Informe del Imperio
¿Qué pasaría si NBC-TV aclamara un golpe contra
Bush?
William Blum
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
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George Bush, fascista, asesino, preside el
gobierno de EE.UU.
Durante la Guerra Fría, si un periodista o visitante
estadounidense a la Unión Soviética hubiera informado sobre
iglesias repletas de gente, habría sido una señal de que la
gente escapaba del comunismo y lo rechazaba. Si las iglesias
estaban vacías, era obviamente un prueba de la represión contra
la religión. Si había escasez de bienes de consumo, era visto
como el fracaso del sistema comunista. Si parecía haber más
abundancia de bienes de consumo, se especulaba qué ocurría en la
Unión Soviética que obligara a las autoridades a tratar de
sobornar a sus ciudadanos
Me recuerdo de esa forma de pensar cuando considero las noticias
sobre Venezuela. La mente conservadora, anticomunista,
estadounidense ve las cosas que tienen que ver con el más
reciente objeto del odio de Washington del peor modo posible
(cuando llegan a ser sinceros). Si Chávez hace que más educación
llegue a las masas de gente pobre, es probable que sea para
indoctrinarlas. Si Chávez invita una gran cantidad de médicos
cubanos a Venezuela para que traten a los pobres, es un signo de
una nueva y creciente conspiración comunista en Latinoamérica,
que incluye a Evo Morales, presidente de Bolivia. Si Chávez gana
repetidas elecciones democráticas... dice el reciente
Secretario de Estado Donald Rumsfeld: “Quiero decir, tenemos a
Chávez en Venezuela con mucho dinero del petróleo. Es una
persona que fue elegida legalmente igual como Adolfo Hitler fue
elegido legalmente y luego consolidó el poder y ahora está,
desde luego, trabajando estrechamente con Fidel Castro y el
señor Morales y otros.” [1]
La última manifestación de esta actitud es la condena de la
negativa del gobierno venezolano de renovar la licencia de RCTV,
una estación privada de televisión. Esto ha sido denunciado por
el gobierno y los medios de EE.UU., y todos los demás
derechistas, como supresión de la libertad de expresión, aunque
todos sepan perfectamente que la principal razón, el sine qua
non, para el rechazo de la renovación de la licencia, tiene que
ver con el apoyo irrestricto de RCTV para el golpe de 2002 que
derrocó brevemente a Chávez. Si hubiera un golpe militar exitoso
en EE.UU. y una cierta estación de televisión aplaudiera el
derrocamiento del presidente (y la disolución del Congreso y de
la Corte Suprema, así como la suspensión de la Constitución) y
si entonces el golpe fuera derrotado por otras fuerzas militares
acompañadas por manifestaciones masivas, y la misma estación de
televisión no informara sobre nada de esto mientras sucedía para
evitar todo apoyo al contragolpe, y en su lugar siguiera
informando de que el presidente había renunciado
voluntariamente... ¿cuánto tardaría antes de que el
gobierno de EE.UU., vuelto al poder, clausurara la estación,
arrestara a sus ejecutivos, los acusara bajo media docena de
leyes terroristas, y los encarcelara con grilletes y buzos
naranja para que nadie volviera a oír hablar de ellos? ¿Cuánto?
¿Cinco minutos? El gobierno venezolano esperó cinco años, hasta
que la licencia de la estación tuviera que ser renovada. Y nadie
ha sido arrestado. Y RCTV sigue pudiendo transmitir por cable y
satélite. ¿Existe otro país en todo el mundo que sea tan
clemente? [2]
Se puede decir que los medios en Venezuela son mucho más libres
que en EE.UU. ¿Puede alguien nombrar a un solo periódico en
EE.UU. que se oponga inequívocamente a la política extranjera de
EE.UU.? ¿Puede alguien nombrar a una sola red de televisión en
EE.UU. que se oponga inequívocamente a la política extranjera de
EE.UU.? ¿Hay un solo diario o cadena de televisión en todo
EE.UU. que haya sido calificado de “medio opositor? Venezuela
tiene numerosos medios de oposición.
¡No creas todo lo que piensas!
“Si el Congreso controlado por los demócratas quisiera obligar
al gobierno de Bush a aceptar una ley con un itinerario para la
retirada de Iraq, no tendría que aprobar la ley contra el veto
de Bush. Sólo tendría que dejar claro que no se aprobaría
ninguna ley de gastos para la Guerra de Iraq sin un itinerario.
