Entrevista a
Rodrigo Granda, miembro de la Comisión
Internacional de FARC-EP
"Ahora que entró a mediar el presidente
Chávez, el proceso ha tomado una dinámica
muy importante"
Rogelio Abella
(Carlos Aznares) [14.10.2007
|
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Carlos Aznárez Rodrigo
Granda es uno de los máximos dirigentes de
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC), al que popularmente se lo
conoce como el Canciller de la guerrilla.
Granda se hallaba hasta hace muy poco, en
una cárcel colombiana adonde había sido
trasladado después de un sonado secuestro
que sufrió en pleno centro de Caracas. De
allí fue liberado, con la idea de que
ayudara al intercambio humanitario, pero al
negarse a lo que consideró un chantaje por
parte del gobierno de Uribe, optó finalmente
por salir hacia Cuba-
El director de Resumen Latinoamericano TV
estuvo hace muy pocos días con Granda y
logró entrevistarlo para que explicara cuál
es su situación actual y qué espera de la
gestión de mediación que encara el
presidente venezolana Hugo Chávez.
"Mi excarcelación –dice Granda- se debió a
razones de Estado y así me lo planteó el
Comisionado para la Paz quien fue a
visitarme a la cárcel. Allí, él trató de
chantajearme, mostrándome una lista de 1600
guerrilleros que supuestamente estaban en
las cárceles colombianas, una cuestión que
era absolutamente falsa, ya que las FARC no
tienen más de 500 guerrilleros presos.
Ocurrió que ellos habían hecho una lista,
donde colocaron gente desmovilizada,
reinsertados, paramilitares y delincuencia
común, y me pedían que yo encabezara un tipo
de desmovilizació n para meter una cuña de
división hacia las FARC. La idea era
mostrarme como un gran comandante con un
ejército de 1600 personas que se
desmovilizaba, y a la vez aceptaba la ley de
justicia y paz en el país. Obviamente, yo me
negué terminantemente a lo que me
solicitaban" .
-¿Ya usted estaba enterado del reclamo por
su libertad hecho por el presidente francés
Nicolás Sarkozy?
-Esto ocurría, mientras desde Francia se
daba el pedido de Sarkozy pidiendo mi
liberación. Pero yo lo desconocía, ya que en
la cárcel el Comisionado jamás me habló de
ello. Solamente lo hizo cuando quedó claro
que no aceptaba el indulto que me ofrecía el
Gobierno con la condición de "que no
volviera a las FARC y que renunciara a
atacar a la fuerza pública y a realizar
secuestros". Yo no acepto eso, primero
porque no soy un delincuente común, no soy
un secuestrador ni tampoco un terrorista. Yo
soy un revolucionario que ha hecho uso del
legítimo derecho a la rebelión. Entonces,
allí me informan del pedido del señor
Sarkozy y me dicen que me van a trasladar a
una embajada, a Francia, a Suiza, a España o
a Cuba. En esa situación yo opto por Cuba.
Esto fue un acuerdo que se hizo entre el
gobierno colombiano y el cubano, y además yo
obtuve el beneplácito del Secretariado de
las FARC para moverme hacia La Habana en una
forma transitoria. En realidad, yo le pedí
al Comisionado de Paz que me mandaran
directamente para el Secretariado de las
FARC en las montañas de Colombia o en su
defecto me ubicaran en Venezuela, en Ecuador
o Brasil y siempre obtuve la negativa por
parte del gobierno colombiano para poder
ubicarme en esos territorios, donde podría
haber estado más cerca de las comunicaciones
con las FARC.
URIBE Y EL CHANTAJE
-¿Qué le pidieron hacer, por parte del
gobierno, una vez recuperada la libertad?
- Cuando el gobierno estaba manipulando la
excarcelación de guerrilleros y el
Comisionado me dice que han tomado la
resolución de soltarme para agilizar el
intercambio humanitario, él me pregunta si
por mi liberación iba a haber un gesto de
reciprocidad de las FARC. Yo le respondí que
estaba equivocado. Le dije textualmente: "Ni
la liberación mía ni la forma en que lo
están haciendo va a dinamizar el intercambio
humanitario ni mucho menos va a permitir un
gesto de reciprocidad de las FARC porque
ustedes están actuando en forma unilateral".
Y agregué que nosotros en las FARC no
estábamos acostumbrados a que se nos
chantajee.
-Usted decía que le habían ofrecido salir en
libertad con un grupo numerosos de
guerrilleros. Finalmente, los que fueron
mostrados profusamente en los medios de
comunicación tenían algo que ver con la
insurgencia?
