, sin dudas los nietos o bisnietos de aquellas
"Familias fundadoras de Esperanza", hoy desparramados no sólo en lo que
fue la colonia Esperanza, sino por todo el centro oeste santafesino, se
aprestaban en sus labores del campo, los trigos ya estaban casi prontos
para la cosecha.
El era de mi barrio, vivía a unas 3 cuadras de mi casa, había ido a mi
misma escuela, la 315 "Aarón Castellanos", era de noviembre, el mismo
mes en que nací, había andado por mis mismas calles y caminos, había
visto el edificio del ferrocarril, cercano al Molino Angelita, escuchado
los "pitos" o silbatos de las fábricas anunciando el comienzo o el final
de las jornadas de los obreros y trabajadores, aunque años antes, pero
era la misma mística percibida, la de un pueblo de trabajo y en eso se
inspiró su obra, tal como lo que había vivido desde chico, en ese
pequeña ciudad cosmopolita, entre agraria y urbana, entre campesina e
industrial. Lo habían visto en esa calle San Martín dos cuadras al norte
del ferrocarril, donde estaba el negocio de su padre, y por esa calle
San Martín habían alguna vez estado juntos, José Pedroni, Paillet, Gori,
Riva, Stessens y otros personajes que dió Esperanza y que tenían su
ámbito de encuentro o de presencia en esas dos o tres cuadras al norte
del ferrocarril. (Según el propio Gastón: Manuel Streiger; Evaristo
Stessens; Omar Pedroni, hijo de José; el doctor Alfredo Heer , Armando
Bruera, Lionel Robert )
Y así luego de las ceremonias, terrones de tierra, de esta tierra
generosa de la que él tanto había hablado, fue cubriendo su féretro,
allá en el cementerio de Esperanza, para volver a ser algún día otra vez
parte del ciclo de la vida.
Hugo
Zingerling
Esperanza despidió a Gaston Gori
El cortejo que traslada los restos del destacado escritor se detuvo
frente al edificio municipal donde recibió el reconocimiento de la
comunidad. Sus familiares participaron emocionados de la ceremonia que
finalizó en el cementerio local. En cada lugar representantes del
Movimiento por las Letras, el Centro de Estudios Históricos y el
Intendente Municipal destacaron en sus mensajes su aporte y su generosa
personalidad.
Una vez ingresado a la ciudad de Esperanza, el cortejo fúnebre se
dirigió a la Escuela Normal, institución donde Gastón Gori se recibiera
de maestro, para luego detenerse frente al edificio municipal.
Allí se escucharon reconocimientos de Ruben Leonardi por el Movimiento
Esperancino por las Letras, un funcionario de la Secretaria de Cultura
de la Provincia y del Intendente Municipal Rafael De Pace que entregó el
último adiós en nombre de su ciudad natal.
Posteriormente todos los asistentes se dirigieron a la necrópolis local
previo paso por la Escuela 315 Aaron Castellanos, lugar donde Gastón
Gori cursara sus estudios primarios.
Finalmente en el Cementerio Municipal las palabras de despedida
estuvieron a cargo de José Luis Iñiguez por el Centro de Estudios
Históricos.
Por Normando Gil y Nicolás Loyarte | nloyarte@cableydiario.com
El sábado 4 de enero de 2003 el escritor santafesino recibió en su casa
a un equipo periodístico de Cable & Diario y El Litoral.com. Aquella
mañana calurosa fue inolvidable. Gastón iluminó con simpleza aspectos
sorprendentes de su vida: sus afectos y predilecciones, su lectura
crítica de la realidad y los anhelos para los que, él afirma, serán sus
próximos tres años de vida. La conversación fue por momentos íntima,
espontánea, mágica. Preciso y lento como su tortuga, Gastón recorrió su
obra y habló de sus autores de cabecera. Subió la escalera angosta y
oscura hacia una puerta vidriada para mostrar su desordenada biblioteca,
el escritorio, testigo de su desconcierto, su tristeza y sus ansias de
luz cuando escribió La Forestal en noches de Vigilia Retenida (sus
borradores inéditos), y su primera máquina de escribir que azarosamente
recupero hace poco. En el patio, sentado bajo el fresco de la Bignonia,
el señor de lo picaflores compartió su mundo de pájaros, el trato cálido
con su tero, su pato y las calandrias. En esta presentación, El
Litoral.com pone a disposición de sus lectores el texto completo de la
entrevista que testimonia la vida de uno de los escritores esenciales de
nuestra provincia.
En el patio de la bignonia
...miles de hectáreas habré caminado por los campos, pero nunca encontré
un pájaro muerto. Y cuando mueren en jaulas, siempre dicen que mueren de
tristeza. Pero no es que mueren de tristeza, es que el final de la
muerte es una muerte de tristeza, para el ser humano también. Agonía,
qué quiere decir: la tristeza de morir... agonía, es la tristeza de
morir. Todos morimos tristes cuando morimos por cosas naturales.
Y morimos —como decía el pastor protestante— ‘‘Y José era muy bueno y
murió de su última enfermedad'' —comenzó Gastón Gori la charla.
Gastón, ¿está escribiendo?
Yo en este momento no estoy escribiendo libros. Pienso en libros,
inclusive tengo concebidos libros, pero no voy a escribir. Porque tengo
que hacerlo en forma manuscrita y la vista no me permite hacer bien las
letras. Aunque puedo escribir bastante bien, por haber escrito millones
de veces las palabras, pero no quiero escribir un libro. Esa es una de
las razones.
Tengo una hija que revisa todo lo que yo escribí. Y es la única que
puede leer mis manuscritos y no equivocarse. Inclusive corrige los
errores que comente la desgrabadora, que a veces no sigue el sentido de
las cosas y pone cualquier palabra.
¿No le gusta dictar?
No, dictar no me gusta. El estilo oral es una cosa y el estilo escrito
es muy distinto. El fenómeno de cerebración es distinto. Ahora, hace
poquito dicté un trabajo. ‘‘Perdido en los quebrachales'' se llama. No
es muy largo, lo publicó un suplemento de Reconquista. Lo escribir casi
por un compromiso con Julio Acosta, director de la editorial Ameghino.
El me pidió que escribiese eso. En la contratapa dice que mi entusiasmo
por el trabajo de La Forestal me llevó a perderme dos veces en los
montes. Quería escribirlo y me ayudó una chica que vive en frente de mi
casa que me sigue muy bien cuando dicto. Pero es muy difícil el tema.
Escribirlo me resultó dificilísimo, por el fenómeno psicológico que hay
que realizar. Lo alcancé a escribir y salió lindo, dice mi mujer, pero
mi mujer no es que me ama, es chupamedia mía.
¿Gastón, no piensa escribir más?
No. Yo no pienso escribir otro libro más. Tengo motivos para hacerlo y
tengo cosas concebidas, pero no lo voy a escribir.
¿Cuándo tomó esta determinación?
El hecho de que me haya disminuido la vista; por ejemplo: yo te miro a
vos, y te veo dentro de un rato y no te reconozco. Además de la pérdida
de la vista tengo un infarto cerebral crónico. Quiere decir que hubo
muerte de neuronas. Entonces esta muerte de neuronas me afectó los
hemisferios cerebrales donde la vista, el aparto óptico, manda las
imágenes. Bueno, yo a eso no lo tengo más completo. Ese es un
inconveniente muy grande, porque también me hace perder la memoria
visual. Y perder aunque sea una parte de la memoria es perder ya una
parte del pensamiento. Aunque sea perder la memoria inmediata, la
antigua no. Yo me puedo acordar de muchísimas cosas viejas. Inclusive de
demasiadas cosas me acuerdo, debería acordarme de menos.
¿Cuántos libros tiene publicados?
Hay 47 primeras ediciones, incluyendo algún folleto, y hay 40
reediciones de libros. Ochenta y siete veces me publicaron libros, y
tengo 87 años. Y como he resuelto vivir hasta los 90 años me van a
faltar 3 libros. Uno ya está casi en camino, después de los otros dos me
faltaría elegir uno, porque el último libro que me gustaría reeditar es
un libro que yo quiero mucho: se llama ‘‘La pluma incesante''. Es decir:
90 años y 90 veces se habrán publicado libros míos, y terminarlo con el
libro ‘‘La pluma incesante'' sería muy simbólico, me gustaría mucho
hacerlo. Y ya te digo, como voy a vivir 3 años más, eso está resuelto,
en eso ya no hay problema...
¿Por qué dice eso? ¿Cómo puede usted determinar que va a vivir 3 años
más?
Lo he resuelto.
|
¿Y qué va a hacer dentro
de 3 años?
Voy a vivir como vivo. Voy a vivir como vivo.
Pero, ¿por qué dice que va a morir dentro de 3 años?
Ah, yo digo 3 años como el límite de lo que yo he resuelto vivir. Pero
si llego a los 90 años pido una prórroga (risas).
¿A quién se la pide?
Hay un ente que nosotros no podemos definir, (nocierto) (sic). Puedo
pedírsela al destino, puedo pedírsela a Dios, por ejemplo; ése es el
ente que no podemos definir. Dicen que hace todas las cosas, pero parate
con Dios, ¿no? Porque a mí me mandó un infarto cerebral. Después, saco
también en consecuencia que Dios no tiene memoria o no lleva anotado
nada, porque me mandó un infarto cerebral y después ahora último me
mandó un cáncer de próstata. ¿No vio en la libretita que ya era
bastante? Hubiera puesto: ‘‘Le mando un resfrío, le mando una tos...'',
cualquier cosa. Pero ¿por qué un cáncer? Si todo el que tiene cáncer,
aunque sea de próstata, muere de cáncer, (nocierto). Pero yo creo que a
pesar de eso, con la ayuda de los científicos actuales, 3 años más voy a
vivir. Y si no vivo los 3 años más, vengan y repréndame: ‘‘¡Incumplidor!
¡Traidor! ¡Traidor! ¡Usted nos ha engañado! A ver, diga ahora ¿por qué
nos ha engañado?''. Y yo no te voy a contestar nada (risas).
Teóricamente, si usted quiere vivir 90 años, la prórroga la tendría que
pedir en el 2005.
Eso mismo, en el 2005 pediría una prórroga.
¿Entonces le quedan 2 años?
¿Dos años?
Estamos en el 2003.
Sí.
¿Qué día nació usted?
Yo nací el 17 de noviembre de 1915 (silencio). Así que 90 años sería en
el 2005. Y bué, es un número hasta simpático.
Orden cronológico de ediciones y reediciones
GASTON GORI – FICHA BIBLIOGRAFICA
1940 – ANATOLE FRANCE…Ed. Porter Hnos. Bs. As. Ensayo.
1941 – SOBRE LA TIERRA ENSANGRENTADA, Porter Hnos. Bs. As. Ensayo.
1942 – MIENTRAS LLEGA LA AURORA, Porter Bs. As., poemas.
1943 – VIDAS SIN RUMBO, Ed. Colmegna, Santa Fe, cuentos.
1945 – Y ADEMAS ERA PECOSO… Ed. Castelví, Santa Fe, Cuentos.
1946 – SE RINDEN LOS NARDOS, Ed. Espadalirio, Santa Fe, poemas.
1946 – INTERMEZZO DE LAS ROSAS, Ed. Colmegna, Santa Fe, ensayo.
1947 – COLONIZACION SUIZA EN ARGENTINA, Ed. Colmegna, ensayo histórico.
1947 – EL INDIO, EL CRIOLLO Y EL GRINGO, Ed. Dpto. Estudios
Etnográficos.
1948 – COLONIZACION, Estudio histórico y social. Ed. Colmegna, Santa Fe,
cuentos.
1949 – EL CAMINO DE LAS NUTRIAS, ED. Colmegna, Santa Fe, cuentos.
1950 – HA PASADO LA NOSTALGIA, Ed. Colmegna, Santa Fe, ensayos.
1951 – VAGOS Y MAL ENTRETENIDOS, Ed. Colmegna, Santa Fe, ensayo.
1952 – LA PAMPA SIN GAUCHO, Ed. Raigal, Bs. As., ensayo.
1952 – Segunda edición de ANATOLE FRANCE, Ed. Colmegna.
1952 – Segunda edición de Y ADEMAS ERA PECOSO, _Ed, Colmegna.
1954 – FAMILIAS COLONIZADORAS DE SAN CARLOS, Ed. Colmegna, historia.
1955 – Segunda edición de EL CAMINO DE LAS NUTRIAS, Ed. El Litoral,
Santa Fe.
1956 – LA MUERTE DE ANTONINI, Ed. Doble P., Buenos Aires, novela.
1958 – EL PAN NUESTRO, Ed. Galatea – Nueva, Visión, Bs. As., ensayo,
social del campo.
1958 – EL DESIERTO TIENE DUEÑO, Ed. Doble P. , Buenos Aires.
1958 – ANIBAL PONCE, Ed. I.R.C.A.U., Buenos Aires, ensayo (folleto).
1958 – DIARIO DEL COLONIZADOR ENRIQUE VOLLENWEIDER, Ed. Universidad
Nacional del Litoral, Santa Fe.
1962 – EDUARDO WILDE, ED. Fondo Municipal, Santa Fe, ensayo.
1964 – INMIGRACION Y COLONIZACION EN ARGENTINA, Ed. Eudeba, Bs. As.,
ensayo.
1964 – Segunda edición de VAGOS Y MALENTRETENIDOS, Ed. Colmegna, Santa
Fe.
1965 – LA FORESTAL, tragedia del quebracho colorado, Ed. Platina, Buenos
Aires, ensayo.
1969 – ESPERANZA MADRE DE COLONIAS, Ed. Museo de la Colonización, Santa
Fe, ensayo.
1971 – Segunda edición de INMIGRACION Y COLONIZACION EN ARGENTINA, Ed.
Eudeba, Buenos Aires.
1971 – LA NARRATIVA EN LAREGION DEL LITORAL, Ed. Museo de la
Colonización, Santa Fe, ensayo.
1972 – Tercera edición de Y ADEMAS ERA PECOSO, Ed. Diagraf, Buenos
Aires.
1972 – LA TIERRA AJENA, drama de la juventud agraria. Ed. La Bastilla,
Buenos Aires, ensayo.
1973 – FAMILIAS FUNDADORAS DE LA COLONIA ESPERANZA, Ed. El Colono,
Esperanza.
1974 – Segunda edición de “LA FORESTAL, tragedia del quebracho
colorado”, editorial “PROYECCION”, Buenos Aires.
1974 – Tercera edición de “VAGOS Y MALENTRETENIDOS”, ed. “Alonso”,
Buenos Aires.
1974 – Segunda edición de “FAMILIAS FUNDADORAS DE LA COLONIA ESPERANZA”,
Ed. Colmegna, Santa Fe.
1975 – POEMAS EN LA TORMENTA, Ed. Tupambaé, Santa Fe, Poemas.
1976 – PALABRAS DE REFUTACION GOZOSA, Ed. Tupambaé, Santa Fe, relatos.
1976 – NICANOR Y LAS AGUAS FURIOSAS, Ed. Tupambaé, Santa Fe, Relatos.
1976 – PASE SEÑOR FANTASMA, Editorial Tupambaé, Santa Fe, Cuentos.
[Recopilado hasta 1976 - proximamente desde 1976 hasta nuestros días]
Hugo Zingerling
Fuente: www.esperanza.gov.ar
"¡Güelga
nomá, chamigo!"
Por Osvaldo Bayer
Es una constante de hierro: la historia les da la razón siempre a los
luchadores de la dignidad, por más humildes que sean. Y tal vez, por
humildes, sus figuras se recortan en el tiempo con más claridad. Sucedió
allá por los años veinte. En la tierra del quebracho. A los hacheros se
les comenzó a prohibir los pañuelos rojos que, como costumbre, llevaban
al cuello, y las camisas rojas que vestían en el trabajo. Ese color
acostumbrado en los habitantes de la región no se podía usar más porque,
según los serviles empleados de la empresa inglesa La Forestal, era
“comunista y anarquista”. La policía privada de la empresa se encargaba
de proceder: trabajador que llevaba pañuelo rojo o camisa granate era
obligado a desnudarse, le daban latigazos hasta desvanecerlo y le
prendían un cintillo azul y blanco y le hacían gritar bien fuerte: ¡viva
la Patria!
Todo esto en la Argentina de don Hipólito Yrigoyen, elegido por el
pueblo, que mandó al ejército argentino a reprimir al gauchaje alzado
que se había levantado al grito de “¡Oh, añá! ¡Güelga nomá, chamigo!”,
levantando el puño y con pocos rémingtons “Colí”, de caños y culatas
recortados, que les habían hecho llegar los anarquistas de Buenos Aires
a través de los marineros de los buques del Paraná. Fue una solidaridad
épica. La huelga reventó como una bomba de brazos alzados desde el Chaco
santafesino, por el Chaco, Formosa, hasta el mismo Puerto Infierno, y la
parte santiagueña desde Quimilí a Pampa de los Guanacos. Los obreros
ferroviarios anarquistas pararon el Central Norte Argentino y el
Provincial de Santa Fe para impedir el movimiento de tropas del 12 de
Infantería, en el cual estaba el teniente Juan Domingo Perón. Pero no
sólo los ferroviarios sino también los marineros de la FORA pararon las
embarcaciones y las tripulaciones de los barcos extranjeros que venían a
recoger la sagrada madera roja de los quebrachales se negaron a
recibirla. Y los portuarios, con sus rostros arrugados de puro indios,
escupían a los crumiros traídos de otras latitudes que servían por un
pan y un vaso de vino a los señores británicos bajo el cielo impiadoso
de un permanente sol despiadado. Dos millones de hectáreas poseían los
gentlemen de Londres. (“¿Argentina? Oh, yes, yes, sí, sí, allá hablan
portugués, buena carne”). Dos millones de hectáreas, dos millones de
hectáreas. Dos millones... de madera noble, de madera dura como el
hierro. Roja. Arbol tras árbol, de cien años de crecimiento, caían para
Su Majestad Británica, y desaparecían para los hijos de la tierra.
