“Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. (Tesis novena sobre Feuerbach /Carlos Marx).
Es, sin duda, la crisis más importante del capitalismo desde 1929. Pero no es comparable, y eso la hace especialmente grave,porque la historia nunca se reproduce de la misma manera, y porque precisamente, el capitalismo se dotó desde entonces de mecanismos para que novolviera a ocurrir la caída en picado y en cadena del consumo y la producción.
Pero no es este el objetivo de este artículo. Sobre las características de la crisis, sobre su carácter financiero, de sobre producción, de interconexión inédita de las economías a nivel internacional, sobre la combinación con la crisis alimenticia y medioambiental, ya se ha escrito bastante. Pongo al final enlaces con artículos que analizan todo esto de forma brillante (1). Pero….
Nunca ha existido tanta distancia entre el análisis “marxista” y su consecuencia: aportes e iniciativas, en el terreno de la organización y la lucha. Aún autores indudablemente anticapitalistas eluden lo que serían tareas evidentes para todo marxista: Que hacemos, desde donde lo hacemos, quienes lo hacemos.
La sombra de Ionesco: “El Rinoceronte”.
“En un pueblo sus habitantes empiezan a mutar, de repente, en rinocerontes. Se entabla una discusión entre Juan y Berenguer sobre si se trata de un único rinoceronte, sobre si tenía uno o dos cuernos y sobre si era de origen asiático o africano…”
Como en esta obra de teatro del absurdo, se produce una dramática contradicción entre la realidad, la percepción y la respuesta. Parece que nadie quiera asumir las consecuencias en su sentido histórico, parece que nadie se siente actor del momento. El sistema ha logrado convertir a sus explotados en elementos enajenados y distanciados de la realidad.
La contradicción, entre la crisis del capitalismo y la falta de una dirección revolucionaria, la evidencia de la formulación dramática SOCIALISMO O BARBARIE, como fue lanzada por Trotsky antes de la segunda guerra mundial, pesa después de tantos años.
Ciertamente, el sistema ha seguido creciendo. Al margen de desarrollarse sobre la sobreproducción de lo innecesario, de integrar definitivamente a la “izquierda” que algún día se llamó comunista o socialista, ha creado un nuevo espécimen intelectual bien pagado. Estos se permiten el lujo de analizar y despotricar del sistema, de dar recetas teóricas para su desaparición, en conferencias y artículos sin plantearse, por un momento, la acción como elemento transformador. Parecería, que estos análisis ypropuestas pudieran realizarse por consenso popular, por la pura “predicación”, o a lo sumo creando una marca electoral.
Pero esta actitud, penetra en algunas organizaciones de la izquierda anticapitalista. Opera en la forma de izquierdismo pesimista, que lleva a la actitud típicamente escéptica de pronosticar a priori y apostillar “yo ya lo dije”, después de pasados los acontecimientos. Si alguno se une al “club de los infalibles”, resulta una victoria para sus intenciones. Se convierten así en los “nuevos profetas del Apocalipsis”.
En su grado mas leve, esta enfermedad, afecta a la mayoría de organizaciones en la forma de mantener, por encima de todo, sus diferencias programáticas, antes que las posibilidades de acometer iniciativas de organización conjunta con otras, ante la realidad que se nos muestra cruda: Estamos mutando en rinocerontes!
En todos los casos, se trata de la incapacidad para organizar, para defenderse, desde la acción concreta, de los ataques del capital en las cosas más sencillas y centrales que afectan a la vida: carestía, precariedad, vivienda, educación, sanidad, etc.
Ahora, la responsabilidad es nuestra.
“La revolución: ni calco ni copia sino creación heroica” (Jose Carlos Mariategui).
No podemos esperar nada de las “direcciones tradicionales” pero tampoco de aquellos que a su izquierda renuncien a abandonar esos aparatos escudándose en las posibilidades que aún existen en tal o cual personaje o corriente.
