Quiero iniciar esta disertación planteando las siguientes preguntas: ¿Por qué
hablar de Karl Marx, pensador y revolucionario del siglo XIX en el siglo XXI?
¿Se debe insistir en el estudio y vigencia de su obra? ¿Se puede argumentar a
su favor si los países del llamado campo socialista en Europa del Este se
fueron a pique y se constituyeron en sociedades capitalistas? Estos
cuestionamientos, en ocasiones formulados por los ideólogos del capitalismo,
por los pensadores postmodernos, y en otras por una intelectualidad
supuestamente de izquierda, nos permiten abordar algunas cuestiones
fundamentales para comprender la trascendencia del pensamiento de quien
Federico Engels, su amigo y hermano, dijera que es el más grande ! pensador
que ha tenido la humanidad y a quien el héroe de la independencia de Cuba,
José Martí, manifestara que merece honor por haberse puesto al lado de los
débiles.
Partamos de la pregunta que hace referencia al por qué hablar de Karl Marx en
el siglo XXI. Primero que todo escuchemos brevemente algunos datos sobre la
situación social en la que la humanidad, y sobretodo América Latina, vive en
la actualidad: La quinta parte de la población está en la miseria; 826
millones de personas padecen de hambre física; más de ochocientos cincuenta
millones son analfabetas; mil millones carecen de agua potable estimándose que
para el año 2025 la cifra sea de 3500 millones de personas; 2400 millones no
tienen acceso a servicios sanitarios. En América Latina 224 millones de
personas viven en la pobreza y de ellos 90 millones están en la indigencia. La
deuda externa latinoamericana asciende a 800 mil millones de dólares; siendo
ésta una ! de las causas por las cuales la educación y la salud no reciben los
recursos necesarios por parte de los gobiernos, los mismos que cumplen
fielmente las disposiciones del FMI y de los organismos económicos
internacionales dominados por EE.UU. Los grupos humanos más afectados son las
y los niños, las mujeres y los ancianos, a quienes el modelo neoliberal los
considera desechables o simplemente como mano de obra sujeta de una
explotación mayor, tal como se hace con el trabajo infantil en las fábricas de
la China, de Malasia, de Singapur, donde las y los niños trabajan de doce a
catorce horas diarias en condiciones infrahumanas para producir los juguetes
de McDonalds, de Kentuchy, de la Coca Cola. Por otro lado la situación de la
contaminación del medio ambiente es cada vez más grave, producto de un sistema
basado en una producción irracional y desmedida de cosas superfluas.
¿Producto de que es todo esto? Quienes detentan el poder económico, político y
mediático pretenden confundir a la gente argumentando que la pobreza es
resultado de la vagancia de ciertos pueblos a los que, inclusive, bajo
criterios racistas, han calificado como inferiores. ¿Qué esconde esto?
Precisamente aquello que señalara Marx en su extraordinaria y vasta obra: la
explotación de una clase social sobre otra y el dominio de ciertas naciones
por medio de la violencia, del saqueo y de la imposición ideológica sobre
otras naciones. "La historia de todas las sociedades que han existido hasta
nuestro días es la historia de la lucha de clases" decían Marx y Engels en el
Manifiesto del Partido Comunista, documento histórico que hoy tiene una
vigencia impresiona! nte, tal como lo explica el pensador argentino Atilio
Borón cuando hace referencia a la polarización cada vez mayor de la riqueza
entre la burguesía, la oligarquía, las naciones capitalistas y el
proletariado, los trabajadores en general y las naciones subdesarrolladas.
Federico Engels nos dice: "Pues bien, Marx demostró que toda la historia de la
humanidad, hasta hoy, es una historia de luchas de clases, que todas las
luchas políticas, tan variadas y complejas, solo giran en torno al poder
social y político de unas u otras clases sociales; por parte de las clases
viejas, para conservar el poder, y por parte de las nuevas, para
conquistarlo."
Pero ¿en qué radica la fuerza del pensamiento marxista a través del tiempo? El
pensador marxista vasco, Iñaki Gil de San Vicente señala que el secreto y el
misterio de la efectividad del marxismo radica en que este pensamiento
constituye "la integración crítica de lo mejor del pensamiento occidental
entonces existente; y de, segundo, y fundamentalmente, su capacidad de
síntesis cualitativa superior, de crear algo nuevo, una totalidad nueva pero a
la vez integradora de las aportaciones valiosas analizadas críticamente en la
fase anterior e inicial del proceso creativo. Estamos ante el ejemplo más
brillante del desarrollo de la facultad de emergencia de algo nuevo a partir
de la previa acumulación de componentes viejos hasta llegar a un momento o
punto crít! ico de no retorno, de aparición de lo nuevo a partir de varios
componentes viejos. Eso nuevo es el materialismo histórico y su malla interna
vertebradora es la dialéctica materialista." Lenin decía que "El marxismo es
el sucesor natural de lo mejor que la humanidad creó en el siglo XIX: la
filosofía alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés." Pero
sobre todo el marxismo se nutre de la experiencia revolucionaria de la clase
obrera. Rafael Plá León señala que "Fue el movimiento real de la clase
proletaria y el contacto directo con éste lo que posibilitó en definitiva que
el pensamiento de Marx tomara la forma que tomó." Al mismo tiempo el marxismo
no es una creencia, un dogma; es, por el contrario, un pensamiento abierto,
activo y creador que se nutre permanentemente de las producciones de las y los
seres humanos en todos los campos del saber.