Globalización de la injusticia, que se joda la negrada, son todos
borrachos, haraganes, analfabetos, sucios, no saben ni hablar
castellano, se maman. Metalen bala, nomás. En el mismo año, el 10 de
Caballería fusilaba a los peones patagónicos en defensa de los
latifundios británicos.
Los curas se metieron en sus templos a rezar y para agradecer la
infinita bondad de Dios, nuestro Señor. Mientras los hijos de la Tierra
gritaban “Oh, añá, güelga nomá, chamigo”. Pero la empresa británica no
se anduvo con chicas, inmediatamente armó su propia policía. El mismo
modelo que en los años setenta emplearía uno de los hombres más
desdeñables de nuestra historia, López Rega: las tres A. Bajo el nombre
de Liga Patriótica Argentina (fundada en Buenos Aires por el Perito
Moreno, Monseñor D’Andrea, el acaudalado Manuel de Anchorena y Manuel
Carles, funcionario radical). La Forestal contrató a temibles criminales
que traían de la cárcel de Misiones y les puso sombreros cowboys que
los obreros llamaban “sombrero galpón” a los cuales les adosaban una
escarapela patria. Y salían a la búsqueda de obreros huelguistas para
acribillarlos a balazos. La primera víctima fue el dirigente
anarcosindicalista Francisco Coronel, el más querido por las peonadas y
hacheros de Puerto del Infierno. Jamás ni el ejército ni la policía
molestó a los cuadros criminales de la Liga pagados por la empresa
extranjera. Al contrario, los protegieron para asegurar el éxito final.
El monumento final a tanta crueldad e ignominia fue el incendio del
local de la Federación Obrera y las viviendas de todos aquellos
trabajadores que no se sometieron. El últimoen resistir fue el gaucho
Altamirano, que cayó en poder de los bandidos de La Forestal, a quien no
sólo lo curtieron a latigazos sino que le prendieron fuego a su casita
donde vivía con su mujer y numerosos hijos. Todo en nombre de la libra
esterlina. Pero el asesinato de obreros no fue lo más terrible de esta
injusticia que entristece esas zonas, vacías ya de nobles bosques. En
1939, muchos años después de la huelga, el diputado Doldán denunciaba la
verdadera consecuencia del capitalismo ladrón. El diputado Doldán
denunciará en la Cámara de Diputados: “En el departamento Vera, sobre
4463 defunciones sólo 1533 enfermos tuvieron asistencia médica y cerca
de 3000 no la tuvieron.
Estudiando las cifras de la mortalidad infantil desde 1928 a 1938,
considerando los nacidos muertos y los fallecidos hasta los diez años de
edad inclusive, el 42,5 por ciento corresponde a niños. Pero la cifra es
más abultada porque muchas criaturas nacidas muertas o fallecidas poco
después del parto no son denunciadas al registro civil, lo que ocurre en
los parajes más apartados y boscosos. Y ahora viene otro párrafo que
desbarata toda posible disculpa o interpretación contraria: en el
distrito de Garabato el 80,5 por ciento de los fallecimientos
corresponde a la juventud entre los once y los treinta y cinco años”. No
sólo se habían llevado nuestros árboles sino también nuestros niños.
Todo el mundo se calló la boca. A políticos, militares y a la Iglesia
les pareció todo lo más natural. Estoy en la Feria del Libro. He
comenzado a acariciar las tapas de un libro. Es La Forestal, de Gastón
Gori, vuelto a editar después de más de treinta años. El maestro Gastón
Gori, conciso, justo, valiente.
Pese a las represiones que sufrió en su vida de ochenta y cuatro años,
que continúa en su denuncia constante, ve que muy poco es lo que ha
cambiado.
Hace más de treinta años describía así el final de esta tragedia griega
que es La Forestal, síntesis desgarradora de lo que fue capaz el primer
mundo con las riquezas de las latitudes del sur. “La Forestal llegó,
robó y se fue; casas desocupadas y entre yuyales, en cuyos derrumbes,
grietas y descascaramientos trabajan el tiempo y las lluvias; viejas
casillas despintadas con sus chapas retorcidas y sin gente que las
habite; ranchos caídos. Derruida la antigua fábrica de tanino, la zona
es la imagen del desaliento, es el saldo de la evacuación de La
Forestal. Altos yuyos en los antiguos clubes y cancha de tenis de los
altos funcionarios y en las explanadas de las playas donde defendieran
su vida obreros en trágicas horas y donde el sudor de varias
generaciones regara el suelo; yuyos en la vieja herrería, yuyos
avanzando y cubriendo los vestigios de instalaciones para un ferrocarril
que ya no existe; yuyos en los intersticios de puertas y ventanas de
casas abandonadas. Rodeadas de tristeza en las caras de niños que piden
limosna.” Pero la memoria revive. Este libro, La Forestal, de Gastón
Gori, está de nuevo entre nosotros, testigo de la infame historia de la
explotación del hombre y de la riqueza de la naturaleza. Ojalá los
maestros enseñen a sus alumnos lo que ocurrió por los años veinte en
tierra argentina para que comprendan aquel “¡Oh, añá! ¡Güelga nomá,
chamigo!”, como el arma de la rebeldía contra nuestra tan actual
humillación. Gracias, viejo maestro Gastón Gori, el de las tierras de mi
niñez.
Fuente: Pagina/12, 04/99
Introducción
de las notas de investigación sobre el auge y la decadencia de la
compañía inglesa de tanino La Forestal, publicadas entre mayo y agosto
de 1969 en la Revista Georama
Las ciudades fantasmas
Por Rodolfo Walsh
Hacía diez años que el hombre faltaba del pueblo y sabía que la fábrica
se hallaba cerrada. Pero no le importó demasiado, porque sus intereses
estaban en otra parte y ya no era peón ni capataz. Así que visitó a sus
amigos y arregló sus asuntos sin pasar por la fábrica, hasta que una
tarde sus pasos lo llevaron, cruzó distraído un puente, atravesó el
portón y dice que el silencio lo hizo despertar. Hacía tiempo que el
hombre no lloraba.
/
La
chimenea está allí: sesenta y cinco metros de ladrillo vertical en cuya
punta supo flamear, los días de festejo, la bandera inglesa. Pero ya
nadie sube sus peldaños oxidados. Las víboras fluyen por el canal de
humo, asoman a los derrumbes, se meten en las oficinas desiertas.
-Este mes matamos cuarenta –dice Reinaldo Silva.
Las manos y los gestos del último empleado de La Forestal, en Villa Ana,
reconstruyen los tres pisos que faltan entre las paredes con espesor de
muralla, los huecos que fueron ventanas, las aserrineras convertidas en
fosos. Bosta de caballo cubre el piso que presumió de parqué, y un
retoño de ombú crece entre la invasora maleza amarilla.
Aquí se molía el quebracho, los rollizos empujados por el gato
hidráulico gemían y se desintegraban contra las cuchillas de acero; aquí
pasaba la cinta transportadora por el aserrín que iba a cocimiento. Uno
puede imaginar a los hombres semidesnudos, cubiertos apenas por el
chiripá, sudando entre nubes de vapor junto a las baterías de difusores,
las tinas y los vácum, cortando con el brazo el chorro espeso y caliente
que secaría tomando la forma de las bolsas, la cortante dureza del
quebracho y su color, antes de ser embarcado para curtir los cueros y
las pieles de medio mundo.
Pero es inútil. Las máquinas que trituraron un bosque han desaparecido;
mojarritas nadan en la pileta que alimentó las baterías y sirvió de
piscina a los gerentes; las calderas duermen amontonadas como grandes
elefantes muertos.
La fábrica de tanino de Villa Ana no fue la primera, ni la última, ni la
más importante entre las plantas de La Forestal clausuradas en los
últimos veinte años. Pero ninguna dejó un testimonio tan impresionante
de la caída de un imperio. A su alrededor, el pueblo agoniza desde 1957.
Sus nueve mil habitantes se redujeron a tres mil. Diez mil hacheros de
la zona emigraron o cayeron en primitivas formas de subsistencia.
No quedan huellas de sus ranchos de paja, pero el pueblo Forestal, que
albergó a funcionarios y empleados, subsiste con sus casas de ladrillos
encalados en color crema, sus galerías de tirantes rojos, sus techos a
dos aguas. Cuatro de cada diez están hoy desocupadas, y una que ocupa
media manzana con jardín acaba de venderse en setenta mil pesos.
Sobre la plaza, en una esquina, la puerta del único hotel permanece
inexorablemente cerrada. Nada se mueve bajo el abrasador sol de la
siesta. Un potrero donde pastan los caballos fue pista de aterrizaje; la
cancha de golf donde se jugaron torneos internacionales ha sido removida
por el arado. "Aquí vino la reina de Inglaterra", dice una voz que
también parece ausente. Y ella misma contesta:
-Vivimos de recuerdos.
De los recuerdos más bien se muere, pero le voy a contar una cosa
insignificante. No vale la pena que la anote. Yo tenía nueve años y
estaba muerto de sueño, esperando que empezara el cine. Papá y mamá
también, y todo el pueblo inquieto, porque era la época en que se
alzaron los hacheros. Hasta que entró el gerente y se apagaron las
luces. El cine empezaba cuando llegaba el gerente de La Forestal.
Fuente: www.revistacontratiempo.com.ar
Transformación
ecológica y precariedad económica en una economía marginal. El Gran
Chaco argentino, 1890-1950
Por Adrián Zarrilli
Univerisdad Nacional de Quilmes, Universidad Nacional de La Plata y
CONICET, Argentina, trabajo presentado al XXII International Congress of
the Latin American Studies Association, Miami, Florida. March 16-18,
2000
La relación sociedad-naturaleza
Existe una estrecha relación entre sociedad y medio ambiente, ya que los
mismos son respectivamente subsistemas conformados del sistema global
que se condicionan entre sí. Por consiguiente, el desarrollo histórico
de una sociedad depende en medida considerable de su base ecológica y de
sus recursos naturales, mientras que el tipo y grado de desarrollo
afectan directamente esa base ambiental. Por ello resulta prioritario
para un análisis bajo esta perspectiva, el reconocimiento exhaustivo de
la base actual y potencial de recursos naturales de una sociedad. Sin
embargo, debe tenerse en cuenta que la propia condición de "recurso" que
se le atribuye a algún elemento de la naturaleza depende del
conocimiento empírico, tecnológico y científico, tanto como de las
prioridades sociales.
Los conocimientos científicos y tecnológicos están dirigidos a
reproducir el estilo de desarrollo a corto plazo. La carencia básica es
de análisis dinámicos, desde un punto de vista integral, que permitan
interpretar dos subsistemas, el social y el natural, y sus
interrelaciones. Un análisis integral tiene que incorporar las formas en
que la acción antrópica influye sobre los sistemas, el grado en que se
modifican algunos de sus atributos como estabilidad, elasticidad, etc,
la comprobación de daños, los niveles de artificialización, así como su
capacidad de adaptación ante los cambios de factores climáticos.
En ese sentido muchos de los diagnósticos han eludido entrar a fondo en
la interpretación de las contradicciones sociedad-naturaleza que se dan
en los modos de producción predominantes en nuestro continente. Los
enfoques que atribuyen el origen del deterioro de la naturaleza al costo
natural del progreso científico y tecnológico encubren la utilización
que determinadas fuerzas sociales están haciendo de ella, estas
consecuencias no son una fatalidad que esté implícita en el propio
progreso, sino el resultado de las formas de desarrollo impulsadas por
los sectores y grupos dominantes.
Aunque el hombre sea ,por lo general, quien desencadena con nuevas
acciones los cambios en la interacción sociedad-naturaleza, en muchos
casos son los cambios catastróficos o evolutivos de la propia naturaleza
los que determinan las modificaciones de la sociedad. Sea que esta
desencadene los cambios en las interacciones, o que no esté sino
reaccionando frente a cambios ambientales, las acciones sociales están
de todas maneras condicionadas cultural e históricamente por su
experiencia, conocimientos y percepciones acumuladas en cuanto a las
acciones mutuas hombre-naturaleza. Uno de los procesos formativos
culturales más importantes es precisamente la adquisición de una
sabiduría ecológica empírica en relación con las formas permisibles y
tolerables de explotación de la naturaleza circundante, de cuya
reproducción depende la supervivencia de la población.
Nuestro objetivo central es, entonces, el estudio de esta
especialización de los recursos primarios en una región y un momento
histórico determinados. Su transformación artificial, sus conflictos,
grados de especialización, la racionalidad, la interacción y el
deterioro progresivo de los mismos. Pero, primeramente, enunciaremos
como abordaron la temática del medio ambiente las versiones clásicas y
las alternativas a ellas.
Cada modo histórico de producción, cada sistema económico y social, ha
combinado de manera específica el trabajo humano, los saberes, los
recursos naturales y los medios de producción con el fin de producir
(transformando y a la vez consumiendo recursos naturales), distribuir y
reproducir los bienes necesarios en cada momento histórico para la vida.
Es por ello que el objetivo esencial de la Historia Ecológica se centra
en el conocimiento de la lógica económica, de las normas éticas y
culturales propias de cada forma histórica de producción, ya que al
influir en las prácticas de los agentes sociales en relación al medio,
determinan el menor o el mayor grado de sostenibilidad de la producción.
Dicho en otros términos: cada formación social de producción, entendida
en su dobre vertiente de explotación del trabajo humano y de la
naturtaleza, marca los límites históricamente precisos a la eficiencia
en el manejo de los ecosistemas.
La destrucción ecológica, la sobreexplotación de los recursos naturales
y la degradación ambiental han caracterizado los procesos de
incorporación de las tierras boscosas a la economía capitalista. Los
recursos ambientales han sido una condición, pero también una
externalidad y un costo del proceso de producción de ganancias y
excedentes económicos. Dos cuestiones se conjugaron en esta
transformación: por una parte la valoración de la naturaleza, por parte
de los actores sociales, que favoreció la sobreexplotación de los
recursos. Por otra parte, la crisis de realización del capital y la
innovación tecnológica que llevaron a reducir los ciclos de
recomposición y revalorización del capital, lo cual generó procesos de
producción destructiva capaces de multiplicar y acelerar la extracción
de recursos no renovables, tal como ocurrió con las explotaciones
forestales argentinas y del Gran Chaco en particular. Estas condiciones
de reproducción del capital han llevado a desarrollar patrones
productivos orientados a maximizar las ganancias de corto plazo, sin
considerar las condiciones de conservación y regeneración de los
recursos renovables, induciendo procesos que han degradado la calidad
ambiental y los niveles de vida.
La riqueza forestal y el aprovechamiento de las maderas más buscadas, se
constituyó a mediados de la década de 1890, en el atractivo económico
más importante para la penetración en la zona del Gran Chaco Argentino.
Pero esta incorporación del territorio boscoso a la producción
capitalista no fue realizada con control estatal nacional o provincial,
por el contrario solamente hubo algunas normativas legales aisladas.
Esta situación permitió una explotación extractiva de carácter meramente
coyuntural, sin intentar siquiera la reproducción de las materias
primas, con los consabidos perjuicios socioeconómicos para la región.
Otro de los "vales" de La Forestal |
La explotación de los
ecosistemas del nordeste argentino resultó totalmente contradictoria con
las potencialidades naturales de regeneración del bosque y poco o nada
se investigaron las posibilidades de regeneración artificial. Nuevamente
es esta forma de explotación la que contrastaba con el conservativo
sistema pampeano. La expoliación se basó en la cómplice indiferencia
oficial: la política fue dejar hacer: el Estado hizo renuncia de su
poder de policía aun cuando las denuncias provinieran de sus propios
delegados.
La política ambiental del período considerado en el presente proyecto,
puede ser caracterizada como de "inacción"; advirtiendo que durante todo
este lapso, se explotaron los bosques con un criterio "minero", es
decir, puramente extractivo, sin prever su reposición, lo que de hecho
los transformó en un recurso no renovable.
Sí como se dijo, la explotación forestal, no mereció por parte del
Estado mayor atención y control, el resultado directo se dejo sentir
sobre los bosques que fueron talados, empleando generalmente mano de
obra indígena o de zonas limítrofes, sin planificación económica alguna,
llevada adelante por particulares a quienes sólo preocupaba su lucro
personal o sectorial y que poco parece haber reinvertido en la región
degradada. Desde la legislación propuesta por el presidente Nicolás
Avellaneda en 1879-80, base de la ley de tierras de 1903 y del decreto
del mismo año reglamentario de la explotación de bosques y yerbales, no
se adoptaron resoluciones significativas hasta fines de los años 40. La
destrucción de nuestros bosques, se vió facilitada por el económico y
fácil acceso a las vías férreas y marítimas en la región subtropical y
en el sur argentino. Mientras el fisco resultaba defraudado por las
explotaciones clandestinas, que eludían fácilmente el sistema caduco de
contralor puesto en práctica.
