En los próximos meses deberemos abocarnos a la realización de un activo de
militantes de nuestra organización, convocados con el objetivo de discutir
como tema central las tareas en torno a la construcción del Partido
revolucionario, nuestro papel en las luchas políticas y sociales que se
desarrollan en el País, y la necesidad de crear las condiciones para dar un
salto en la formación de nuevas células y en el mejoramiento de la
organización y funcionamiento de las ya existentes.
A partir de un debate profundo, serio, reflexivo con todos los Camaradas, que
ponga de manifiesto que el desarrollo y construcción del Partido
revolucionario de nuevo tipo en nuestro País, es una tarea que debe ser puesta
a otro nivel, profundizando la lucha ideológica contra las corrientes
reformistas de origen socialdemócratas, populistas y anarquizantes que actúan
en el movimiento obrero, difundiendo las ideas desorganizadoras del
autonomismo, el horizontalismo y otras variantes ideológicas que obstaculizan
y dividen con sus prácticas sectarias la necesaria centralización y
coordinación de las innumerables luchas que nuestra clase y los sectores
populares libran en todo el País por los mas diversos problemas. La multitud
de problemas económicos, los bajos salarios, la desocupación, el hambre, junto
a los problemas sanitarios, de vivienda, tierras, medio ambiente, educación y
culturales que afectan a centenares de miles de compañeros, constituyen la
base material de las luchas que libra y/o librara la clase y nuestro pueblo.
Son al mismo tiempo la base sobre la que surgen y se forman constantemente los
movimientos sociales y las agrupaciones de distinto tipo, donde amplios
sectores de los trabajadores, habitantes de las barriadas y jóvenes se
organizan y/o se organizaran para luchar por sus derechos y abrirse pasó, así,
a mejores condiciones de vida. De hecho, la burguesía no puede resolver
ninguno de estos problemas que son originados por el capitalismo y su sistema
de propiedad privada sobre los medios de producción. Podrá verse obligada a
partir de las luchas a hacer concesiones aquí, o allá, con el objetivo de
dividir a las masas y desviarlas del curso de la revolución, pero no podrá
anular las enormes contradicciones económicas entre explotados y explotadores
que empujan cada vez más a dichas masas hacia el camino de la revolución y el
socialismo. De allí que resulten verdaderamente reaccionarias las ideas que
contraponen el desarrollo y organización de los movimientos sociales y las
agrupaciones obreras, con el desarrollo y construcción del partido
revolucionario. Ambos representan los distintos niveles de organización que se
da la clase obrera y el pueblo, y expresan al mismo tiempo los niveles de
conciencia política alcanzados a través de las luchas por los elementos más
activos y conscientes de la clase. Intentar separar artificialmente estos dos
aspectos, difundir todo tipo de prejuicios sobre la necesidad de que los
compañeros mas activos y conscientes se organicen en un partido
revolucionario, no es más que el reflejo de las concepciones individualistas
pequeño - burguesas al interior del campo obrero y popular. No es mas que la
negativa, consciente o inconsciente, a elaborar de manera independiente la
política de la clase obrera y girar permanentemente, a favor o en contra, de
las iniciativas políticas que lanzan las distintas fracciones de la burguesía.
En definitiva el partido revolucionario debe representar la fusión de la
teoría revolucionaria con las luchas de las masas. Es el estado mayor en donde
se fusiona la experiencia histórica de dichas luchas tanto a nivel nacional
como internacional, con las necesidades que se desprenden de las luchas
actuales. El Partido revolucionario, es la parte consciente de hombres y
mujeres de la clase obrera y de los sectores populares que a través de su
propia experiencia y del estudio de lo mas avanzado de las ideas
revolucionarias, se organizan para luchar de manera sistemática e
intransigente por transformar desde sus raíces a la sociedad terminando con la
explotación del hombre por el hombre. Y esto nada tiene que ver con un
autoproclamado vanguardismo. Este es un reconocimiento que se gana en medio de
la lucha de clases, en disputa con otras fuerzas políticas, en donde se pone a
prueba no solo lo que se dice, sino también lo que una fuerza política es
capaz de hacer.
