1967 |
|
2006 |
RECORDANDO AL "CHE" |
||
El 9 de
octubre de 1967 fue asesinado, después de meses de desigual combate, el
Comandante Ernesto Che Guevara.
El
imperialismo intentó convertir su caída, en Bolivia en un medio para
aniquilar su pensamiento y todo lo que pudiera contribuir a su
divulgación. En particular, quisieron y quieren demostrar que su muerte
significa la derrota definitiva de sus ideas con relación a la lucha
revolucionaria en América Latina.
A todos ellos
les replicó Fidel Castro: “Los que ven en el desenlace de su lucha en
Bolivia el fracaso de sus ideas, con el mismo simplismo pudieran negar la
validez de las ideas y las luchas de todos los grandes precursores y
pensadores revolucionarios, incluidos los fundadores del marxismo, que no
pudieron culminar la obra y contemplar en vida los frutos de sus nobles
esfuerzos”.
Siguiendo con
estos análisis superficiales se podría concluir que en Cuba no existían
condiciones para la lucha directa y el impulso de un proceso
revolucionario, puesto que allí el combate comenzó con dos derrotas: el
asalto al Cuartel Moncada y el desembarco del Gramma en la zona de
“alegría del Pío”, donde fueron sorpresivamente atacados por fuerzas
enemigas.
El decurso de
la historia y de la lucha de clases es mucho más complejo. Está cargado
de múltiples alternativas, de avances y de retrocesos, de victorias y
derrotas, y no se lo puede reducir al concepto estrecho de quien no
triunfa no tiene razón.
Ningún
sistema de ideas, ninguna doctrina económica, política y social, pierde
vigencia mientras no se modifiquen las circunstancias histórico concretas
que le dieron origen, salvo que se demuestre la caducidad de las tesis y
principios sostenidos. Nada de esto ha ocurrido con las enseñanzas de la
Revolución Cubana y con los aportes esenciales del pensamiento del Che,
que está vivo hoy más que nunca en la lucha de todos los pueblos de la
tierra.
Por lo tanto,
realizamos este homenaje a un hombre que en todo el mundo es el símbolo
luminoso de la rebeldía contra toda injusticia, opresión y explotación del
capital imperialista. Efectuamos este homenaje a un ejemplo viviente que
promueve en cada uno de nosotros la necesidad de batallar por una sociedad
más justa, más equitativa, más solidaria, una sociedad socialista.
En
definitiva, realizaremos este emotivo homenaje a un ser humano integral,
imagen fiel del hombre - mujer nuevos, que es sinónimo de la expresión
política más hermosa: Revolución.
Sin duda que
estas actividades se prolongarán y desarrollarán durante todo el año
próximo, porque se cumplirán los 40 años de su asesinato y donde el deseo
común debe ser de encontrarnos junto a todos los revolucionarios y
antiimperialistas que en nuestro país se identifican con la figura y los
objetivos del
Che. Tal vez
éste pueda ser un indicio de que seremos capaces de revertir la momentánea
derrota sufrida en el año 1976, recorriendo el camino que nos señaló
Guevara, el camino de la unidad de los revolucionarios, mensaje que nos
dejó en una muy clara y precisa frase: “Si fuéramos capaces de unirnos,
que bello y cercano sería el futuro”.
Suena muy
fuerte y muy actual este llamamiento del Che, en momentos muy difíciles en
que van quedando cada vez más definidos en la encrucijada de nuestra
época, particularmente en América Latina, dos caminos y fuerzas opuestas
frente a frente: los objetivos y planes de la burguesía imperialista, sus
aliados o socios locales, y por el otro lado, los objetivos y las luchas
de los trabajadores ocupados y desocupados y demás sectores oprimidos y
explotados.
De tal manera
que va apareciendo con más claridad el socialismo como la única solución
real, que superando errores del pasado, posibilita vencer al subdesarrollo
neocolonial y los tremendos efectos de la superexplotación y el atraso:
desocupación, pobreza, miseria, hambre y marginación, lacras propias de
una estructura de dominación e insuperables dentro de ella.
En una
palabra, la alternativa de hierro es: o el proyecto del capital
imperialista, o el proyecto de la clase obrera y demás sectores
populares. No son la burguesías del continente las que encabezarán un
proceso de liberación nacional y social, puesto que éstas están integradas
al gran capital financiero internacionalizado.
Por tal
motivo, debemos tener siempre presente la firmeza y la contundencia de una
frase del Che, en su conocido “Mensaje a los pueblos del mundo”: “las
burguesías autóctonas han perdido su capacidad de oposición al
imperialismo –si alguna vez la tuvieron- y sólo forman su furgón de
cola. No hay más cambios que hacer: o revolución socialista o
caricatura de revolución”.
Hoy día es de
suma importancia esta conclusión del Che, dado que para frenar o
descomprimir el alza de las luchas populares, el imperio del norte ha
impulsado una nueva, o no tan nueva táctica: la implantación de supuestos
gobiernos progresistas, también llamados de “centroizquierda” como los
Kirchner, los Lula, los Tabaré Vazquéz o Bachelet, que con sólo cambios de
forma, siguen impulsando el mismo contenido, la misma política económico y
social: el patrón de acumulación capitalista conocido comúnmente como
“modelo neoliberal”.
Es decir, la
centroizquierda es la izquierda del sistema, que viene a consolidar dicho
modelo saqueador de pueblos y no a combatirlo, planteando siempre la
teoría de la conciliación de clases, con acuerdos donde los laburantes
somos siempre “el pato de la boda”.
Por supuesto
que este no es un hecho fatal, si aprendiendo de la enseñanzas de nuestro
querido Ernesto Guevara, somos capaces de dejar de lado actitudes
sectarias y hegemonista y pasar a construir una auténtica organización
revolucionaria y un fuerte poder obrero y popular, capaz de disputarle, de
todas las formas posibles, el poder a la burguesía local e internacional.
Se trata a la
vez de comprender de que la unidad es una condición necesaria pero no
suficiente, que debe irse logrando una integración cada vez más amplia con
las luchas de nuestro pueblo, posibilitando así un fuerte apoyo de masas.
Sólo la conjugación de tres cuestiones: la unidad, las masas y la lucha
revolucionaria, pueden despejar el camino a las transformaciones de fondo,
sino correremos el riesgo de convertirnos en fuerza de apoyo de los planes
de los partido burgueses. Esta es una lección más de la vida y la prédica
del Che y de la Revolución Cubana.
Por todo lo
expresado nos parece oportuno concluir con una breve parte del conmovedor
discurso que realizó Fidel Castro el 18/10/67, en un multitudinario acto
en homenaje al Che en la Plaza de la Revolución, de la Habana:
“Si queremos
expresar como aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios,
nuestros militantes, nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de
ninguna índole: ¡Que sean como el Che!
Si queremos
expresar como queremos que sean los hombres de las futuras generaciones,
debemos decir: ¡Que sean como el Che!
Si queremos
decir cómo deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin
vacilaciones: ¡Queremos que se eduquen en el espíritu del Che!......
Si queremos
expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el
corazón de vehementes revolucionarios: ¡Queremos que sean como el Che!”
En nuestro
caso, creemos que además nuestro deseo debe ser que su pensamiento,
cargado y enriquecido de un marxismo creador, con un profundo análisis de
la específica realidad de nuestro continente, y unido siempre a la
práctica de la lucha de los pueblos, ilumine el camino de liberación
nacional y social de nuestra patria y de la “Patria Grande”
Latinoamericana.
¡Hasta la
victoria siempre!
¡Patria o
muerte!
¡Venceremos!
|