Silvia Suppo fue una testigo importante del juicio contra el ex juez federal
Víctor Brusa, y también impulsaba la causa que investiga la desaparición de
su compañero, Reinaldo Hammeter, secuestrado el 25 de enero de 1977, en la
catedral de Rafaela. Esta causa tiene imputados que viven en la misma
ciudad. Ayer, entre las 9 y las 10 de la mañana, fue asesinada de doce
puñaladas en su negocio, ubicado en pleno centro de su ciudad, de 95 mil
habitantes, donde es inédito un crimen con semejante ensañamiento. Según la
versión policial, entraron a robarle, dado que faltaba el dinero de la caja
y alguna mercadería de la talabartería. Al cierre de esta edición había dos
personas detenidas, de 18 y 19 años, con antecedentes delictivos, y la
policía buscaba a otros dos, siempre bajo la hipótesis de robo. En cambio,
la abogada Lucila Puyol, de Hijos Santa Fe, consideró una “irresponsabilidad
tomar esta determinación a partir de tan pocos elementos. Está claro que
este es un asesinato en su calidad de testigo”.
Puyol subrayó que “por su calidad de víctima y de testigo para la causa
Brusa, y para la causa de Hammeter, que se encuentra en etapa de
instrucción, así como la cercanía con el 24 de marzo y los otros elementos
que está aportando la familia, como las intimidaciones permanentes que
sufría, está claro que no se puede investigar como un robo”.
La víctima tenía 51 años, dos hijos de 21 y 24, y se encontraba sola en el
negocio dedicado a la venta de artesanías en cuero y plata en Sargento
Cabral al 200, a pocas cuadras de la Jefatura de Policía de la Unidad
Regional V. También vivía allí. El homicidio ocurrió en horario comercial y
a plena luz del día. Recién a media mañana el cuerpo aún con vida de Suppo
fue advertido por una ocasional clienta. Suppo yacía sobre un charco de
sangre, semiinconsciente, y fue trasladada de urgencia al Hospital Jaime
Ferré, donde pese a los esfuerzos realizados falleció minutos después del
mediodía, cuando era intervenida quirúrgicamente, debido a un paro
cardiorrespiratorio, entre otras complicaciones por las heridas recibidas.
Según los investigadores, los atacantes actuaron con total impunidad.
Los hijos de Silvia pidieron que la autopsia se realizara en la ciudad de
Santa Fe. Junto a abogados querellantes de las causas por delitos de lesa
humanidad se entrevistaron con la fiscal Cristina Fortunato, que entiende en
la causa, para pedirle que se tome el caso con la gravedad que corresponde.
Subrayaron la importancia del testimonio de la víctima en el juicio contra
Brusa, su participación en otro proceso por la desaparición de su compañero
–del que también sería una testigo muy importante–, que tiene cuatro
imputados, de los cuales al menos dos residen en Rafaela. La familia de
Silvia todavía no prestó declaración, pero relatará sobre las permanentes
intimidaciones, hechas por personas que se paraban desafiantes frente a su
negocio.
Por su parte, el secretario de Seguridad, Horacio Ghirardi, afirmó: “Estamos
siguiendo personalizadamente la investigación, con los jefes policiales y de
las distintas áreas, tanto del Ministerio de Seguridad como de Justicia. Lo
seguimos muy de cerca para ver cómo evoluciona el hecho”. Justamente, ayer
la policía detuvo a dos personas y realizaba allanamientos en la zona de
Rafaela en busca de otros dos que –según una fuente– “tendrían alguna
implicancia o algún tipo de complicidad”.
Silvia no formaba parte del Programa de Protección a Testigos del Ministerio
de Justicia de la provincia, pero su asesinato revela la indefensión en la
que se encuentran los testigos en los juicios por delitos de lesa humanidad.
“Cuando dio testimonio, se le ofreció su ingreso al programa, pero ella no
requirió nada. Aun así, siempre estuvimos en relación con ella”, indicó el
director del Programa, Oscar Blando. El funcionario agregó que ayer fueron a
hablar con el jefe de la Unidad Regional, Juan Mondino, y el juez de la
causa, Alejandro Mognaschi. “Queremos saber si fue un robo o una situación
vinculada con los derechos humanos. Si fue un robo, hay que tranquilizar a
los testigos. Si no lo fue, es un hecho gravísimo y hay que redoblar los
esfuerzos del Estado”, agregó Blando, quien subrayó que la familia de la
víctima recibió asistencia de funcionarios del programa.
Suppo declaró el 5 de octubre pasado en la causa conocida como Brusa, que
tuvo también como imputados a Juan Calixto Perizotti, Héctor Colombini,
María Eva Aebi, Mario Facino y Eduardo Ramos. El 21 de diciembre pasado, se
conoció la sentencia de 19 a 21 años de prisión para los acusados de
privación ilegítima de la libertad y tormentos. Además, Silvia impulsaba la
causa por su compañero desaparecido el 25 de enero de 1977. Allí hay cuatro
imputados, de los cuales al menos dos aún viven en Rafaela.
Tras su asesinato, el espacio Juicio y Castigo de Rosario reclamó “al Estado
el inmediato esclarecimiento de este doloroso hecho, ya que sucede en un
contexto de declaraciones de algunos nostálgicos golpistas y de actos
preocupantes que se vienen sucediendo en distintas provincias. Es necesario
que las autoridades arbitren todos los medios necesarios para generar
tranquilidad en testigos y querellantes de los distintos juicios para que
los mismos sigan adelante con la justa condena a todos los genocidas”.
Sonia Tessa
Desde Rosario
http://www.represoresrosario.blogspot.com
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