En este sentido la legislación forestal en el orden nacional resultó
escasa y poco precisa y su aplicación generalmente ineficaz. Tales
características se acentúan en el caso de la legislación provincial,
dirigida fundamentalmente a obtener recursos fiscales, descuidando la
preservación de los bosques y sus riquezas. En consecuencia, es factible
advertir el desamparo de la región que podría estar asociado tanto a la
inacción estatal cuanto a la ausencia de una burguesía local
establecida.
Recién en 1948 con el dictado de la ley Nº13273 de defensa, mejoramiento
y ampliación de bosques, se marca una ruptura en la comprensión del
sistema de explotación forestal argentino. El Estado Nacional comienza a
interesarse por las cuestiones referidas a la protección de los bosques,
dando lugar a una legislación que llenó el vacío legal al que se hizo
alusión. Es recién en ese año cuando el Poder Legislativo Nacional,
emprenderá un estudio medular sobre el problema forestal, nombrándose al
efecto una Comisión Especial Maderera y de Reforestación (de la cual
participaron todos los sectores comprometidos directa o indirectamente
con la cuestión forestal), que llega a término con el dictado de la ley,
en el marco de una nueva orientación política y económica de la
Argentina.
El Gran Chaco Argentino
En el nordeste argentino, la región del Gran Chaco (Formosa, Chaco,
Norte de Santa Fe, Santiago del Estero y este de Tucumán y Salta)
después de experimentar los resultados poco halagueños de una economía
ganadera criolla y el ciclo azucarero que ese extingue frente al avance
tucumano, ensaya –desde el último quinquenio del siglo XIX- la práctica
de la explotación de su riqueza forestal quebrachera (1). .
La subregión este o Chaco santafesino es el área del quebracho colorado
taninero por excelencia, cercana a las vías fluviales, donde se instalan
las más importantes sociedades anónimas forestales de capital extranjero
lideradas por "The Forestal Land, Timber and Railways Co. Ltd" con sede
en Londres y "Las Palmas del Chaco Austral S.A.". Son ellas las que
comercializan tanino y rollizos de quebracho con destino al mercado
externo
(fundamentalmente a Alemania, Gran Bretaña, EEUU) desplegando
actividades que procuraban ligar a la región –pero esencialmente a los
intereses que ellas mismas representan- con las metrópolis.
En la región el obraje fue el núcleo urbano-forestal por excelencia, el
que asegura la explotación de la riqueza boscosa; la cual una vez
agotada deja tras de si terreno arrasado que no se reforesta. Detrás de
la depredación avanza el ganado, la tierra se subdivide para formar
medianas y pequeñas estancias con una riqueza pecuaria que no puede
competir con la ganadería litoraleña de alta mestización a pesar de los
sucesivos ensayos económicos practicados, dando muestras de las
complejas causas que el fenómeno encierra (2).
La explotación del quebracho
La explotación del quebracho colorado es uno de los más sólidos ejemplos
históricos acerca de la explotación capitalista extractiva de un recurso
natural no renovable y de cómo este sistema expoliativo genera
importantes consecuencias negativas socioeconómicas.
La industria del quebracho se estableció en la Argentina como
consecuencia del descubrimiento efectuado en 1850 por un grupo de
técnicos curtidores franceses y alemanes, de las bondades que ofrecía el
tanante obtenido a partir del árbol de quebracho, especie forestal muy
difundida en lo que se conocía como Parque Chaqueño o Chaco Austral, que
comprendía el norte de la provincia de Santa Fe y las actuales
provincias de Chaco, Formosa, Santiago del Estero, este de Salta y de
Jujuy.
Ya desde las últimas décadas del siglo XIX comenzó a utilizarse la
madera de quebracho en el proceso de curtiembre, los hermanos Harteneck
utilizaron la madera de quebracho en su curtiembre de Pirfmansen,
Alemania, y basados en los resultados positivos, decidieron la
explotación en Sudamérica. En 1880 comienza la explotación de rollizos
de quebracho colorado para diversas curtiembres nacionales, por medio de
una aserrinera impulsada a vapor.
Para 1890 se inaugura en nuestro país la industria del tanino, con la
instalación de la primera fábrica en Pehuajó, cerca del Empedrado
(Corrientes) por una sociedad alemana de Hamburgo, Herwig y Schmidt.
A partir de ese momento empieza a gestarse lo que después sería The
Forestal Land, Timber and Railway Co. Ltd. Por un lado, los hermanos
Harteneck, quienes estaban estrechamente vinculados con dos firmas de
Hamburgo (Herwig y Renner) instalan, con la colaboración del Sr. Carlos
Casado, una fábrica en Calchaquí en 1898. Por otro lado, anteriormente
la firma Portalis y Cía., que ya explotaba bosques, construye, en 1895,
una fábrica de tanino en Fives Ville. La industria del tanino se
expandía rápidamente a principios de siglo. Las exportaciones de tanino
y rollizo eran las siguientes:
Tanino (exportaciones en toneladas):
1895 402
1900 5.957
1905 29.408
Rollizo (exportaciones en toneladas):
1895 172.949
1900 239.836
1905 285.587
Como vemos, era mucho más importante la exportación del rollizo que la
de extracto de colorado. La primacía de la exportación de rollizo sobre
el tanino recién se altera en 1913, año en que cambia la relación a
favor del tanino (3).
En el marco de esta expansión, los directores de La Forestal del Chaco,
deciden aumentar el volumen de su producción, para lo cual deben
realizar nuevas inversiones de capital. En 1905 se entrevistaron con el
Barón Emile de Erlanger de la firma Emile de Erlanger y Cía. De Londres,
que se dedicaban a financiar empresas industriales en los países
sudamericanos, a través del Banco Anglo Sudamericano controlado por
ellos.
El Barón Erlanger aprobó la propuesta después de un estudio, y ya el 26
de marzo de 1905 se inscribe en el Registro Público de Comercio de la
ciudad de Londres la constitución de The Forestal Land Timber and
Railway Co. Ltd., con sede en Londres y con un capital de un millón de
libras esterlinas, dividido en acciones ordinarias y preferidas por
partes iguales. También se emiten 550.000 libras esterlinas en
debentures con el 5% de interés anual.
Aquí comienza lo que podemos llamar el primer período de The Forestal,
que se extiende hasta 1904. Durante 1902, las empresas Harteneck y Cía.
Y Portalis y Co., se fusionan en una misma empresa donde también
participa el Sr. Renner de la "Gerb und Farbstoffwerke H. Renner und C.
Aktiengesellschaft" de Hamburgo. Alemania, que, ya anteriormente,
comercializaba producción de tanino y fabricaba el mismo en Europa.
La nueva empresa se denomina Compañía Forestal del Chaco y pasó a ser la
más importante productora de tanino de quebracho en el orden mundial. Su
directorio estaba integrado por Carlos y Alberto Hartneck, Federico y
Carlos Portalis, Víctor Negri, Brígido Terán y otros, con un capital
social de m$n 3.000.000.
Entonces, La Forestal del Chaco posee: las fábricas de Calchaquí y Fives
Ville, el F. C. Florencia-Basail y otras redes, con material rodante,
locomotoras y vagones, edificios e instalaciones y el Puerto de Piracuá
Miní, donde había almacenes, depósitos, talleres, aserraderos,
curtiembres, etc. Además incorpora la fábrica de Empedrado, con 7.000
toneladas anuales de producción.
En el año 1903, la Forestal del Chaco instala otra fábrica en Villa
Guillermina; simultáneamente construye un ramal férreo de Villa
Guillermina al Puerto de Piracuacito sobre el Paraná, con la finalidad
de embarcar tanino.
En 1904 se funda en el país La Argentina Quebracho Co., fundando como
subsidiaria de la empresa norteamericana New York Tanning Extract Co.
Compró 278.477 has. De bosques. Construyó una fábrica en Tartagal con
capacidad de producción de 50 toneladas de tanino anuales y 70.000
toneladas de rollizos que exportaba a Nueva York. Empleaba 2.000
personas aproximadamente (4).
En 1904 la Cía. Industrial del Chaco instala una planta en Tirol. En
1906 y continuando con su expansión, la Forestal del Chaco monta una
nueva fábrica en la Gallareta, provincia de Santa Fe, con una capacidad
de producción de 7.000 toneladas de tanino al año.
Aquí se nos hace necesario introducir nuevos grupos que van a confluir
en lo que se llamará The Forestal, Land, Timber and Railway Co., más
tarde La Forestal Argentina.
El primero es el Sr. Cristóbal Murrieta & Cía., con quienes, por ley del
22 de junio de 1872, el Gobierno Provincial de Santa Fe contrató un
empréstito, por intermedio de su apoderado en nuestro país, el Sr. Lucas
González. Este caso será explicado oportunamente. Asimismo, es necesario
agregar que Murrieta adquiere tierras en pago y luego las vende a la
Santa Fe Land Co., que luego es comprada por The Forestal en el año
1914.
The Forestal Land, Timber and Railway Co. Ltd.
La historia comercial de la empresa que con los años sería conocida con
el nombre genérico de La Forestal, es la inmensa influencia en la
industria taninera y en el contexto social de las provincias del Chaco y
Santa Fe.
Este es el panorama general de la explotación del extracto de quebracho
hasta alrededor de 1906. Los bienes y tierras de La Forestal del Chaco
en la provincia de Santa Fe fueron valuados en la suma de 764.072 libras
esterlinas y los bienes y tierras ubicados en el Chaco en la cantidad de
294.072 libras esterlinas, lo que hace un total de 1.058.144 libras
esterlinas (5) .
Según un memorándum de constitución de The Forestal, la Cía. Forestal
del Chaco (por acuerdo celebrado en París) había convenido venderle
"todas sus propiedades de toda clase, ferrocarriles, concesiones,
privilegios, edificios, plantel de talleres, derechos, propiedades" por
The Forestal.
Estos bienes comprendían:
propiedades sobre-----------------------472.000 has.
Derechos de explotación sobre-----------197.000 has.
Total-----------------------------------669.000 has.
Propiedades sobre-----------------------170 km. de vías férreas
Sobre los bienes inmuebles de la Cía. Forestal del Chaco, que pasaban a
integrar el activo de The Forestal, se constituyó una hipoteca a favor
de Sir Robert Harvey y del Barón Federico Alfredo de Erlanger como
"fideicomisario de los bonos de la emisión de quinientas cincuenta mil
libras esterlinas" con que se aumentaba el capital de la nueva compañía.
Al capital inicial de la Cía. Forestal del Chaco, evaluado como vimos en
1.058.144 libras esterlinas, los financistas ingleses aportan 550.000
libras esterlinas más, garantizadas con una hipoteca sobre los bienes de
la Cía Forestal del Chaco, con lo cual llegan a 1.628.264 libras
esterlinas; por medio de esto controlan su gestión.
El primer directorio de la empresa se constituye el 16 de agosto de 1906
y está integrado por: Presidente: Carlos E. Gunther (era también
Director del Banco Anglo Sudamericano, controlado por Erlanger y
Presidente de la Cía. De Extracto de Carne Liebig, o sea el frigorífico
"Smithfield" y figuraban como directores el Sr. Herbert Elman (que
también era Director de la British and Foreing Marine Insurance Co.
Ldt), el Barón de Erlanger, H.M. Kersey D.S.O., banqueros, el Sr. H.
Renner (Director de la Gerb und Farbstoffwerke H. Renner und Co.
Aktiengesellschaft, que ya pertenecía a la Cía. Forestal del Cahco); el
Sr. Harteneck y el Sr. Federico Portalis (6).
Las ventas de los productos elaborados se realizaban a través de un
agente alemán (Otto Bolms) de Hamburgo, que actuaba en la Cía. Renner.
El libro de 50° Aniversario de La Forestal nos explica claramente el
cartel organizado en la producción local; dice
"En el momento de la transferencia existía entre los fabricantes de
extracto de quebracho un convenio para asegurar la colación de sus
respectivos productos, a precios razonables y evitar una competencia
ruinosa. El control de su convenio estaba en manos de la Cía. Forestal
del Chaco, en su carácter de principal productos y, por lo tanto, a su
debido tiempo fue transferido a la nueva empresa" (7). .
El período de expansión de La Forestal
En el período comprendido entre 1906 y 1914, The Forestal expande
sistemáticamente sus dominios y organiza el mercado de tanino de
quebracho, para lo cual ha heredado de la Cía. Forestal del Chaco, un
mecanismo de regulación de precios controlado por ella misma.
Dicha expansión se produce en rápida progresión, quedando en 1909
consolidado el monopolio al obtener el control de ventas de la empresa
Quebrachales Fusionados, su principal competidora (8).
Como ejemplo de la operatoría empresarial de The Forestal tenemos caso
de la absorción de la Compañía de Santa Fe, que sirve de claro modelo de
práctica monopolica.
Por ley del 22 de junio de 1872 el Gobierno Provincial contrató un
empréstito con la firma Murrieta y Cía. De Londres, cuyo apoderado en
nuestro país era el Sr. Lucas González.
Ocho años, más tarde, en septiembre de 1880, el Poder Ejecutivo
Provincial, no habiendo podido saldar el empréstito, manda a las Cámaras
un proyecto de ley donde plantea saldar lo adeudado en estos términos:
por el artículo primero, la tercera parte de la deuda sería satisfecha
con bonos del Tesoro, que devengarían intereses. Con el objeto de
acelerar la amortización, estos bonos serían aceptados por el Estado
Provincial en pago de tierras públicas.
Se construye un ferrocarril que irá a atravesar las tierras de The Santa
Fe Land Co., cuya financiación no corre por cuenta de la misma empresa,
siendo ellos los beneficiados. Por el contrario, se emiten bonos que son
puestos en circulación, en los medios económicos de Santa Fe, además se
presta dinero a la provincia para que ésta pueda financiar el
ferrocarril, pero deberá devolver ese dinero más tarde a la propia
empresa beneficiada por la construcción, que por otra parte, hace
también el negocio industrial ya que construye el ferrocarril a través
de una subsidiaria.
Compraron además 664 leguas cuadradas a $ 1.500 cada una en el mínimo
permitido por la ley de 1880, Archivo del senado, tomo 22, actas 1880
(9). Murrieta y Cía pagó $ 1.002.594 por 1.804.563 has., adquiridas a la
provincia y vendió al año siguiente, el 8 de agosto de 1884 a la Cía de
tierras de Santa Fe, a razón de $ 5.292 la legua cuadrada con un 250 %
de ganancia (10).
La transferencia de las tierras de Cristóbal Murrieta y Cía a la Santa
Fe Co. Ltd., le significó a la primera una ganancia de $ 2.402.407,
equivalente al doble de la deuda originaria de la Provincia con
Murrieta.
Esta empresa subdividió una parte del terreno adquirido en lo que dieron
en llamar colonial (San Cristóbal, Ñanducita, etc.) loteando extensiones
variables que vendía a agricultores de la misma provincia que estaban
invirtiendo los capitales formados en años de tareas campesinas.
Estos lotes se veían capitalizados por el paso del ya mencionado
ferrocarril. De esa forma la empresa financiera realizaba captando no
sólo el capital invertido más una ganacia, sino los capitales de
agricultores locales, generados en años de trabajo productivo. El
servicio prestado era sentar agricultores en zonas sin otra organización
que el ferrocarril, que algunos años más tarde terminaron comprando.
En el informe del Sr. Marzoratti a la Secretaría de Industria señala:
"Asimismo, la nueva empresa (The Forestal Land, Timber and Railways Co.
Ltd) recibió la concesión de los rollizos destinado a la exportación
como asimismo el extracto de quebracho producido por la Santa Fe Land
Co" (11).
O sea que había relaciones comerciales entre quien compraba rollizos y
la Santa Fe Land Co. Y también entre ésta y la Cía Forestal del Chaco, a
la que vendía rollizos. Estas relaciones se continúan con The Forestal,
a la que vende toda su producción de rollizos, como así también una
pequeña cantidad de tanino que producía.
En 1914, treinta años después de haberse constituido, la Santa Fe Land
Co es comprada por The Forestal.
La espera de estos treinta años, desde la fundación de The Santa Fe Land
Co. Hasta la venta de sus bienes a The Forestal, se debió a la extensa
ocupación de extensos lotes fiscales que, previo pago de los impuestos,
pasaron a su propiedad por la "ley de posesión treintañal", precisamente
en 1914.
Superficie propiedad de La Forestal:
Santa Fe--------------------1.937.487 has
Chaco-----------------------328.688 has
Total------------------------2.266.175 has
La producción de tanino es ese período fue la siguiente:
1905 29.408 tons.
1910 53.251 tons.
1915 110.213 tons
En el año 1914 podemos decir que comienza un nuevo período para la
industria del extracto de quebracho en nuestro país. Hasta la fecha de
iniciación de la primera guerra, la política comercial de la empresa es
marcadamente expansionista mientras controla completamente a su
competencia y en parte la absorbe.
