Poetas, actores, músicos y periodistas de EEUU llaman a la desobediencia civil
El gran historiador de los de abajo, Howard Zinn, convocó anoche a los héroes populares del pasado para guiar, apoyar y alentar a los héroes del presente en el movimiento de resistencia en Estados Unidos.
David Brooks- La Jornada ) EEUU - "Estas son las voces no de la historia oficial, sino de los que han resistido, de los disidentes, gente trabajadora, socialistas, anarquistas, los que se opusieron al establishment en nombre de la paz y la justicia para todos", declaró Zinn al inicio del acto en el gran auditorio de la universidad Cooper Unión. "Ellos son la voz de los desafiantes, porque esa es la voz que necesitamos. Tenemos que alentar a la gente a desafiar este sistema, tenemos que hacer algo; esto es más bien un llamado a la acción".
Aquí estaba Bartolomé de la Casas, se presento el gran líder libertador afroestadounidense Frederick Douglass, junto al líder socialista Eugene Debs, los poetas Langston Hughes y Allen Ginsberg, y músicos como Billie Holiday y Woody Guthrie, entre otros, en voz del actor Danny Glover, Ally Sheedy, la artista de spoken word Staceyann Chin, el músico (y premio Grammy) Steve Earle, y la periodista Deepa Fernández, entre otros.
Earle entonó la famosa canción de Woody Guthrie, pero incluye los versos que casi nunca se cantan, como "al caminar/me topé con letrero/un lado decía 'propiedad privada'/pero del otro lado no decía nada/ese lado estaba hecho para ti y para mí".
Un actor lee la descripción de Bartolomé de las Casas sobre la brutalidad y la avaricia en los primeros encuentros entre los europeos y los indígenas americanos que dejaron devastadas las islas del Caribe, todo bajo la bendición de los "cristianos".
Todos los estadounidenses, dice Zinn, son educados sobre la maravilla de la democracia Jacksoniana, pero "no había tal democracia para todos los indígenas que mató el presidente Andrew Jackson, ni para las mujeres jóvenes que laboraban en las fábricas textileras de Nueva Inglaterra".
Una actriz da voz a las palabras de Harriet Hanson Robinson, quien empezó a trabajar en las maquiladoras textileras a los 10 años de edad a mediados del siglo XIX, y que muchos años después describe cómo participó en una de las primeras huelgas que organizaron más de mil mujeres, entre ellas un gran número de menores de edad.
Se da voz a un editorial del periódico North Star, publicación encabezada por el gran líder afroestadounidense Frederick Douglass, donde ofrece una larga, furiosa y apasionada denuncia de las mentiras, la manipulación política y la justificación religiosa para una guerra lanzada y justificada por ambos partidos políticos -o sea, casi idéntico a la coyuntura actual- pero en este caso se trataba de la guerra contra México en 1848.
"Rogamos a nuestros paisanos a dejar este conflicto horrendo, abandonar sus planes asesinos y el camino de la sangre. Antes de la aventura, nuestro país aún puede salvarse. Que la prensa, el púlpito, la iglesia, la ciudadanía, se unan; y que las peticiones inunden los pasillos del Congreso por millones, pidiendo por el retorno de nuestras tropas en México. Eso no podría salvarnos, pero es nuestra única esperanza".
El gran líder socialista de principios del siglo XX, Eugene Debs, se escucha como si fuera hoy. En un discurso contra la Primera Guerra Mundial, advierte que los explotadores siempre se envuelven en las banderas del patriotismo, pero todas las guerras son iguales, sólo benefician a la clase dominante. "La clase dominante siempre declara las guerras, mientras que la clase subordinada es la que lucha en ellas. La clase dominante no tiene nada que perder en las guerras, la clase subordinada tiene todo que perder... Por eso, ustedes, el pueblo, jamás han declarado una guerra. Si una guerra es justa, que sea declarada por el pueblo".
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