Ante la propuesta de una fórmula Walsh-Altamira del dirigente de Izquierda Socialista
Nuestra respuesta a la propuesta electoral del Pollo Sobrero
Más allá de las buenas intenciones que las motivan, ciertas concepciones aparecen estrechas y cerradas; no obstante pretendan estar a la ofensiva en el conflicto de clases, son meramente defensistas puesto que sólo se quedan en destacar en general, en abstracto, el papel esencial de la clase obrera, pero se constitutyen en verdaderas trabas que no permiten construir en concreto su bloque hegemónico contra el de la burguesía local e Internacional, reduciendo al extremo su política de alianzas, enmarcándola en este caso sólo a la unidad de los partidos de tendencia troskista, y sin considerar tampoco a los distintos movimientos sociales en lucha, una realidad que no se puede obviar.
No podemos desaprovechar el clima a favor de la existencia de una creciente coincidencia tanto en la militancia de la izquierda orgánica como "inorgánica" (la más grande es la dispersa, partidariamente hablando, al menos), de la certeza de que sin una fuerte confluencia de izquierda, será imposible avanzar hacia el objetivo estratégico de liberación nacional y social.
No es un acontecimiento menor que la izquierda pueda presentar una alternativa electoral a pesar de las dificultades existentes, que no pueden ocultarse pero sí superarse, si hay decisión política de cada una de las partes. Su importancia radica en la proyección futura, que va más allá de un acto electoral, por supuesto dependiendo ello del perfil político ideológico que predomine en un proyecto semejante.
En consecuencia, no puede iniciarse este camino comenzando con la discusión de candidaturas, muy similar al típico método de las organizaciones burguesas, sino con el debate conjunto para la confección de un programa lo más avanzado posible, con la vista puesta siempre en el objetivo estratégico y que a la vez contemple las aspiraciones y necesidades más sentidas de nuestro pueblo, poniendo el acento en aquello que nos une y no en lo que nos separa.
No dudamos de las buenas intenciones de los compañeros de Izquierda Socialista, pero creemos con todo respeto que reducir las pretenciones frentistas a las fuerzas troskistas es un grave error en esta temática vital. Pensamos que hay que convocar a formas de unidad más amplias, donde tengan cabida todas las fuerzas y luchadores populares que están librando serios y firmes combates contra el "modelo" económico y social al servicio de la dominación imperialista y todas sus consecuencias que afectan gravemente a distintos sectores de la socedad, comenzando por los trabajadores, tanto ocupados como desocupados, los campesinos pobres, los jubilados, siguiendo con la educación, la salud, el medioambiente, la cultura, etc.
Sólo podremos comenzar a tener alguna incidencia en el desarrollo de los acontecimientos si somos capaces de dejar atrás viejos vicios y errores, empezando a edificar un sólido frente obrero y popular, que aspiramos incluso apunte más lejos de la coyuntura, de lo inmediato, en el rumbo de las transformaciones profundas que nuestro país necesita.
En una palabra, en esta etapa histórica pensamos que ser clasista es ser auténticamente unitario; sin la interrelación dialéctica e imprescindible, vamos hacia una nueva frustración que dañará a todo el movimiento proletario y popular. Por tal motivo, no nos cabe ninguna duda que más temprano que tarde se abrirá un proceso de amplia convocatoria, que nos colocará hombro con hombro a todos los luchadores antiimperialistas y anticapitalistas que mantenemos en pie los ideales por una Argentina y un mundo socialistas.
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