Ya que la Constitución exige que el Congreso apruebe todos los
gastos, Bush necesita la aprobación del Congreso para continuar
la guerra. El Congreso no necesita la aprobación de Bush para
terminar la guerra.” [3]
De acuerdo, pero con todo lo que se habla sobre el
financiamiento o no de la guerra, con todas las leyes en el
Congreso, y el veto de una ley de financiamiento por el rey
idiota, sigo buscando una explicación de lo que exactamente
sucedería en la vida real si se “cortara” el financiamiento de
la guerra. ¿Aparecería repentinamente en Iraq un contador o
abogado del Departamento del Tesoro o de la Oficina de
Administración y Presupuesto, entraría en la Zona Verde,
tocaría un pito, y anunciaría: “¡Esta guerra se suspende por
falta de fondos! Les ruego se vaya a casa?” ¿Se negarían los
fabricantes para la guerra (conocidos también humorísticamente
como fabricantes para la defensa) a suministrar sus productos a
crédito? No, si quieren negocios en el futuro. ¿Se le acabarían
pronto al Pentágono los fusiles y las balas, los tanques y los
helicópteros? ¿Cuán probable es eso? Deben tener inmensos
suministros disponibles de casi todo porque nunca saben si no
habrá una necesidad repentina y urgente de llevar la libertad y
la democracia a algún país necesitado, olvidado de Dios. También
deben tener a mano inmensos suministros de dinero. ¿Y quién les
va a impedir que transfieran dinero de una cuenta a otra? ¿Hay
alguien que crea que este gobierno – al que todos hemos llegado
a conocer y amar, y a respetar por su integridad – hay quien
crea que esta pandilla de pillos permitiría que les aten las
manos?
En 1984, el Congreso cortó el financiamiento para la guerra del
gobierno de Reagan en Nicaragua en apoyo a la encantadora banda
de violadores y torturadores conocida como la Contra. ¿Y qué
hizo el gobierno? Obtuvo clandestinamente dinero y armas de
gobiernos extranjeros como Arabia Saudí, Taiwán, Corea del Sur,
la África del Sur del apartheid, e Israel; así como
financiamiento de fuentes internas y del amplio narcotráfico
(sic). ¿No serían igual de ingeniosos los busheviques?
Halliburton, Bechtel, y Lockheed solos podrían financiar la
guerra.
La mancha sobre la humanidad no desaparece
Un informe en la edición de marzo de "Archives of General
Psychiatry", una publicación de la Asociación Médica
(US)americana, basado en entrevistas de cientos de
supervivientes de conflictos de los años noventa en la antigua
Yugoslavia, concluye que “técnicas agresivas de interrogatorio o
procedimientos de detención que incluían la privación de las
necesidades básicas, la exposición a condiciones
medioambientales adversas, posiciones de estrés forzado,
capuchas o vendas en los ojos, aislamiento, restricción de
movimiento, desnudez forzada, amenazas, tratamiento humillante y
otras manipulaciones psicológicas no parecen ser sustancialmente
diferentes de la tortura física en términos de la magnitud del
sufrimiento mental que causan, los mecanismos subyacentes del
estrés traumático, y sus efectos traumáticos a largo plazo.”
El informe agrega que estos resultados no apoyan la distinción
entre la tortura y “otro tratamiento cruel, inhumano y
degradante” (una expresión tomada de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos, 1948), utilizada a menudo en convenciones
y declaraciones internacionales de derechos humanos. Aunque
estas convenciones prohíben ambos tipos de actos, el informe
señala que “una distinción semejante refuerza sin embargo la
interpretación equívoca de que el tratamiento cruel,
inhumano y degradante causa menos daño y podría por lo tanto ser
permisible bajo circunstancias excepcionales.” [4]
Estas conclusiones contradicen directamente las frecuentes
declaraciones de George W. Bush, el Pentágono, et al, de que “No
torturamos.” Quisieran que el mundo creyera que la tortura
psicológica no es realmente tortura; aunque a menudo han
empleado también el tipo físico, en un grado que en una serie de
ocasiones ha llevado a la muerte de un prisionero. (El juez
Andrew Collins del Tribunal Supremo británico: “La idea de
EE.UU. de lo que es tortura no es la misma que la nuestra y no
parece coincidir con la de la mayoría de las naciones
civilizadas.” [5])
Las conclusiones del informe de la revista no apoyan, sin
embargo, el argumento de gente como el profesor de la Escuela de
Derecho de Harvard, Alan Dershowitz, que adora formular la
pregunta clásica: “Y si se ha preparado una bomba para que
estalle, que matará a mucha gente, y sólo tu prisionero sabe
dónde está colocada ¿está bien que se le torture para extraer la
información?”