De igual manera hay que señalar que Marx no solo se dedicó a la teorización de
diversos problemas; fue ante todo un revolucionario activo, un hombre
consecuente con lo que teorizó producto precisamente de su contacto con la
realidad en la que vivían los obreros europeos. Marx y Engels tenían como uno
de sus objetivos la formación de un partido obrero, revolucionario sustentado
en una teoría científica; lo que quedó de manifiesto en la participación
activa de ambos en la Liga de los Comunistas y más adelante en la fundación de
la Asociación Internacional de los Trabajadores; lo cual también demuestra su
carácter internacionalista sintetizada en la frase con la cual concluyen el
Manifiesto del Partido Comunista: ¡Pro! letarios de todos los países, unios!
Es esto justamente lo que le confiere validez al pensamiento de Marx y Engels.
Como señala el Dr. Jesús Pastor García Brigos "ante todo nos enfrentamos a la
obra de revolucionarios activos, comprometidos con la práctica cotidiana de
luchas en la sociedad. No eran científicos de gabinete." Por ello también Marx
sufre la persecución brutal del Estado Prusiano y de la burguesía europea, lo
cual le condujo al exilio en varias ocasiones. En sus "Tesis sobre Feurbach"
Marx señala que la tarea de los filósofos no es solo la de interpretar el
mundo, sino la de transformarlo; además explica que solo es en la práctica
donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y
poderío, la terrenalidad de su pensamiento. A través de la actividad
periodística Marx también educó al proletariado y denunció el papel
conciliador y traidor de la burguesía, que se aliaba a conveniencia con los
reyezuelos y emperadores que sobrevivían en Alemania y Francia.
Pero no solamente por ello se debe insistir en el estudio y la vigencia de su
pensamiento. La obra de Marx es un sistema abierto de ideas y un método
revolucionario de transformación de la realidad que nos ha posibilitado el
análisis y la reflexión sobre los más disímiles hechos y sucesos que tienen
que ver con la naturaleza, la sociedad y el pensamiento humano tal como lo
demuestra en El Capital donde expone, como explica Iñaki Gil de San Vicente,
"la teoría de la plusvalía; la ley del valor-trabajo; la ley de caída
tendencial de la tasa de beneficio y la diferencia entre valor de uso y valor,
diferencia que confirma la historicidad del modo de producción capitalista y,
por tanto, la posibilidad de construcción de otra sociedad no basada en el
valor y en! la mercancía, sino en el valor de uso."
El desarrollo de la ciencia también ha confirmado las tesis marxistas. Los
avances científicos demuestran la validez de la dialéctica materialista para
la comprensión de los hechos y fenómenos de todo tipo; lo cual se confirma con
los avances en el campo de la física cuántica, de la biología, de la química.
A finales del siglo XX y en el siglo XXI los apologistas e ideólogos del
capitalismo y del pensamiento postmoderno, han pretendido enterrar a Marx
presentando como uno de sus argumentos la implosión de la ex-URSS y la caída
del llamado campo socialista de Europa del Este o del socialismo real. Pero de
ninguna manera esto puede constituirse en un argumento válido para combatir al
marxismo. Sin querer ahondar en explicaciones sobre lo ocurrido en aquellos
países, puesto que no es el objetivo de este conversatorio, solo cabe señalar
algunos elementos para demostrar lo incorrecto de esta postura: primero que
todo la traición stalinista, el proceso de burocratización en la ex-URSS y el
surgimiento de un capitalismo de Estado, que estuvo acompañado de una
distorsión del pensamiento de Marx, Engels y Lenin por parte de Stalin. Surge
en esos momentos la concepción equivocada que el marxismo estaba constituido
por el materialismo dialéctico y el materialismo histórico como si se trataran
de dos cosas distintas. Igualmente surge la tesis del economicismo y del
determinismo mecánico por medio de la cual se señalaba que era la base
económica la que determinaba los cambios y el funcionamiento de la
superestructura; olvidando que Marx y Engels entendieron a la sociedad como un
sistema dinámico complejo, como un todo estructurado y dialéctico en donde la
base económica y la superestructura ideológica están interconectados y que,
por lo tanto tienen una influencia mutua; siendo el ser social solamente en
última instancia el que determina las transformaciones sociales. El marxista
Alan Woods explica que "los autores del Manifiesto contestaron repetidas veces
! a esta burda caricatura, como se ve en la célebre carta de Engels a Bloch:
"Según la concepción materialista de la historia, el elemento determinante de
la historia es en última instancia la producción y la reproducción en la vida
real. Ni Marx ni yo hemos afirmado nunca más que esto; por consiguiente, si
alguien lo tergiversa transformándolo en la afirmación de que el elemento
económico es el único determinante, lo transforma en una frase sin sentido,
abstracta y absurda. La situación económica es la base, pero las diversas
partes de la superestructura: las formas políticas de la lucha de clases y sus
consecuencias, las constituciones establecidas por la clase victoriosa después
de ganar la batalla, etc., las formas jurídicas, y, en consecuencia, inclusive
los reflejos de todas esas luchas reales en los cerebros de los combatientes:
teorías políticas, jurídicas, ideas religiosas y su desarrollo ulterior hasta
convertirse en sistemas de dogmas, también ejercen su influencia sobre el
curso de las luchas históricas y en muchos casos preponderan en la
determinación de su forma"."