-En absoluto, allí había mucho delincuente
común, además, engañados, porque los
llevaron a unos sitios que eran parques
recreacionales. De los 1600 de la lista que
manejaba el Comisionado, después la
redujeron a 200 y por último soltaron a 70
hombres. Allí sí podría haber uno que otro
guerrillero y precisamente esos ya se han
presentado y están nuevamente en los
campamentos de las FARC. Nadie que se diga
FARC sale y se queda en las ciudades
disfrutando. Todo el mundo sabe que tiene
que ir a cumplir su misión de combatiente
revolucionario y que su obligación es estar
en la montaña.
-¿Cuál es su papel en el tema del
intercambio humanitario y qué desenlace
puede tener el mismo a partir de la
introducción del presidente Hugo Chávez como
figura clave de la mediación?
-Todos los combatientes de las FARC tenemos
la obligación y el mandato de trabajar por
el intercambio humanitario y por la paz de
nuestro país. Ese ha sido siempre un clamor
de las FARC. Nosotros efectivamente tenemos
prisioneros de guerra y algunos políticos
como rehenes. Esto fue una necesidad del
momento histórico y de los niveles de la
guerra que hay en Colombia. Primero porque
los guerrilleros que están presos, hombres y
mujeres, han sido capturados en su gran
mayoría cuando estaban enfermos, heridos o
moviéndose de un municipio a otro. En
cambio, los policías y militares que las
FARC tienen en su poder han caído en combate
y los hemos tenido como prisioneros de
guerra. A nuestros camaradas los tienen
condenados a 40, 50 y 80 años de prisión, y
les hacen montajes con una Fiscalía que se
ha convertido en una máquina de muerte, y
con unos jueces venales, muchos de ellos
trabajando para el paramilitarismo. Si
nosotros no presionáramos con políticos o
militares en nuestro poder, esos camaradas
nuestros no podrían ver la luz del sol
jamás. Estamos seguros que todos nuestros
combatientes prisioneros van a terminar
regresando con nosotros, y eso lo maneja
directamente el comandante en Jefe, camarada
Manuel Marulanda Vélez.
Ahora que entró a mediar el presidente
Chávez, el proceso ha tomado una dinámica
muy importante. Ya los 112 países no
alineados también se han manifestado por
este intercambio humanitario, lo han hecho
los presidentes de Nicaragua, de Ecuador,
también sigue trabajando por ello Sarkozy,
los italianos están ayudando, al igual que
Brasil. Seguramente cada vez va a ser mayor
el apoyo de gobiernos y pueblos porque es un
clamor internacional. Yo aprovecho para
hacer un llamado a las organizaciones
populares de Argentina y al propio
presidente Kirchner para que se pronuncien
en apoyo a este intercambio, porque la paz
de Colombia va a repercutir indudablemente
en todo el continente.
LEGITIMACIÓN INTERNACIONAL PARA LAS FARC
-En la conferencia de prensa que dieron en
Colombia, Chávez y Uribe, éste último le
dijo al mandatario venezolano que hay dos
inamovibles. Uno de ellos es el
reconocimiento de las FARC como organización
beligerante y el otro punto tiene que ver
con habilitar una zona de despeje. Uribe se
opone a ambos. ¿Cuál es su opinión sobre
este tema?
-Primero, nosotros somos una fuerza
beligerante. La beligerancia se da de hecho.
Nosotros tenemos un mando único, todos
nuestros combatientes portan uniforme, sus
armas son visibles, hay dominio territorial
en algunas áreas, lo que no significa que
defendamos territorio. En ese sentido, la
misma cuestión de mi excarcelación lleva a
que el presidente Uribe tenga que dar el
reconocimiento de fuerza política a las FARC
y a mí me pone como miembro representante de
esa organización. Fíjate qué paradoja, que a
mí se me acusaba de terrorismo, de rebelión,
de secuestro, de narcotráfico, de derribar
aeronaves, y de homicidio fuera de combate.
El presidente Sarkozy y sus órganos de
Inteligencia hacen averiguaciones y se dan
cuenta que el señor Granda no es ningún
terrorista ni delincuente común y exige que
se me ponga en libertad. Eso que lo haga un
hombre de derecha, al frente de una potencia
como es Francia, está dando el
reconocimiento a una organización
revolucionaria.