No se puede afirmar que eso obedezca a un acomodamiento personal, burocrático. No solo es eso. Un buen número de “cuadros” de la izquierda en ruptura, no conocen otra forma de operar políticamente, han perdido la capacidad de elaborar fuera de los marcos en los que han trabajado siempre. Los sindicatos mayoritarios, más aún, se han convertido en pacificadores de la contestación. Han ido perdiendo sus mejores luchadores en cada una de las traiciones que han realizado. Los pocos núcleos que quedan de viejos sindicalistas honrados se debaten entre la impotencia y el voluntarismo estéril.
Pero fuera no se ha logrado consolidar una organización, ni política ni sindical, que pueda dirigir la lucha contra las agresiones del sistema en crisis y, aun menos, que resulte una alternativa anticapitalista.
Pero esa es la tarea urgente. Ahora la responsabilidad es nuestra. La crisis del sistema capitalista, resulta evidente y admite una explicación pedagógica por los hechos de la realidad cotidiana. Necesitamos agrupar “una masa crítica suficiente” para llegar a la multitud de gente que buscará alternativas.
La población trabajadora vivirá las consecuencias de la crisis de forma descarnada y desconfía de “los partidos” que les están vendiendo el engaño. Esa es la línea en la que no se puede transigir. No se puede ni gestionar ni apoyar la gestión de un sistema en crisis terminal. Que necesita del engaño para refinanciar su crisis bajo la anulación de las conquistas del movimiento obrero y retornándonos a condiciones de explotación de principios del pasado siglo.
Para dar una alternativa política anticapitalista se necesita “un cuerpo político”, capaz de encontrar junto a los movimientos sociales y sindicales una respuesta: “otro mundo posible”.
Por ello es urgente el reagrupamiento de la izquierda anticapitalista ante la magnitud de las tareas que se plantean. La crisis ha unido en un solo paquete todas las reivindicaciones y muestra de forma evidente la ineficacia del sistema.
La crisis cierra empresas, precariza los empleos baja los salarios, niega el acceso a la vivienda, degrada la educación, la sanidad, etc. para capas cada vez más extensas de la población, mientras utiliza el dinero público para reflotar el capitalprivado, que además, sube las hipotecas.
Todo esto podíamos decirlo hace un año, la diferencia es que ahoramucha gente es capaz de comprenderlo y lo vive. Ese es el cambio fundamental. Pero nos hace falta audacia, romper las inercias que en muchos casos no son ni legados teóricos, hace falta reelaborar: “inventar” y estar a la altura de la tarea que requiere la lucha anticapitalista. Al sistema no lo podemos “convencer”, hay que liquidarlo o acabara con la humanidad.
Dar forma organizada a la solidaridad
“O inventamos ó erramos…” (Simón Rodríguez)
La democracia de base y la solidaridad como forma de resistencia a la crisis, como consigna de organización. Crear “espacios políticos” territoriales, ganar la calle, empezando por los que ya trabajamos juntos, pero con vocación de dirigirnos a todos los trabajadores y trabajadoras de la ciudad, barrio o pueblo.
El nombre es lo de menos, En nuestro contexto, en Catalunya puede ser “la Trobada” en Nou barris, la “Assemblea” en Santso Gracia, “Gent de Gramanet”, las CAV del Vallés o sobrepasando el marco electoral, abriendo y convirtiendo las CUPS en núcleos de reagrupamiento y resistencia. Con vocación unitaria, democrática y abiertamente anticapitalista, integrando las luchas territoriales, coordinándose fuera del marco local. Asumiendo todas las reivindicaciones que la crisis evidencia: desde la carestía de vida hasta la degradación del medio ambiente. Unificandoprogramas y calendarios. Haciendo POLÍTICA. Con democracia de base y solidaridad como valoresaglutinantes y transversales. La izquierda anticapitalista necesita ya acumular “una masa crítica” en “este cuerpo político”, por urgencia histórica, capaz de dar un vuelco a la situación tan desfavorable que vive la clase trabajadora a nuestro país. Sin más dilaciones!!!
Y todo ello trasladado al territorio, a los barrios y las poblaciones. No como alternativa a las empresas pero si como trinchera provisional, dada la pérdida de capacidad de resistencia si la planteamos únicamente desde los sindicatos. Como lugar de agrupamiento de fuerzas. ¿Porque?
