Por: Yehuda Shaul*
27 de diciembre del 2007
"Todo es una locura:
la ocupación, la forma inhumana en que tratamos a
los palestinos. En Israel entras al ejército con 18
años porque quieres luchar contra el enemigo de tu
país, porque quieres dejar tu marca en la historia,
y haces lo que te dicen, sin pensar. Y allí todo te
ayuda para que no pienses. Misiones que cumplir,
órdenes que seguir".
"Y no ves a los palestinos como
seres humanos, los ves como animales. Entras a su
casa durante la noche, los despiertas, les gritas,
las mujeres allí, los hombres allí, y rompes todo.
Son cosas que no harías aquí en Israel, pero las
haces allí. Y, para poder hacerlo, niegas la
realidad. Es la única forma. Creas entre tú y la
realidad un muro de silencio".
"Te pongo otro ejemplo: si
encuentras en la noche un paquete sospechoso que
puede ser una bomba, llamas al primer mohamed que
encuentras en la calle y le dices que lo abra.
Podrías llamar a un experto que lo desactivase,
tardaría diez minutos en venir, pero mejor hacer que
un palestino se juegue la vida, ya que para ti es lo
mismo, no lo ves como un ser humano. Yo hacía eso
con mis soldados en Hebrón".
"Y también en Nablus, cuando
quería entrar a una casa, si pensaba que podía haber
una bomba trampa, cogía al mohamed de turno y lo
obligaba a que abriera la puerta. Es parte de la
rutina del ejército: usar a los palestinos como
escudos humanos".
"Lo mismo cuando estás en un
check point, los obligas esperar mucho más de los
necesario, a veces durante horas, y coges a un
palestino al azar y le das una paliza, de cada
quince o veinte que pasan, para que el resto tenga
miedo y esté tranquilo. Sólo así, tú que estás con
cuatro soldados más los dominas a ellos que son
miles".
"Y cuando entras a Gaza con el
carro de combate y ves un coche nuevo, aunque tengas
espacio en la carretera, pasas por encima. Y también
disparas a los tanques de agua. Para meterles miedo,
para que te respeten, porque esa es la lógica de lo
que nos enseñan a los soldados israelíes".
"Además, eres joven y empiezas a
disfrutar de ese poder, de que la gente haga todo lo
que les digas. Es como un video juego. Estás en un
check point en medio de la ruta, tienes a veinte
coches esperando, y con sólo mover el dedo hacen lo
que tú quieras. Juegas con ellos. Los haces avanzar,
retroceder. Los vuelves locos. Tienes 18 años y te
sientes poderoso".
"Tres meses antes de abandonar
el ejército, dirigía una unidad en Hebrón, había
hecho una buena carrera, así que tenía tiempo libre.
Una mañana me miré ante el espejo y comprendí que
todo aquello era un error y supe que no podría
seguir adelante con mi vida si no hacía algo. Por
eso, apenas salí, junto a los soldados de mi unidad,
montamos una exposición con nuestras fotos, se
llamaba Traer Hebrón a Tel Aviv".
"Cayó como una bomba en la
sociedad. Vinieron parlamentarios, periodistas.
Pasaron siete mil personas. Entonces creamos
Breaking the silence , donde damos
espacio para que los soldados cuenten los abusos que
cometen sistemáticamente. Más de 350 lo han hecho.
Ahora tenemos exposiciones y vídeos en Europa, en
Israel".
"Alguna gente dice que son casos
aislados. Las madres dicen: mi hijo, que está ahora
en el ejército es bueno, no hace estas cosas, esto
sólo lo hacen los soldados beduinos o los etíopes.
Pero no es cierto. Todos las hacemos, porque es la
lógica de la ocupación israelí: aterrorizar a los
palestinos".
"Los check points no sirven para
detener a los palestinos de entrar a Israel, es para
que la realidad no entre a Israel. Porque esta es
una sociedad de soldados, todos pasamos por el
ejército tres años cuando somos jóvenes y luego un
mes al año. Y todos hacemos eso. Por eso existe el
muro de silencio, de negación, porque todos somos
responsables y no lo queremos admitir".
"Ellos son las víctimas,
nosotros los victimarios. Pero como victimarios,
también pagamos un precio. Esta es una sociedad que
no se anima a mirar a los ojos a la verdad, a sus
propios actos. Es una sociedad, como consecuencia,
moralmente enferma".
* fundador de la ONG Breaking
the Silence
Fuente: Palestina LLiure
|