El debate puso de manifiesto que todo cambio en la correlación de fuerzas
entre las clases en lucha, debe apoyarse en un cambio en la conciencia de la
clase obrera y los pobres del campo y la ciudad. Sin este cambio nada es
posible desde una perspectiva revolucionaria. Y aquí es esencial el papel de
dicho Partido. Desde el, Refundación Comunista, no concibe al partido en
construcción, como una simple suma de individuos; sino como un conjunto de
hombres y mujeres que actuamos organizados en células en las fábricas,
gremios, barriadas y escuelas en la ciudad y en el campo. Las células, su
funcionamiento colectivo regular y su capacidad para vincularse con las masas
en su lugar de actuación, son el alma del Partido. Allí se pone a prueba lo
correcto, o no, de la línea política elaborada colectivamente, se palpa el
estado de ánimo de las masas y su disposición combativa, se forman los cuadros
y se forja la disciplina consciente. Por lo tanto, asegurar el funcionamiento
de las mismas, significa no solo que estas se reúnan regularmente, sino que se
tracen planes de trabajo entre las masas, de agitación y propaganda y de
difusión de la Prensa, que tomen medidas para incorporar nuevos camaradas, que
realicen los balances sobre lo actuado y sus resultados, que eleven informes
quincenales a la DN para que esta pueda evaluar los aciertos y errores de la
línea política y de las medidas adoptadas. Se reafirma la necesidad de superar
cualquier visión economicista de la lucha y elevar el papel de las Células
partidarias hacia una labor integral. En este sentido el conjunto de los
camaradas deberá evaluar autocráticamente que pese a los esfuerzos realizados
es mucho lo que todavía debemos avanzar para alcanzar este nivel de
funcionamiento. Este activo deberá constatar que aun es insuficiente el grado
de centralización que hemos alcanzado en torno de la línea política y de las
tareas centrales que tenemos planteadas, que aun son muchas las energías que
entre nosotros se dispersan y que debemos avanzar con mayor decisión en la
resolución de estas cuestiones. Con las vacilaciones y el gatopardismo no se
negocia, ni se acuerda. En las actitudes inestables y dudosas, se introduce el
germen de la destrucción de la organización. Combatirlas y erradicarlas de
plano, es un imperativo de la hora. Elementos ajenos a la concepción,
pretendieron en vano apartarnos del camino, que deliberada y resueltamente
puso proa a la abolición de la explotación del hombre por el hombre. Para
terminar con estos episodios menores, los comunistas de Refundación Comunista
nos hacemos cargo de nuestros errores y aciertos, en el plano colectivo y en
el individual. Las descoloridas y caducas campañas difamatorias tienen larga
práctica histórica, pero su vuelo es rasante y su caída estrepitosa. Afirmamos
con orgullo comunista, que tales practicas infantilistas y oportunistas, “NO
SON NUESTRO CAMINO”. Nuestro camino es la batalla por la concepción científica
del Marxismo-Leninismo, la ideología del proletariado, la teoría y el método
revolucionario. Por lo que se deduce que, a la luz de episodios recientes,
esas desviaciones pequeño-burguesas, deben ser extirpados de la misma. Los
Principios Fundacionales expresan con meridiana claridad la importancia de las
Células, a la que debe agregarse la construcción de una sólida Dirección. Este
aspecto reafirma la necesidad de realizar la Conferencia. Por lo tanto en el
marco de la Democracia Proletaria, esta será elegida. Entre Conferencia y
Conferencia, estos deben ser los organismos fundamentales del Partido. El
funcionamiento de las células, su crecimiento y la formación de nuevas células
son las tareas cardinales que debemos encarar con el objetivo de mejorar toda
nuestra intervención en las luchas y desarrollar nuestra capacidad para
influir, orientar y dirigir a las mismas. En esta dirección debemos plantear
la necesidad de profundizar la discusión sobre el papel que puede jugar el
Boletín Interno en función de mejorar la circulación de la información,
poniendo en conocimiento del conjunto de los militantes los balances de las
Células, y hacer conocer las experiencias y opiniones en torno a los problemas
con que tropezamos y las tareas que llevamos adelante.