Con la guerra sobreviene una momentánea dislocación en el funcionamiento
de The Forestal, ya que su aparato funcionaba en Hamburgo y su director
en Londres.
Marzoratti dice en su informe: "al frente de la misma se encontraban
funcionarios casi todos ellos de origen alemán" refiriéndose a la
organización de The Forestal en la Argentina. Con la guerra, la empresa
se ve obligada a organizar su propio aparato de ventas centralizado en
Londres (12).
"Durante la guerra el gobierno Británico permitió que la Co. Retuviera
parte de su personal, ya que la industria del quebracho fue considerada
como una de las industrias clave para el esfuerzo de guerra por la causa
aliada" (13).
A pesar del bloqueo de algunos países europeos, las ventas de extracto
se expanden sin parar, en la siguiente progresión:
Año Toneladas
1914 80.153
1915 110.213
1916 97.574
1917 90.777
1918 132.956
1919 139.667
1920 101.627
"En realidad puede afirmarse que fue durante la iniciación del conflicto
europeo de 1914 que se produce el auge y la proliferación de instalación
de fábricas de extracto de Quebracho, la mayoría de las cuales se
ubicaron en la zona del Chaco" (14).
Hasta superaba en toneladas y en valores a la exportación de tanino. Si
tenemos en cuenta que casi toda la comercialización estaba controlada
por The Forestal y los rollizos eran industrializados por fábricas
europeas y norteamericanas, resalta el hecho de que precisamente se
produce un auge de fabricantes nacionales de tanino y se invierten las
tendencias del mercado internacional a favor del tanino contra el
rollizo.
Ante el surgimiento de diez fábricas de tanino, The Forestal abandonó su
política comercial anterior y adopta una nueva. En 1919, después de
haber completado la organización de su estructura de ventas, con sede en
Londres, organiza con los productores nacionales existentes en esa
época, un cartel llamado "Pool de fabricantes de extracto de quebracho"
en base de financiaciones y adjudicándose, a cambio de ello, el
monopolio de ventas en los mercados internacionales.
El pool estaba integrado por diez empresas y The Forestal cubría cerca
del 55% de la producción y se hacía cargo de toda la comercialización.
El mismo se organizó en 1919 y duró hasta 1923.
Empresas que formaron el primer pool: Producción ton/año
- La Forestal 100.000
- Quebrachales fusionados 18.000
- Las Palmas del Chaco Austral 9.000
- La Formosa 9.000
- Campos y Quebrachales, Pto. Sastre 9.000
- Carlos Casado Ltda. 9.000
- Puerto Guaraní 7.500
- Puerto Galileo 5.000
- Atorrasagasti, Bargués, Piazza y Cía. 8.000
- Argentine Timber & Estates Co. 2.500
Total 177.000
Condiciones generales del pool:
Art. 2: La Forestal desempeñará el cargo de
Agentes-Administradores-Vendedores
Art. 4: La Forestal se obliga a recibir por parte del pool el 70% de la
referida producción máxima.
Art. 19: La Forestal entregará al fabricante 100 pesos oro sellado por
tonelada. En caso que las existencias en Buenos Aires superaran las
15.000 toneladas. La Forestal tendrá el derecho de suspender los pagos a
que se refiere este artículo hasta que bajen nuevamente a menos de
15.000 toneladas.
Art. 22: La Forestal no recibirá remuneración alguna por actuar como
agentes vendedores, salvo la que se refiere en el artículo 24.
Art. 24: Si en el año calendario determinado el producto neto de las
ventas del pool excedieran de $100 oro sellado por tonelada de extracto
entregado al pool, el 20% de tal excedente corresponderá a La Forestal
en retribución de sus servicios como agentes vendedores. El 80% restante
se redistribuirá entre los fabricantes en proporción de su parte de
producción total, es decir la cantidad efectivamente entregada al pool.
Art. 26: Quedan nombrados como liquidadores del pool la firma de
Contadores Revisadores Señores Touche, Faller & Cía. (15).
Formación del 2° Pool 1926-1931 o "Convenio de Caballeros":
Como consecuencia de la antedicha ley de Represión de Monopolios y la
desaparición del primer pool, se produce entre los productores una
agresiva competencia de precios, que significó un gran perjuicio a la
economía nacional; el 1° de marzo de 1926, La Forestal consiente en
organizar un nuevo pool, esta vez llamado "Convenio de Caballeros".
Los integrantes del referido Convenio fueron los siguientes:
Firmas integrantes del Convenio: Producción ton/año
La Forestal (incluyendo Fontana y Refinería Argentina)-------- 164.210
Quebrachales Fusionados--------------------------------------25.656
Materias colorantes--------------------------------------------9.312
Nellen & Turk--------------------------------------------------6.684
Atorrasagasti, Bargués, Piazza y Cía---------------------------13.600
Carlos Casado Ltda-------------------------------------------11.520
Campos y Quebrachales Puerto Sastre-------------------------11.400
Demetrio Baranda---------------------------------------------11.000
Cía. Forestal del Puerto Sastre---------------------------------11.400
Las Mercedes--------------------------------------------------9.144
La Chaqueña---------------------------------------------------7.872
Walter Hinckeldeyn---------------------------------------------5.952
Francia Argentina----------------------------------------------7.592
Compañía Noruego Argentina-----------------------------------4.416
José Femenía--------------------------------------------------7.488
La Formosa---------------------------------------------------10.560
Total:-------------------------------------------------------317.806
Empresas adheridas al Convenio:
International Products Corporation------------------------------30.000
Empresas no integrantes del Convenio (Outsiders)
Guillermo Welbers-----------------------------------------------6.000
Enrique Pfahl---------------------------------------------------1.500
Otto Franke (ex Argentine Timber & Estates)---------------------2.500
Las Palmas del Chaco Austral------------------------------------9.000
Total:---------------------------------------------------------19.000
Empresas del Convenio: 317.806
Empresas adheridas al Convenio: 30.000
Empresas no integrantes del Convenio: 19.000
Total: 366.806
Estos datos fueron extraídos del informe Marzoratti.
Este "Convenio de Caballeros" tenía una duración de tres años.
A fines de 1928, al encararse la renovación del pool, se produce la
novedad de que algunos de las fábricas anteriormente nombradas han
ampliado su producción hasta sobrepasar las 450.000 toneladas totales.
De todos modos, el Convenio se prolongó hasta 1931. Este pool, por
acuerdo, debió terminar el 31 de diciembre de 1931, pero, a causa de su
política de precios, que se consideró abusiva, se produjo una
pronunciada disminución de la demanda.
Esto trajo aparejada fuertes discrepancias entre sus componentes,
especialmente entre Quebrachales Fusionados y La Forestal. Como
consecuencia de esto, este segundo pool se disolvió prematuramente en el
mes de julio de 1931. La Forestal, en el momento de la ruptura, poseía
alrededor de un millón de toneladas de tanino correspondiente a stock no
vendido procedente de los fabricantes que integraban el pool fiscalizado
por ella misma; luego, ante esta situación, resolvieron producir lo que
dieron en llamar "una purga a la industria", declarando una
significatividad baja en el precio de venta del producto.
En esta fecha, 1931, The Foerastal Land, Timber and Railway Co. Ltd.,
agrupándose con Fontana Ltda., y con D. Baranda Ltda., constituye La
Forestal Argentina Sociedad Anónima Industrial, Comercial y
Agropecuaria, a quien en adelante llamaremos La Forestal.
"La superficie de las tierras comprendidas en la operación era de
721.561 has. En Santa Fe y 467.937 en el Chaco, totalizando 1.189.498
has. Estas cifras evidencian que La Forestal había vendido y entregado
ya en ésta época cerca de 1.200.000 has., prácticamente la mitad de los
terrenos que poseía a fines de 1914 (16)" ". Extraído de "publicación de
La Forestal.
La Forestal empieza a desprenderse de sus tierras.
A partir de este momento sólo se construyen cuatro fábricas más: La
Verde en 1939, Monte Quemado en 1941, Santiago del estero en 1942 y, en
el mismo año, Vinalito Yuto (Jujuy).
En 1932, La Forestal empieza a comprar acciones de Quebrachales
Fusionados y en 1964 adquiere la mayoría del paquete accionario,
eliminando así su mayor competidor.
A partir de entonces comienza un nuevo período en la industria taninera
nacional, que podríamos caracterizar como de transición a la decadencia.
Al año 1943, ya habían cerrado las plantas de Colonia Benítez (1932),
Reconquista (1941) y Puerto Bermejo (1943).
En 1937 se forma el tercer pool hasta que en 1945 La Forestal deja de
controlar la producción taninera. Entre los años 1946 y 1947, a causa de
la segunda guerra mundial, se produce un nuevo auge de las exportaciones
de extracto de quebracho, pero finalizado esto, ya se inicia un último
proceso, que llega hasta nuestros días, produciéndose el cierre masivo
de plantas productoras de tanino.
Entre 1930 y 1940, la situación, en lo que hace a la distribución
geográfica de la industria, era la siguiente:
República Argentina:
Pcia del Chaco: 16 fábricas
Pcia de Santa Fe: 8
Pcia de Santiago del Estero: 2
Pcia de Formosa: 2
Pcia de Jujuy: 1
Pcia de Corrientes: 1
República del Paraguay:
Puerto Sastre: 1
Puerto Casado: 1
Puerto Guaraní: 1
Puerto Pinasco: 1
En esa distribución, la participación de las distintas provincias
argentinas, en el porcentaje de establecimientos que cada una tenía con
respecto al total del país, era la siguiente:
Pcia del Chaco: 53,4%
Pcia de Santa Fe: 26,6%
Pcia de Santiago del Estero: 6,7%
Pcia de Formosa: 6,7%
Pcia de Jujuy: 3,3%
Pcia de Corrientes: 3,3%
De esta forma, las fábricas argentinas, en número de treinta,
representaban el 89,3% del total de plantas productoras de extracto de
quebracho en el mundo, correspondiéndole a Paraguay, con cuatro
establecimientos el 10,7%.
Surgen entonces con claridad tres períodos de instalaciones de fábricas:
el primero es el del comienzo de la actividad industrial, o sea hasta
1909, el segundo comienza prácticamente con la primera guerra mundial
(1915) y se extiende hasta 1925 y el tercero coincide con la segunda
guerra mundial, 1939 a 1942; en ese año, 1942, se instala la última
fábrica.
Asimismo se observan dos períodos de cierre: el primero va desde 1922
hasta 1934 y el segundo desde 1950 a 1962, que se continúa en forma
sistemática.
Se puede señalar, asimismo, que el segundo período de cierre coincide
con la implantación de un llamado plan de racionalización, tendiente a
disminuir la capacidad del extracto de quebracho argentino, lo que se
ejecuta a través del cierre de las propias fábricas de La Forestal y de
otras, produciéndose el desmantelamiento de las mismas. En ese mismo
período se aumentan las plantaciones de mimosa y se ponen en
funcionamiento nuevas plantas de extracto de la misma, culminando esta
situación con un acuerdo monopolístico de precios, que resulta ser más
elevado de la historia y facilita, de esta manera, el afianzamiento de
las fábricas elaboradas de extracto de mimosa. Esto último se lleva a
cabo entre los años 1951 y 1956.
La Forestal, evidentemente, no tenía interés en el desarrollo de la
competencia y en la posible perturbación de su acción monopólica,
explicando esto en muchos casos, la compra de establecimientos, de
paquetes accionarios, etc.
Por otra parte, teniendo en cuenta que muchas fábricas casi no
trabajaron, se desprende que algunas de ellas se instalaban para luego
ser vendidas y otras no disponían de la materia prima necesaria o,
simplemente, no habían estudiado los proyectos a fondo (17). .
La existencia de los cupos de producción no siempre se utilizó con sano
criterio y se observan frecuentes casos de cierres de fábricas con
transferencia de cupos.
La mayor parte de los bosques chaqueños fueron aprovechados mediante el
otorgamiento de concesiones, sin tomar en cuenta el valor real de la
madera en pie o lo que costaría reponer los bosques explotados.
Generalmente las cláusulas sobre regeneración del bosque cuando
existieron no fueron respetadas. Además la desaparición de grandes
extensiones boscosas provoca daños visibles al medio ambiente y otras
alteraciones no menos importantes pero más difíciles de evaluar. Entre
las promeras tenemos: erosión, formación de dunas, desertificación,
avalanchas, embancamiento de ríos, extinción de especies. Entre las
segundas: cambios climáticos y aumento del dióxido de carbono. (18).
Conclusiones
Las inversiones nacionales trascienden la frontera y expanden la
explotación forestal al Chaco paraguayo. Sus beneficios y capitales
invertidos están a salvo, los de las economías marginales no; porque la
reinversión allí no se produce. La ausencia de una burguesóa local con
asentamiento en la región deja un lugar vacante en estos territorios
nacionales y provinciales que los sectores más influyentes de la
economía metropolitana y de la región pampeana. A pesar de no ser el
Nordeste argentino una región aislada –ya que cuenta con los rieles de
tres compañías ferroviarias y una adecuada red fluvial- su marginalidad
se mantiene. Razones políticas y socioeconómicas explican una situación
de desequilibrio interregional que, paradójicamente, alimenta la
permanencia, fortalecimiento y hegemonía de la elite dirigente de base
agroexportadora que da sustento a la Argentina Moderna
La destrucción ecológica, la sobreexplotación de los recursos naturales
y la degradación ambiental han caracterizado los procesos de
incorporación de las tierras boscosas a la economía capitalista. Los
recursos ambientales han sido una condición, pero también una
externalidad y un costo del proceso de producción de ganancias y
excedentes económicos. Dos cuestiones se conjugaron en esta
transformación: por una parte la valoración de la naturaleza, por parte
de los actores sociales, que favoreció la sobreexplotación de los
recursos. Por otra parte, la crisis de realización del capital y la
innovación tecnológica que llevaron a reducir los ciclos de
recomposición y revalorización del capital, lo cual generó procesos de
producción destructiva capaces de multiplicar y acelerar la extracción
de recursos no renovables, tal como ocurrió con las explotaciones
forestales argentinas y del Gran Chaco en particular. Estas condiciones
de reproducción del capital han llevado a desarrollar patrones
productivos orientados a maximizar las ganancias de corto plazo, sin
considerar las condiciones de conservación y regeneración de los
recursos renovables, induciendo procesos que han degradado la calidad
ambiental y los niveles de vida.
La racionalidad económica capitalista se caracteriza por el desajuste
entre las formas y ritmos de extracción, explotación y transformación de
los recursos naturales y las condiciones ecológicas para su
conservación, regeneración y aprovechamiento sustentable. La aceleración
en los ritmos de rotación del capital y en la capitalización de la renta
del suelo para maximizar las ganancias o los excedentes económicos en el
corto plazo pudieron ser causales que generaron una creciente presión
sobre el medio ambiente. Esta racionalidad económica aparecer asociada
con patrones tecnológicos que tienden a uniformar la explotación y a
reducir la biodiversibilidad.
La sociedad humana conforma su medio ambiente, pero al mismo tiempo su
supervivencia y desarrollo exigen la explotación del mismo. Se encuentra
así en una situación de juez y parte con respecto a la naturaleza, ya
que la explotación del medio ambiente interfiere con los ciclos
ecológicos mencionados anteriormente. Estas interferencias pueden ser
asimiladas por los ecosistemas, ya que éstos gracias a su heterogeneidad
y complejidad, poseen una capacidad relativamente amplia de "absorción
de interferencias", de regeneración y autorreproducción. Pero si exceden
ciertos límites, la intensidad o persistencia de la interferencia pueden
llegar a desorganizar los ciclos regeneradores y reproductivos de los
ecosistemas, a tal punto de producir un colapso ecológico, exigiendo los
consiguientes reajustes sociales. En este sentido, es posible considerar
a esas interferencias, sus grados de intensidad y sus reajustes
sociales, como medios aptos para conocer la situación y evolución de las
regiones forestales nacionales y particularmente en el llamado Gran
Chaco.
Notas
1. BORRINI, Héctor. "La industria a fines del siglo XIX en el Territorio
Nacional del Chaco". En: Octavo Congreso Nacional y Regional de Historia
Argentina". Bs As, 1988.; GIRBAL-BLACHA, Noemí. "Reflexiones sobre la
historia rural y la situación agraria de las economías extrapampeanas.
El caso del Gran Chaco Argentino y la explotación forestal (1895-1930)".
En: BJERG, M. y REGUERA, A. Problemas de historia agraria. Tandil,
UNCPA, 1995, p. 272.
2. GIRBAL-BLACHA, Noemí. "Reflexiones sobre...op.cit. p.273.
3. CONSEJO FEDERAL DE INVERSIONES (1973). Diagnóstico sobre fabricación
de resinas fenólicas. Provincia del Chaco. Bs As, Serie Técnica 22, p.23
4. Idem, p.24
5. Idem, p.28
6. Monitor de Sociedades Anónimas, 1906
7. La Forestal al Servicio de la Grandeza Argentina. p.7
Período 1906-1914- Expansión de The Forestal.
1906- Recibe la concesión de los rollizos destinados a la exportación y
del extracto de quebracho producido por la Santa Fe Land Co.
1907- El Directorio de The Forestal decide construir su propia flota
fluvial.