La humanidad ha estado luchando durante siglos por domar sus
peores conductas; liberarse de la angustia de la tortura está
muy arriba en esa lista.
Finalmente, se dio un primer paso histórico en la Asamblea
General de Naciones Unidas de 1984 con la redacción de la
“Convención contra la tortura y otro tratamiento o castigo
cruel, inhumano o degradante” (entró en vigor en 1987, fue
ratificada por EE.UU. en 1994), El artículo 2, sección 2 de la
Convención declara: “Ninguna circunstancia excepcional, sea un
estado de guerra o una amenaza de guerra, inestabilidad política
interna o cualquier otra emergencia pública, pueden ser
invocadas como justificación de la tortura.”
Un semejante lenguaje maravillosamente claro, inequívoco y
basado en principios, fija un solo estándar para un mundo que
hace que sea cada vez más difícil sentirse orgulloso de la
humanidad. No podemos retroceder. Si la tortura es planteada
como una posibilidad, se convertirá en una realidad. Si
actualmente se considera aceptable torturar a la persona que
tiene la información vital, mañana será aceptable torturar a su
colega de quien – se sospecha – podría saber casi tanto.
¿Aceptaríamos que se reinicie la esclavitud sólo por poco tiempo
para servir alguna “emergencia nacional” o algún “propósito
superior?”
“Personalmente preferiría morir que el que se torture a alguien
para salvarme la vida,” - Craig Murray, antiguo embajador
británico en Uzbekistán que perdió su puesto por condenar
públicamente al régimen uzbeco en 2003 por su uso sistemático de
la tortura. [6]
Si se abre la ventana de la tortura, aunque sea un poco, el aire
gélido de la Edad de las tinieblas llenará todo el recinto.
La pesadilla de un guerrero de la Guerra Fría
Jack Kubisch murió el 7 de mayo en Carolina del Norte. Tal vez
no hayas oído hablar de él. Fue un funcionario del Servicio
Exterior del Departamento de Estado que sirvió en México,
Francia, y Brasil, y como embajador en Grecia.
Cuando hubo el golpe militar en Chile el 11 de septiembre de
1973, que derrocó al gobierno socialista democráticamente
elegido de Salvador Allende, Kubisch era Secretario Adjunto de
Estado para Asuntos Interamericanos.
Después del golpe, Kubisch se vio en apuros para rebatir las
acusaciones de que EE.UU. había estado involucrado. “No era de
nuestro interés que los militares se apoderaran del poder en
Chile,” insistió. “Habría sido mejor si Allende hubiera cumplido
todo su período, conduciendo a la nación y al pueblo chileno a
la ruina completa y total. Sólo entonces habría tenido lugar el
desprestigio total del socialismo. Sólo entonces la gente habría
entendido que el socialismo no funciona. Lo que ha sucedido ha
confundido esa lección.” [7]
Vuelva a leerlo. Es la descripción más concisa y tan clara que
pueda volver a encontrar admitida en pública por un alto
funcionario estadounidense sobre los fundamentos ideológicos de
la política extranjera de EE.UU. Aunque se basa en una falsedad
inventada para la ocasión – que las políticas de Allende
llevaban a Chile a la ruina, ya que no era el caso – las
palabras de Kubisch articulan un objetivo básico de la política
extranjera de EE.UU.: impedir el éxito de cualquier sociedad que
pueda servir como un ejemplo exitoso de una alternativa al
modelo capitalista. Muchos países subdesarrollados fueron
castigados terriblemente durante la Guerra Fría por tener una
aspiración semejante; Cuba sigue siéndolo; es mejor que tales
sociedades sufran “la ruina completa y total” a que logren un
objetivo semejante.
Washington no conoce otra herejía en el Tercer Mundo que la
genuina independencia. En el caso de Salvador Allende, la
independencia vino vestida de un vestido especialmente
provocador – un marxista elegido constitucionalmente que siguió
guardando respeto por la constitución. No podían permitirlo.
