José Mujica y la racionalidad
irracional del imperialismo
¿Es Mujica un inepto, cínico
e irresponsable o simplemente un instrumento?
En un esfuerzo por responderme ésta pregunta no he podido
evitar concluir que tal vez sea ambas cosas al mismo
tiempo y además, que por ser lo primero, es que pudo
llegar a convertirse en lo segundo.
No es cierto que los dichos del precandidato, su discurso
y su actitud política, se deba a que no quiere ser
presidente, como afirmó el doctor Luis Alberto Lacalle.-
Tampoco me parece que simplemente diga “estupideces” por
alguna suerte de alienación, senilidad o idiosincrasia, o
porque sea irrespetuoso o chabacano.
Un día se presta a ser entrevistado por un periodista y al
otro no recuerda lo que le dijo para después sostener que
fue una conversación con un amigo y que no debía ser
publicada.- Más tarde se arrepiente de sus declaraciones,
¡las mismas que ayer no recordaba! y publica, en su
facebook, que está haciendo dos cursos acelerados: uno
para aprender a callarse la boca y el otro para aprender a
no ser tan nabo, al tiempo que acusa de traición y engaño
a quien lo entrevistó y que, supuestamente, han sido
sacadas de contexto sus profundas reflexiones.- Por si
esto fuese poco, un par de días más tarde se anuncia la
edición de un nuevo libro conteniendo nuevos dislates del
mismo tenor, pero asegura que esta vez y para tranquilidad
de sus confundidos lectores, ha sido revisado por él mismo
en persona, ¡como si esto fuera garantía de coherencia!.
Permanentemente dice y se desdice y su discurso está
siempre compuesto de enunciados tautológicos y/o
contradictorios para luego burlarse sistemáticamente de
las críticas y objeciones que algún periodista
intelectualmente honesto le realiza.
De esta manera se mantiene fiel a su filosofía del “como
te digo una cosa te digo la otra” y es precisamente aquí
donde radica el quid de su extraño y aparentemente absurdo
comportamiento.- La explicación está en que no se trata
meramente de ignorancia o chabacanería sino de una bien
definida estrategia; sí, se trata nada más ni nada menos
que de ideología.- Es ésta la estrategia de que se vale la
ideología dominante, utilizando para ello a los “Pepes” a
los que busca y adiestra cuidadosamente para tal fin.
La actitud de Mujica y sus “amigos”, así como las
meditadas reflexiones críticas del Presidente de la
República, no hacen más que enmarcarse dentro del
pensamiento “posmoderno” (léase neoliberal); el mismo que
permanentemente niega la validez de todo discurso que se
pretenda coherente.
Se busca banalizar el discurso político de manera que el
oyente acaba por despreciar la política por demagógica y
absurda, convirtiéndose así en un simple votante,
consumidor del mensaje publicitario que le vende un
candidato como un producto más del mercado.
Es así que el discurso político, en lo que hace a sus
contenidos (salud, educación, vivienda digna, trabajo
genuino, etc.) lo mismo que conceptos tales como
socialismo, antiimperialismo, democracia, igualdad,
soberanía, etc., pierden relevancia ante una sociedad que
por estar cada vez más incapacitada para pensar
críticamente; los percibe como utopías inalcanzables al
ser permanentemente presentados (por los “Pepes” de turno)
como anacrónicos, decadentes y pasados de moda.
Éste y no otro es el fin buscado por ésta filosofía y
Mujica resulta ser, en nuestro medio, el candidato ideal
para llevarla adelante, precisamente por su falta total de
ética política e intelectual, así como por su perfecta
ignorancia, tanto en aspectos económicos, sociales,
técnicos o humanos de cualquier tipo, como con respecto al
papel que él mismo está cumpliendo dentro de este esquema
ideológico y para el cual ha sido elegido con expresa
intención y total acierto.- Aspecto, éste último, que
naturalmente también ignora, llegando a estar convencido
de que se encuentra donde está ¡por el apoyo popular y su
inefable carisma personal!.
En definitiva nuestro desconcertante “caso Mujica” no es
más que otro botón de muestra del accionar de las élites
del imperialismo capitalista neoliberal, explotadoras de
los pueblos, para lo cual se valen invariablemente de
elementos funcionales a los que compran con las consabidas
herramientas del poder económico y mediático.
Perdón por la extensión de este apunte que no pretende ser
más que un intento de analizar desde un punto de vista más
intencional que casual, algo que a simple vista puede
aparecer como un cuadro mediático-político de total
irracionalidad, cuando su intención primera es
precisamente ocultar la racionalidad de la que se valen
las fuerzas dominantes del mercado.-
Afortunadamente para nosotros la Asamblea Popular aparece,
más que oportunamente, como expresión de una conciencia
que no se deja dominar y que está llamada a ser el reducto
de todos aquellos compatriotas que no se venden y
continúan fieles a un pensamiento de izquierda que ni es
utópico ni ha pasado de moda, sino que muy al contrario
es, cada día más, la única opción viable para los pueblos
y el planeta todo.
Carmen del Centro
Fuernte: http://www.radio36.com.uy
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