Teniendo en cuenta el carácter del Partido que urge construir y su rol en las
luchas de clases, es de especial atención la necesidad de avanzar en la
formación integral de los cuadros que integramos Refundación y de los nuevos
camaradas que pasen a formar parte del mismo. Se afirma y deduce que los
cuadros, una vez establecida la línea táctica y estratégica en la lucha por
orientar y dirigir a las masas en la lucha por el poder, son lo decisivo para
plasmar en los hechos dichas políticas y que por lo tanto es una tarea
permanente la formación individual y colectiva en los principios
revolucionarios, el desarrollo de elevadas cualidades morales en cada uno de
nosotros, la lucha por superar el individualismo y el caudillismo auto
educándonos en el trabajo colectivo basado en la critica y la autocrítica, la
intransigencia frente al enemigo y la educación en los principios de la
solidaridad e identificación con todos aquellos que luchan por construir una
sociedad basada en nuevos y más elevados valores. Partimos de la base de que
no hay ejemplo moral más elevado que el de los revolucionarios que a lo largo
de la historia lo dieron todo en la lucha contra la reacción, por la libertad
y una vida digna. A esos ejemplos encarnados en miles de compañeros que nos
antecedieron en la lucha es a lo que debemos aspirar alcanzar. Somos
conscientes de que en la medida en que avance el proceso revolucionario, en la
medida en que nuestra clase y los millones de pobres del campo y la ciudad
profundicen sus luchas, mayor será la resistencia y la ferocidad con que las
clases dominantes defenderán sus privilegios. Por tanto no debe llamar la
atención, los ataques permanentes a Refundación o incluso la descalificación
individual a algún camarada. Eso lo enseña la historia y también las luchas
actuales. Educarnos para enfrentar esos desafíos y templarnos para estar a la
altura de los requerimientos, es una tarea que los miembros de Refundación
Comunista deben encarar con toda responsabilidad y seriedad
En base a estas y otras consideraciones que aquí resumimos, creemos
importantes volcar algunas ideas que se trasformen en orientación:
1ª Avanzar con decisión en la formación de nuevas células poniendo en el
centro de nuestras tareas la construcción del Partido, incorporando al mismo a
los mejores y más consecuentes luchadores/as que constantemente promueve
nuestra clase.
2ª Tener planes concretos de trabajo con la Prensa y de agitación y
propaganda. Fijar los lugares de concentración de nuestro trabajo. Trabajar
planificadamente para asegurar la incorporación de nuevos camaradas en las
fábricas, gremios y barriadas desplegando las más diversas iniciativas. Elevar
quincenalmente informes desde las células sobre la marcha de estos trabajos.
3ª Centralizar las finanzas y discutir más a fondo las medidas para asegurar
el financiamiento de todas nuestras actividades.
4ª Organizar a corto plazo cursos de formación para dotarnos de un conjunto de
camaradas que se constituyan en “formadores” de otros camaradas.
Ahora se trata de llevar a la práctica toda esta rica discusión. Estamos
seguros que a casi 9 años de fundado Refundación Comunista, este próximo
activo en perspectiva de la Conferencia puede significar un salto en la tarea
que nos trazamos aportando mejor a la construcción de Refundación Comunista en
nuestro País para impulsar la revolución y el socialismo, conquistando un
gobierno obrero y popular. Ese en definitiva será nuestro aporte más valioso a
la lucha de nuestro Pueblo.
Camaradas: en este tiempo de ofensiva Imperialista, con reformismo
paralizante, las tareas de Refundación son varias y complejas. La principal,
partimos de la certeza y convicción, de la mas firme voluntad de continuar y
redoblar esfuerzos para avanzar. Avanzar es antes que nada y primero que todo,
“el respeto por los camaradas”, hacer y velar por el cumplimiento de un
principio fundamental en esta organización: la critica y la autocrítica. Este
es como el oxigeno para los pulmones. Finalmente camaradas, nada ha sido en
vano, este tiempo recorrido confirma la certeza de la construcción de esta
organización: Refundación Comunista. Explica también algunas actitudes
individuales hipercríticas, que no están en consonancia con su actitud en la
construcción, nada nuevo. En todo caso viejos episodios y peripecias que
intentan obstaculizar el nacimiento de lo nuevo, revela incomprensión. Las
vacilaciones propias de ideologías y practicas ajenas a la ideología del
Proletariado, en este caso no han podido mellar, ni lastimar la voluntad y
convicción de los camaradas, de Refundación Comunista. Camaradas nunca mejor
frase para definir esas actitudes “…al Cesar lo que es del Cesar…”.
“…el Proletariado sin organización no es nada, con organización lo es todo…”
REFUNDACIÓN COMUNISTA
Diciembre, 24 de 2009