El Gobierno de Kirchner ha desatado una furiosa campaña para reclamar el voto de los trabajadores y el pueblo progresista, en nombre de la “lucha contra la derecha”. Poco le importa, sin embargo, el triunfo de Macri, a quien le perdonó su pasado durante toda la campaña electoral. Lo que busca el kirchnerismo es fortalecerse, con un reagrupamiento falsamente progresista, con vistas a las elecciones de octubre y a la política que llevará adelante después.
¿A qué política nos referimos? A la que favorece a monopolios como el de Macri, vaciador del Correo Central privatizado por Menem, dueño de los negocios con la basura en la Ciudad desde la dictadura hasta el año ’97, beneficiario de grandes negocios inmobiliarios en la Ciudad, y entrelazado a través de Julio De Vido con el gobierno nacional en la obra pública y en el transporte ferroviario, en el que el grupo económico que encabeza su padre, asociado con capitales chinos, es el principal beneficiario de la concesión del FC Belgrano Cargas.
Kirchner busca despegarse de Macri y le endilga el apoyo a la política privatista de los ’90. Pero el mismo Kirchner fue puntal de la privatización menemista de YPF. Fue él quién afirmó que “nadie en la historia había hecho tanto por el país y la Patagonia como el presidente Menem”. ¿No fueron él y Cristina los que votaron la reforma de la Constitución nacida del pacto de Olivos, que le dio la reelección a Menem?
¿No es el bloque de diputados kirchnerista el que se apresta a aprobar la llamada “ley antiterrorista” con el apoyo de los diputados del PRO? Es una ley a la medida de las exigencias imperialistas, pretendiendo calificar como terrorista a todo aquel que levante reclamos populares contra el gobierno de turno. Con la ley que votarán juntos Kirchner y PRO, aumentarán las atribuciones represivas de las fuerzas de seguridad.
¿No es acaso Filmus el responsable de los básicos de hambre para los docentes, que desataron la gran lucha donde Carlos Fuentealba fue asesinado por las balas de Jorge Sobisch, aliado de Macri? ¿No es el gobierno de Filmus el responsable de la represión a los docentes de Santa Cruz?
¿No sigue desaparecido ya hace nueve meses Julio López sin que ese mismo gobierno mueva un pelo, comprobando la impunidad que goza el aparato represivo y la derecha fascista?
El gobierno se servirá del ballotage para atacar a toda lucha obrera o popular como “funcional al macrismo”. Al tiempo que defendemos esas luchas contra el gobierno, denunciamos que será el kirchnerismo el primero en pactar con Macri en la futura Legislatura y con su eventual futuro gobierno.
El kirchnerismo y el macrismo tienen la política de salarios que no llegan a la mitad de la canasta familiar, ya cercana a los 3000 pesos; la política que tiene a millones de desocupados con subsidios de 150 pesos; a más de 400.000 personas con déficit de vivienda en la Ciudad, a la mitad de sus trabajadores en negro, tercerizados o contratados, y a las mafias de la droga – asociadas a la policía y al poder político – haciendo estragos entre los jóvenes. Mientras tanto, se acumulan 41 mil millones de dólares de ‘reserva’ para hacer fabulosos negocios como la compra de una parte de Repsol-YPF con el testaferro K de Skenazi, y garantizar el pago la deuda externa y su cancelación completa al Club de París.
Por todo esto, y en defensa de los trabajadores, de la victoria de sus luchas presentes, como la de los subtes, la del Casino, de Terrabusi, de los telefónicos, Hospital Francés, aeronáuticos, del Indec, de los profesionales de los hospitales municipales, los desocupados, los colegios preuniversitarios (Pellegrini), los docentes y estudiantes universitarios por presupuesto y contra la nueva ley de educación de Kirchner-Filmus; y de las próximas luchas que libraremos contra el macrismo y el kirchnerismo en la Ciudad y en el país, por todos los derechos y reivindicaciones obreras y populares, es que las organizaciones abajo firmantes llamamos a que el próximo 24 de junio, digamos: Ni Macri, Ni Filmus, y que, de acuerdo a la modalidad establecida por cada organización, lo expresemos votando en blanco, anulando el voto o no concurriendo a votar.
Buenos Aires, 13 de junio de 2007