Desde hace tiempo, en palabras del filósofo marxista francés Daniel Bensaïd: “…la desconcentración y dispersión de los lugares de producción, la individualización de los salarios de los horarios, la generalización de la flexibilidad, la presión del paro y la precariedad, multiplican las diferenciaciones y fragmentan a los colectivos. Hay dos lecturas opuestas de estas evoluciones. Una de ellas ve la extensión del proletariado a los sectores empleados en los servicios, la otra un “ascenso” explosivo de las clases medias… en todo caso…El ascensor social se encuentra bloqueado en el piso, sino en caída libre…El retrato robot del hombre medio idealizado corresponde al 10%, no al 70% de la población…La fuerza de Le Pen fue hacer política cuando otros se contentaban en gestionar asuntos corrientes” (2).
De lo anterior, se puede también deducir que lejos del “nada que hacer”, tenemos una correlación de fuerzas sociales favorable. El 70% de la población es victima objetiva de la crisis del sistema y sufrirá las consecuencias. Por contrapartida, en términos gramscianos, estamos muy lejos de la correlación política favorable, es decir de la “hegemonía”.
Para ello hace falta organizar y llevar a cabo acciones de resistencia que den la seguridad a cada vez más gente de que es posible cambiar las cosas, que cree los debates, que recoja experiencias organizativas para acometer el salto de la resistencia anticapitalista a una nueva correlación de fuerzas para luchar por el socialismo. La tarea es dura, por eso es necesario ponerse manos a la obra.
El salto en la conciencia y la correlación de fuerza, no se producirá ni espontáneamente ni por los efectos de la pura agitación de “grupúsculos” bienintencionados.
Hoy esta discusión cruza transversalmente la mayoría de las organizaciones de Catalunya y el estado español. Los activistas de todas ellas se encuentran en todas las luchas, luchan en frente único, codo a codo y incluso sin tapujos hablan de las dificultades de sus organizaciones por liderar un proceso de confluencia democrática, de abajo a arriba, sin apriorismos ni prevenciones. La parálisis política en estas circunstancias no hace más que atrasar las luchas y agudizar el sufrimiento de la gente trabajadora.
El nacimiento en Francia del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) es una noticia esperanzadora. Aunque no es transmisible mecánicamente aquí, ni por las luchas victoriosas de resistencia en las que se ha apoyado, ni por la acumulación previa de militantes anticapitalistas que han permitido su lanzamiento (LCR/ Ligue Comuniste Revolucionaire). Es una buena experiencia a estudiar y tener en cuenta. En nuestros próximos congresos, los militantes de Revolta Global y Espacio Alternativo debatiremos sobre ello, y acordaremos propuestas concretas.
Sabemos que hoy ya somos muchos los que pensamos que nos sobran “análisis correctos” y nos faltan activistas en los movimientos sociales y sindicales para lanzar las luchas. Pero sobre todo, faltan procesos “organizativos” de confluencia “política” de la izquierda anticapitalista en los territorios y de los activistas sindicales en las luchas de empresa y sectoriales
(1) artículos relacionados:
Financiarización y economía real: perspectivas para una crisis civilizatoria, Eduardo Gutiérrez y Daniel Albarracin. http://www.vientosur.info/documentos/Financiarizacion.pdf
Como la crisis del 29, o más… Un nuevo contexto mundialFrançois Chesnais http://www.puntodevistainternacional.org/spip.php?article211
Lección acelerada de capitalismo Claudio Katz http://www.puntodevistainternacional.org/spip.php?article215
La cara antidemocrática del capitalismo, al descubierto, Noam Chomsky http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2110
China emerge como acreedor silencioso Alfredo Pastorhttp://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2098
Culpables, millonarios e impunes Ramón Muñozhttp://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2099
(2) Retornos de la Política, Daniel Bensaïd, Viento Sur, nº 95 (enero 2008)
http://www.vientosur.info/articulosabiertos/VIENTOSUR-numero95-03-bensaid.pdf
Josep Cruelles y Salva Torres, activistas de Revolta Global | Para Kaos en La Red |