Además, en los días de mi excarcelación se
produce una declaración de los ocho países
más industrializados del mundo, que
supuestamente iba a ser de respaldo al
presidente Uribe, pero resulta que no es así
y se llama a las partes a que resuelvan el
problema del intercambio humanitario. Las
partes en Colombia son las FARC y el Estado
colombiano. El Grupo de los Ocho no habla de
secuestrados en poder de las FARC y sí
menciona a rehenes. Aquí tenemos ya un marco
donde nosotros sí somos fuerzas
beligerantes. El hecho de que en estos
momentos, el presidente Chávez diga que se
va a reunir con nuestro comandante en jefe,
un hombre que ha sido macartizado por toda
la derecha colombiana y por todos los
gobiernos desde 1948 hasta hoy, significa
que el camarada Marulanda tampoco es ningún
terrorista, es un comandante guerrillero y
un estadista al que le cabe Colombia en la
cabeza. Y en las FARC tenemos un proyecto
revolucionario, donde hablamos de una
reforma agraria profunda, del nuevo modelo
económico, del papel de las Fuerzas Armadas,
de la reforma económica, de la reforma del
Estado, la integración latinoamericana y
caribeña. Es decir, nosotros somos
combatientes revolucionarios, marxistas
leninistas y hemos agregado a nuestro
proyecto, el ideario bolivariano. A nosotros
nos quisieron macartizar diciendo que éramos
narco-terroristas, pero cuando surge el
pronunciamiento del Grupo de los Ocho, hasta
los EEUU firman el pronunciamiento
convocando a las partes a arreglar el
problema.
-Ustedes siempre dijeron que las
negociaciones se tenían que hacer en
territorio colombiano y ahora surge la
mediación de Hugo Chávez que agrega el tema
del diálogo con Marulanda. ¿Aceptarían las
FARC tratar el futuro de Colombia fuera de
las fronteras de su país?
-Nosotros diferenciamos dos tipos de cosas:
primero, el intercambio humanitario, que es
la entrega de los prisioneros en poder de
las FARC por los compañeros presos en las
cárceles colombianas más Simón Trinidad y la
compañera Sonia, que fueron extraditados a
los EEUU. Para eso nosotros exigimos el
despeje de dos municipios, Pradera y
Florida, en el departamento del Valle del
Cauca. No es un capricho, sino una imperiosa
necesidad, porque se necesita un área física
donde vayan los negociadores de las FARC,
los del gobierno, el acompañamiento
internacional, las onGs, los periodistas,
las personalidades que serán garantes para
que no ocurra una provocación que dé al
traste con el intercambio y por ende,
perjudique las posibilidades a futuro de una
salida política dialogada.
El gobierno colombiano ha dicho: "si
nosotros despejamos Pradera y Florida, viene
la balcanización de Colombia, las FARC están
esperando que se desocupen esos dos
municipios, para entrar una cantidad enorme
de material de guerra". Todo esto es un
absurdo inventado por Uribe, ya que la
necesidad principal del pueblo colombiano
pasa por el intercambio humanitario.
Nosotros hemos dicho que son 45 días no
prorrogables. Si al cabo de ese tiempo se
resuelva o no el problema, las FARC se
repliegan a las zonas de alta montaña que es
su ámbito natural. Nosotros no necesitamos
quedarnos con Pradera y Florida, nosotros
buscamos a Colombia entera, pero para la
construcción de una nueva sociedad
socialista. Esa es entonces una parte del
problema.
Lo otro, lo hemos dicho varias veces:
estamos dispuestos a los diálogos con el
gobierno, y al haber el intercambio
humanitario, se puede generar cierta
confianza entre las partes y buscar ya un
terreno más amplio, porque sería un despeje
mucho más largo, para iniciar una etapa muy
parecida a la de El Caguán, teniendo como
base la agenda común que se pactó con el
presidente Pastrana, para poder buscar una
solución. Ahora, con la mediación del
presidente Hugo Chávez, las FARC están
dispuestas a ir a Caracas, pero el camarada
Manuel Marulanda ha invitado a Colombia al
presidente Chávez…
-Sí, pero Uribe ha dicho que no lo acepta.
-Eso ha dicho, pero al comienzo él estaba de
acuerdo a trabajar en ese sentido. Ahora,
nosotros insistimos en que el despeje tome
fuerza, allí no va a haber ninguna
destrucción del estado de derecho, ni
tampoco ningún cataclismo nacional y
seguramente así ganarán el pueblo colombiano
y los familiares de los prisioneros y
retenidos.
-¿Qué pasa con los tres norteamericanos de
la CIA que están en manos de las FARC?
¿Entran en el listado de canje?
-Los tres norteamericanos están en el
listado de canjeables. Las FARC manejan una
lista de 47 hombres y mujeres que están en
su poder y que deberían ser cambiados por
500 hombres y mujeres de las FARC
prisioneros en cárceles del Estado, más
Simón y Sonia. El gobierno colombiano dice
que estos últimos ya no son de su
responsabilidad y que dependen de la
Justicia norteamericana. El presidente Uribe
sabía desde noviembre del 2004 que entregar
a Simón y Sonia iba a perjudicar cualquier
acercamiento en el intercambio humanitario.
