“Palestina
es una gran cárcel”
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13 de julio del 2007
Segregación, discriminación, humillación e
injusticia son palabras que no alcanzan a describir la situación del
pueblo palestino. El abogado Daniel Stragá pudo comprobarlo y
vivirlo en carne propia cuando viajó a Palestina e Israel invitado
por la organización de derechos humanos SODEPAZ (Solidaridad,
Desarrollo y Paz) con sede en Madrid. Coincidiendo justamente con el
conflicto armado entre Hezbollah y el ejército israelí, el viaje
transcurrió entre el 4 y 15 de julio del año pasado, en el cual pese
al estado de sitio impuesto en la zona, que le prohibió entrar a
Gaza y a algunas otras aldeas, Stragá se entrevistó con ex alcaldes,
diputados, organizaciones de derechos humanos y con los pueblos
palestino e israelí. Resultado de la experiencia surgió el libro
“Palestina, el otro apartheid”, crónica periodística que relata la
realidad de cómo viven los palestinos y principalmente: cómo
resisten. Prensa De Frente lo entrevistó para saber acerca de su
experiencia:
¿Cómo participan activamente las
organizaciones de derechos humanas palestinas o israelíes?
The Israelí Comité Against the House Demolition es un
grupo de chicos que se encargan de reconstruir las viviendas
palestinas demolidas por el ejército israelí y lo que hacen es
agarrar los escombros y tirárselos al Ministerio del Interior, como
un escrache a los funcionarios. He tenido la oportunidad de hacer
acciones y pintadas contra del muro que construye Israel. Cuando
había internacionalistas como yo, los militares no disparan más que
con balas de goma o algunos gases. Si van los palestinos les
disparan con balas de plomo. Han vendido que son la gran democracia
de Oriente y es el único país del mundo que no tiene Constitución.
Además tienen la tortura legalizada y los diez mil presos políticos
sufren procesos judiciales en los cuales sólo un cinco por ciento
son posibles de resultar absueltos.
¿Cómo es la sociedad israelí respecto del
pueblo palestino?
Tuve la posibilidad de ver lo discriminadora que es
la sociedad israelí desde el punto de vista racial, por un enorme
desprecio del israelí asque-nazi, el descendiente de polacos, rusos,
lituano de piel y ojos claros hacia el árabe. Y también desde el
punto de vista religioso, ya que el Estado de Israel es teocrático,
basado en principios de la Torá y lo notás fundamentalmente el poder
que tienen los rabinos. Algo que pude comprobar es que no permiten
la existencia de un Estado palestino, no tanto en Gaza, sino
Cisjordania, porque creen que eso es Samaria y Judea, territorios
bíblicos y hay una nueva interpretación de la llegada del Mesías que
va a ocurrir en el momento en que Israel logre tener determinado
tipo de territorio que se asemejaría a lo que fue el imperio de
Salomón. Estamos hablando de hace tres mil años atrás, todo esto
parece muy ridículo, pero de hecho son los lineamientos básicos de
la política exterior del gobierno y del pueblo israelí. Por eso
Israel hizo todo lo posible para dilatar el proceso para que
Palestina tenga un Estado propio y no llegar nunca a una solución
que resuelva la situación del Oriente Cercano desde 1947, cuando las
Naciones Unidas partieron la zona. Se van a cumplir sesenta años y
nunca el pueblo palestino pudo acceder a tener un Estado propio. Por
culpa no sólo de Israel sino también de su principal aliado Estados
Unidos y de Occidente en general.
¿Cómo marca su presencia continua Israel?
Además del ahogo económico que le impone a Palestina,
le maneja el agua y se la da un solo día a la semana, mientras que
les cerraron las fronteras para comercializar sus productos con
otros países. Actualmente en los diarios nos dicen que le están
devolviendo los impuestos cobrados en el año 2006, o sea, un Estado
le cobra los impuestos a otro y después no se los da. ¿Por qué?.
Porque ganó Hamas, y las elecciones son democráticas de acuerdo a
quién triunfa, si ganan los míos son democráticas y si ganan los que
no le gustan a ellos, son terroristas.
¿Cómo incide la militarización en la vida
cotidiana de los palestinos?