1908- Compra la totalidad del paquete accionario de la Cía. El Tanino,
elaboración de extracto de quebracho, con fábrica en El Mocoví.
1909- Toma el control de ventas de su principal competidora: la Cía
Quebrachales Fusionados, consolidando el monopolio.
1909- Se hace cargo de la colocación en el exterior de la producción de
Carlos Casado Ltda y de Puerto Galileo, empresas paraguayas.
1909- Compra en su totalidad la Cía Argentina de Lanchas.
1910- Compra el Ferrocarril Ocampo. Ya en esta fecha posee 26.000
cabezas de ganado en sus tierras.
1913- Compra las tierras de la Santa Fe Land Co. (1).
1913- Compra la Cía de Tanino de Santa Fe con las propiedades ganaderas
de San Cristóbal, las Cuñas y Barrancosa, 95 Km. De ferrocarril y otros
bienes.
1913- Compra la Argentine Quebracho Co. Con fábrica en Tartagal.
8. Empréstito de Cristóbal Murrieta y Cía.
9. Idem P.100
10. Consejo Federal de Inversiones...op. cit, p.28-29
11. informe del Sr. Marzoratti a la Secretaría de Industria y Minería
(expediente N° 20003/59 del 2 de enero de 1959, p.33
12. Informe Marzoratti, pág. 35
13. Idem.
14. Informe Marzoratti, pág. 36.
15. Consejo Federal de Inversiones...op.cit.p.33
16. La Forestal al servicio de la grandeza Argentina,, p.112
17. Consejo Federal de Inversiones... Diagnóstico...34
18. SALCEDO, S. y LEYTON, I. "El sector forestal latinoamericano". En:
SUNKEL, O. y GIGLIO, N. Estilos de desarrollo y medio ambiente en la
América Latina. México, FCE, 1980, p.454.
Fuente: http://revista-theomai.unq.edu.ar/numero1/artzarrilli1.htm
Las
economías regionales argentinas y la globalización. El caso de Santiago
del Estero y la explotación del quebracho colorado
Por Raul Dargoltz - rauldarg@arnet.com.ar
Aportado por: Revista Trabajo y Sociedad, Indagaciones sobre el empleo,
la cultura y las prácticas políticas en sociedades segmentadas -
www.geocities.com/trabajoysociedad
El actual modelo económico y productivo triunfante en el mundo, que ha
permitido las grandes desigualdades sociales entre los países ricos o
desarrollados y los pobres o subdesarrollados se basa fundamentalmente
en una constante necesidad de crecimiento cuantitativo. Y es en este
crecimiento donde se encuentra la clave del beneficio y por consecuencia
de la acumulación del capital y de la concentración de la riqueza de las
transnacionales, que son los verdaderos amos del mundo”.
El fenómeno integrador (si es válido llamarlo de esta forma) se apoya en
los convenios de libre producción de las grandes corporaciones
multinacionales. Ellas se adelantaron a los gobiernos y cada vez tienen
una mayor participación en un mundo sin fronteras. Para dar sólo una
pauta del poder alcanzado por las transnacionales digamos que las ventas
realizadas por las 37.000 Empresas Transnacionales (ETS) existentes
actualmente frente a las 7.000 que se registraban en 1970 colocaron
productos entre sí en sus mercados domésticos por casi seis billones de
dólares. Muy por encima de los cuatro billones que el mundo negoció en
mercaderías y servicios durante 1992. (World Investiment report
1993,Unctad).
Las ETS gastan más que los países líderes en la investigación y
desarrollo de tecnologías. El gasto combinado de las diez más grandes
transnacionales de los Estados Unidos, por ejemplo sobrepasa el de los
gobiernos de Francia y el Reino Unido. Este poder de la ETS es uno de
los rasgos distintivos de la actual situación de la economía mundial.,
de la denominada “globalización de los mercados”.
Y en este mercado globalizado es necesario producir mucho y consumir
otro tanto, pues es la única forma de mantener en funcionamiento los
engranajes del sistema. Y en esa lógica del “crecimiento al máximo”se
ignora totalmente las consecuencias internas(de desequilibrios
económicos, sociales y políticos) y externas( de agotamiento de los
recursos naturales y humanos y el impacto sobre el medio ambiente).
La producción y el consumo son dos polos que se encadenan y constituyen
la médula central de la acumulación y el beneficio de estos “nuevos amos
del mundo” que por supuesto carecen totalmente de corazón y de
sentimientos. Es ilustrativo señalar que "...desde 1900 la población del
planeta ha venido aumentando hasta triplicarse con creces. La Economía
se ha multiplicado por veinte. El consumo de combustibles fósiles es hoy
treinta veces mayor que entonces, y ha sido cincuenta el factor de
incremento de la producción industrial. Cuatro quintas partes de este
incremento han ocurrido desde 1950”.
Este crecimiento ha generado un denominado “Nuevo Orden
Internacional”que oculta cada día mayor desigualdad económica y social y
ha acentuado la condición de pobreza de casi el 70% del planeta donde
viven millones de marginados que fueron arrojados de este mundo
informático y de la era de la gran revolución tecnológica.
Esta desigualdad se manifiesta sobretodo en la Periferia, donde queda
cada vez más claro que el “subdesarrollo”no es un estadio del
“desarrollo”, sino que es producto del “desarrollo del centro”. Son dos
caras de la misma moneda, pues el libre mercado es un sistema que
produce y reproduce desigualdad mundial. Esta supuesta “libertad de los
mercados”que los países ricos imponen como política a los pobres
mientras que ellos ejercen cada vez más un feroz proteccionismo, no
funciona para proteger el agua, la capa de ozono, los bosques para no
agudizar el efecto invernadero.
Y esta economía mundial que nos imponen ha creído escapar a las leyes de
la naturaleza y oculta que la riqueza del Centro es pura ilusión, pues
desde la revolución industrial el modelo productivo ha estado
convirtiendo “capital ecológico en capital económico”.
Pero seríamos ciegos si no advertimos como este sistema económico
funciona como un sistema abierto al medio ambiente, pues utiliza
recursos naturales y produce desechos y es en este sentido que coincido
con Daly sobre la diferencia que existe entre “CRECIMIENTO” Y
“DESARROLLO”. Crecimiento sería el aumento cuantitativo a escala física,
mientras que desarrollo sería la mejora cualitativa.
Por ejemplo un ecosistema puede desarrollarse sin crecer y totalmente lo
contrario el actual sistema económico que necesita crecer a toda costa,
sin que ello implique el desarrollo de sus partes. Pareciera, en una
especie de espejismo, que la economía ha podido funcionar al margen de
la naturaleza. Pero ésta es frágil, sabia y finita y condicionará en un
futuro (lo está haciendo ahora) el despliegue del modelo productivo.
Por ahora afecta este modelo económico a la Periferia (la sequía del
Sahel y de Somalía, la desaparición de los bosques tropicales y del
Amazonia; la extensión del cólera en Latinoamérica facilitado por la
insalubridad de las aguas; etc.), pero cada vez más los estudios que han
ido apareciendo a partir de los primeros años de la década del setenta,
desde Instituciones que pertenecen al propio sistema, remarcan la
inviabilidad del crecimiento tal como se plantea.
Los daños irreparables al entorno medio ambiental son de tal magnitud
que el último informe del Club de Roma alerta acerca de que:”El tiempo
se está acabando, y algunos problemas ha alcanzado ya una magnitud que
impide abordarlos con éxito”.
Los santiagueños somos conscientes que lamentablemente el tiempo se esta
acabando y los bosques y los hombres que perdimos son irrecuperables.
pero aun nos queda muchas cosas por conservar todavía.
Santiago del Estero y el NOA: Antecedentes históricos
La historia de América Latina es la historia de la destrucción de sus
recursos naturales. Desde la conquista y colonización hasta nuestros
días fue la región de las venas abiertas al decir de E. Galeano.
Santiago del Estero, la vieja ciudad del Barco, no escapó a este destino
trágico. Su historia es la crónica de un largo proceso de
empobrecimiento. De madre de ciudades, la provincia más antigua y de
donde salieron las principales expediciones fundadores de la mayoría de
las ciudades más importantes del país, hoy es una provincia estancada,
destruida y con uno de los mayores índices de pobreza.
Más aún no sólo perdió su peso económico y político, sino que también
fue descapitalizándose humanamente, producido por la erosión
inmigratoria hacia las zonas industrializadas del país, donde viven
cerca de la mitad de sus hijos.
El Noroeste, el Centro, Cuyo y el Litoral constituyeron las regiones que
integraron la realidad económica y social vigente en el actual
territorio argentino durante los siglos XVI hasta fines del siglo XVIII.
No había una economía nacional por la inexistencia de un mercado con un
intercambio considerable de capitales, mano de obra y mercancías entre
las distintas regiones. Existía un marcado equilibrio entre estas
"economías regionales de subsistencia" como las denomina Aldo Ferrer,
en la primera etapa de iniciación de la actividad económica en nuestro
territorio. (1)
Entre estas regiones, la del Noroeste abarcaba a las actuales
provincias de Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca y Tucumán y
fue durante toda la época colonial la de mayor importancia relativa
dentro del territorio argentino, debido fundamentalmente a su cercanía
al centro minero de Potosí. La población de la región representaba el
40% del total y tenía la mayor producción, teniendo en cuenta la
especialización en el rubro textil.
La llamada "ropa del Tucumán", elaborada del algodón cultivado en las
provincias norteñas, sobretodo en Santiago del Estero, fue artículo de
alto valor comercial y también motivo de lucro y explotación de la mano
de obra indígena y fue exportada a Potosí y al Virreinato del Perú donde
se necesitaba ropa de trabajo para la numerosa población minera.
El algodón fue el oro y la plata que carecía la región y fue utilizado
en un comienzo para el hilado de la ropa, para luego convertirse en un
excelente factor de comercio y de intercambio, muy solicitado por la
población, usándolo como moneda. Hasta el salario del gobernador se
pagaba de esta forma.
Los tejidos de algodón del Noroeste fueron los productos de intercambio
comercial que dieron origen al comercio internacional argentino. El
obispo Victoria, inauguró el intercambio comercial con el extranjero al
enviar estos productos, por el puerto de Buenos Aires vía Brasil, un 2
de septiembre de 1587, fecha instituida por ese motivo como el Ida de la
Industria Nacional.
La región del Noroeste gozaba de relativa prosperidad y buscaba su
evolución, al igual que todo el interior, hacia formas artesanales de
producción vinculadas al mercado interregional.
El litoral fue durante la Colonia el área más atrasada y menos poblada
del territorio argentino. A mediados del siglo XVIII su población
ascendía a sólo 50. 000 habitantes que vivían en una área marginada
dentro del orden colonial.
Recordemos que Buenos Aires estaba con su puerto cerrado por
disposiciones virreinales gracias a las cuales se había logrado proteger
a las industrias del interior contra los productos ingleses
competitivos. De allí que estas florecieran convirtiéndose en el
principal fundamento económico del interior argentino.
Pero la derrota sufrida por la tendencia revolucionaria morenista y el
pase del control gubernativo a manos del grupo comercial porteño
abrieron el puerto de Buenos Aires a un librecambismo que enriqueció a
la "pandilla del Barranco", nombre por el que se conocía a las clases
comerciales del puerto de Buenos Aires hábiles para todo tipo de
contrabando. Por el contrario esta política aperturista iba a empobrecer
al interior del país.
Y entonces, diezmadas por las guerras de la independencia donde lucharon
sus hijos con valor, arruinadas por las mercaderías europeas que
destruyeron sus artesanías, usurpadas sus rentas por Buenos Aires, las
provincias argentinas se hicieron pobres.
Aparecieron los caudillos, viejos generales de la independencia, Pancho
Ramírez, Ibarra, Felipe Varela, Bustos, Artigas, Güemes, entre otros
que al mando de sus tropas irregulares defendieron como podían las
autonomías provinciales resistiendo a la política centralista ordenada
desde el puerto de Buenos Aires en manos de los estancieros del Plata y
los comerciantes porteños.
La guerra civil fue inevitable. Era Buenos Aires y su política
librecambista que creaba la "barbarie" provincial al impulsar con esta
política el separatismo.
La metrópoli ya no iba a ser Buenos Aires sino Londres. El comercio
porteño pasa a ser simplemente un agente comprador y exportador y el
interior una colonia.
Proteccionismo y librecambio: un debate actual
La máxima de Lord Gobden: Inglaterra sera el taller del mundo y la
América hispana la granja de Inglaterra se hizo realidad con la
fragmentación de América Latina bajo los intereses económicos
regionales y la ayuda del colonialismo inglés.
De este modo se frustraron las posibilidades de desarrollo y el país
quedó limitado a producir los productos requeridos por la industria
europea. Y en el interior empobrecido, aislado totalmente, surgía
también un patriciado local que malvendió irremediablemente sus mejores
tierras que fueron a parar en las manos de la oligarquía terrateniente y
vacuna del puerto de Buenos Aires ligada al extranjero.
De esta forma las oligarquías provinciales remitían a Buenos Aires los
capitales provinciales sin dejar ninguna compensación productiva.
Y para esa dominación los ingleses y en menor medida sus aliados
franceses y europeos, tuvieron un arma fundamental: la famosa libertad
de comercio. O para emplear un lenguaje moderno tan conocido, la famosa
"apertura de los mercados".
Como vemos no es un concepto nuevo. No hay una política "neoliberal". Es
la vieja política del librecambio "hacia afuera" de sus fronteras y
colonias y proteccionismo "hacia adentro".
Los "hábiles industrialistas", como los llamaron Agüero, representante
de los comerciantes españoles y Yañiz, síndico del Cabildo, en el
famoso debate de 1809 sobre la apertura del puerto de Buenos Aires,
aliados a los ganaderos y comerciantes del puerto de Buenos Aires fueron
los responsables de la destrucción de las artesanías del interior.
Destruidas las artesanías del interior por el triunfo de la política del
puerto de Buenos Aires e incorporado el país al modelo agro- exportador
obliga a la provincia a sobrevivir con las nuevas condiciones impuestas
por las oligarquías locales y el capital británico.
A comienzos del siglo XIX en Santiago del Estero existieron molinos
harineros, atahonas a tracción animal, que aprovechaban la excelente
cosecha agrícola de la zona de regadío del Río Dulce. El trigo de
Santiago del Estero se exportaba a Córdoba y a Tucumán en largas filas
de carretas construidas también en la provincia aprovechando sus tupidos
bosques. Esta incipiente industria servía, sobretodo, para sostener una
economía de subsistencia.
En el último tercio del siglo XIX es importante destacar el intento
industrialista del francés Pedro San Germes que inaugura un gran ingenio
azucarero en Santiago del Estero, en el año 1879, el Contreras, al que
le suceden una docena de establecimientos del mismo tipo. (2)
Se trataba de capitales locales o cuyos titulares residían en la
provincia, que importaron modernas maquinarias de Francia para moler la
caña y producir la mejor azúcar del país. El ejemplo del francés San
Germes estimuló a los agricultores la plantación de materia prima
propia en la tradicional zona de riego del Dulce(Capital, Banda y
Robles). Pero la alianza o tela de araña trágica entre los capitales
azucareros tucumanos, el ferrocarril inglés y posteriormente el francés,
La Forestal del Chaco y la Banca E. Tornsquist que se unieron, entre
otras cosas, para extraer y desarrollar la producción azucarera de
Tucumán terminó por arruinar la embrionaria industria azucarera
santiagueña.
El ferrocarril de Buenos Aires y Rosario llegó directamente a Tucumán,
corazón del azúcar, aislando los viejos pueblos de Santiago del Estero y
a la capital, la madre de ciudades. Los ingenios azucareros
santiagueños, peligrosos competidores de los tucumanos, del otro lado
del Dulce, del trazado ferroviario inglés, no pudieron colocar su
excelente producción y el francés San Germes, el más grande industrial
de la provincia, tal como lo había nominado el pueblo, se suicida
arrojándose al trapiche de su propio establecimiento.
Fue el comienzo del fin de esta industria que tantas expectativas había
generado y el meritorio intento de los industriales santiagueños de
insertarse a la economía nacional a través de una de las pocas
actividades agro- industriales protegidas del interior y orientadas al
mercado nacional.
Los países industrializados habían ya resuelto que Santiago del Estero
iba a convertirse en el principal proveedor de las maderas duras para
el trazado ferroviario y para los postes que iban a alambrar las grandes
estancias de la pampa húmeda, proveedoras de la carne y los cereales que
el mercado europeo necesitaba.
La mesopotamia santiagueña, enmarcada por los ríos Dulce y Salado, base
territorial tradicional del poblamiento y de la economía provincial,
constituida por las tierras del regadío del centro oeste, zona donde se
erigieron los modernos establecimientos azucareros, ya no sería el
escenario del principal factor dinamizador y de articulación con el
sistema agro-exportador.
Por el contrario una región totalmente desconocida, ignorada del
territorio provincial, el Chaco santiagueño, lugar al que sólo osaba
ingresar el indígena, y el mielero, sería la elegida para que Santiago
del Estero cumpliera un rol decisivo y muchas veces olvidado, en la
economía nacional. Allí estaba el "bosque sin fin", interminable, donde
reinaba majestuoso el quebracho colorado, el príncipe de las especies,
cuya madera era inalterable a la acción del fuego y a la humedad.
