Negociaciones colectivas sin piso salarial EL CONSEJO DEL SALARIO NUNCA FUNCIONÓ Empresarios establecen salarios En Argentina el 40% más de la mitad de los trabajadores tiene ingresos inferiores al mínimo y el 80% de los hogares no reúne, siquiera, el ingreso correspondiente a la canasta familiar.
El salario mínimo de $900 no supera siquiera la línea de pobreza medida con el Índice de Precios al Consumidor, IPC, trucho que Guillermo Moreno construyera. El salario promedio debería ubicarse en torno a los $ 2.150 y el salario mínimo sin carga familiar en $ 1.290. Frente a una nueva reunión del Consejo del Salario, corresponde efectuar las siguientes consideraciones: a) Una institución que el Gobierno presentara con el objetivo supuesto de promover la participación de los distintos sectores (del trabajo y la producción) en la elaboración de políticas laborales y productivas ha sido transformada por el propio Gobierno -en el año final de su mandato- en un escenario en el que simplemente se anuncia la decisión sobre un valor de salario mínimo, que se tomó por fuera de la institución. En síntesis, el Consejo de Salario nunca funcionó. b) No haber aprovechado este ámbito implica no haber podido innovar en las políticas de ingreso, privándonos de situar el debate sobre el salario mínimo en el marco mayor que supone discutir cuál es el piso mínimo de ingresos que debe reunir un hogar en la Argentina de hoy. Cuestión imprescindible para un país donde sólo el 40% más de la mitad de los trabajadores tiene ingresos inferiores al mínimo y donde el 80% de los hogares no reúne, siquiera, el ingreso correspondiente a la canasta familiar ($2.686 a junio de 2007). Así mismo, no se ha podido entender que la profunda heterogeneidad vigente en nuestra economía hace que una política de redistribución de ingresos requiera de una política simultánea que garantice el tratamiento específico e integral de las unidades económicas de menor tamaño (pymes) y de las regiones más postergadas de la Argentina (esto explica el voto negativo de Apyme y Federación Agraria). c) Si en los comienzos de la crisis, (2002/2003) la línea de pobreza podía ser referencia provisoria para fijar salario mínimo, esta cambia drásticamente cuando la discusión se plantea a 5 años de crecimiento a tasas del 8% anual. d) Que el salario mínimo, fijado para agosto ($900), no supera siquiera la línea de pobreza medida con el IPC trucho que Guillermo Moreno construyera a partir de la intervención oficial sobre el INDEC. e) Que si, además, se efectúa la medición adecuada de la canasta de pobreza según la metodología tradicional, ésta se ubicaría -en junio- en $1.023. Por lo tanto, ni siquiera los $980 previstos para diciembre se acercan al valor que hoy ya tiene la canasta. f) Dado que la canasta familiar a junio es de $2.686, el establecimiento de proporciones razonables obligaría a entender que el salario promedio en la Argentina debería ubicarse en torno a los $ 2.150 y que el salario mínimo para los trabajadores sin carga de familia no podría bajar de $ 1.290. g) Esta discusión solo se podría dar si el Gobierno asumiera una política seria e distribución del ingreso, fijara el salario mínimo, como paso previo a las negociaciones colectivas y transformara, de este modo al salario mínimo en un instrumento que fortaleciera la capacidad de discusión de los trabajadores en las empresas. Lo que se hizo fue exactamente al revés. Se abrieron las negociaciones colectivas sin piso salarial mínimo y, una vez cerradas estas, se fijó un salario mínimo en base a lo que los empresarios dicen que pueden pagar. Claudio Lozano |
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