Es absolutamente insoportable. Estamos hablando de un
ejército de ocupación con sus tanques y militares con armas
sofisticadas en las propias calles. Los colonos judíos en territorio
palestino que están armados hasta los dientes y los “bulldozers”,
que son grúas al estilo de topadoras enormes que demuelen casas
palestinas. Los check points, que son puestos militares construidos
a través de puertas de acceso a ciudades o a este muro tan terrible,
mediante el cual pasar o no al otro lado depende de la arbitrariedad
del milico israelí. Yo lo he visto, no me lo contó nadie, que al
milico un día se le ocurrió que “todos los que tengan sombrero no
pasan al otro lado”, donde pueden estar el trabajo, la escuela o el
hospital. Por esa situación hasta esa época habían ocurrido
alrededor de setenta partos en los check points.
¿Cómo percibiste la resistencia del pueblo
palestino?
Es un porcentaje menor el de la resistencia armada,
la mayoría se encarga de mantener la propia nacionalidad y la
cultura: su supervivencia. La capacidad que tienen los palestinos de
no reventar es increíble. Tienen una esperanza de autonomía, de
autodeterminación y de constituirse como un país, aún conociendo el
enemigo monstruoso que tienen en el medio, que es el mejor amigo de
las Naciones Unidas, que sería quien debería pararle la moto a
Israel y no lo hace. Algo los palestinos remarcan es de la necesidad
de que se cuente lo que están viviendo, porque es algo que se conoce
poco, o por la lejanía, o por la enorme capacidad de la comunidad
judía en Argentina de tapar todo esto, ligada estrechamente al
sionismo. Y por el típico chantaje de “si hablás mal del Estado de
Israel sos antisemita”.
Uno de los grandes problemas de los
palestinos son los campos de refugiados ¿Cómo sigue está la
situación?
Además del problema de falta de libertad individual,
existen la hambruna, marginalidad y hacinamiento: una miseria
monumental. Tuve la oportunidad de ir al de Bethelem, pero al de
Jenin no pude entrar por impedimento del ejército israelí. Los
campos de refugiados se formaron después del año 1948 cuando Israel
avanza sobre muchos territorios palestinos y echa directamente de
las casas a sus habitantes. Sería bueno que los pro-israelíes en
nuestra sociedad conocieran las acciones de paramilitarismo en la
historia de Israel, grupos que entraban a las aldeas y expulsaban
gente o los fusilaban. Como en Sabrá y Shatila, los campos de
refugiados que Ariel Sharon [ex presidente de Israel] en 1982 mandó
a bombardear y mató más de 700 personas.
¿Por qué llamaste al libro “Palestina, el
otro apartheid”?
Palestina es una gran cárcel en la cual los
penitenciarios son el ejército israelí. No te dejan pasar de una
ciudad a otra si no tenés una especie de salvo conducto, igual que
les pasaba a los negros en el apartheid de Sudáfrica en los años
sesenta, por eso el nombre del libro: la segregación y limpieza
étnica son enormemente parecidas. Buscan tu reacción, que es
lógicamente violenta, porque la humillación es tan grande que no la
soportás. ¡Pucha! la resistencia francesa contra la ocupación nazi
era victoriosa, partisana y maravillosa, mientras que la reacción de
los palestinos o los iraquíes frente a la ocupación yankee es
terrorismo. O sino buscan la otra respuesta: que te vayas, como
están haciendo muchos que tienen familiares en España, Chile y
Honduras.
¿Qué impresiones te dejó este viaje?
Conocía todo por lo que había leído y escrito, pero
fue muy importante cotejarlo con la realidad. Fue una experiencia
impresionante, logré acreditar con los hechos que en esa zona se
vive uno de los mayores genocidios que puede dar la humanidad. Vos
no podés abstraerte de eso, ves chicos de seis años aterrorizados.
Dos viajes de mi vida me partieron la cabeza: el de la India y éste
de Palestina e Israel. Le debo al pueblo palestino escribir el
libro, porque la segregación y humillación es tan tremenda que llega
un momento que no te la soportás ni siquiera sabiendo que vos te vas
de ahí. La única posibilidad de soportarlo es contándolo: ese es el
objetivo del libro.
Fuente: Prensa de Frente
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