Y fue entonces que comenzó casi de imprevisto, la gran devastación
forestal de casi 11.000.000 de Hectáreas forestales, de los mejores
quebrachales del mundo, dando nacimiento a una mal llamada "industria
forestal" que tuvo su auge en la primera mitad del siglo XX.(3)
Durante un largo período esta actividad forestal se constituye en el
principal sostén de la economía provincial. Los ferrocarriles ingleses
y franceses realizan sus trazados ferroviarios, sobretodo para llegar
al corazón del azúcar de Tucumán y extraer la madera de los bosques
santiagueños y van surgiendo centros urbanos donde se concentra la
abundante mano de obra que esa actividad extractiva necesitaba.
Fue en ese período que se forjó una ecuación fundamental con verdaderos
vasos comunicantes de muy difícil separación: El ferrocarril la
explotación forestal, la formación de los grandes latifundios. Ninguna
de estas partes hubiera podido existir independientemente sin las
otras. Comenzó entonces la gran privatización y entrega de las tierras
públicas de la provincia de Santiago del Estero, ya que las mayores
reservas forestales se ubicaban en tierras fiscales del este y noroeste
de la provincia, hasta ese momento desocupadas. y que fueron vendidas a
entregadas a vil precio. (Departamentos Moreno, Ibarra, Copo, Taboada y
Figueroa).
Los gobiernos provinciales que se sucedieron a partir de 1898 cambiaron
la ECOLOGIA por la ECONOMIA. La supuesta riqueza presente por la pobreza
futura.
Remarcaba Irigoyen. en oportunidad de una de estas ventas fiscales:. . .
"la riqueza de la tierra como la del subsuelo mineral de la República no
puede ni debe ser objeto de otras explotaciones que la de la Nación
misma. . . ". . . . "la riqueza forestal, fuente de vida, de recursos y
de trabajo, debe ser contemplada como uno de los grandes beneficios de
la Provincia otorgados al suelo argentino, y en consecuencia su
resguardo y su utilización no pueden hacerse sino en beneficio del
pueblo y de acuerdo a planes científicamente meditados. . ." (Del Mazo,
1930). Que lastima que el pensamiento rector de don Hipólito Irigoyen
no haya sido tenido en cuenta en materia de venta de las tierras
públicas que aún continúa imperturbablemente.
Las promesas de buenos salarios y condiciones de vida digna, los "ríos
de dinero" que iba a traer aparejada la explotación forestal atrae a
los grupos migratorios de toda la provincia y también de fuera de ella
que abandonaron sus pertenencias y su hábitat natural para incorporarse
al obraje y a una continua trashumancia. Fue la destrucción del hombre
igual que la del medio ambiente. El viejo obraje textil de la época
colonial, instrumentado alrededor de la mano de obra servil de los
indígenas, pasa a convertirse en el nuevo obraje forestal que se
establece sobre la base del trabajo semi feudal, casi esclavo, de los
hacheros y su grupo familiar.
El genocidio de los indígenas se convierte en el genocidio de los
hacheros. Esta explotación en los obrajes llevó a don Amalio Olmos
Castro, a comparar a los hacheros con los esclavos de los algodonales
del sur de los Estados Unidos reflejados magistralmente en la Cabaña del
Tío Tom. Este preclaro director de Trabajo de la provincia llamó a esta
explotación que nos debería avergonzar a todos “la esclavitud blanca”
del obraje.(4)
Debemos rescatar en esa larga noche de casi cien años y que aún continúa
dos intentos fundamentales para industrializar la madera del bosque
santiagueño, y que nos interesa remarcar: l)La Instalación de las
Fábricas de Tanino y 2) Los Distritos Forestales.
Los enclaves Forestales
Hemos visto anteriormente como la provincia de Santiago del Estero,
desde la época colonial, estuvo integrada al sector económico dominante.
La producción de la pampa húmeda otorgó a la Argentina la imagen de una
gran homogeneidad interna y de esta forma se identificó a la región
pampeana con el espacio nacional, así como la de sus terratenientes con
la burguesía del país.
Por cierto que en el país, desde la colonia misma, existía una gran
diversidad regional, inclusive señalamos en este trabajo la gran
importancia histórica y socio- económica de la región del Noroeste.
Al identificarse a la región pampeana con el resto del país, las
regiones carecieron de pasado, de historia, de economía y por cierto que
otras formas de producción pasaron a ser totalmente dependientes de la
pampa húmeda.
“Una historia regional será verdaderamente nacional en la medida que no
se limite a una crónica de sucesos locales y aprehenda la conexión que
ellos tienen con los sucesos nacionales, y cuando fuere necesario con
los que operan en el ámbito continental y mundial” dice con razón
Armando Raúl Bazán. (5)
Al comenzar a hablar de los obrajes es muy importante consignar como
antecedente la aparición del obraje textil como una variante del sistema
de encomienda. Y este último era una forma productiva del territorio
conquistado que seguía al de la ocupación militar.
La encomienda era una forma de recompensa o tributo que se le otorgaba
al conquistador, comprometiéndose este último a convertir al
cristianismo a los indígenas encomendados. El tributo adquirió las
formas de trabajo forzado para producir los bienes para el encomendero.
Las primeras encomiendas tenían como base dos antiguos pueblos de
indios: Manogasta en Silípica y Soconcho en Atamisqui. En ellos se
producían en el año 1585 ropa, lienzos, calcetas y otras telas de
algodón, cinchas y aparejos, trigo y maíz.
El obraje textil se constituyó en verdaderas fábricas de tejido ubicadas
en “lugares sombríos, techados con ramas, cercados de muros y adobes y
donde fueron encerrados los indias e indias de los encomenderos...”[2]
Al respecto es importante consignar la distinción hecha por la
historiografía entre formas de desarrollo localmente administradas, como
la estancia pampeana, y formas de tipo enclave, aplicable a los obrajes
forestales y a las fábricas de tanino del Chaco santiagueño y
santafecino. Por supuesto que la historia moderna y contemporánea nos
señala muy interesantes ejemplos de enclaves, tanto agrarios-
plantaciones- como mineros, industriales y comerciales.
El origen de los enclaves forestales santiagueños lo encontramos en el
gran remate de más de tres millones ochocientas mil hectáreas de bosques
fiscales realizadas entre los años 1898-1904 por el gobierno de don
Adolfo Ruiz. Se vendieron estas tierras desconocidas e inhóspitas,
ubicadas en los departamentos 28 de Marzo (Gral Taboada), Moreno, Copo y
Figueroa pobladas por quebrachales, únicos en el mundo, al precio vil de
023, ctvs. la hectárea, cuándo el precio del durmiente que pagaba el
ferrocarril era de 1,48. De esta forma se formaron los grandes
latifundios forestales.(6)
Los bosques santiagueños fueron comprados por “ El Sindicato de
Capitalistas Para la Adquisición de las tierras de Santiago del Estero”,
sociedad formada en el puerto de Buenos Aires integrada por las
principales familias de la oligarquía porteña, y dónde podemos apreciar
apellidos notables, como Zuberbuhller, Santamarina, Lloveras, Rufino,
etc.
Y a partir de allí, de la formación de los grandes latifundios, los
enclaves forestales, fue que comenzó la gran devastación forestal en la
provincia.
Y para ello debía consolidarse una gran red de vasos comunicantes, una
verdadera tela de araña, que se relacionaban de una manera muy estrecha:
la oligarquía porteña, los ferrocarriles ingleses y franceses, la
oligarquía azucarera tucumana y posteriormente la Forestal del Chaco,
que se apropiaron y distribuyeron la tierra pública y también el trazado
y distribución de la red ferroviaria y por cierto el desempeño económico
de toda la región, con especial vinculación con el funcionamiento de la
economía pampeana.
Esta red de intereses condenaron a Santiago del Estero a convertirse en
la productora de los durmientes para el ferrocarril, el combustible para
sus locomotoras y los postes para el alambrado de las grandes estancias
de la pampa húmeda. Una de las razones fundamentales fue que el
quebracho colorado santiagueño tiene menor contenido de tanino que los
quebrachales colorados de la zona del chaco santafecino, chaqueño y
paraguayo.
Es por eso que recién en la década del 40 se construyeron las dos
grandes y únicas fábricas de tanino, también importantes enclaves, en el
territorio provincial: Weisburd en el Departamento Mariano Moreno y la
Cotan S.A.(Compañía Taninera) en Monte Quemado –Copo.
Es decir que del análisis y revisión de este proceso formativo, tan
vinculado al funcionamiento de la economía pampeana, surgen nítidamente
la existencia de estructuras económicas que divergieron notablemente con
las del capitalismo agrario pampeano.
Una peculiaridad notable es la ubicación de estos establecimientos
productivos en una región geográfica alejada de la sede de las
decisiones administrativas y políticas.
Esta denominación enclave tiene un doble significado que es muy
importante destacar:
En primer lugar se trataba de núcleos de actividad económica controlados
de una manera directa desde afuera del país.
Un ejemplo característico lo tenemos con la célebre La Forestal del
Chaco, que monopolizó la fabricación y el comercio del tanino en el
país. En este caso sus accionistas, su directorio, su sede central,
residían en Londres. Al exterior, a Inglaterra, se remitían las
utilidades a distribuir de esta empresa monopolista.
Otra de las peculiaridades importantes de esta empresa era que tenía
pocas vinculaciones con los eslabonamientos regionales, ya que las
máquinas de sus ingenios, los ferrocarriles, los puertos, etc.,
provenían del exterior. Inclusive la harina y los productos de
alimentación eran de otras regiones; sólo podemos consignar al
combustible(leña y carbón) y algunas veces la carne(como el caso de las
empresas tanineras santafecinas) que eran de la propia región.
La
producción taninera se exportaba en el 90% para el exterior lo que
señala bien claramente cuál era la orientación. Este enclave, era una
especie de extensión de la economía y de la soberanía de los países
centrales.
En segundo lugar el término enclave también determina un aislamiento
físico, o geográfico, determinado originalmente por condiciones
sociales, naturales e institucionales. Como la presencia del bosque, la
selva y la incertidumbre sobre las condiciones legales e
institucionales.
Por ejemplo, el gran latifundio de Quebrachales Tintina Sociedad Anónima
de los Tornquist, tenía en territorio santiagueño más de 600.000
hectáreas. En campos de su propiedad se fundaron las estaciones de
ferrocarril de Vilelas, Puna, Quimilí, Girardet, Roversi, Lilo Viejo,
Alhuampa, etc.
Enormes obrajes dónde trabajaban más de cinco mil hacheros y dónde la
civilización de la ley y la justicia no llegó sino hasta mediados del
siglo XX.
Y también en los enclaves forestales destacamos las características
especiales del hachero y del trabajador forestal.
En el caso de los hacheros su nomadismo. La obligada trashumancia del
obraje, con poblaciones efímeras, pueblos fantasmas, construidos a la
vera de las estaciones ferroviarias y destruidos con la devastación del
bosque. Un nomadismo que los obligaba a trasladarse con sus familias
siguiendo al obraje una vez terminado el bosque del lugar asignado. Pero
este traslado era sólo en el interior de los enormes latifundios,
verdaderos feudos medievales que solo se podía escapar con la muerte.
La difusión generalizada del pago con especies, con vales o notas de
créditos, que se podían canjear solamente en las proveedurías del
obraje, al igual que la ausencia total del control del estado ya que el
comisario y los jueces de paz eran pagados por la Compañía, contribuía a
una coacción generalizada y por supuesto a este aislamiento.
Recién con el gobierno radical de Santiago Maradona(1928-1930), se
reglamentaron las leyes nacionales que, pese al tiempo transcurrido
desde la promulgación de las mismas, carecían de aplicación en la
provincia. Como la ley 9688 de accidentes de trabajo y de enfermedades
profesionales; La Ley 11.723 sobre el Trabajo de las Mujeres y de los
Menores, etc.
También se sentaron las bases para el estricto cumplimiento de las leyes
obreras al crearse el Departamento Provincial del Trabajo.
Y para poner fin a los continuos abusos que se vivían en los obrajes,
donde no era extraño ver a los jueces de paz dirigiendo las tareas del
aserradero o a los comisarios vendiendo mercaderías en las proveedurías,
el Ministro de Gobierno de Maradona, don Julio Olivera, dictó el 9 de
julio de 1928, una resolución ministerial ejemplificadora, que como bien
dice Luis Alén Lascano debería destacarse con letras de oro:
“.....Prevenir a los empleados policiales que serían exonerados si
detienen o molestan a los señores trabajadores, por deudas contraídas
con los señores patrones o por otras causas que no estén especificados
en el Código de Policía...”
Lamentablemente estas continuas violaciones a las leyes laborales y
sociales perduran en la actualidad por este aislamiento que aún se
mantiene.
Las fábricas de tanino santiagueñas, y posteriormente, los distritos
forestales cambiaron este “hábito” obligado al crearse pueblos estables,
con luz eléctrica, agua corriente y hasta escuelas y hospitales.
En Santiago del Estero, desde la explotación forestal intensiva de
comienzos del siglo XX hasta la década del 40 y luego con las fábricas
de tanino, que también abarcaron a los obrajes, fueron los núcleos
típicos de una producción organizada en la forma de enclave forestal.
Ambos tienen una enorme importancia, porque fueron los esfuerzos más
serios y reales, sobretodo el último, de terminar con un sistema de
destrucción irracional de nuestra ecología y medio ambiente, cambiando
el destino histórico del bosque santiagueño y por las posibilidades
presentes que este recurso natural aún posee para la provincia.
Pasaremos a describirlos sintéticamente.
La industria del tanino en Santiago del Estero.
El descubrimiento del tanino extraído del quebracho dio comienzos a
partir del año 1880 con la exportación de los rollizos del quebracho
argentino a las fábricas ubicadas en El Havre y Hamburgo(Alemania).
Hasta esa fecha se extraía en Europa del nogal ,roble o el castaño pero
la el quebracho tenía la enorme posibilidad de utilizar prácticamente
todo el árbol , que lo hacía sumamente atractivo económicamente y
abaratando la producción y utilización del cuero.(7)
Pero fue en el año 1890 cuando se inaugura la primera fabrica de
extracto de quebracho (tanino) en el país, en Pehuajo, Corrientes,
industrializando la materia prima en el lugar de origen. Una razón
fitogeográfica iba a influenciar en el destino del quebracho colorado
santiagueño con una proporción de tanino inferior al que existía en los
quebrachos colorados de la región de Santa Fé, el Chaco, Formosa y el
Chaco- Paraguayo. De allí que el quebracho santiagueño fue "reservado"
para los durmientes y el combustible del ferrocarril y de las otras
industrias y para levantar los postes de las estancias de la pampa
húmeda.
Ese fue el motivo principal que la Forestal del Chaco, y sus empresas
adláteres, establecieron todas las fábricas de tanino en la región
chaqueña- santafecina- paraguaya, constituyendo un gran emporio que
monopolizó la fabricación y exportación del tanino en nuestro país y
controló todo el comercio mundial durante más de ochenta años.
El extracto sólido del quebracho salió del país por miles de toneladas
a un ritmo de exportación continuo hasta el año 1963, en que la Forestal
prácticamente extinguido el quebracho colorado y descubierta las
propiedades similares de la mimosa, original del Africa, decidió
levantar sus instalaciones. Pueblos enteros, vías férreas, puertos,
viviendas, etc. fueron abandonadas y dinamitadas por la Forestal Del
Chaco, para evitar que la población del lugar se quedara en las
instalaciones.(8)
Debemos hacer notar que en la década del 40, durante la guerra mundial,
como consecuencia del proceso de extinción de los quebrachales
santafecinos y pese al menor rendimiento del quebracho santiagueño, se
produce una expansión en procura del tanino del quebracho santiagueño
que pasaba a ser rentable. Inclusive, se advierte como consecuencia de
esta demanda, un aumento de la población rural del área forestal, que en
esa fecha alcanzo a representar el 20% de la población rural de toda la
provincia. Esta situación es importante teniendo en cuenta la elevada
emigración de las provincias del norte hacia la zona metropolitana de
Buenos Aires.
En ese período se instalan dos fábricas de tanino en el territorio
santiagueño. Una en la localidad de Weisburd, Departamento Mariano
Moreno y la otra en Monte Quemado en el Departamento Copo, en el límite
con Salta. Ambas fábricas dieron prácticamente vida a los pueblos de
Weisburd, (dpto. M. Moreno) y a Monte Quemado en el departamento Copo al
dotarlos de viviendas de material, agua corriente, luz eléctrica,
hospitales, salarios dignos para los obreros, cine, etc. que
contrastaban notablemente con los pueblos forestales existentes hasta
entonces.
Lamentablemente, en un final que nos recuerda al ingenio azucarero del
francés San Germes, tanto la Empresa Weisburd y Cía. como la
Cotan(Compañía Taninera) de Monte Quemado no pueden colocar la excelente
producción de sus fábricas en el mercado mundial controlado por la
Forestal y se ven obligadas a cerrar las fábricas y vender las
maquinarias como hierro viejo. Las ruinas silenciosas, todavía
imponentes, de estas dos grandes fábricas de la Provincia de Santiago
del Estero se encuentran en los mencionados pueblos y son verdaderos
símbolos de los intentos vanos de industrialización del monte
santiagueño.(9)
Los distritos forestales: Una esperanza
De la Facultad de Ingeniería Forestal creada en el año 1958 en la
provincia más castigada por la depredación forestal, fueron saliendo las
bases fundamentales para la constitución mediante Ley 3275 del IFIA(
Instituto Forestal de Industrialización y Administración), que tuvo por
objetivos el fomento de la tecnificación y el mejoramiento de la
economía forestal.
