Sobre una bizarra amnesia
histórica
James Petras
*
Estimado José
Saramago:
En días recientes,
Colombia (infame por sus escuadrones
de la muerte patrocinados por el
gobierno y por las matanzas de
campesinos) se ha convertido en el
lugar favorito desde el que algunos
de los más conocidos intelectuales
del mundo occidental han dictado
disertaciones morales... condenando
a la Revolución Cubana (Susan
Sontag) y a las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (don
José Saramago). Permítame empezar
aclarando que yo no tengo ninguna
objeción a la promoción de su último
libro en cualquier parte del mundo,
pero no si ésta se involucra
apuntando méritos a un régimen que
es responsable de miles de muertes y
del desplazamiento de 2 millones de
campesinos. Como hombre
autoproclamado de izquierdas, usted
ha leído bien y está versado en la
política del mundo, particularmente
en la de América Latina donde usted
frecuentemente ha estado de visita,
ha disertado, publicado y hablado
con numerosos periodistas,
intelectuales, notables políticos y
otros "fabricantes de opinión"
Cuando usted habla,
interpreta y juzga a políticos,
grupos políticos y países, lo hace
con base en su selección de los
hechos y en opiniones que coinciden
con sus valores e intereses. Usted
no habla desde la ignorancia, sino
desde una perspectiva ideológica
desde la que hace sus juicios.
Durante su visita a
Colombia, descartó a dos grupos
guerrilleros, las FARC y el ELN: "En
Colombia no hay guerrilla, son
bandas armadas simplemente". Usted
vino a afirmar que ellos no son
verdaderos comunistas porque, "se
dedican a secuestrar y asesinar,
violando los derechos humanos".
Admite generosamente que "quizás al
principio fueran (comunistas) pero
no ahora". Considera, entonces, que
esta lucha de la guerrilla está sólo
justificada cuando "un país está
ocupado por un invasor extranjero y
el pueblo se debe organizar para
resistir".
Saramago, como usted
bien sabe, hay muchas condiciones
bajo las que el pueblo se levanta
para derrocar a sus opresores:
dictadores militares, regímenes
civiles asesinos, terratenientes y
sus escuadrones de la muerte,
etcétera. Mi estimado José: usted
recuerda ciertamente la resistencia
armada contra Franco, el exitoso
derrocamiento de la dictadura
portuguesa en 1974, así como la
resistencia de la guerrilla popular
en Centroamérica a los tiránicos
"regímenes civiles " en Nicaragua,
El Salvador y Guatemala. O piensa
usted que las guerrillas de Zapata,
Farabundo Martí y Fidel Castro eran
mayormente "bandas armadas" porque
no siguieron sus preceptos de votar
"en blanco". Ellos no se rebelaron
contra un invasor extranjero (aunque
había en abundancia capital,
consejeros militares y sofisticadas
armas extranjeras). Me temo, Pepe,
que su criterio político negaría las
grandes figuras y los hechos
emancipadores del siglo XX. Estos
referentes revolucionarios
continuarán ilustrando a millones de
personas en lucha contra los tiranos
después de que sus entrevistas y
opiniones sean relegadas al cubo de
la basura de la historia.
Pero dejemos por un
momento a un lado su infortunada
amnesia histórica. Discutamos de las
guerrillas en Colombia, en
particular de las FARC. Estas fueron
formadas por 46 activistas
campesinos en 1964, quienes, después
de numerosos esfuerzos por construir
comunidades productivas pacíficas,
sufrieron persecución y fueron
testigos de la destrucción de sus
cosechas, sus casas y sus ganados
por parte del ejército, al tiempo
que eran asesinados sus familias,
amigos y vecinos, todo ello bajo un
régimen civil electo, oligárquico y
represivo, puede estar seguro, bajo
mando colombiano asesorado por
fuerzas especiales norteamericanas.
¿Debieron ellos haber vertido
cenizas en sus cabezas, esconderse
en un arbusto y esperar hasta las
próximas elecciones para emitir un
voto en blanco? ¿Garantizaría usted
sus vidas cuando fueran caminando
hacia el colegio electoral? Sí,
usted concede que, al principio, las
FARC pudieron haber sido
comunistas... ¿pero no después?
Veinte años después las FARC
negociaron un acuerdo de paz con el
entonces presidente Betancourt, para
que muchos de sus militantes y
algunos de sus líderes pudieran
formar un partido, la Unión
Patriótica, y pudieran competir en
las elecciones presidenciales y al
congreso. Entre 1984-1989, más de 5
mil miembros y activistas
electorales fueron asesinados por el
ejército colombiano, la policía y
los escuadrones de la muerte,
incluidos dos candidatos
presidenciales populares. Las FARC
volvieron a la lucha armada.
Don José, ¿fue este
el punto en que ellos dejaron de ser
comunistas? ¿Deben ellos volver a
emitir "votos en blanco"? ¿Dónde,
desde el destierro? ¿Desde Lisboa?
