Camaradas comunistas:
Me llegó por Internet y
por intermedio de "El Militante" la "Carta Abierta de los
Militantes comunistas que evidentemente están en disidencia con el C. C.
de dicho partido.
Desde mi postura de izquierda y sin estar
dentro del Partido les doy razón de ello ya que es evidente el
aburguesamiento que ha demostrado el P. C. en los últimos años.
Por supuesto que mi adhesión está implícita
ya en el hecho de esta respuesta y mi comentario al respecto no puede
dejar de ser al mismo tiempo un llamado a una definición operativa más
que una declamación circunstancial.
Y ese llamado tiene coherencia con lo que dicen al final de la carta, que
hay que construir sobre tierra arrasada. En la izquierda (la verdadera) de
este país, creo que todos saben que es así, pero pocos se definen en
dicha construcción. Cuesta dejar ciertos sectarismos, ciertas posturas
soberbias, ciertas mesianidades, y la humildad en muchos casos brilla por
su ausencia.
Personalmente he presenciado y lamentado la
dispersión de la izquierda en meandros divagantes que nunca confluyen y
se difuminan en la nada y cuyos resultados son evidentes. La izquierda
argentina es un universo de planetas que giran locamente cada uno por su
lado.
Sin embargo existen cosas positivas y una
de ellas es la carta a la que humildemente estoy respondiendo. Previa a ésta,
he asistido al acto llevado a cabo en la Federación de Box por la
reestatización de los ferrocarriles y escuché la declamación, valiente
e impresionante de uno de ustedes. Nada se puede construir si no hay
comunicación, y esta respuesta cierra un pequeño círculo, tal vez
inicial, de esa construcción.
Actualmente, sin estar afiliado, estoy
militando en el MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores) donde
planteo en cada reunión que voy la necesidad de la unidad de la izquierda
y veo cómo cuesta encontrar los mecanismos útiles para la misma. Aunque
en el ánimo de los compañeros también está dicha necesidad como para
llegar a los objetivos que todos conocemos. Pero si bien el ánimo es
fundamental es preciso llegar a la práctica, de ahí que me siento vivo
contestándoles a su carta, aunque lo haga en forma personal. De todos
modos mis compañeros "saben" que sin unidad no hay nada.
Creo que este vínculo inicial no se debe
cortar y quedo con la disposición voluntariosa de una continuidad en la
unidad de la izquierda.
Un abrazo militante.
Mario Goyena Lórenzen
Escritor y Periodista
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