Y de este Instituto salieron los estudios y las bases de los denominados
Distritos Forestales. Los Tigres, los Pirpintos, El Caburé fueron
pueblos dotados de centros cívicos, casas de material confortable, agua
potable, infraestructura vial y sanitaria y sobretodo de una moderna
tecnología, que aún se conserva en partes, para la fabricación de
parquee, muebles, paneles de madera, etc., utilizando las maderas de los
bosques santiagueños.
Si aún resuenan las palabras del ingeniero Néstor R. Ledesma, artífice
del IFIA y uno de los fundadores de la Facultad de Ingeniería forestal:
“Nunca más los pueblos nómades. Nunca más los vales ni las proveedurías.
Nunca mas la explotación del hombre por el hombre más inicua e
irracional que se conoce en la historia de la humanidad. Viviendas
dignas, salarios dignos. Atención y Salud adecuadas”.
Y los Distritos Forestales se convirtieron en una nueva esperanza para
terminar para siempre con el drama del obraje, de la depredación
irracional del medio ambiente y del hombre, y de convertir a la
provincia de Santiago del Estero en un verdadero polo industrial
utilizando sus recursos naturales depredados salvajemente.
Estos Distritos Forestales, posteriormente convertidos en cooperativas,
habían logrado realizar en el período 1979/1981 mas de 120.000 toneladas
de madera. Una cifra muy significativa y que las convertía en grandes
empresas industriales. Mas de quinientas familias vivían en torno de
estas cooperativas forestales, engrandecidas y fortificadas por la
participación de las mismas en los planes de construcción de viviendas
en la provincia del FONAVI (Fondo Nacional de la Vivienda.)(10)
En este crecimiento de las Cooperativas Forestales tuvo mucho que ver la
acción del ex-Gobernador de la provincia de la Revolución Argentina,
Gral. Cesar F. Ochoa que facultó al Instituto de Vivienda y Urbanismo de
la Provincia a contratar directamente con las cooperativas, sin
licitación alguna, la carpintería de las obras públicas y numeroso
mobiliario para las escuelas provinciales. Además por su excelente
producción las cooperativas estaban en condiciones de competir en el
mercado nacional e internacional.
No únicamente se lograba en las cooperativas forestales una utilización
industrial del bosque, sino también existían planes de reforestación y
de protección de nuestra naturaleza.
Es fácil advertir los perjuicios de las empresas constructoras,
contratistas del Estado, como consecuencia de esta competencia de las
cooperativas forestales que no únicamente habían abaratado los costos,
sino que estaban en condiciones de copar el mercado con viviendas
prefabricadas construidas totalmente de madera. Los Grupos Económicos
Provinciales(GEP), estructurados sobretodo alrededor de las Empresas
constructoras monopolizaron en las provincias el gran negocio de las
obras públicas(viviendas, caminos, canales de riego, etc.)
constituyéndose en verdaderos poderes dentro de los Estados
Provinciales, con una gran influencia económica y social.
Solamente en el período 1980-1994, se construyeron en Santiago del
Estero 16.500 viviendas, con ganancias aproximadas de unos siete
millones de dólares anuales para estos GEP. De allí que los denominados
“hombres de paja” de las Empresas Constructoras ubicados en los
poderosos Ministerios de Economía y Obras Públicas, advirtiendo esta
competencia “desleal” de la cooperativas forestales urdieron una trama o
confabulación contra el bosque santiagueño a través de una feroz campaña
de desprestigio contra ellas y contra las propiedades de las maderas
santiagueñas para la carpintería de obra.
Carlos Jensen Viano, sucesor civil del General Ochoa, en sorprendentes
declaraciones “destapó la olla” y anunciaba, que conforme a los informes
de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, muy controvertido por
cierto, ”la madera de quebracho no servía o no se había demostrado que
era apta para ser utilizada en carpintería de precisión”.
Fueron inútiles las voces esclarecidas que se alzaron para defender
nuestros bosques. Como el caso de científicos de valía internacional
como Casimiro Uhrin, experto alemán y profesor de Universidades del país
y del extranjero. Fue el comienzo del fin de las cooperativas forestales
luego atacadas por sus reales desórdenes, aunque exagerados,
administrativos.
La provincia madre de ciudades, a mediados del ochenta, retornaba
bajando la cabeza a la vieja política de destrucción forestal sin
control alguno. Las cooperativas forestales aún existen en el corazón
del bosque santiagueño. Sus modernas maquinarias casi abandonadas, ,son
utilizadas para fabricar ataúdes, y los pobladores de los ex-Distritos
Forestales y de toda la región del norte santiagueño esperan la
instrumentación de nuevos planes que los saquen del atraso y de la
miseria. Mientras tanto, como una gran sombra el mal de Chagas, el gran
flagelo provincial, anida con forma de vinchuca en los ranchos. Uno de
cada cuatro santiagueños padece de este mal endémico. Las viviendas de
madera, para erradicar los ranchos, aún esperan su realización.
Algunas propuestas:
Los recientes datos referidos al aumento del desempleo, de la pobreza,
de los hogares con necesidades básicas insatisfechas, las
manifestaciones de protestas de los diversos sectores, son explicados
por el gobierno y algunos economistas oficiales como el costo de la
reconversión y del ajuste necesario en la economía nacional que ha
tenido un gran crecimiento en los últimos años.
Una economía nacional que como hemos visto anteriormente obliga a
privilegiar, dada la apertura de los mercados, la provisión del
exterior de los insumos de la producción.- Esto ha traído aparejado un
olvido de las regiones del país que podrían hacerlo.
Las economías regionales no pueden quedar expuestas al libre juego del
mercado, que por otra parte, como hemos visto, no existe y nunca
existió.
Es de fundamental importancia, y la única forma de parar los estallidos
sociales, fomentar un programa de desarrollo de las economías
regionales, la gran ausente del debate nacional.
Para ello el Estado Nacional deberá invertir los fondos necesarios, y
si es necesario(evidentemente lo es) renegociando el pago de los
intereses de la deuda externa, tal como lo han venido pregonando
recientemente algunos obispos y el propio Papa al calificarla de
"injusta e inmoral".
El gobierno nacional debe asistir, con créditos subsidiados a la
destruída actividad primaria de las provincias implementando sistemas de
comercialización que impidan el despojo al productor.
Es muy importante la radicación de las agro- industrias en los mismos
lugares de producción de las materias primas, aumentando el valor
agregado de las mismas.- La búsqueda en el mercado internacional y en el
Mercosur de colocación de los productos regionales, etc.
Estas y otras medidas son fundamentales para salvar a las economías
regionales y a las provincias rezagadas, "inviables", o en vías de
franca extinción.
Notas:
1) Ferrer, Aldo: “Manual de Economia Argentina”,
2) Dargoltz, Raúl Eduardo: “Hacha y Quebracho. Historia Ecológica y
Social de Santiago del Estero.”, cuarta edición corregida y aumentada,
Santiago del Estero, 1998, Ediciones Conciencia y Nacional.
3) Ibid.
4) Olmos Castro, Amalio: “El trabajo”, Santiago del Estero, 1942.
5) Bazan, Armando Raúl, “ El Noroeste y la Argentina Contemporánea”(
1953-1992), Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1992.
6) Dargoltz, Raul E.: “ La Alianza Anglo Porteña. Historia de la
destrucción de una provincia”, Ediciones del Mar Dulce, Buenos Aires,
1983.
7) Ibid.
8) Ibid.
9) Dargoltz, Raul: “Hacha y Quebracho. La Confabulación contra el bosque
Santiagueño”, Ediciones El Liberal, Santiago del Estero, 1988.
10) Dargoltz Raul, "Santiago del Estero. El Drama de Una Provincia",
op.cit..
[1] El autor es Magister de Estudios Sociales Para América Latina.
Profesor de Historia Social Regional de la Univ. Nacional de Santiago
del Estero e investigador del Conicet.
Aportado por: Revista Trabajo y Sociedad, Indagaciones sobre el empleo,
la cultura y las prácticas políticas en sociedades segmentadas.
Fuente: www.geocities.com/trabajoysociedad
Para
que no haya hombres sin tierra ni tierra sin hombres
Por María de Estrada
En Santiago del Estero, al igual que en muchos otros lugares de América
Latina, la lucha por la tierra lleva más de 500 años de historia. Así lo
reconocen hoy los campesinos que allí viven, que allí luchan, quienes
distinguen dentro de este proceso tres claras etapas.
La primera se inicia con la conquista española, que destruyó la
organización de la producción existente, principalmente mediante el
ataque y dominación de los pueblos originarios y su utilización,
mediante la mita, ecomienda y yanaconazgo, como mano de obra para el
centro minero de Potosí, por ese entonces una de las áreas más pobladas
y dinámicas del mundo. Al Noroeste argentino (NOA), y dentro de éste a
la provincia de Santiago del Estero, se le asignó la “función de
abastecedora de recursos agrícola-ganaderos y humanos, como periferia de
Potosí.” 1
Durante este período colonial se reorganizó el espacio de acuerdo a los
intereses económicos y políticos de los invasores. La fundación de
núcleos urbanos (Santiago del Estero fue el primero en 1553) permitió no
sólo la apropiación de las tierras aledañas por parte de los blancos, y
la defensa de la frontera frente a los indios, sino además articular un
sistema de caminos que permitiera el aprovisionamiento de la fuente
minera, base de la economía mercanitilista europea.
La segunda etapa que distinguen los campesinos comienza en el siglo XX.
El espacio argentino es organizado ahora en torno a la región pampeana,
de acuerdo a la inserción del país en la División Internacional del
Trabajo como proveedora de granos y carne, principalmente a la potencia
del momento, Inglaterra, que llevaba a cabo la Revolución Industrial.
La expansión del ferrocarril, que en esta provincia llegó en 1870, fue
la herramienta por excelencia para incorporar a estos espacios al modelo
productivo, manteniendo su carácter de periferia, y haciendo posible
así, sostener la hegemonía de las fértiles llanuras pampeanas. El
trazado del ferrocarril re-configuró el territorio santiagueño, aislando
antiguas poblaciones de origen quechua cuyo modo de producción combinaba
la explotación equilibrada del bosque con la ganadería de subsistencia.
Centrado en una especialización económica basada en la depredación
forestal, ciento cincuenta millones de quebrachos colorados fueron
destruidos en esta provincia en algo más de 50 años. “Entre 1806 y 1915
Santiago del Estero produjo 20.700.000 durmientes de quebracho, con lo
que se construyeron 1600 kilómetros de vías férreas, pero que
simultáneamente implicó la degradación de 3/4 partes de los bosques de
la provincia”
En su rol de “periferia de incorporación temprana”2, Santiago del
estero, al igual que Chaco, proveyó las maderas duras necesarias tanto
para el tendido del ferrocarril, como para los alambrados, cercos,
corrales, etc. Como afirma Morello “en el interior de países
dependientes las regiones centrales destinadas a producción agrícola
para exportación están sujetas a un manejo conservador, que es
subsidiado en función de la explotación irrestricta de otros recursos
naturales complementarios en espacios periféricos”.3
Dentro de este mismo modelo, y basándose también en la explotación del
quebracho, a comienzos de siglo se instala allí la empresa británica “La
Forestal”, destinada a la fábrica de extracto de tanino, insumo básico
para el curtido e impermeabilización del cuero. El poder de esta
empresa, que compró 472.000 hectáreas forestales, derechos sobre otras
197.000 has. Fiscales y 170 km. de vías férreas fue tal que llegó a
constituir su propia flota y puertos fluviales expandiéndose hasta
poseer 2.266.175 hectáreas; emitiría su propio dinero para pagar los
salarios de los obreros, válido sólo en su territorio.4 Pero no se
trataba solamente de la depredación de los bosques naturales, esto mismo
se reprodujo en la fuerza de trabajo. En una de las principales
fábricas, el 45% de los obreros tenían tuberculosis y el 90% sífilis.
Hubo localidades donde la cuarta parte de la población mayor de 11 años
no sobrepasaba los 35. 5
Este modelo productivo, que coexistía con explotaciones campesinas de
subsistencia. Para 1937 un tercio de las explotaciones eran minifundios
de menos de 25 has. con mano de obra casi exclusivamente familiar, que
debía combinar esta actividad con la venta de su fuerza de trabajo a las
empresas quebracheras como “hachadores”. Sumergida ampliamente en la
pobreza, esta provincia se convirtió en uno de los principales centros
expulsores de mano de obra que se dirigía hacia Buenos Aires en mayor
medida, en el marco del modelo de industrialización sustitutiva de
importaciones.
En la década del 50 la mayoría de las fábricas de extracto existentes
fueron cerradas por el reemplazo del tanino por el extracto de Mimosa,
especie producida por la misma empresa “la Forestal” en el Sur de
África. Esto produjo un proceso de “recampecinización” que queda
evidenciado en el Censo Nacional Agropecuario de 1960, donde el 63% de
las explotaciones tenía menos de 25 has. y el 71% de la mano de obra
utilizada era familiar.
Pero el rol de periferia de la región pampeana continuó signando la
organización del espacio en este territorio. Durante los 70 el ciclo
favorable en la ganadería papmpeana conllevaría la expansión de la
frontera agropecuaria hacia esta región. Los cultivos de porotos y de
soja destinados a la exportación son realizados ahora en Santiago del
Estero fundamentalmente por empresas no residentes en la zona
caracterizadas por el uso intensivo de capital.
Esto implicaría dos procesos: por un lado la concentración de la tierra
en manos de quienes estaban en condiciones de incorporarse a este modelo
productivo, es decir en su mayoría empresas foráneas que contaban con el
capital suficiente. En forma simultánea y como contrapartida, un gran
número de pequeños productores, con economías de subsistencia, que si
bien representan el 69% del total, sólo tienen el 1,15% de la
superficie.
La lucha entre estos dos modelos productivos, que implican diferencias
en cuanto relaciones de producción, utilización de insumos y tecnología,
usos del suelo, articulación con el mercado, etc., también se tradujo en
una lucha concreta por apropiarse del espacio. Durante la dictadura
militar comienza un proceso de “exclusión silenciosa”; se trata de
empresas que se presentan como dueñas de tierras ocupadas por
campesinos, que si bien no poseen título de propiedad, llevan allí
generaciones trabajando la tierra. Éstas presentan escrituras avaladas
desde Buenos Aires o Santa Fe y desalojan a los campesinos que viven
allí mediante el uso de la fuerza pública y topadoras que destruyen
ranchos y alambrados.
La falta de organización de los productores santiagueños en concordancia
con el alto nivel de represión facilitaron este proceso, pese a que la
ley garantiza la propiedad de la tierra para quien la ocupe por 20 años
o más y manifiesta “ánimo de dueño” de la misma.
El retorno a la democracia en 1983 no implicó una modificación de esta
situación; con ésta retorno el juarismo, icono del regionalismo en esta
provincia. Carlos Antonio Juárez, junto a su esposa “Nina”, en el poder
desde 1949, es un fiel representante del patrón político local que se
repite en gran parte del interior argentino. Caracterizándose por su
fuerte verticalidad y la represión sistemática de las libertades civiles
y políticas, así como el control de los medios de comunicación locales,
actúa como “caudillo”, como “patrón” de este espacio al que considera su
feudo. Mediante acuerdos de poder con el gobierno nacional, una fuerte
red de clientelismo, el control de la mayoría de los juzgados y la
“alineación automática” entre la gobernación y la legislatura
provincial, en una provincia donde el 58% de los ocupados trabaja para
el estado provincial 6, el juarismo perpetúa el modelo de pobreza,
indigencia y marginalidad que le permite reproducirse y perpetuarse. Y
las topadoras seguían pasando, y los campesinos teniendo que abandonar
sus tierras.
En 1986 se produce un quiebre, cuando 1500 campesinos se movilizan en lo
que se llamó “el grito de los Juríes”; es en esta localidad donde tres
años más tarde se reunirían representantes de organizaciones campesinas
locales.
Finalmente, el 4 de agosto de 1990 se constituye formalmente el
movimiento de Campesinos de Santiago del Estero (MOCASE). Entre sus
principales objetivos se encuentra la lucha por la tenencia de la tierra
y el mejoramiento de las condiciones de vida de las familias campesinas.
El primer punto se lleva a cabo principalmente en el ámbito judicial,
buscando que no haya más desalojos de campesinos, mientras que el
segundo implica una compleja labor que se amplía a medida que los
propios campesinos van tomando conciencia de las causas de su situación,
de la similitud con los problemas de campesinos de otros lugares, etc…
A principios de esta década se producirá un cambio fundamental en el
modelo productivo santiagueño, impulsado tanto por la demanda a nivel
mundial como por condiciones propias del país. La soja transgénica (Soja
RR comienza a invadir el país. El aumento del precio de esta oleaginosa,
que pasa de U$D 165 en 1999 a U$D 222 a mediados del 2003, resulta
explosivo si se considera la devaluación de la moneda nacional, que
implicó así un aumento del 290% para el precio de este cultivo.