El ascenso de la socialdemocracia y la imposición del modelo soviético a los
países de Europa del Este luego de la segunda guerra mundial, constituyó otro
elemento que provocó la distorsión del pensamiento marxista. El aparecimiento
de modas intelectuales que tomaron como base al estructuralismo y al
funcionalismo y lo pretendieron unir con el marxismo, también significó una
distorsión del pensamiento de Marx y Engels. Todo esto fue difundido a través
de los manuales de la academia de ciencias de la ex-URSS y por las
universidades europeas, sobre todo en Francia e Italia. En América Latina esto
influyó mucho en la forma de comprender el marxismo. Fue un error no acudir a
la fuente directa, sino a los manuales. ! Ernesto Che Guevara fue uno de los
críticos de ese pensamiento seudomarxista.
En este sentido no es el marxismo el que ha fracasado; por el contrario hoy ha
adquirido mayor fuerza y vigencia; y no porque Marx y Engels sean autoridades
del pensamiento a las que haya que acudir cual si fueran dioses. Es la
realidad misma la que confirma su validez histórica. Ya se han señalado
algunos datos sobre la situación en la que la mayoría de los habitantes del
planeta viven, lo cual se ha agravado por la prepotencia del imperialismo
estadounidense y el surgimiento del neofascismo. Vemos como los EE.UU.
masacran al pueblo Iraquí, como agreden a Cuba y fomentan la contrarrevolución
financiando a mercenarios que los medios del engaño pretenden calificar como
"disidentes", observamos la intromisión de los Estados Unidos en los asuntos
internos de la Re! pública Bolivariana de Venezuela y de Colombia donde,
conjuntamente con el fascista de Uribe Velez, los militares y los grupos
terroristas de derecha pretenden derrotar a la insurgencia. Pero también
asistimos a un momento de ascenso de las luchas populares que, aunque
dispersas, constituyen elementos importantes en el desarrollo de la revolución
mundial; así la radicalización del proceso revolucionario comandado por Hugo
Rafael Chávez Frías en Venezuela, la defensa de la revolución y las conquistas
del socialismo en Cuba dirigida por Fidel, la lucha del pueblo iraquí y su
resistencia contra los invasores, la firmeza del movimiento guerrillero
colombiano, el combate popular en Bolivia, etc.
En todos ellos está el pensamiento de Karl Marx como una guía de acción
revolucionaria. Iñaki Gil de San Vicente dice que "la obra de Marx y Engels
aparece en la actualidad como el único método que, además de explicar
coherentemente el pasado, permite comprender qué está sucediendo a escala
mundial y, lo que es más importante, cuales son las tendencias fuertes ante el
futuro.
Estas son las razones que explican la actual "vuelta al marxismo", y también
las que explican que este reaparezca, renazca de sus cenizas, cada vez que,
tras haberlo dado por muerto, las exigencias de la lucha de clases a escala
mundial imponen su vuelta a escena. Ahora bien, cada vez que el marxismo es
dado por muerto se produce en su interior una verdadera autocrítica creativa,
un repaso de las causas que le han llevado a esa situación y, a la vez por su
mismo contenido dialéctico, un enriquecimiento de su método para responder a
las nuevas formas que adquieren las contradicciones esenciales del
capitalismo.
Lo más significativo de estos resurgimientos radica en que se producen tras
grandes convulsiones sociales que han demostrado el creciente distanciamiento
entre la realidad y la teoría." Concluyendo, señalo con Engels que el nombre
de Marx vivirá a lo largo de los siglos, y con su nombre, su obra.
Dax Toscano Segovia
Ponencia para el conversatorio Karl Marx Hoy, Facultad de Comunicación Social
de la Universidad Central del Ecuador, 5 de mayo de 2.004
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