Estremecía los fundamentos mismos en los que se basaba la torre
anticomunista: la doctrina, concienzudamente cultivada durante
decenios, de que los “comunistas” sólo pueden llegar al poder
por la fuerza y el engaño, de que pueden retener el poder sólo
mediante el terror y el lavado de cerebro de la población. Para
los ideólogos de Washington, podía haber sólo una cosa peor que
un marxista en el poder – un marxista elegido en el poder.
Por si alguna vez llegaste a pensar que la estupidez, las
mentiras, la hipocresía, el cinismo, la crueldad, y la
arrogancia nunca pueden haber sido peores que ahora...
Esto es lo que dijo el presidente George H.W. Bush, en un
discurso ante la Academia de la Fuerza Aérea de EE.UU., el 29 de
mayo de 1991:
“En ninguna parte son más urgentes los peligros de la
proliferación que en Oriente Próximo. Después de consultar con
gobiernos en la región y en otros sitios sobre cómo desacelerar
y luego dar marcha atrás a la concentración de armas
innecesarias y desestabilizadoras, propongo hoy una iniciativa
de control de armas en Oriente Próximo. Incluye líneas
directivas para proveedores sobre exportaciones de armas
convencionales; barreras para exportaciones que contribuyen a
armas de destrucción masiva; un congelamiento ahora, y más
adelante una prohibición de misiles tierra-tierra en la región;
una prohibición de la producción de material para armas
nucleares.”
El día siguiente, (es decir ese MISMO día siguiente, el 30 de
mayo de 1991), el Secretario de Defensa, Dick Cheney (¿Qué le
habrá pasado?) anunció que EE.UU. entregaría a Israel aviones
caza estadounidenses por un valor de 65 millones de dólares y
que apoyaría la mayor parte de un nuevo programa de misiles
israelí. [8]
En ese mismo discurso, Bush, padre, declaró: “Nuestros soldados,
hombres y mujeres, en el Golfo, cansados después de meses en el
desierto, ahora ayudan a los kurdos sufrientes.” La verdad era
que ya que habían terminado los combates de la Guerra del Golfo,
EE.UU. estaba haciendo lo posible por reprimir la revuelta kurda
contra el régimen de Sadam Husein, una revuelta que el gobierno
de Bush había alentado en el caso de kurdos y chiíes como parte
del papel perenne de liberadores democráticos del que había
hecho profesión Washington; pero cuando se calmaron las cosas,
la perspectiva de un área autónoma kurdo al lado Turquía, aliada
de EE.UU., y / o una coalición chií Iraq-Irán cercana a los
aliados saudíes, hicieron que revueltas exitosas parecieran
desagradables al gusto de EE.UU. Por lo tanto, abandonó a kurdos
y chiíes a sus propios destinos [no demasiado agradables]. Pero
así son los negocios.
Segundos más adelante en su conferencia el papá de Bush logró
extraer las siguientes palabras de sus labios: “No dictamos el
curso que siguen otros países.”
“El hombre nunca será libre hasta que el último rey sea
estrangulado con las entrañas del último cura.”
Denis Diderot, enciclopedista y escritor francés del
Siglo XVIII
Christopher Hitchens ha publicado un nuevo libro: “god is not
GREAT - How Religion Poisons Everything” [dios no es GRANDE –
Cómo la religión envenena todo]. Es una recopilación de las
numerosas cosas terribles hechas en nombre de Dios por diversas
religiones con el pasar de los siglos; muchas más, postula el
libro, que las cosas terribles cometidas por el mundo secular.
Los horrores sagrados continúan por cierto en la actualidad, tal
vez peores que nunca. Si los dirigentes y potenciales dirigentes
del Líbano, Pakistán, EE.UU., Israel, Palestina, Afganistán,
Somalia, y algunos otros países, fueran humanistas seculares
nuestro pobre mundo no parecería ser el infierno de otro
planeta. La responsabilidad de la religión organizada es enorme.