El factor fundamental para que la “sojización” del país haya sido
posible, fue la incorporación de los paquetes tecnológicos asociados a
esta producción e impulsados por grandes multinacionales como Monsanto o
Cargill. La utilización de semillas modificadas genéticamente,
fertilizantes y herbicidas permite integrar casi cualquier suelo al
cultivo de soja, borrando la frontera natural de estos cultivos. “A
nivel nacional esto ha posibilitado que, mientras la superficie sembrada
con soja pasa de 5,8 millones de has. En 1993/4 a 12,6 millones en el
2002/3 (variación del 118%), la cosecha pase de 11 millones de toneladas
a 35 (variación del 199%) en igual período”. 7
Así, la lucha por el espacio se recrudece en Santiago del Estero, ahora
con testaferros que buscan apropiarse de las tierras para sembrar soja y
exportarla. “El avance sobre las tierras de los campesinos es brutal y
simple. Un testaferro, por lo general santafesino o cordobés, soborna a
un habitante de algún pueblo cercano. Este figura cediéndole la
“posesión de hecho” del monte, posesión que no es necesario demostrar ya
que los jueces no son justos. Luego llega el alambrado, que atrapa
escuelas, caminos y cementerios. Y la matanza se concreta. Las topadoras
“limpian” el terreno y los cazadores matan a los animales que intentan
escapar. Contra las familias largan bandas de hasta 25 matones armados.”
8
Pero el MOCASE ha ido fortaleciendo su organización y se ha convertido
en un referente de lucha para muchos de los movimientos sociales del
país. Ante un modelo de producción basado en la compra de insumos
extranjeros, utilización de transgénicos y agrotóxicos, tecnología que
reemplaza la mano de obra y la degradación de los suelos para la
exportación, reivindican la necesidad de llevar a cabo una reforma
agraria que permita organizar este espacio desde bases totalmente
distintas.
Reinaldo, miembro del MOCASE, comienza por explicar cuales son sus
términos generales: “Nosotros consideramos la reforma agraria como un
respeto por la forma de vida y tenencia de la tierra de los campesinos.
La reforma al estilo mexicano o chileno con reconocimiento por familia
de una parcela a nosotros no nos sirve, porque tenemos la influencia de
la herencia cultural aborigen, donde las propiedades son comunitarias.
No hay una visión de decir “esta es mi parcela”, los parajes son de
todos, y si vos sos de ahí vas a hacer tu potrero o tu represa en
cualquier lugar, porque es de todos. Es mucho más adecuado a nuestro
planteo de reforma agraria el reconocimiento no tanto de la parcela sino
del territorio. Nosotros hablamos de territorialidad, cada comunidad
tiene un territorio donde desarrolla su vida.”9
De forma similar al zapatismo en México o el Movimiento de los Sin
Tierra (MST) en Brasil, la estructura política del MOCASE está
sustentada en las bases, en dirigentes surgidos de las mismas
comunidades campesinas. Carlos Luna, actual presidente del movimiento,
relata: "Partimos de una forma horizontal, democrática, de hacer
política. No hay caudillos o líderes. Las comunidades campesinas son las
que trabajan y deciden. Todo se discute en las comisiones y se lleva a
la práctica a través de delegados". La estructura interna del Mocase
está conformada por tres niveles: comisiones de base, centrales
campesinas y cooperativas y una comisión directiva, donde los delegados
consensúan las distintas posiciones hasta lograr decisiones
satisfactorias para todos.10 La ausencia estatal en la zona ha impulsado
modelos autogestivos en diferentes frentes. A la organización
comunitaria, la creación de cooperativas productivas y la puesta en
funcionamiento de radios locales hay que agregar el proyecto de la
Escuela secundaria politécnica en un pueblo a 50 Km. de la capital
provincial y de la creación de la Universidad Campesina. Esto último
constituye un eje fundamental si se tiene en cuenta la importancia de la
educación como herramienta de emancipación en los distintos movimientos
sociales de América Latina.
Se trata de 9000 familias campesinas que integran alguna de las trece
organizaciones distribuidas a lo largo y a lo ancho del territorio
provincial. Forman parte de la Coordinadora Latinoamericana de
Organizaciones Campesinas (CLOC) y de Vía Campesina, organización a
nivel mundial. Es quizás esta combinación entre su lucha cotidiana y la
participación en niveles superiores - el intercambio constante con
campesinos del MST y de muchos otros países, su integración al Foro
Social Mundial, a la Cumbre de los Pueblos y a gran parte de este
proceso que se está gestando en Latinoamérica y en todo el mundo en
general como espacio de construcción de alternativas ante un modelo que
se trata de imponer como único - lo que los ha convertido en un modelo
de organización para gran parte de la sociedad. Son conscientes hoy de
que la lucha porque no los expulsen de su tierra es parte de la misma
lucha por la reforma agraria, por la soberanía alimentaria y por la
construcción de otro modelo de país:
¨La Soberanía Alimentaria pasa por el derecho a producir y comer lo que
queremos, este es un derecho avasallado (...). Sabemos que tenemos un
rol, una responsabilidad, el producir alimentos para que los compañeros
de la ciudad se alimenten sanamente.¨ Como resultado del exportar para
crecer y el producir para exportar, la Argentina, país de hambre y
miseria, agota sus suelos, envenena montes y niños, usando la tierra
para alimentar el ganado extranjero y la sobra de este festín se utiliza
en planes solidarios, alimentos de moda y las ganancias económicas que
decaen en pocas manos.”11
En una de las provincias con mayor hacinamiento habitacional del país,
donde el 38,2% de la gente vive sin satisfacer las necesidades básicas,
cifra que sube estrepitosamente a un 53,7 % para los hogares rurales y
el 40,9% de las viviendas carece de agua corriente, este Movimiento se
está organizando a una escala mayor, comprendiendo la unicidad del
conflicto con los sectores urbanos. Reinaldo, del pueblo de Quimilí,
explica:
“Estamos impulsando con el MTD Aníbal Verón, una organización urbana,
para ir construyendo un “movimiento sin tierra”, una vuelta al campo
masiva. La gente se va a venir caóticamente, cagada de hambre (...) Los
territorios sin población los ocupa el capitalismo anónimo. Buenos Aires
y su conurbano tiene 15 millones de habitantes y Córdoba 3 millones de
habitantes ¿Como puede? Este es un país que podría distribuir más de 100
millones de habitantes, con un campo cuidado en lo ecológico y ciudades
sanas de 30 o 40 mil habitantes. Con un esquema de distribución
territorial mucho más sustentable y sano. Pero en principio pensemos la
cuestión básica de comer, queremos un pueblo que produzca su comida, que
no la este mendigando.” 12
De esta forma el MOCASE busca exceder el espacio rural, articular su
identidad campesina con otros sectores de la sociedad que padecen, desde
otros contextos, las consecuencias del modelo de acumulación vigente.
Primero como periferia del Alto Perú, más tarde de una Argentina
centrada en la región pampeana, Santiago del Estero, al igual que muchas
de las provincias del interior, lejos de haber sido dejada a su suerte,
ha sido expoliada para que esos modelos pudieran ser puestos en
práctica. Pero dentro de este espacio se reproduce esta misma lógica, un
pequeño sector ligado al poder provincial o proveniente de otras
regiones, que busca imponer un modelo basado en grandes explotaciones
que se vinculan con el mercado externo, con insumos importados y
tecnología que reemplaza la mano de obra, generador de gran deterioro
para el medio ambiente; del otro lado los campesinos, mayormente con
producciones de subsistencia, con una organización del espacio no basada
en la propiedad privada de las parcelas sino en el uso comunitario del
territorio; sin títulos de propiedad, pero con historias de generaciones
ligadas a esas tierras, a esos montes.
Aquí, en Santiago del Estero, la lucha por el espacio es directa, es
explícita…son las topadoras tumbando ranchos contra los campesinos.
Después de muchos años de que esto sucediera sin que si hiciera algo al
respecto, la gente comenzó a organizarse. Primero en torno a la Ley
Veinteñal en el ámbito judicial, pero más tarde ampliando el reclamo,
complejizándolo, lo que los llevó a articularse con otros movimientos
campesinos del país y de América Latina. En la actualidad, el MOCASE se
encuentra en la búsqueda de expandir su accionar y coordinarlo con otros
movimientos -estudiantiles, de desocupados, de trabajadores – que
compartan no sólo el modo de entender el conflicto, sino también la
necesidad de articularse de una manera alternativa para construir otra
realidad.
Notas
1. Gejo, O. y Liberali, A.: “Fases de desarrollo en la Argentina.
Asignación de recursos y procesos poblacionales”. Bs. As, 1999.
2. Gejo, O y Liberali, A.: “Las economías regionales bajo la lupa
demográfica.” En Benítez, Liberali, Gejo: “Estructura económica y
comercio mundial”. Ed. Pharos, Bs. As, 1992.
3. Morello, Jorge: “Manejo integrado de recursos naturales”. En
Brailovsky, A.: Introducción al estudio de los recursos naturales,
EUDEBA, 1987.
4. Brailovsky, Antonio y Foguelman, Dina: “Memoria Verde. Historia
ecológica de Argentina”. Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1992.
5. Álvarez, Antenor: “Riqueza forestal de Santiago del Estero”. Santiago
del Estero, 1916.
6. Barbetta, Pablo N. y Lapegna, Pablo.: “No hay hombres sin tierra ni
tierra sin hombres: luchas campesinas, ciudadanía y globalización en
Argentina y Paraguay”. En Giarracca, Norma y Levy, Bettina (comp.):
“Ruralidades latinoamericanas. Identidades y luchas Sociales”CLACSO,
Buenos Aires, 2004.
7- Reynoso, Lisandro: Movimiento Campesino de Santiago del Estero:
“Tierra y Reforma Agraria” . En www.rebelion.org
8- Ídem anterior.
9. Ídem anterior
10. Le Monde Diplomatique. “ Movimiento campesino de Santiago del
Estero. La tierra es nuestra »
11. Grupos de Reflexión Rural. “Argentina: La lucha por la soberanía
alimentaria”. En www.rebelion.org
12. Reynoso, Lisandro: Movimiento Campesino de Santiago del Estero:
“Tierra y Reforma Agraria”. En
Fuente: www.rebelion.org
En
los caminos vacíos de La Forestal
Por Osvaldo Bayer
Salimos a buscar el año ‘21 en sus recuerdos y lo encontramos en su
realidad. Hemos recorrido el norte santafesino con el dolor y la ironía
que deja la comprobación que el año 1921 vale para el 2001, ochenta años
después. Se cumplen ochenta años de las sangrientas huelgas obreras de
La Forestal. Ojalá que en todo colegio secundario los docentes y alumnos
se pregunten el porqué. El porqué de tanta crueldad contra los obreros,
de tanta obsecuencia de los políticos de turno para con el poder
económico en tiempos de democracia, el porqué de tanto egoísmo criminal
de la gigantescas fábricas de tanino.
La Forestal es el ejemplo más claro de la explotación capitalista de un
lugar y su método egoísta que finalmente termina en ser la más absoluta
depredación. Compra miles de hectáreas de quebrachales, construye las
fábricas de tanino, exporta millones de toneladas y, cuando la riqueza
natural se termina, se va llevándose hasta los bulones. Deja nada más
que tierra arrasada, abandono, miseria, tristeza, decepción. La mejor
muestra está en los pueblos abandonados que dejó y que van siendo
reconstruidos lentamente por los hijos de los explotados.
La primera pregunta es: ¿qué hicieron los gobiernos argentinos con sus
partidos “nacionales” y las dictaduras militares que tocaban el clarín
antes de sus proclamas contra los “enemigos de la patria”. El capital
inglés tuvo siempre un sueño de hadas; nadie lo molestó, sólo se
preocupó de enviar las divisas con gusto a sangre y quebracho
directamente a Londres. Es una caricatura perfecta de aquello que el
capital viene a ayudar a los pueblos subdesarrollados. Fue el mismo
esquema del petróleo en tantas latitudes de los países de la colonia y
la dependencia.
Eso sí, cuando los obreros de los bosques y los caminos reaccionaron por
su dignidad, vino el garrotazo, la celda, la humillación, la muerte.
Basta leer esta denuncia en la legislatura santafesina, llevada a cabo
por el diputado Salvadores, en 1921. Habla del “martirio del dirigente
obrero anarquista Teófilo Lafuente”. Para muestra basta un botón. Un
historia eterna de la policía y de la Gendarmería argentina. Teófilo
Lafuente, denunció el legislador, fue conducido desde Vera hasta Villa
Guillermina por el sargento Julio Luna. Desde la estación hasta la
comisaría fue llevado al trote, a punta de sable, mientras algunos
gendarmes descargaban sobre sus espaldas una verdadera lluvia de golpes
con los sables y los winchesters. En la policía, Goñi sometió a este
obrero lleno de entereza a suplicios verdaderamente brutales. Con
intermitencias breves se le aplicaban terribles palizas en las que se
emplearon frecuentemente las carabinas por el caño, esgrimiéndolas como
garrotes. Los intervalos entre paliza y paliza debían ser soportados por
la víctima cumpliendo severísimos plantones con la cara vuelta a la
pared y colocado siempre sobre un cajón o una silla para que los demás
compañeros del infortunado pudieran observar quién era el martirizado,
invariablemente se le anunciaba que el plantón había terminado con una
bofetada a la que seguía una lluvia de golpes y puntapiés.
Frecuentemente se lo invitaba a declarar contra sí mismo y contra sus
compañeros y su firme respuesta: “no tengo nada que decir” era recibida
con nuevos golpes. Pero no era suficiente, señores diputados, este
suplicio brutal; era necesario para saciar la crueldad y los instintos
verdaderamente feroces de los verdugos, unir al martirio de la carne el
tormento del ultraje infamante, para aprobar la altivez y la hombría de
este modesto obrero. Colocáronlo sobre una silla y se ordenó a los demás
detenidos, 40 o 50 hombres que desfilaran uno poruno delante del
martirizado y lo escupieran en la cara. Después se siguió apaleando
todavía a Lafuente hasta que su resistencia física fue vencida y cayó de
boca en la puerta del calabozo siendo empujado a puntapiés hacia al
interior. Fue cuando el comisario Goñi ordenó a un teniente de la
Gendarmería que por la noche condujera la víctima al monte y cumpliera
“su deber”. El prólogo de la desaparición de personas que aplicarían
medio siglo después los militares argentinos.
Pero claro, esto parece una crónica más de la represión brutal que
sufrieron en todos los gobiernos los obreros luchadores por los derechos
de los hombres y mujeres del trabajo. No, lo más increíble y
sorprendente fue que el gobernador radical de Santa Fe, Enrique Mosca,
dicta una ley donde crea la Gendarmería volante para actuar en las
tierras de La Forestal aceptando para su equipamiento, y los gastos que
demande el escuadrón, la donación de la propia empresa de un fondo para
esos fines represivos.
Es una desvergonzada intervención del gobierno elegido por el pueblo
para reprimir al pueblo. Es interesante, además, leer en los documentos
de la Legislatura santafesina que a “los comisarios de los pueblos de La
Forestal, el gobierno radical les asigna un sueldo mensual de 150 pesos,
pero La Forestal les pasa oficialmente una subvención mensual de 450
pesos mensuales y una partida de 70 pesos para forrajes. La empresa
británica, como si fuera poco, les da a los jefes policiales: casa
habitación, luz, leña, caballos y armas. En los almacenes de La Forestal
los uniformados podían adquirir lo que quisieran a precios muy
ventajosos”.
Después nos preguntamos de dónde nacen los defectos de nuestra
democracia. Estos antecedentes nunca fueron revisados por la Legislatura
ni por el gobierno nacional de Hipólito Yrigoyen que justo seguía
gobernando después de los fusilamientos de la Patagonia y de la bestial
represión de la Semana Trágica.
Se cumplen ochenta años de las huelgas de La Forestal. Otro de los
hechos ignorados por la historia oficial. Fue el digno Gastón Gori quien
con su libro La Forestal dejó todo al desnudo. Y Gori es seguido hoy por
historiadores jóvenes como César Ramírez y David Quarin quienes van
descascarando el muro de silencio que acompañó a las depredaciones de La
Forestal y la indiferencia de los gobiernos provinciales y nacionales.
Si comenzáramos a analizar la conducta de los monopolios, el método de
las grandes empresas y la política del último cuarto de siglo nos
encontraríamos con una gangrena que carcome nuestra democracia. Aunque
tengamos presos en coquetas casas de fin de semana a alguno de los
inspiradores y seguidores de esta política de oprobio, habría que
revisar las relaciones globalizadas de los que aceptan los dictados del
capital cuando amenazan retirarse del país que explotan.
Dejamos los caminos vacíos de La Forestal. Duele la burla. En casi todas
las ciudades santafesinas hay una calle con el nombre de Enrique Mosca,
el que dio una guardia uniformada a la empresa para que ningún obrero
osara luchar por sus derechos. En cambio, en ningún lado se lee ni
siquiera una placa en recuerdo a Teófilo Lafuente, el digno luchador por
los derechos humanos en esa tierra rojiza.
Fuente: http://ar.geocities.com/veaylea2000