Está claro, Pepe, que las guerrillas
volvieron a las actividades armadas
porque no había ninguna otra manera
para sobrevivir y continuar la lucha
por lo que usted llama una
"democracia eficaz" y contra los
"plutócratas económicos" a quién
usted condena verbalmente. Entre
1999-2001, las FARC estaban de
acuerdo en suspender la lucha armada
guerrillera y seguir negociaciones,
una vez más, con el régimen de
Pastrana. Insistieron en una zona
desmilitarizada, libre de las tropas
paramilitares y militares. Lanzaron
un programa político de reforma
agraria, control público nacional de
recursos estratégicos y de grandes
obras públicas para generar
trabajos. Este programa fue puesto
en la mesa de negociación y se
convirtió en la base para negociar
un acuerdo de paz y justicia. Usted
seguramente recuerda esos días, sólo
unos años han pasado... y sólo unos
años antes de que usted fuera
honrado con el Premio Nobel.
Pepe, usted recuerda
ciertamente que las FARC
establecieron una serie de foros
públicos y talleres e invitaron a
académicos, sindicalistas, granjeros
y gente de negocios para que
presentaran documentos y propuestas.
Pepe, usted seguramente recuerda
esas reformas, sobre todo la
propuesta para desmilitarizar el
país, en ambos lados. Dr. Saramago,
usted como un escritor sabio y
mundano sabe que las "bandas
armadas" no convocan foros ni
escuchan y aceptan propuestas de una
pluralidad de fuentes para hacer de
Colombia una democracia eficaz.
El régimen de
Pastrana abruptamente rompió las
negociaciones con el apoyo del
gobierno norteamericano y lanzó un
ataque masivo en la zona
desmilitarizada. ¿Debía la guerrilla
y sus partidarios campesinos haber
respondido preparándose para emitir
"votos en blanco"? ¿Hubieran
sobrevivido? ¿Era el punto en el
qué, en su opinión, las guerrillas
se convirtieron en "bandas armadas
de secuestradores y asesinos"? Yo
soy serio, Saramago. Quiero que
usted me dé su respuesta acerca de
por qué la propuesta de las FARC
para la reforma agraria y la
desmilitarización tiene el apoyo de
millones de campesinos, desposeídos
y torturados por el gobierno
colombiano que usted se negó a
nombrar, a la que usted oblicuamente
llamó "la situación en Colombia."
¿Por qué semejante discreción cuando
está hablando de un gobierno
terrorista como el del actual
"presidente" Uribe que ha lanzado
una política de tierra quemada a lo
largo del país? José, ¿por qué el
silencio sobre Uribe? ¿Por qué no
condena la masiva presencia
norteamericana en Colombia, 3 mil
millones de dólares en ayuda, 800
consejeros militares, una docena de
bases militares y varios miles de
mercenarios pagados por el
Pentágono? ¿No cuenta eso como
"invasión extranjera", Pepe? ¿O
necesita usted 10 mil millones de
dólares y 5 divisiones de marines
para llamarlo una ocupación militar
norteamericana, para considerar a
las FARC y al ELN auténticos
movimientos guerrilleros y no
"bandas armadas" de merodeadores y
asesinos? Pepe, yo no lamento
escribir a usted de esta manera
directa y atrevida... no sólo es
debido a mi estilo sino a
consecuencia del enorme daño
político que usted ha hecho. Los
términos que usted ha usado para
calumniar a las guerrillas se hacen
eco de la retórica del Pentágono, de
Uribe y del resto de la oligarquía
colombiana. Su idioma político que
inhabilita a la guerrilla en
Colombia es empleado a lo largo de
América Latina por las clases
gobernantes contra los movimientos
populares. En Brasil, Paraguay y
Bolivia, los terratenientes
describen a los trabajadores
campesinos y movimientos de los sin
tierra como "vagabundos",
delincuentes y "bandas armadas."
Saramago, ¿quién es el responsable
original de esos términos; usted o
los terratenientes?
Pepe, terminaré diciéndole lo que
pienso. La guerrilla –las FARC y el
ELN– son hoy, y fueron siempre,
guerrillas. Están armados porque
tienen que estarlo, porque Colombia
necesita cambios básicos y el
sistema político no permite otros
medios, incluidas elecciones que se
celebren sin terror ni intimidación.
Usted tiene derecho a opinar, pero
las circunstancias, el contexto y la
sustancia de sus comentarios sólo
pueden entenderse como elementos que
fortalecen a los líderes terroristas
y a las fuerzas militares de
Colombia. Usted afirma ser
comunista, pero hay muchos tipos de
"comunistas" hoy: aquellos que
robaron el patrimonio público de
Rusia y se volvieron notables
oligarcas; aquellos que colaboran
con el brutal régimen colonial
norteamericano en Iraq; aquellos que
se han esforzado durante cuarenta
años en las fábricas, selvas y
campos de Colombia para una sociedad
sin clases; y aquellos "comunistas"
que temen al problema (imperialismo)
y temen la solución (revolución
popular) y hacen de todo ello una
cuestión de preferencias personales.
Las ideas, como usted
sabe, tienen consecuencias y sobre
todo usted, José, sabe que sus
palabras son seguidas por millones
de sus devotos literarios. Piense
antes de hablar de "bandas armadas"
porque usted está justificando el
asesinato de miles de colombianos
que han escogido tomar el camino más
difícil y peligroso hacia la
emancipación de su país. En el
pasado reciente, hemos compartido
opiniones y posiciones, pero de aquí
en adelante tomamos caminos
divergentes. He perdido mi confianza
en usted. Usted ha defraudado mis
esperanzas. Usted sigue su camino y
yo sigo el mío.
Sin dolor ni pesares.
* James Petras es un intelectual
marxista norteamericano. Docente de
la Universidad de Binghamton