No tengo un problema en particular con el tema general del
libro. Pero cuando leí por primera vez una reseña me pregunté
como Hitchens trató a Sadam Husein y su gobierno secular en
Iraq. Era un sujeto genuinamente malo, pero no tenía nada de
religioso fanático. El problema para Hitchens era complicado, al
ser un ardiente partidario de la guerra de EE.UU. contra Iraq,
tenía que disipar la noción de que EE.UU. había derrocado a un
gobierno secular. A Hitchens, sin embargo, se le ocurrió una
solución simple y elegante para ambos problemas - ¡Convirtió a
Sadam y a su gobierno en “religiosos”! Sadam, escribe, “había
engalanado todo su régimen... como si fuera de piedad y yihád”
[contra quién no lo dice, yo tampoco puedo hacerlo]. “Los que
consideraban que su régimen era ‘secular’ se engañaban.” [9]
Ahora la ley islámica (sharia) ha sido impuesta en muchas partes
de Iraq, con numerosas historias de horror sobre su imposición
contra jóvenes hombres y mujeres por entremezclarse, por sus
vestimentas, su música, baile, etc. La cantidad de asesinatos
por honor familiar ha aumentado considerablemente. Mezquitas y
edificios de otras religiones, incluyendo a los asirios
cristianos, han sufrido numerosos ataques serios. Eran cosas que
eran raras o inexistentes bajo Husein, cuando chiíes y suníes se
casaban entre ellos regularmente y los musulmanes no tenían que
escapar en sus miles de Iraq por temor de otros musulmanes, ni
judíos o cristianos. (En su último año en el poder, Husein habló
en términos religiosos con más frecuencia que antes, pero
parecía ser poco más que recurrir de los dientes para afuera a
la cólera provocada en Iraq, como en todo Oriente Próximo, por
la Guerra contra el Terror de Washington.)
Esto, entonces, es donde ha llevado la ¡Oh, qué guerra más
bonita! de Hitchens. La ironía sería insoportable para una
persona como él si no lo rescatara la negación.
No se habrá dejado de notar que el Iraq de Husein no fue el
único gobierno secular derrocado por EE.UU. que condujo a un
sucesor muy religioso. En Afganistán en los años ochenta y
comienzos de los noventa, EE.UU. organizó el derrocamiento del
gobierno “comunista,” que llevó al régimen de fundamentalistas
islámicos, del emergieron los talibán,
La responsabilidad de los fundamentalistas imperialistas
y capitalistas es inmensa
“Benditos sean los pacificadores”... aunque el FBI puede
vigilarlos intensamente.
Entre aquellos que tienen archivos están: Los Beatles, Bertolt
Brecht, Steve Allen, la ACLU, Ty Cobb, American Friends Service
Committee, Lucille Ball, la Pacifica Foundation, Cole Porter,
Elvis Presley, Carl Sagan, Charles Schulz, Frank Sinatra, Mickey
Mantle, Groucho Marx, HL Mencken, NAACP, Ian Fleming, Vincent
Foster, Jefferson Airplane, Janis Joplin, Henry Wallace,
Weatherman Underground, y cientos de otros, así como el Álbum de
fotos de terroristas del FBI (1973-89).
¿Por qué, después que todos sabemos de su sórdida carrera – y el
mantenimiento de su montaña de archivos no es más que una parte
ínfima, relativamente inofensiva – siguen llamando el edificio
del FBI: J. Edgar Hoover?
NOTAS
[1] Associated Press, 4 de febrero de 2006
[2] Para más detalles vea: Bart Jones, op-ed, Los Angeles Times,
30 de mayo de 2007; http://www.venezuelanalysis.com;
www.misionmiranda.com/rctv.htm
[3] Fairness and Accuracy in Reporting (FAIR), 1 de junio de
2007, http://www.fair.org/index.php?page=3110
[4] De un comunicado de prensa de la revista del 5 de marzo de
2007
[5] The Guardian (Londres), 17 de febrero de 2006
[6] Testimonio ante la Comisión Internacional de Investigación
sobre Crímenes contra la Humanidad cometidos por el Gobierno de
Bush, sesión del 21 de enero de 2006. Nueva York.
[7] Washington Post, 21 de octubre de 1973
[8] Los Angeles Times, 31 de mayo de 1991
[9] "god is not GREAT: How Religion Poisons Everything", página
25
William Blum es autor de “Killing Hope: U.S. Military and CIA
Interventions Since World War II, Rogue State: a guide to the
World's Only Super Power.” y de “West-Bloc Dissident: a Cold War
Political Memoir.”