De todas maneras, las FARC propugnan que
ambos guerrilleros estén cuanto antes en
casa, porque han sido víctimas de un montaje
acusándoles de narcotráfico, cuando ellos
son revolucionarios integrantes de un
movimiento de liberación nacional, de un
movimiento que hace uso legítimo del derecho
a la rebelión contra un Estado indolente que
practica el Terrorismo de Estado contra su
pueblo.
-Entre las hipótesis que ustedes manejan a
partir de un intercambio de prisioneros y
rehenes, ¿no está contemplado lo que
ocurriera después de El Caguán, donde el
gobierno colombiano intentó el
aniquilamiento militar de la Comandancia de
las FARC?
-El gobierno colombiano, junto con la ayuda
norteamericana, ha hecho todo lo que está a
su alcance para aniquilar a las FARC, no
durante los cinco años del señor Uribe sino
que también lo ha hecho cuando las FARC eran
28 hombres y dos mujeres en Marquetalia.
Allí se utilizaron aviones y pilotos
gringos, dólares yanquis, bombas fabricadas
en EEUU contra los rebeldes campesinos.
Cuando asumió Uribe, pensaba que la guerra
se podía ganar, ya que había mucho dinero
para el Plan Colombia, mucho apoyo en
logística e inteligencia de combate,
abundante cantidad de lo que en Colombia
llamamos "sapos" o delatores. Montaron una
red de informantes de más de un millón de
ciudadanos y anunciaron recompensas de más
de 5 millones de dólares por las cabezas de
los principales jefes de las FARC. Hoy,
cinco años después, podemos decirle a
América Latina y el mundo que el Plan
Colombia ha fracasado, que el Plan Patriota
que metieron como alternativo y simultáneo,
también ha sido derrotado. Lo mismo ocurrió
con los Planes Consolidación y Victoria. Por
eso la guerra contra nuestro pueblo por
parte del Estado y la ingerencia
norteamericana debe parar. No hay otra
fórmula para ello, que la salida política
dialogada entre las partes.
GOBIERNO DE RECONSTRUCCION NACIONAL
-Algunos analistas internacionales
comentaban con cierta sorpresa que en la
última entrevista que se le hizo al
comandante Raúl Reyes, éste no descartara la
aceptación por parte de las FARC de una
salida socialdemócrata para Colombia. ¿Cuál
es su opinión sobre esta afirmación?
-Nosotros hemos planteado la posibilidad de
un nuevo gobierno de reconstrucció n y
reconciliació n nacional donde quepamos
todos los que estemos involucrados en los
cambios para Colombia. Allí sólo quedarían
excluidos quienes cargan sobre sus espaldas
acciones criminales contra el pueblo. Pueden
ser parte de ese gobierno los liberales,
conservadores, socialdemócratas, gentes de
izquierda, las expresiones sociales de
nuestro pueblo, la intelectualidad, el mundo
de la cultura. Decimos que existe la
oportunidad para que todos abramos las
compuertas para una democracia
participativa, y también hacer política de
una nueva forma, sin el temor a ser
asesinado. Eso se nos niega y no nos
permiten la forma de expresión de la lucha
abierta y legal. Entonces, como nosotros
somos revolucionarios no tenemos otra opción
que seguir empuñando las armas. Si se nos
niega la vía pacífica, el lenguaje de los
tiros parece ser el único que entiende la
burguesía sanguinaria de Colombia. Nosotros
no queremos la guerra, hemos buscado la paz,
pero tampoco nos vamos a cruzar de brazos.
-¿Cuál es la aspiración de Rodrigo Granda
para los próximos días o meses, para el
futuro inmediato?
-La aspiración mía coincide con la de todo
nuestro pueblo: que se pueda parar la
guerra, que el país se pueda insertar como
una nación que va a aportar al mundo en su
cultura, en su arte, en sus productos, en su
inteligencia. Que los colombianos podamos
vivir en paz, trabajando, creciendo,
produciendo para el consumo interno en todos
los aspectos, y también aceptando lo que nos
pueda aportar la humanidad. Aspiraciones
personales yo no tengo, soy un combatiente
revolucionario, soy un soldado de las FARC y
como tal cumplo las órdenes que el
Movimiento considere que debo ejecutar.
Aprovecho para hacer un saludo muy especial
al querido pueblo argentino: siempre están
en nuestros corazones. En mi patria pequeña,
Antioquia, tenemos una de las estatuas más
simbólicas de Gardel. Desde niños aprendimos
a escuchar el tango, y por medio de éste,
del fútbol y la cultura hemos conocido mucho
sobre el pueblo argentino.
Carlos Aznárez es periodista argentino,
director de Resumen Latinoamericano TV
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El Che Guevara camina en Colombia
a 40 años de su caida en Combate 1967-2007
¡Colombia Nueva, Patria Grande y Socialismo!
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