Cientos de elementos demuestran que un narcoparamilitar
está al frente del gobierno colombiano. Y nada pasa.
Es el único país en el mundo donde casi setenta parlamentarios oficialistas
están en la cárcel, o investigados por participación en actividades con
bandas terroristas paramilitares, y el Congreso sigue funcionando de lo más
de bien. Y lo ilógico para cualquier ciudadano sensato: ahí se están
tramando las leyes para seguir bloqueando la acción de la Rama Judicial.
Varios jefes narcoparamilitares han dicho, ante la justicia, que el presidente
Álvaro Uribe Vélez ganó las elecciones por los votos que le aportaron. La
orden era votar por Uribe el domingo, o el lunes llegaban para abrir con
machete los vientres y vaciarlos, cortar cabezas, violar niñas, descuartizar
vivas a mujeres... Las declaraciones están ahí, y todo se ha podido
comprobar. Entonces el presidente dice que eso es falso, y todo para ahí. O
él se enoja y amenaza.
Todo parece indicar que los grandes medios de información idiotizaron a una
buena cantidad de colombianos. Este presidente no tiene igual: ha sido el
presidente más reaccionario, corrupto, violento, intransigente, asesino,
dictadorzuelo, ligado directamente al narcotráfico y paramilitarismo. Y
muchos colombianos creen que es Sor Teresa de Calcuta, que castiga sólo por
salvar almas.
Regularmente, en los noticieros de la TV, se ve al presidente Uribe hincado,
encomendándose a Dios y a la Virgen. La noticia siguiente es un testigo que
cuenta cómo paramilitares o narcotraficantes actuaron bajo la complicidad del
rezandero. Sigue otra noticia sobre fútbol o desfile de modas... La segunda
información pasa a ser una más. Parece que se aplicara la máxima cristiana:
quien peca y se arrepiente, empata. Aunque nadie a escuchado un
arrepentimiento de Uribe, todo lo contrario.
Es como si a los ciudadanos que creen en el presidente, les hubieran raptado
hasta la capacidad de ver más allá de la punta de las narices. El país se
derrumba y ellos se creen en rumba.
El colmo no está entre esas personas del común.
Lo vergonzante, para el hoy y el mañana de Colombia, es la mayoría de
intelectuales y periodistas, incluyendo a unos cuantos que aún se dicen de
izquierda. Esos que se preguntan con el dedo en la boca, sonrientes y
babeando: ¿Será que sí? ¿Será que no?
El temor a perder la mediocre comodidad en que se encuentran, el plato de
lentejas y algún guiño para obtener un cargo, les coaguló hasta la dignidad
del cerebro.
Esos, en especial esos últimos, ni querrán hacer el esfuerzo para responder
la adivinanza que se plantea al final de esta manifiesta entrevista.
Hugo Martines Poveda, ex general de la policía, estuvo al frente de la
persecución y muerte del narcotraficante Pablo Escobar. Por tal acto es
considerado héroe nacional. El 3 de septiembre 2008, en la emisora bogotana W
Radio fue entrevistado. Aunque bastante cuidadoso en sus respuestas, afirmó:
“Sería bueno repasar la historia y mirar los organigramas del cartel de
Medellín, cómo eran, quiénes eran los que apoyaban a Pablo Escobar (...) en
la prensa, en la política, en el gobierno, en la policía, en el ejército,
porque los apoyos venían de todas partes.”
El periodista le pregunta “¿dónde está ese organigrama, quién tiene esos
papeles?”
- Pídale eso al servicio de inteligencia de la policía. Si aún conservan
los archivos, eso está ahí.
- ¿Y usted recuerda el nombre de alguno de esos personajes que apoyaban a
Pablo Escobar, que eran enlaces de él?
- Sí, claro que los recuerdo, pero prefiero mantenerlos en mi mente.
- ¿Y están activos en la vida política de hoy?
- Por supuesto.
Al preguntarle si esos “personajes” están cerca al presidente Uribe,
responde:
- Hay mucha gente al lado de él, que de alguna manera estuvieron muy activos
en eso.
-¿Está diciendo usted, general Martínez Poveda, que hay gente en el
gobierno del presidente Uribe que está en ese organigrama?
- Sí señor.
- ¿Gente que hoy está en el gobierno?
- Sí, claro.
El periodista le insiste al general para que le entregue nombres, hasta que es
directo:
- ¿General, incluye usted al presidente Uribe en ese organigrama?
- Ya casi le he dicho “blanco es, gallina lo pone”.
Entonces, ¿será que sí? ¿Será que no? ¿O falta decir que frito se come y
Uribe se llama?
Hernando Calvo Ospina
Rebelión
Hernando Calvo Ospina es periodista y escritor colombiano. Autor, entre otros: “Colombia, laboratorio de embrujos. Democracia y terrorismo de Estado”. Akal-Foca, Madrid 2008.
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